Capítulo Final



Al día siguiente, viajó con su papá hasta la casa de los Agatsuma. Finalmente verían al rubio y a su hijo, al parecer iban a visitar el famoso observatorio. Nunca había ido allí, tenía la oportunidad de hacerlo, pero no la motivación, tampoco sabía cómo llegar y no quería preguntar a su papá.

Durante todo el trayecto, lo vio nervioso. No dejaba de resoplar y restregarse la palma de la mano sobre el rostro. Tenía ansiedad que era contagiosa, por eso, ahora él también no paraba de resoplar y de fruncir el ceño. — ¿Estás bien? ¿Por qué estás tan nervioso? — tanteó preguntando directamente.

— ¿Ah? — pronunció Tengen, mirándolo confundido.Tenma entrecerró los ojos, aparte de todo lo demás, también estaba distraído.

Llegaron a la casa y se estacionaron, el albino menor se apresuró en tocar el timbre mientras que su papá se acomodaba la ropa y lo seguía con más 'calma'. — ¡Hola, Agatsuma san! ¡Tanto tiempo sin verlo, lo extrañé bastante! — saludó haciendo una leve reverencia. Zenitsu sonrió y acarició los cabellos plateados, no estaba enojado con el chico, sino con su papá.

— Ow, Tenma san. No sería tanto tiempo si es que tu papá se dignara al menos a llamarme para ir junto a ustedes. — respondió sonriendo amable, Tenma lo miró sorprendido y asintió con la cabeza.

— Lo siento por la insensatez de papá. Es un poco torpe a veces, pero estoy seguro de que pensó en ti todos los días — contestó sonriendo de lado. Al rubio le impresionaba la elocuencia con la que hablaba su adorable Tenma a veces. Se ruborizó y acarició su mejilla.

— ¿Entonces no deberé ser tan severo con él? — tanteó levantando una ceja.

— Haz lo que quieras con él, Agatsuma san. Merece un castigo — respondió sonriendo divertido. Zenitsu soltó unas risitas y lo invitó a acomodarse en su casa, risitas que se borraron al ver a Tengen.

Lo miró serio, cruzándose de brazos. — ¿Estás enojado conmigo? — preguntó sonriendo nervioso.

— ¿Crees que debería? — contestó con otra pregunta, desconcertando al albino.

— Estuve demasiado ocupado, lo siento... Pero pienso compensar mi ausencia el día de hoy, ¿sí? Me gusta que estés molesto, te ves muy sensual — comentó sonriendo socarrón. Zenitsu volvió a ruborizarse, desvió la mirada y se hizo a un lado para dejarlo pasar.

— Me tenías preocupado... Dame razones para no estar molesto contigo — pidió, adentrándose para seguir comiendo su merienda. Tengen lo siguió y lo agarró de la mano.

— En verdad lo siento, Zenitsu... Te daré más razones cuando vayamos al observatorio, allí podremos conversar con más calma — respondió inclinándose con la intención de besarlo.

— ¿Me estás diciendo que estoy siendo irracional? ¿O por qué dices que conversaremos con más 'calma'? ¿Me ves nervioso? — llenó de preguntas al albino, esquivando su beso. Uzui infló las mejillas y lo agarró del rostro.

— No me refería a eso... Solo digo que tenemos que ir antes del atardecer. ¿No quieres ver el paisaje que da esa hora? — tanteó intentando besarlo. Zenitsu lo miró con recelo, hacía tiempo que no lo veía. Sonrió y lo abrazó.

— Te extrañé... — murmuró restregando su rostro en su pecho. Tengen se enterneció, acarició sus cabellos y correspondió a su abrazo.

— Yo también. ¿Estuviste todos los días pensando en mí? Yo sí lo hice, te pensé en todo el día y te soñé el resto de ella — contestó, impresionando al rubio, últimamente esos dos albinos se habían puesto muy románticos.

— Pareces sacado de un libro — comentó, separándose de él. Levantó la mirada y correspondió el desesperado beso que le dio. Llevó su mano a su nuca para mantenerlo cerca y juntó su frente con la suya cuando se separaron. — ¿Quieres comer algo antes de irnos? — tanteó agarrando sus manos. Tengen sonrió.

Tenma entró de golpe a la habitación de su novio, sobresaltándolo. Yoshiteru se estaba cambiando para ir al observatorio, se tapó el torso con su camiseta y lo miró asustado. — ¡Así te quería encontrar! — exclamó, señalándolo y riendo maliciosamente.

— ¡¿Qué demonios, Tenma?! ¡¿Por qué nadie respeta mi privacidad?! — se quejó haciendo una rabieta. No era la primera vez que ingresaban como si nada a su dormitorio, por suerte no hacía cosas que luego podrían comprometerlo. Rodó los ojos y miró al albino que se acercó a él para agarrar su rostro, sintiendo cómo hundía sus dedos en sus mejillas.

— Tú quieres que sea agresivo contigo, ¿verdad? Hoy amanecí siendo un chico malo — contestó, acercando su rostro para dejar un camino húmedo de su lengua en su mejilla. Yoshiteru se estremeció, ladeó la cabeza para apartarlo, pero Tenma no lo dejaba. — Luego de nuestra primera discusión oficial llegué a la conclusión de que tengo que demostrarte mi amor con más intensidad — dijo, lamiendo los labios de su chico.

