Pequeña Mente Maestra » SooHun SooChan

Resumen:

Durante años hemos sido Se Hun y yo. No hay Se Hun sin Kyung Soo ni Kyung Soo sin Se Hun. Sólo yo recuerdo todo lo que pasamos. La policía nos encontró el día de mi cumpleaños,  mamá perdió el control cuando le pedí que no me dejara y me pegó porque no estaba siendo un buen niño. Ninguno de los cuidadores intentó acercarse como Chan Yeol-ssi. Él nos daba sonrisas, esperó pacientemente por nuestra confianza. En silencio se la ganó, pero comenzó a tener mucho más que mi atención, creo que lo amo.

Género: Shota, comedia, fluff.

Extensión: 3.1K.

Autor: Kam_s00_youn6.

Mi nombre es Park Chan Yeol, soy un chico que terminó la carrera en pedagogía y ahora estoy realizando mi servicio social en el orfanato estatal de Ilsan. Al inicio fue muy duro encargarme de los exámenes finales y de la preparación de mi informe final. Nunca pensé que fuera tanto papeleo. En las primeras dos semanas fue realmente difícil ganarme la confianza del personal, fui cuidadosamente vigilado por la directora del orfanato: Kam Soo Young noona, pero al ver mi entera dedicación a la sala de infantes de uno a tres años, pude probarle a ella y a mis compañeros lo comprometido que estoy con el cuidado de los pequeños. Los niños no eran un problema para mí: atendí desde pequeños con problemas de confianza, los pequeños hiperactivos, los de problemas de habla, me gané a cada niño hasta ser un amigo más para ellos. Cuando un niño se siente seguro es mucho más feliz y aumenta la probabilidad de ser adoptado.  Como pueden pensar, me iba muy bien y me sentía satisfecho por ayudar a formar familias. Eso hasta que llegó el más inusual par de niños desde el departamento central de policía en Seúl.
Do Kyung Soo y Oh Se Hun habían sido rescatados por la policía desde que tenían cuatro y dos años, la violencia a la que eran sometidos les costó la custodia a los padres. Curiosamente habían sido trasladados varias veces, sus estancias más largas eran de unos cuatro meses, el problema de cupo en los orfanatos es grave en estos días y es difícil la adopción de niños tan retraídos. Ambos se negaban a separarse y por lo que veía en su expediente Kyung Soo era el mayor. Con siete y cinco años respectivamente, fueron mi siguiente par asignado para cuidar. Me dirigí a la oficina decorada para entrevistar a los niños y poder ubicarlos en la habitación adecuada. —Hola, Kyung Soo-ah y Se Hun-ah, mi nombre es Chan Yeol y quiero ser su amigo.
Ambos me miraban sin expresión, como analizando concienzudamente si era una persona confiable. Me ha sucedido antes, pero algo en la manera de mirarme me produjo escalofríos. El pequeño Kyung Soo me miró desde los pies hasta la cabeza y dentro de todo su escaneo me incomodó especialmente que viera mis orejas y crucé los brazos para protegerme. Se Hun tenía la mirada perdida, pero nunca soltaba la mano de su hyung. —Me gusta el café frío con leche y a Se Hunnie le gusta la leche tibia con chocolate. Acompaño a Se Hunnie al baño por las noches, es lo que siempre termino diciendo en las entrevistas—. El tono sumizo de Kyung Soo no pasó desapercibido por mí. Anoté mis observaciones, tal vez sería bueno que la psicóloga infantil los revisara. Se Hun no habló para nada.
