Lo Que Construimos » ChanSoo
✧Resumen: Un encuentro después de dos semanas con tres días en donde no se soluciona nada, pero al final, se dan cuenta de que la culpa es dividida, de que si terminaron fue culpa de ambos, porque fue algo que ambos construyeron, sólo de ellos.
✧Extensión; 2.4K
✧Géneros: Angst, yaoi, broken!ChanSoo.
✧Autor: d-bxnyk
Darle una mirada al departamento medio vacío provoca que un par de lágrimas se le quieran resbalar y traicionarlo, pero se obliga a retenerlas al ver la figura del más alto saliendo de la habitación que antes era de ambos, con una maleta de las más grandes, de esas que compraron llenos de sueños e ilusiones para su primer viaje juntos. Y allí, dentro de aquella maleta y con aquel hombre, se iba todo lo que construyó por siete años.
Lo que construyeron juntos, se obliga a corregirse.
Quiere decir algo al verlo parado en medio de la sala con su nuevo teléfono en mano, con aquellos pantalones de mezclilla que se pegan a sus delgadas y chuecas piernas, con esa camisa que él le regaló en uno de sus cumpleaños y con el cabello peinado tal como a KyungSoo le gusta. Luce tan familiar y a la vez tan distante, que duele. Quiere decirle que se quede, que por favor lo haga. Las palabras se le atascan y siente que todo pasó tan rápido, que Park ChanYeol fue tan agua que se le escurrió entre las manos.
Y que él fue tan ciego que no supo verlo.
— ¿Estás llamando a JongDae? —para preguntar eso, es para lo único que puede hablar y cuando su mirada choca con la del castaño, desearía no haber abierto su boca. Qué incómodo y eso que convivieron por tanto tiempo, besaron cada pedazo de piel del contrario y se amaron con inseguridades y egos, con los gritos y las palabras de amor luego de haber peleado.
— Sí, él... Ya sabes, JongDae nunca es puntual y yo debo... irme.
— Lo sé, pero ¿por qué no trajiste tu auto? Sabes cómo es JongDae.
— Lo están pintando.
— Oh... Veo que estás dando todo un cambio a tu vida —y aunque no quiso, sonó herido al decir aquello, tratando de disimularlo con una sonrisa a medias sin dientes y que no alcanza a llegarle a los ojos. ChanYeol lo observa en silencio por unos cortos segundos, cuidando cada una de sus expresiones cuando antes no le importaba reír hasta deformar su rostro.
— Los cambios son buenos.
— Lo son, no he dicho lo contrario.
El viento entró por la ventana y KyungSoo juró ver cómo se llevaba los pocos retazos de su relación rota. Aunque hubiera querido atraparlos, el viento sopló tan fuerte, que no le dejó un segundo para reaccionar.
El teléfono irrumpió el silencio que había caído sobre el departamento, tensando un poco más la cuerda entre ellos. Sabía que era JongDae y mientras ChanYeol hablaba con él, reclamándole el porqué aún no se encontraba afuera del edificio, KyungSoo decidió enfocarse en otra cosa que no fuera su reciente ex-pareja. Como en aquel florero soso que compraron una vez hace años, cuando se emborracharon y aquel castaño frente a él le había vomitado en los zapatos que acababa de regalarle más temprano en su fiesta de cumpleaños. Al pasar por una tienda de baratijas, sus mentes borrachas no dudaron en entrar y comprar lo más feo que vieron; ChanYeol lo compró para él como una disculpa por lo de sus zapatos.
El fantasma de una sonrisa quiso apoderarse de sus labios de corazón.
Y es que KyungSoo no entiende cómo aquella relación de noches en vela, sonrisas espontáneas y susurros obscenos en público había llegado a su fin. El viento, fue el viento el que se llevó lo que construyeron. O quizá él fue el lobo y sopló, derrumbando todo lo que construyeron.
— ¿JongDae viene en camino? —cuestionó como quien no quiere la cosa, como siempre, como si ellos dos siguieran en perfecto estado y ChanYeol no estuviera llevándose sus cosas, intentando construir su nueva vida lejos de KyungSoo, lejos de la persona que había nombrado amor de su vida por tantos años.
— Se le ponchó la llanta al auto. Tráfico. Excusas. Él no llegará en al menos una media hora.
Llama un taxi, pensó el menor, pero no lo dijo en voz alta porque si a ChanYeol no se le ocurría esa idea... él tampoco la iba a sugerir si eso significaba tenerlo un rato más, sentir que sigue perteneciendo allí, a su lado, aunque tenga más que claro que no es así, que ChanYeol se llevó sus cosas, sus promesas rotas y sus recuerdos bien lejos de KyungSoo.