— ¡No de esa manera! ¡Argh! — se quejó apartando su rostro, le golpeó el brazo en modo de reproche y lo miró molesto. Tenma lo miró sorprendido para luego victimizarse utilizando de nuevo su arma de poner 'ojos tristes'. Yoshiteru entornó los ojos y resopló, colocó una mano en la mejilla del albino y besó sus labios. — Está bien, me gustas en todas tus facetas — murmuró, dejando un último beso para salir de la habitación.

Tenma lo siguió con una amplia sonrisa, bajaron por las escaleras y miraron a sus padres. — ¿Nos vamos? — tanteó Tengen bebiendo por completo su taza de té para luego depositarla en la mesa. Zenitsu asintió y se levantó, agarró su bolso y se colocó sus lentes negros, provocando unas risitas en el albino.

— ¿Qué? — preguntó con el ceño fruncido. Uzui besó su mejilla y lo agarró de la mano. — Ya que nos vamos todos, ¿no quieres invitar a Shoichi san? — preguntó sonriendo de lado.

Tengen gruñó e hizo una mueca, no dijo nada, esa fue su única respuesta. Zenitsu negó con la cabeza y agarró sus llaves. — Ahora sí viene lo chido — habló Tenma frotándose las manos y sonriendo divertido. Yoshiteru rodó los ojos e ingresó al auto. — ¡Amor! — exclamó, abrazándolo una vez que se acomodaron allí dentro.

Zenitsu soltó un suspiro y miró a Tengen, quien encendió el motor para ir rumbo al observatorio. Aún era temprano, faltaban dos horas para el atardecer.

De camino al observatorio, escucharon música para pasar el rato. Yoshiteru y Tenma, quienes iban en el asiento de atrás, estaban discutiendo sobre qué canción poner. — Ya te dije, Girls of summer de Aerosmith es mejor que tus canciones del viejo Frank Sinatra — habló el albino intentando convencer al azabache.

— ¡No es la ideal para este momento! ¿Es que no ves que no hay chicas aquí? Además, todos somos gays — respondió bajando la voz, pero de igual modo, Zenitsu y Tengen lo escucharon. Uzui soltó unas risitas y el rubio entrecerró los ojos.

— No tiene nada que ver que seamos gays, tú y tu papá pueden ser las chicas — contestó señalándolo. Yoshiteru chasqueó la lengua y le dio un golpe en el brazo.

— ¿Es que no puedes respetarnos? — reclamó refunfuñando. Zenitsu sonrió abatido, ¿lo llamó chica? Tengen lo miraba de reojo y sonreía divertido. — Ya te dije, no vamos a escuchar Girls of summer, pon otra canción menos esa. — reafirmó su postura.

— Entonces escuchemos a La Rosalía, señor sensible — respondió rodando los ojos. El azabache resopló.

— ¡Tenma! —

— Está bien, yo decido... como siempre — habló Tengen para calmar a los dos. Su hijo gruñó y sacudió el asiento del conductor.

— Pero papá tú pones músicas muuuuy viejas que te recuerdan a tu época, además de que últimamente escuchas puras canciones románticas — Tenma se quejó, provocando que Tengen se fastidiara.

— OW, entonces no escucharemos nada y está. Asunto resuelto. No tienes cultura, Tenma. Me decepcionas — respondió negando con la cabeza. Su hijo hizo una rabieta.

— ¿Ves lo que provocas, idiota? — habló Yoshiteru juzgándolo. El albino lo miró molesto y se inclinó hacia él para robarle un beso. — ¡Hey! ¡Shh, no hagas eso enfrente de nuestros padres! ¡Ahh! — exclamó cuando Tenma empezó a acariciar sus piernas.

Zenitsu apretó los labios y decidió poner él la música — Todo sea por no escuchar a esos dos — susurró buscando una buena canción. Tengen arrugó la nariz al mirar su retrovisor, su hijo debería calmarse un poco.

El rubio los calló cuando colocó su canción, se escuchó la primera estrofa y se calmaron. El Uzui mayor ladeó la cabeza e hizo una mueca. Tenma miró a su alrededor y Yoshiteru se arregló la ropa. — Is this real life? Is this just fantasy? Caught in a landslide, don't escape from reality. Open your eyes, look up to the skies and see — cantó el cuarteto de Queen.

Escucharon atentos a la canción, sintiéndola y siguiendo cada letra hasta que se cortó el solo de guitarra y llegó el coro, momento en el cual no pudieron resistirse a cantar.

— Beelzebub has a devil put aside for me! For me! For me! — entonaron al unísono los tres con frenetismo para luego empezar a mover la cabeza para adelante y hacia atrás cuando la canción cambió de ritmo a uno más energético. Siguieron concentrados en la letra disfrutando del momento y sincronizándose con los instrumentos, haciendo ademanes y movimientos con las manos y los dedos.

— Nothing really matter, to me... — el ritmo se había vuelto lento de nuevo, por lo que tuvieron que cambiar de expresión a una más melancólica.