Contrario a la política del lugar y por mi propia iniciativa les otorgaron la habitación sólo para ellos. Me ha resultado efectivo el acercarme primero para ganarme su confianza y luego se acoplan con el resto de los chicos. En los periodos de juego por la tarde, Kyung Soo se llevaba a Se Hun a la pequeña biblioteca del lugar, lo permití la primera semana, pero luego se me hizo muy extraño que no interactuaran con el resto de los niños, quise rendirme cuando tampoco hablaban conmigo. Una vez los seguí y descubrí que Kyung estaba enseñándole a Se Hun a leer; el niño demostraba tanta dulzura, paciencia y dedicación para que su compañero entendiera cada palabra. Se Hun tenía un ceceo muy evidente, pero Kyung no se burlaba, lo impulsaba a continuar. Cuando pudo leer correctamente un párrafo del cuento “Caperucita roja”, nuestro pequeño Kyung Soo le dio un beso en la mejilla a Se Hun. Les juro que estaba muriéndome por gritar y saltar de la emoción. Muchos infantes descubren desde temprana edad por quienes se sienten atraídos. Tuve que morder mi puño cuando vi que Se Hun-ah se sonrojaba completamente y dejaba ver una diminuta sonrisa. No hay nada más tierno y puro que el primer amor de los niños. Le conté el secreto a Soo Young noona, ambos comenzamos a hablar de lo realmente tiernos que eran.
Conforme pasaban los días, Kyung Soo comenzó a soltar a Se Hun, el más joven empezó sus primeras interacciones con otros niños bajo la atenta mirada de su hyung, los niños no se burlaron del ceceo; Se Hun pudo incorporarse a los juegos y actividades, sin embargo Kyung Soo no lo hacía, él continuaba visitando la biblioteca. Tardaron bastantes días en incorporarse a la mesa para el desayuno, en cuestión de días comenzaron a llegar en comidas y cenas, varias veces intenté hablar con ambos. Sólo Se Hun me contestaba. Noté que de entre los grupos de ropa que les permitíamos elegir, por tradición se permitía primero a los miembros más recientes, Kyung prefería los colores oscuros o negro, Se Hun prefería tonos azules y grises. En la gran donación de juguetes Se Hun tomó una muñeca bailarina y Kyung un oso. Se Hun ignoraba los comentarios mordaces de los niños; — ¿Cómo se llama tu muñeca, Hun? preguntó Soo Young noona.
—Do Thoo Young, methclé el nombre de perthonas bonitas—. La directora se derritió ante el halago.
—Y tú, Kyung, ¿cómo le pondrás a tu osito?
—Chan Yeol—. Me sorprendió que usara mi nombre, le sonreí a la directora.
— ¿Por qué?—, de repente Kyung se tornó tímido y miraba al osito sin elevar la mirada.
—Creo que es un buen nombre.
—Yo creo que eres un buen chico.