— ¿Quieres algo de tomar? —señala con un ademán algo tonto hacia la cocina y se sintió como la primera vez que se conocieron, en aquel restaurante donde hace pocas semanas KyungSoo había empezado a trabajar para comprar algunos libros de su universidad, hace ya unos nueve años. ChanYeol lo pensó, sabía que lo estaba pensando más de lo que debería, porque era una simple pregunta, ¿no?
Respondes sí o no, y qué es lo que quieres. Pero esas son preguntas que para ellos, justo ahora, son imposibles de responder a pesar de lo sencillo que suena. No es fácil terminar una relación, algo que estuvieron construyendo durante largos siete años. Podría parecer fácil dejarlo, pero no puede. Al menos no tan rápido como le gustaría hacerlo.
Quizá en el primer año esta ruptura, todo, hubiera sido más fácil de sobrellevar, pero ahora, justo ahora, duele verlo tan decidido a dejarlo. Y es que ellos no son nada desde hace dos semanas y tres días... y no, KyungSoo no ha estado llevando la cuenta, para nada. ¿Por qué haría algo tan masoquista?
Do KyungSoo no ha aprendido a dejar ir amores, mucho menos dejar ir a Park ChanYeol.
— Agua. Gracias —respondió a su pregunta, guardando su teléfono en su bolsillo trasero. KyungSoo recordó aquella vez, cuando estaban jugueteando por el departamento y el teléfono del hombre frente a él terminó hecho trizas, ya que tenía la costumbre de guardarlo en su bolsillo trasero; ellos habían caído al suelo de la habitación y se escuchó un crack. Al darse cuenta de qué había sido se echaron a reír como locos, porque sabían que algún día pasaría eso. En esos momentos no importó un teléfono roto, ni nada, era un nuevo momento juntos y ellos atesoraban todo eso.
— Vale... —ahogó un suspiro, porque esto era así, aquel hombre ya no tenía porqué tratarlo como antes. Dos semanas y tres días.
— KyungSoo.
Lo detuvo, ChanYeol lo llamó; apretó sus manos al costado y retuvo la respiración, como esa vez en la que se aventuraron a besarse por primera vez en la obscura habitación de KyungSoo, con las manos contrarias sobre el otro, con la luz de la ciudad o quizá de la luna entrando por la ventana. ChanYeol besó todo de KyungSoo, desde el cinturón de Orion de lunares que tenía detrás de su oreja hasta Casiopea bajando por toda su espalda. Los cientos de lunares regados por todo su ser, no quedo ninguno sin ser besado.
— ¿Sí?
— Que sea agua al ambiente.
Eres ridículo, ¿qué esperabas Do KyungSoo?
— No he olvidado aquel detalle. Fui tu pareja por muchos años, ChanYeol —su ceño se había fruncido sin poder evitarlo, mostrando cuán a la defensiva se encontraba. Claro que se fijaba en detalles como ese, como muchos otros. Aunque probablemente su ex-pareja piensa que fue un desinteresado por aquellas cosas todos estos años.
— De acuerdo.
Deja de ser así, era lo que quería gritarle, aunque estaba casi seguro de que aquel idiota se comportaba de esa forma para no hablar de más y hacerle más daño. Para no decir todo lo que se ha estado guardando por años, porque KyungSoo nunca fue el mejor novio y tampoco se esforzaba por serlo ya que si ChanYeol en verdad lo quería, entonces tenía que quererlo con complejos y aires de grandeza, con sus quejas y con sus exigencias, con esas ganas de amarlo y también escapar porque sentía que era mucho amor para no sentir que su pecho explotaría en cualquier momento, igual que una supernova.
— Perfecto —murmuró más para sí, pero importándole poco o nada si el mayor lo escuchaba o no, porque qué más daba.
Al ver las paredes del departamento, estas que antes estaban llenas de fotos de ellos dos, en pijamas, en la cama, en el parque, en Goyang cuando fueron a visitar a los padres del menor, en Jeju y de cuando ahorraron y llegaron hasta Hawaii, quiere irse corriendo para no ser aplastado, porque todos los escombros de lo que construyeron le van a terminar de caer encima pronto.
Sirve el vaso con agua con las manos temblándole y se obliga a calmarse, porque no puede dejarle ver cuán afectado se encuentra ahora que todo lo que construyeron se desvanece. Algo que fue sólo de ellos, algo a lo que llamar nuestro, algo que ya estaba siendo desechado por parte del hombre parado en medio de su sala, en medio de la sala que antes fue de ambos.
— ¿Al fin tienes todas tus cosas? —preguntó al darle el vaso con agua al ambiente, junto con una falsa sonrisa que fue devuelta de la misma forma, con pocos ánimos de simpatizar.
— Eso espero. Gracias —le dio un sorbo al agua y luego miró el sofá—. ¿Puedo sentarme?