Hacía tiempo que ya llegaron a su destino, pero se habían quedado un rato más en el auto para no cortar con la canción y la emoción del momento. Rieron por unos minutos y bajaron del auto luego de que se calmaran un poco. Zenitsu miró con impresión todo a su alrededor, frunció el ceño y se desconcertó.

Tengen lo miró de reojo y sonrió, se acercó a él para agarrar su mano y también miró a su alrededor. Había decorado un poco el exterior, colocando una gran mesa larga frente al observatorio, no tan cerca ni tan lejos del final del camino. Un mantel blanco la cubría y unas cuantas velas distribuidas sobre él sujetaban la tela. Las pequeñas luces alumbrarían la pronta noche, utilizadas como colgantes que se cruzaban por encima de ellos, algunas cuantas flores descansaban en el césped, en jarrones y sueltas.

El rubio giró el rostro en dirección al aroma de condimentos y comida que suplicaba su atención, encontrándose con Kyojuro frente a una parrilla. Se sorprendió entreabriendo los labios, ¿estaba cocinando? Sonrió devolviendo el saludo y se asombró aún más al ver a sus amigos allí. — ¡¿Qué es esto?! — exclamó incrédulo, mirando a Uzui.

— Los invité, de hecho, me ayudaron a organizar esta pequeña 'velada' — contestó, encogiéndose de hombros.

— Nunca dejas de sorprenderme... — comentó Zenitsu parpadeando, se enterneció y lo abrazó por un tiempo. — Tengen, esto se ve maravilloso — murmuró, levantando la mano para acariciar su mejilla. Uzui ensanchó su sonrisa, estaba satisfecho al ver los ojos brillantes de su rubio. Se separó de él, le dio un guiño y se alejó para ir a saludar a los demás.

— Wow, esto se ve mejor a lo que tenía en mente — comentó Tenma girando para admirar todo el lugar. Yoshiteru soltó unas risitas, el albino le hizo recordar de cierta abejita que usaban como meme, así que lo comparó con él. — Es asombroso, papá se lució con esto — añadió, estirando al azabache para acercarse a las rocas y admirar mejor la vista.

Yoshiteru sujetó su brazo con su mano libre y también observó el paisaje, sonrió nostálgico, esa era la hermosa e imponente vista que sus padres disfrutaban años atrás. Recargó su cabeza sobre el hombro del albino y siguió observando la ciudad que iba encendiendo sus luces. — Es bellísimo — murmuró sintiéndose sensible de nuevo.

Tenma soltó unas risitas y asintió, bajó la mirada para verlo y dejó un beso en su frente. — Es más genial saber que ellos pasaron varios momentos aquí. Puedo sentir esa conexión — comentó, levantando la mirada para ver el cielo que empezaba a colorearse con tonos más fuertes. El azabache le dio la razón. — ¿Saltarás si yo salto? — tanteó curioso, queriendo acercarse al borde.

— No, definitivamente no — contestó, estirándolo del brazo para hacerlo retroceder.

Zenitsu saludó a sus amigos y a sus sobrinos. — ¡No puedo creerlo! ¡¿Por qué no me dijeron que vendrían?! — exclamó sintiéndose ofendido. Inosuke rodó los ojos y negó con la cabeza.

— Sino ya no sería una sorpresa, Monitsu — contestó con obviedad. — Uzui sí que tiene dinero, ¿eh? Eres un suertudo. ¿Qué viene después? ¿Cuándo nos invitas a tu isla privada? A ver, comparte un poco de dinero — tanteó burlón, observando de nuevo el sitio.

— Vaya, esto es muy romántico, Zenitsu — comentó Tanjirou ilusionado. — ¿Todo este terreno, más el observatorio, son suyos? En verdad es de ensueño, es como tener un castillo. Ay, no puedo — fue bajando la voz para luego taparse el rostro. El rubio le dio unas palmaditas en la espalda.

— También me sorprende, pero no creo que compremos una isla, Inosuke. Es innecesaria, es más probable que tú la tengas — respondió levantando ambas cejas. — Tampoco puedo asimilarlo del todo, me siento genial, aunque debería estar molesto con él. Por cierto, ¿ustedes lo ayudaron con todo esto? — preguntó intrigado, quedando expectante a sus respuestas.

El de cabellos burdeos sonrió nervioso y desvió la mirada, Inosuke fingió recibir una llamada para alejarse de ellos. Zenitsu frunció el ceño y los miró con confusión. — Ahm..., pues Uzui solo nos llamó para conseguir algunas cositas. Te juro que no tengo idea de nada, pero creo que es una salida especial con amigos... ¡Ah, cierto! Es la 'inauguración' de su nueva casa — contestó entre pausas, explicando lo que podía. Asintió con la cabeza, y sonrió, esperando sonar convincente.

Zenitsu lo miró con recelo, asintió con la cabeza y sonrió divertido. — ¿Por qué no vinieron Kanao ni Aoi? — tanteó curioso. No vio a ninguna de las dos, se preguntaba si era algún problema personal que tenían con Uzui y él, pero no esperaba que fuese así.