El primer día de cada mes se organizaban salidas para los niños. Por cuestiones administrativas no podían ir Kyung Soo, ni Se Hun. Me pareció muy injusto, por culpa de la burocracia los pequeños no saldrían. Me quedé con ellos ese día. Vimos televisión y descubrí que el pequeño Kyung Soo gustaba de los programas de canto y cocina. Cada vez descubría más de estos pequeños. Comimos un poco de pasta, bebimos jugo, aunque no hablaban mucho mi presencia ya no les incomodaba. Estaba bastante bien para su primer mes aquí. Se durmieron en la sala viendo un documental de pingüinos, ambos niños se abrazaban. Cargué primero a Se Hun para llevarlo a su habitación, luego volví por Kyung Soo. El pequeño Soo temblaba en el suelo buscando a tientas a su compañero, lo tomé en mis brazos y se aferró a mi cuello con sus brazos. Lo recosté en su cama. Me giré para irme, su pequeña mano tomó mi pulgar y susurró: —No me dejes, por favor.     ¿Cómo negarme a tan tierna petición? El niño que nunca pedía nada quería mi compañía. Me acosté a su lado, acomodó su  cabeza en mi brazo, lo arrullé con algunas canciones de cuna. Antes de quedarme dormido sentí a Se Hun subir a la cama, sin importarle mi presencia empujó un poco el cuerpo de Kyung para abrazar a su hyung. —Eth mi hyung, pero te lo prethto un poquito. Dijo acomodándose.
La mañana siguiente desperté por una incomodidad que no me permitía respirar bien, Se Hun estaba recostado en mi pecho con su suave respiración en mi cuello. Sonreí por sus lindos ronquidos. Un movimiento a mi lado derecho me asustó. Elevé mi cabeza para ver a un curioso Kyung Soo frunciendo su ceño. — ¿Estás quitándome a Se Hun?
— ¡No Kyung Soo-ah!—. Con el grito se removió Se Hun, pero comenzó a acomodarse contra mi torso. Eso no estaba bien, si Kyung siente celos puede volverse agresivo con Se Hun. Bajé con cuidado a Se Hun. Me levanté, Kyung resopló, luego me habló en voz baja: —Chan Yeol-ssi, puedo compartirle a Se Hun en lo que se aburre y se va. Pero no me lo quite, yo siempre me quedaré con él. El episodio me desconcertó, pero no dije nada.
Los días siguientes la psicóloga infantil hizo unos exámenes de rutina a los niños. Quise hablar con ella sobre Kyung y Se Hun. Me dijo que sólo tenían problemas de confianza con el resto, Kyung era más reservado pero su desarrollo cognitivo estaba bien. Esta vez sentía que las palabras de la psicóloga no eran suficientes para el caso de estos niños. En los días subsecuentes ambos niños me observaban. Se Hun era más discreto, entre juegos, comidas y actividades me miraba escasos segundos antes de dedicarse a lo suyo. Pero la penetrante mirada de Kyung Soo me incomodaba, mucho más evidente al notarme, ni siquiera retiraba su vista cuando lo encaraba. A principios del segundo mes tuve que quedarme nuevamente con ellos mientras el resto iba de excursión. Esta ocasión decidí que no era bueno quedarse encerrados, así que con la previa autorización de Soo Young noona los llevé al acuario. Ambos no mostraron demasiado entusiasmo en el camino, fueron obedientes y ya en el acuario se divirtieron bastante. Comimos helado de chocolate y el pequeño Se Hun me contó que su hyung siempre lo protegía y que cuando fueran grandes se casarían. Sólo sonreí ante la emoción con la que me hablaba mientras Kyung Soo refunfuñaba un poco sonrojado. Fue un muy buen día, quería extender el tiempo de confidencias sin embargo ya era hora de regresar.