¿Era alguna clase de broma? No actúes como si no viviste más de cuatro años en este departamento. Asintió, porque sabía que de otra forma ChanYeol no tomaría asiento. También se sentó, pero bien lejos y decidió mirar la pantalla de su teléfono, que no tenía más que un mensaje de BaekHyun diciéndole que esa noche saldrían sí o sí a un club. Sonrió de manera irónica, pero no contesto, estaba más que claro que él no estaba listo para clubes todavía, pero agradecía la buena intención de su amigo, que se arriesgaba a una potencial pelea con su actual pareja.
— ¿Cómo está tu madre? —su cuestionante coloca alerta a ChanYeol, lo sabe porque sus manos sujetan el vaso con un poco más de fuerza y su entrecejo se frunce levemente. Era un tema difícil, la madre del mayor siempre ha querido como un hijo a KyungSoo y enterarse que habían terminado, fue un golpe duro para ella, que ya se los imaginaba unidos por el resto de sus vidas. Y no es que ellos no hayan intentado ser amigos, en ese par de semanas la idea estuvo allí, pero no funcionó, porque fueron pareja por tanto tiempo que no saben de qué forma tratarse siendo amigos.
No saben qué hacer con todo lo que sintieron, lo que sigue sintiendo KyungSoo.
— Ella está bien. Sólo... ya sabes, sigue siendo duro para ella que lo nuestro... bueno, que esto haya acabado.
También es malditamente duro para mí, ¿acaso no lo es para ti?
— Dile que cualquiera de estos días podemos reunirnos y hablar.
— Lo haré.
— ¿ChanYeol? —su respiración fue un poco pesada y mirarlo a los ojos fue difícil, el peso de todo lo reciente lo estaba ahogando y él parecía no darse cuenta o quizá fingía no hacerlo—. ¿Sabes? Yo en verdad lo siento, todo, perdón... No fui el mejor novio, lo sé de sobra, pero... Es difícil, también es difícil para mí el dejarte ir y nosotros no hemos hablado bien desde que terminaste conmigo. Tampoco te he pedido muchas explicaciones, aunque las necesito bastante... Sé que en parte todo esto es mi culpa, que quizá lo único que hicimos todos estos años fue perder el tiempo ya que de cualquier forma tú y yo no funcionábamos.
ChanYeol lo estuvo viendo todo el tiempo en el que estuvo hablando, con aquella expresión impenetrable que le decía lo lejos que se encontraban a pesar de estar a metros del otro. En algún momento lo vio fruncir el entrecejo, como muchas veces lo hacía cuando estaba en desacuerdo con algo que KyungSoo decía, pero lo había dejado continuar hasta que se había quedado sin nada más que decir, seco, mirándolo como si ya no quedara nada, como si con todas esas palabras todo hubiera sido dicho y ellos por fin hubieran solucionado sus asuntos, pero no era así.
— No perdimos el tiempo, KyungSoo. ¿Cómo puedes pensar eso? Todos estos años valieron la pena, eras... eres importante para mí y te amé, te amé con toda el alma, pero...
— ¿Te cansaste?
— ¿Cómo podría cansarme de ti? No creo que haya sido algo de cansarse o no, KyungSoo.
El menor estaba al borde de las lágrimas y no terminaba de entender porqué le estaba diciendo aquello, porqué saco aquel tema a flote si no sabía nadar tan bien y empezaba a hundirse.
— Lo hiciste, te cansaste, ChanYeol. De otra forma no hubiéramos terminado.
— No estás entendiendo.
— Vaya que no, necesito que me expliques... Yo te amo, aún lo hago.
— En estos siete años, hemos cambiado mucho y no era lo mismo. Estábamos un poco rotos y sé que intentaste remendarlo, pero... ya está, no se pudo.
— ¿En qué momento ésto se rompió?
— No hubo un momento exacto.
El teléfono volvió a interrumpir otro momento y era JongDae, diciendo que ya estaba abajo del edificio, esperando a que Park moviera su trasero y se diera prisa, porque tenía una cita con un tipo guapísimo en menos de una hora, palabras exactas del amigo de su ex-pareja. ChanYeol dijo un bajo en seguida y KyungSoo miro el techo, cortando sus lágrimas.
— Ya... me tengo que ir.
— Sí.
— Le diré a mi mamá para que se ponga en contacto contigo.
— De acuerdo. Cuídate —lo observó volver a tomar aquella maleta y acercarse a la salida del departamento.
— Igual tú —vaciló un poco, dudando en abrir la puerta—. Deberías conseguir un nuevo departamento.
— ¿Por qué? Este me gusta.
— Sabes a lo que me refiero, KyungSoo.
— Lo sé, quizá dentro de unos meses empiece a buscar uno nuevo.
— No te prives de conocer nuevas personas, construye algo nuevo y verás que todo será más fácil...
— Vete ya.
— ...Y contrario a lo que piensas, no fuiste un mal novio. Así que no te eches la culpa. Si lo que construimos se acabó, fue culpa de ambos, porque después de todo, fue sólo nuestro.
—🍁—
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top