Tanjirou resopló y se sobó la nuca. — Kanao me pidió que te mandara saludos, lamentó no poder asistir. En realidad, tengo un gran problema con ella... Se enteró que Rengoku san vendría y pues, no quiere verlo. Los chicos empezaron a preguntar por él, molestándola un poco. — comentó haciendo una mueca, el rubio lo miró sorprendido

— ¿Ya saben que tuviste una relación con él? — preguntó, mirándolo atento. Su amigo asintió con la cabeza y se preocupó.

— Lo peor de todo es que todos están aquí. Kanata no deja de mirar a Kyojuro y Sumi chan lo persigue a todas partes... ¡Pero fue la presión! ¡Lo confesé por pura presión! — el de cabellos burdeos volvió a ponerse ansioso. Desde que llegaron, sus hijos concentraron completamente la atención en su ex pareja, que ya estaba allí preparando algunas cosas.

Zenitsu lo miró preocupado y le acarició la espalda. — No creo que sea tan grave, Tanjirou. En realidad... Se ven amigables con él — comentó, mirando cómo los chicos juzgaban a Rengoku con la mirada. Tanjirou resopló abatido.

— Hum..., eso me deja mucho qué pensar. — comentó Inosuke, volviendo junto a ellos. — Me causa curiosidad, intriga, misterio ¿Qué piensas de Rengoku? Luego de que se haya aclarado todo el problema que causó la ruptura — tanteó entrecerrando los ojos para analizar a su amigo.

Tanjirou entreabrió los labios, desvió la mirada para ver a Kyojuro y luego la bajó, sintiéndose nervioso. El de hebras azuladas levantó ambas cejas y ladeó la cabeza, era un experto en lenguaje corporal. Zenitsu miró a Rengoku, sabía que ambos se querían bastante cuando eran jóvenes, ¿seguirá existiendo algo similar a lo suyo con Tengen?

— Kyojuro san es una persona increíble... Es difícil superar a alguien así... Es decir, fue difícil. — habló aún sin dirigirles la mirada. — No puedo evitar pensar en lo que hubiera sucedido si los dos siguiéramos juntos, le tengo bastante aprecio que no puedo aclarar mis sentimientos. Hacía tiempo que no lo veía, dejé de pensar en él un par de años, pero era evidente que no lograría olvidarlo así de fácil — expresó con la mirada baja, quedando pensativo.

— Es demasiado fácil acabar con las dudas, Tontarou — habló Inosuke, resoplando y negando con la cabeza. Sus amigos se complicaban tanto la vida. — Primero debes pensar en si sientes algo por tu esposa, ¿es ella quien ocupa la mayor parte de tus pensamientos? ¿Cuánto tiempo sentiste algo por ella? Es cuestión de comparar y colocar todo en una balanza. Mira, nadie te va a juzgar, total, nunca elegimos a quién querer — respondió encogiéndose de hombros.

El de cabellos burdeos miró la nada. — Estoy perdido... — murmuró, llevando sus manos a la cabeza. — Claro que quiero a Kanao..., pero supongo que como Rengoku fue mi primer amor, lo que sentí por él era un poco más intenso, más real porque fue mi primera experiencia. Ya saben, amor inocente y cosas así... Con demasiadas ilusiones. Uno siempre extraña esos tiempos, donde el amor era más puro e incondicional. Cuando se es adulto, la mente cambia, funciona de manera distinta y todo se convierte en obligación, estrés... Ya no se puede sentir plenamente — confesó soltando un largo suspiro. Levantó la mirada para ver a Kyojuro y ladeó los labios.

— Por eso siempre tienes que guiarte en lo que sientes en el momento, en este preciso instante. ¿Entiendes lo que te digo? — preguntó el de hebras azuladas, deleitándose con el aroma de las carnes asadas. Tanjirou frunció los labios y desvió la mirada.

— Tengo hijos, no quisiera decepcionarlos — respondió mirando a Kanata y Sumihiko. Zenitsu lo comprendió, él había pasado por lo mismo.

— Bueno, pero ¿para cuándo la vida? — comentó, girándose para caminar hacia Kyojuro y su parrilla, tal vez algo ya esté cocinado. Necesitaba alimentarse.

— No te angusties tanto, Tanjirou. Es un tema un poco complejo, pero todos somos humanos. No podemos fingir e ignorar nuestros sentimientos, eso nos hará muy infelices. ¿Acaso no merecemos también aquello que anhelamos? — manifestó su pensamiento, colocando una mano sobre su hombro. — No quiero presionarte, pero aquí, entre Rengoku y tú, sus corazones laten iguales. Si se rompe uno, se rompe el otro — comentó, dándole unas palmaditas.

— ¿No crees que la indiferencia será la mejor forma de evitar cualquier desastre? — preguntó confundido.

— Será un desastre de todas formas. Supongo que es inevitable — contestó haciendo una mueca.

Tanjirou resopló, sonrió de lado y decidió acercarse a Inosuke, quien estaba con Kyojuro probando algunos bocaditos. Zenitsu lo siguió.

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— Aún me sorprende que ustedes dos supieran de la relación que mantuvo mi papá con Rengoku antes que nosotros. ¿Cómo? — habló Kanata acercándose a Tenma y Yoshiteru.

— ¡Yoshi kun! ¡Es inaceptable! ¡¿Cómo pudiste ocultarme algo así a mí?! Me siento traicionado por ti — Sumihiko exageró su indignación, señalando y juzgando a su primo.