Durante años hemos sido Se Hun y yo. No hay Se Hun sin Kyung Soo ni Kyung Soo sin Se Hun. Sólo yo recuerdo todo lo que pasamos. La policía nos encontró el día de mi cumpleaños,  mamá perdió el control cuando le pedí que no me dejara y me pegó porque no estaba siendo un buen niño. Cuando mamá se fue entendí que los adultos son mentirosos y que nunca quieren con todo su corazón. Se Hun fue diferente, nunca me preguntó nada, sólo le gustaba pasar tiempo conmigo hasta que no pudimos separarnos. Se Hun tenía problemas para aprender con otros niños, así que yo aprendí lo más que pude para enseñarle a Se Hun. Ninguno de los cuidadores intentó acercarse como Chan Yeol-ssi. Él nos daba sonrisas, esperó pacientemente por nuestra confianza. En silencio se la ganó, pero comenzó a tener mucho más que mi atención: sabía de memoria sus torpes movimientos, busqué sus manos cálidas y grandes. No sabía qué me estaba pasando, fui a la biblioteca para buscar respuestas en un libro. Me escondí tras un estante en cuanto las niñas muy grandes llegaron corriendo. Estuve un rato escuchando cómo leían revistas de niñas, se pintaban las uñas y hacían cosas tontas de piojosas.
—Entre estos chicos, —dijo una sosteniendo una revista frente a las otras—, ¿quién creen que es el seme?
— ¿Qué es un seme?— preguntó una.
—Ah, pequeña Min. Si hay una pareja de chicos y quieren ir a la cama para tú sabes, el seme es quien va arriba.
¡Wow!, ¡cuando pueda subir a la cama de arriba en la litera seré el seme de Se Hun! No puedo esperar a contarle.
— ¿Y el de abajo cómo se llama?
— Ese es el uke. Siempre es el que recibe.
¡Yo también le doy mis galletas a Se Hun!
— ¿Y sólo los que son novios pueden hacer eso?
—No, todos pueden Min.
Sí, dormir es para todos. Las niñas son tan tontas.
— ¿Cómo podemos tener una pareja para eso?
—Tienes que conquistarlo, luego se casan y ya puedes hacer lo que quieras.
— Y aparte de eso, ¿para qué sirve un novio?
—Un novio te cuida, te toma la mano, te da besos, te compra jugos y siempre juega contigo.
— ¿No hace eso un esposo?
—No, los esposos se quedan siempre contigo, los novios pueden irse con otra niña.
La conversación se interrumpió porque entró otra niña diciendo que la directora las buscaba. Entre risas escondieron las revistas bajo unos libros y salieron corriendo. Esperé un poquito más hasta que tomé una revista con "los tres tips para atrapar a tu chico". enía que acercarme a él de la manera en la que los adultos se acercan. Ahora entiendo porqué Se Hun quiere casarse conmigo y  yo tenía listo mi futuro: me casaría con Se Hun, pero Chan Yeol-ssi sería mi novio, justo como las niñas tontas del lugar. Les prometo por mi osito Chan Yeol que me esforcé. Le dimis galletas para conquistarlo por el estómago; le hice ojitos para que me mirara y me preguntaba si algo me molestaba en el ojo; le regalé mis mejores dibujos... Y aún no me daba ni un besito. La revista no sirve. Leí otra y me pareció una mejor opción lo que decía: "ve directamente a decirle lo que sientes".