Tenma separó al de cabellos burdeos de su novio, desconcertando a los dos. — Primero que nada, buenas tardes, primos de sangre. En segunda, ¿en verdad ya lo saben? Uff, ya era hora — comentó rodando los ojos. Yoshiteru le dio un golpe en su brazo.

— Sé un poco más sutil, Tenma — reprochó negando con la cabeza. — Lo siento, creíamos que lo mejor sería que supieran la verdad directamente de tío Tanjirou. A él le corresponde esa información, no queríamos ser metiches — explicó, haciendo una mueca.

— De igual forma fueron un poco metiches al saberlo antes... — murmuró Kanata mirándolos fijamente. Tenma levantó ambas cejas y entreabrió los labios.

— ¿Perdón? Esa información solo vino como extra cuando estábamos descubriendo la historia de nuestros padres. No fue porque quisimos — respondió cruzándose brazos. Yoshiteru entrecerró los ojos, ¿por qué su novio se ensañó con sus primos?

— Lo siento, Kanata... Pero solo estuvo incluida en la historia de mi papá... En fin, ¿qué opinan sobre eso? — tanteó con cuidado, le causaba curiosidad, a pesar de saber poco de la relación que tuvieron Kyojuro y su tío, sintió la conexión que hubo entre ellos.

Sumihiko infló las mejillas y su hermano mayor resopló. — Es un poco extraño... —

— ¡¡Es el tío de Senjuro!! ¡Es completamente raro! ¡No puedo creerlo, Senjuro es mi mejor, mejor, mejor amigo! Saber que su tío, que para colmo es idéntico a él, estuvo con mi papá es algo irreal, indescriptible. — habló el de cabellos burdeos, extendiendo sus brazos para expresarse mejor.

Kanata entrecerró los ojos. — No lo juzgamos por eso, solo me parece extraño que Rengoku san no haya tenido familia ni se haya casado aún. — comentó, mirando de reojo cómo su papá conversaba con su ex. Entrecerró aún más sus ojos.

— ¿Y tu padre les contó toda la historia? Que yo sepa, tío Kyojuro fue su primer amor... Así como mi papá fue el de Agatsuma san. ¿Saben lo que eso significa? — habló Tenma, mirándolos fijamente con los brazos cruzados. Kanata lo miró molesto, ese albino era muy osado.

Sumihiko frunció los labios, lo pensó e hizo una mueca. — No lo sé... queremos a mamá — respondió sonriendo de lado. Yoshiteru se lo esperaba. Kanata asintió y ladeó la cabeza.

— Es algo complicado, no tenemos nada en contra de él, pero obviamente no espero que se entrometa en nuestra familia — contestó seriamente. Tenma resopló, no todos pensaban igual que Yoshiteru y él, supuso que era más difícil de comprender cuando la familia aún no estaba rota. Para él y su novio fue más fácil, su mamá ya no estaba y Agatsuma san estaba divorciado, no comprometían a nadie, eran libres.

Aoba llegó junto a ellos, el de hebras azuladas estaba explorando el bosque y tomando algunas fotos, reconociendo algunas plantas y conectándose con la naturaleza. — Este lugar es magnífico, hay mucha tierra fértil para plantar muchas cosas. Es fácil de adaptarse, además, no hay osos — comentó, borrando su sonrisa al ver lo serios que estaban.

— ¡Oh, Aoba! Creí que no habías venido — Yoshiteru se acercó a saludarlo apropiadamente, Tenma sonrió y también saludó con una mano. Ese chico no parecía una amenaza.

— Sí... Estaba descubriendo un poco el lugar. Tu papá tuvo una buena elección — señaló dirigiéndose al albino. El azabache sonrió y asintió dándole la razón. — ¿Te sabes la historia del oso? — tanteó mirando de nuevo a Tenma.

— ¿El oso? No, ¿cuál historia? — preguntó intrigado. Yoshiteru entrecerró los ojos, ¿Aoba se atrevía a quitarle su dignidad?

— Bueno, es una anécdota que tuvimos gracias a Yoshiteru san — contestó sonriente.

— A ver, ¿y por qué no me la sé? Suelta el chisme — respondió el albino dirigiéndole toda su atención al chico que parecía un intelectual. Se alejaron de allí para ir hacia la mesa, sería un lugar más cómodo para conversar. Al menos, esa vergonzosa anécdota aligeró el ambiente que se había creado con los hermanos Kamado.

Kyojuro miraba de reojo a su amigo, esperando el momento especial. Seguía cocinando la cena, unos filetes que le encantaban a todo el mundo. Se suponía que debería recibir la ayuda del albino, pero no quería arruinar nada. Era su momento, de él junto a Zenitsu.

Uzui respiró profundo, se alejó de ellos para acercarse a las rocas que bordeaban el final del camino. El sol se estaba ocultando, los colores pintados en el cielo le daban un toque especial y único a ese momento. Sus manos empezaron a temblar, cerró el ojo para poder calmarse. La brisa fresca del viento, que soplaba apenas, enfriaba su rostro, transmitiendo paz. Abrió el ojo de golpe y dejó de respirar cuando sintió unas manos subiendo por su torso, aferrándose a la tela de su camisa.

Zenitsu llegó junto a él, lo vio tan solitario y pensativo que se preocupó. El rubio lo abrazó por detrás y recostó su cabeza sobre su espalda. Uzui tragó saliva, su corazón había empezado a latir con fuerza. — Te amo — murmuró, sabiendo que su rubio lo escucharía. Sujetó las manos que estaban sobre su pecho y miró el paisaje por unos segundos más.

— Yo también — respondió separándose de él. Tengen se giró para verlo y sonrió, acomodó unos mechones dorados detrás de su oreja. Zenitsu ladeó la cabeza, y lo miró confundido. — ¿Sucede algo? — preguntó. Desde que llegaron, había visto poco al albino, al parecer había estado dentro del observatorio.

Tengen negó y volvió a mirar al frente. — Descríbeme todo lo que cambió desde aquel entonces — pidió, refiriéndose a la ciudad y al tiempo que pasó. El rubio hizo una mueca y también miró al frente. ¿Era en serio? Miró de reojo al albino, parecía estar hablando en serio.

Carraspeó y miró el paisaje. — Bueno..., se ve más habitada. Hay más edificios que antes, no veo mi casa desde aquí. Cambiaron muchas cosas, algunas para siempre y no para mejor. No soy fanático de la tecnología, hay muchas pantallas por todas partes, ocupando el lugar de las cosas que recuerdo con aprecio. No es la misma ciudad de antes, pero aquí vivimos, aquí están las personas que quiero. Además, aquí te encuentro a ti — respondió, parpadeando al darse cuenta de que habló demasiado. Todo estaba tan silencioso. Miró el cielo y apreció los colores del atardecer, le recordaba a las pinturas de Tengen.

— Quiero recuperar el tiempo perdido, entregarte todo el amor que siempre sentí por ti. Si me permites, claro. Ya sin amenazas — comentó, provocando unas risitas en el rubio, quien seguía admirando el cielo — No sabemos cuánto tiempo tenemos, por eso quiero pasar todo lo que resta de mi vida a tu lado. Zenitsu, amor, siempre fui tuyo... — dijo, metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta.

El rubio se asombró, las palabras que Tengen estaba diciendo no eran para nada simples. Sintió cómo su corazón empezó a latir con más fuerza, expectante a lo que podría significar. Tragó saliva y se giró levemente para verlo.

Se estremeció con la imagen que tenía enfrente, sintiendo un nudo en la garganta. Uzui estaba arrodillado frente a él.

— Cásate conmigo — propuso, abriendo la cajita para mostrar un deslumbrante diamante decorando un anillo. a Zenitsu se le humedecieron los ojos, se tapó la boca y su rostro se sonrojó. Tengen lo miraba expectante, con la mirada ansiosa, los dedos le temblaban e intentaba no demostrar su nerviosismo.

Asintió con la cabeza, soltando unas cuantas lágrimas. — ¡Sí! ¡Sí quiero casarme contigo! ¡¡Oh por Dios, Tengen!!... La respuesta siempre será sí... —murmuró, lanzándose a abrazarlo. Uzui cayó sentado y sostuvo al rubio entre sus brazos, rió y lo abrazó. Besó con insistencia su mejilla y miró a Zenitsu cuando él juntó su frente con la suya.

El rubio lo miró con cariño, aún con las mejillas mojadas y sin borrar su amplia sonrisa. Bajó la mirada para ver cómo el albino agarraba su mano y colocaba aquel anillo en su dedo anular. Prometiéndole amor eterno. Tengen ladeó la cabeza y unió sus labios con los de Zenitsu para besarlo con calma, el rubio le acarició la mejilla cuando las sintió húmedas.

Se separó de él y secó las lágrimas que bajaban por el rostro de Uzui. Volvió a abrazarlo, ladeando la cabeza para inhalar su aroma. Levantó la mirada, encontrándose con sus amigos.

Tanjirou era un mar de lágrimas, nunca había visto una pareja más romántica que esos dos. Sonreía contento por su amigo, quien se veía muy feliz. — Eso es hermoso— habló Kyojuro al lado de él. El de cabellos burdeos asintió y aceptó el pañuelo que le pasó su ex pareja.

Inosuke sonrió satisfecho, tenía mucho material cursi para armar alguna película o algo así. Aoba estaba sorprendido, el amor era tan bonito, tenía ganas de experimentarlo, pero parecía muy intenso.

Sumihiko no paraba de grabar, también estaba llorando por su otp, no esperaba que su tío Zenitsu estuviera tan enamorado del padre de Tenma. Kanata tenía una leve sonrisa en el rostro, asintió con la cabeza y miró a su hermano menor. Rodó los ojos y se giró para concentrarse en la hamburguesa que había robado antes de tiempo.

Yoshiteru había estado expectante a lo que podría pasar desde el momento en que Tengen se había alejado de ellos. Aún estaba asombrado, se había estremecido al ver cómo Uzui se arrodillaba frente a su papá y no pudo evitar que unas lágrimas bajaran sobre sus mejillas. Se tapó los labios cuando su papá asintió y exclamó un fuerte 'sí', no podía imaginarse lo feliz que estarían esos dos en ese momento.