Me quedaban sólo unos días más para ser liberado de mis seis meses de servicio. Soo Young noona se ofreció a quedarse para que yo acompañara a los chicos en la última excursión, pero no quería que el par perdiera su confianza en el lugar si me voy. Debe ser muy triste no poder crecer con tranquilidad en un lugar estable. Despedimos a los niños recargados desde la puerta. Luego Se Hun y Kyung Soo jugaron con cubos construyendo un puente, yo me dediqué a leer algún libro de psicología infantil. Kyung se sentó al lado de mí. —Chan Yeol-ssi, ¿puedo preguntarle si usted se ha enamorado?—, fue tan repentina su pregunta que me desconecté del mundo.
—Pues sí, estoy enamorado de mi carrera, del sol y de despertar cada día—. Me miró con gesto aburrido y fastidiado, me reí por lo lindo que era.
—De una persona, me refiero a una persona, ¡PERSONA!— gritó hasta que Se Hun reparó en nuestra conversación.  Se Hun de inmediato corrió a sentarse con nosotros.
— ¿Qué hablan, Kyung Tho hyung?
—Chan Yeol-ssi no me dice si ha amado a alguien.
—No Kyung. Tú preguntaste si estaba enamorado, no si amaba. Es muy diferente el enamoramiento del amor. El enamoramiento es algo muy fuerte que te sucede cuando hay algo que te gusta mucho.
— ¿Y qué es el amor?
Se Hun levantó la mano pidiéndo la palabra. —No thé qué eth el amor, pero cuando alguien te ama, la forma en la que dithe tu nombre eth diferente. Thabeth que tu nombre ethtá a thalvo en thu boca, como con Kyung. Creo que te amo hyung.  Decir que morí de ternura es poco, aunque Kyung no dijo nada se cveía afectado por las palabras. Encendí la televisión para relajar el ambiente. Kyung balbuceó y quité el sonido de las caricaturas.
—Kyung, ¿puedes repetir lo que dijiste por favor?
—Nunca deberías decir te amo si es que no lo sientes. Pero si lo sientes, deberías decirlo muchas veces porque a la gente se le olvida. Tal vez debí decirle más veces a mi mami que la amo.   El dolor en su mirada me impulsó a abrazarlo. Se Hun no dijo nada, sólo me dio el control remoto en la mano y se sentó junto a nosotros. Subí el volumen, puse el canal de la naturaleza. Me relajé tanto que terminé recostado de panza en el sillón, poco a poco los sonidos marinos y la monótona voz del documental me hicieron dormir.
Al despertarme, sentí un peso en mi espalda, además de una mano pequeña que sostenía mi pulgar desde el suelo. Suspiré complacido con la siesta. — ¿Estás despierto, Chan Yeol-ssi?— preguntó en voz bajita Kyung desde mi espalda.
—Lo siento Kyung, ¿hace mucho que terminó el documental?, ¿tienes hambre?
— ¡Soy tu seme!
— ¡¿Qué?!
—Shhhh— dijo Se Hun desde el suelo, soltó mi dedo y ví que estaba manchado con plumón negro. Me senté despabilado. Había hojas de colores con dibujos de flores regadas por la sala, un plástico de la bolsa de pan estaba alrededor de mi meñique, Kyung se pegó con cinta adhesiva un recorte de moño en la playera.
—Kyung, no uses palabras cuyo significado no sepas. La gente podría malinterpretarlo.
— ¡Pero yo sé lo que digo!, ¡dormí encima!, ¡soy tu esposo y tu seme!, ahora no puedes dejarme y no puedes ver a otros niños—, admito que no era buena idea reir, pero lo dijo con tanta convicción que no pude evitarlo.
— ¿Cuándo nos casamos?
—Hoy, yo puthe tu huella en el papel. En unoth añoth yo también me catharé—. Mostró orgulloso el papel blanco con garabatos. Mi huella estaba junto a unas firmas, todo bien hasta que giré la hoja: era mi carta original de liberación.
— ¡Niños!, ¡¿cómo pudieron hacer esto?!, ¡acaban de tirar seis meses de esfuerzo a la basura!, ¡SON LOS NIÑOS MÁS MALOS DEL MUNDO!—. Pensé en lo que dije ya que había hablado. Kyung salió corriendo a su habitación cerrando de golpe la puerta. Se Hun comenzó a llorar.
—L-lo siento Se Hun, yo no quería gritar ni decir esas cosas.
—¡Hithithte llorar a mi hyung!— soltó una patada a mi espinilla. Luego se fue llorando al baño. El golpe me dolió pero en este momento es más importante hablar con ellos. Primero me acerqué con Kyung. Las puertas no tienen seguros. Abrí lentamente la puerta.
— ¡¿Cuándo vas a entender que eres malo?!— gritaba mientras azotaba con la mano a su osito. Caminé hacia él. Detuvo sus golpes.
—Discúlpame Kyung, no quise hablar así pero ese papel es muy importante para mí. Es mi liberación del servicio, con eso puedo salir de aquí.
— ¿No quieres estar aquí?, ¡pero hice todo lo que dijo la revista!, ¡te dí galletas, miradas y dibujos!
—No dije eso, ese papel me ayudará a conseguir trabajo para poder pedir tu custodia y la de Se Hun. Aprecio mucho cada detalle que tuviste conmigo.
—Eso ¿es verdad?
—Sí, no seré tu padre porque no estoy casado, pero puedo ser su tutor y podemos vivir en mi casa. El estado va a apoyarme con un poco de dinero para que vayan a la escuela, ¿no te gustaría eso?
Kyung limpió su cara y sorbió su naríz. —Sí quiero, pero sólo si Se Hun y tú se casan conmigo.
Se Hun entró gimoteando a la habitación. Abrazó a Kyung sin decir nada.
— ¿Por eso movías tus ojos?, ¿estabas siendo coqueto conmigo?
—No, la revista decía que cuando amas a alguien comienzas a mover las pestañas y salen estrellas desde tu interior.
—Yo thí te amo, hyung.
—Gracias Se Hun.
No me resistí y abracé a los dos pequeños más tiernos. Y a la pequeña mente maestra.

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