Tenma lo atrajo a su cuerpo para abrazarlo, miraba con orgullo a su papá. Estaba feliz por él, presentía lo que podría suceder luego de verlo inquieto toda la semana. Ahora confirmaba sus sospechas. Lo que tenía en las manos aquella vez era un anillo con diamantes, del tamaño justo para el dedo de Agatsuma san. No quiso decirle a Yoshiteru porque no estaba del todo seguro, pensó que lo ideal sería sorprenderlo también si fuese real, que por cierto, terminó siendo.

Se reincorporaron quedando frente a frente. Zenitsu aún no podía borrar su sonrisa, se secó las lágrimas y miró su mano, apreció el anillo que Uzui le había puesto en el dedo, ese anillo que significaría la pronta unión de ellos para siempre. Tengen lo miró con cariño, agarró esa mano y dejó un beso sobre el dedo anular sin apartar la mirada del rubio, ruborizándolo.

Zenitsu se estiró para darle otro beso en los labios y lo agarró de la mano para volver a acercarse a los demás. — ¡Aww, felicidades! — exclamó Tanjirou, lanzándose en un abrazo. Las felicitaciones no tardaron en llegar, al fin comprendió el motivo de esa bella celebración.

— Lo bueno siempre tarda en llegar, ¿no? — habló Kyojuro acercándose a su amigo. Tengen lo miró sonriente. — Estoy feliz por ti, siempre supe que volverían a estar juntos. — añadió.

— Se tardó mucho, pero valió la pena esperarlo cada segundo. — respondió, mirando las risas del rubio que estaba hablando con sus amigos. — Sé que este es nuestro momento perfecto, tal y como lo soñé — comentó, bajando la mirada para ver el anillo en el dedo de su futuro esposo. Kyojuro le dio un medio abrazo y volvió a felicitarlo.

— Tú lo dijiste, amigo —

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— Supongo que felicidades, ma — Yoshiteru llegó algo tímido hasta él. Zenitsu lo miró enternecido y lo abrazó.

— Aw, mi Teru chan, ten por seguro que los dos te vamos a cuidar — habló el rubio restregando su mejilla junto a la suya. El azabache hizo una mueca. — Bueno, los tres... — murmuró al ver a Tenma acercándose a ellos.

— Mis felicitaciones, madrastra. Estoy muy contento por ustedes dos, papá en verdad se ve muy feliz. Merecen muchas cosas buenas, así como yo me merezco a un hermanastro — habló, sonriendo burlón. Yoshiteru se ruborizó y desvió la mirada. Zenitsu soltó unas risitas y lo atrajo también en un abrazo.

— Tenma san, estoy agradecido por tenerte a ti como un hijo — respondió, acariciando sus mejillas. — Es mejor que no se llamen hermanastros — recomendó bajando la voz, abrazándolos de vuelta. El albino soltó unas risitas.

— Pero si va a ser mi hermanastro — señaló con el dedo al azabache. Yoshiteru golpeó su brazo para que lo bajara. — ¡Má, mira cómo me trata mi hermano! — se quejó exagerando sentirse ofendido. Zenitsu rió y acarició sus cabellos.

— Teru chan, no trates así a tu hermano. Sé más amable con él, por favor. — reprochó negando con la cabeza. Yoshiteru rodó los ojos y agarró del brazo a Tenma para llevarlo a otro lado.

— Bueno, nosotros nos vamos a comer. ¡En verdad estoy muy contento por ti, ma! — exclamó el azabache, alejándose de él y llevándose al albino consigo.

Tenma lanzó unos quejidos en el camino mientras seguía los pasos de su novio, llegaron de nuevo junto a los primos y se sentaron para esperar la comida.

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Inosuke comió su brocheta de carne asada y señaló al rubio. — Siempre lo supe, ¿por qué crees que insistía en que aceptaras su estúpida propuesta de fingir ser su novio? Obvio, porque sería tu esposo. Pero eso no detendrá mis intenciones de oponerme — comentó sonriendo malicioso.

El rubio sonrió abatido y negó con la cabeza — ¡Ya lo hiciste una vez! ¡Por tu culpa pasamos tres horas buscando algo que ni siquiera había! — exclamó indignado. En su boda con Nezuko, su amigo había llegado asustado, advirtiéndoles de que una supuesta bomba se encontraba escondida dentro del salón. Alarmó y ahuyentó a todos sus invitados. La boda se pausó durante casi tres horas para buscar aquel objeto de alto riesgo, había llegado la policía y todo para que luego desconfirmen la existencia de tal explosivo.

— Jajajaja, aquella vez me lucí — contestó divertido, recordando esa ocasión con añoranza. Asintió con la cabeza y sonrió satisfecho.

— Tengo el video y dura casi diez horas — habló Tanjirou, haciendo una mueca. Zenitsu resopló, había sido un caos.

Se acercaron para empezar con la cena, el cielo se había oscurecido por completo, luciendo las lucecitas colgantes que decoraban el lugar. Zenitsu se sentó al lado de su futuro esposo, no dejaba de sonreír y de mirar su anillo a cada tanto. Tampoco podía evitar buscar cariño en el albino, recostando su cabeza sobre su hombro, manteniéndose cerca de él.

Yoshiteru miraba contento a su papá, le sorprendía ver lo mucho que amaba a Uzui san. ¿Entonces siempre lo amó? ¿Solo reprimió sus sentimientos por el albino durante años? Era un poco triste esa realidad, pero al parecer sufrió mucho. No tenía idea de lo que se sentía estar alejado de un amor, tampoco quería experimentarlo. Agarró la mano de Tenma y entrelazó sus dedos, ellos aún tenían mucho por delante, no quería pensar en el futuro, solo quería pasar más tiempo con su novio.

El Uzui menor sonrió al ver su mano junto a la de su azabache. Compartió su comida con él y conversó con los primos que ahora suponía serían sus amigos y 'parientes' también.

— Aoi está muy ocupada descubriendo más algas o esas cosas verdes, no tengo idea de lo que son, pero se suponía que solo buscaba flores. — comentó Inosuke haciendo unos ademanes, explicando por qué su novia no lo acompaña siempre. — Es un poco confuso su trabajo, pero solo Aoba la comprende en eso —

— No es tan difícil, pa. Si tan solo quisieras aprender, lo harías — respondió su hijo, negando con la cabeza y comiendo de todo un poco. Inosuke hizo una mueca y lo miró con desagrado.

— Bueno, no me importaría mirar una flor por cinco horas y ganar dinero por ello. — contestó encogiéndose de hombros.

Se mantuvieron así, conversando al tiempo que se deleitaban con la comida que había preparado Kyojuro. A Tanjirou le sorprendía lo bueno que resultó ser Rengoku en la cocina, probaba cada bocado que le daban y no dejaba de colocar millones de expresiones, provocando las risitas de su ex.

— ¡Esto es delicioso, Kyojuro san! ¡Dios, me gustaría poder comer esto todos los días! — exclamó, comiendo gustoso sin pausar.

Rengoku sonrió y lo miró enternecido, ladeó la cabeza y tocó los cabellos largos de Tanjirou, llamando su atención. — Me halagas mucho, en verdad me gustaría poder invitarte esto todos los días — contestó sin dejar de sonreír. El de cabellos burdeos lo miró con asombro, se ruborizó y se atragantó con su comida, alarmando a Kyojuro.

Bebió un poco de agua y calmó su garganta. Miró de reojo a su ex pareja y sonrió. — Sería muy dichoso si eso sucediera — respondió sin pensar mucho. Sus hijos se descolocaron, miraron la nada y decidieron enfocarse en sus platos. ¿Acaso estaban coqueteando? — Es decir..., sería muy afortunado si te tuviera. ¡No! espera, no era eso lo que quería decir... ¡Argh! Bueno sí. Afortunada será la persona que te tenga, Kyojuro san. — se corrigió hasta encontrar las palabras correctas.

Rengoku soltó unas risitas y se relamió el labios. — Entonces eres una persona afortunada, Tanjirou — contestó volviendo a mirar su plato para comer. El de cabellos burdeos sonrió y asintió con la cabeza, borró su sonrisa y miró la nada.

— ¿Qué? — preguntó más para sí mismo. Tengen los veía con diversión, intentaba ser más discreto, pero estaba completamente enfocado en esos dos, al igual que Zenitsu, quien sonreía burlón. Tanjirou se ruborizó aún más y se llenó la boca con arroz. ¿Qué había insinuado?

Escucharon algo de música y rieron por comentarios triviales cuando terminaron de cenar. De a poco fueron despidiéndose, nuevamente, felicitando a los novios y dejándolos solos.

Tenma y Yoshiteru decidieron conocer el interior del observatorio, mirando con fascinación ese lugar. El azabache se frenó justo encima del dibujo de los astros y recordó los escritos. Se ruborizó y se tapó los labios, en ese lugar también hicieron muchas cosas.

Tengen miró el cielo nocturno y luego observó la ciudad, sujetó la cintura del rubio cuando este llegó junto a él. Zenitsu rodeó su cuello con sus brazos y recorrió su rostro con la mirada. — ¿Vamos a casarnos? — preguntó, aún incrédulo. Uzui asintió sonriente, reforzó su agarre y lo atrajo aún más a su cuerpo.. — ¿Cuándo? ¿Dónde?— llenó de preguntas al albino.

Soltó unas risitas y se inclinó para besar sus labios, bajó sus manos para sostenerlo de las caderas y ladeó el rostro para bajar sus besos, llegando al cuello. — Cuando tú quieras, donde tú quieras... Solo pon la fecha, pero debe ser una fiesta muy extravagante.

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Y he aquí el final de esta historia. Síp, no esperaba que fuese muy larga xd Al principio solo tendría entre veinte capítulos como máximo, pero siento que tenía mucho más que contar.

¡Agradezco un montón sus votos! Gracias por leerla y llegar hasta aquí.  Espero que les haya gustado. También agradezco sus comentarios ♡ me motivaron a seguir escribiendo. Aún no tengo planeado escribir extras, pero veré cómo me trata el tiempo eué Tal vez lo haga, pero por ahora estoy un poco seca.

Al haber escrito esto, ya no puedo ver a Tenma y a Yoshiteru tal y como son xd Para mí son los hijos de Zenitsu y Tengen :c En fin, gracias, gracias, gracias. Nos leeremos pronto en otras nuevas historias ♡

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