V
En el viaje de regreso, por más que ambos se sentaron en el asiento de atrás, Jimin parecía apartado, miraba a la venta, ignorando completamente a Yoongi, como era usual cuando se sentía mal.
Pero el rubio no se iba a quedar así, así que pasó al medio del asiento, tomando la mano de Jimin, haciendo que este se sobresaltara, se giró hacia él y tardó un momento en dejarlo entrelazar sus dedos.
— Siento que tengo que pedirte perdón— murmuró Yoongi —, no supe qué hacer, Jimin, lo siento.
El pelinegro sonrió un poco, conmovido por el dulce gesto de su novio, no estaba enojado, simplemente se sentía mal consigo mismo, y quería estar apartado, pero sabía que no podía librarse de su sobreprotector novio.
Jimin asintió, abrió la boca para hablar pero la cerró, alzó la mano e hizo una seña.
"Está bien".
Yoongi pasó la vista de la mano de Jimin hacia su rostro, viendo cómo lentamente los ojos de Jimin enrrojecer mientras él intentaba aguantar el llanto.
— No, bebé— dijo, aunque su tono fue un poco brusco—. Tú puedes, lo sabes.
Jimin negó, mordiendo su labio con fuerza, su mirada bajó hacia su regazo.
Yoongi tomó con suavidad su rostro, alzandolo, los brillantes ojitos de su novio lo miraron, quebrándole un poco el corazón.
— Esto ya te pasó una vez, Jiminie, ¿Recuerdas? Cuando volvimos del campamento— el castaño esperó hasta que el chico asintió—. Esto es como cada vez que vuelves a hablar en las mañanas, ¿Sí? Cuando me das los buenos días, ¿Está bien?
Jimin sólo lo miraba, sus ganas de llorar se habían ido a pesar de que sus lágrimas seguían en sus ojos.
— Sólo te pusiste nervioso, bebé— dijo Yoongi , refiriéndose a lo que le había contado la fonoaudióloga—. Nos pasa a todos, está bien, entiendo que puede ser frustrant,e pero no debes dejar que se sentimiento te gane, porque sabes que puedes ¿Lo dices? ¿Por mí?
Jimin sonrió un poco, cerrando sus ojos un momento, buscando, como todas las mañanas, el punto exacto en su pecho de donde sentía su voz.
Tomando aire, lo logró:
— Bu-Buenos días.
Jimin rió un poco, los labios de Yoongi sobre los suyos lo interrumpieron, dejando en un beso corto pero con ganas, haciéndolo sonreír.
La señora Park los miró con ternura por el espejo, sonriendo ampliamente mientras estacionaba el auto frente a su hogar, notó el humor de ambos más ligero después de eso.
A los pocos minutos de llegar a casa Yoongi se sorprendió un poco cuando Jimin tomó su mano, sin decirle nada, tomó un par de toallas del estante, dejándolas sobre el pecho del rubio para que las sosteniera.
— ¿Qué? ¿Para qué-? — Yoongi dejó de hablar cuando notó que Jimin se dirigía hacia el baño.
De repente, la idea de lo que su chico quería apareció en su mente, y quiso irse y a la vez no, Jimin lo hizo pasar al baño, cerrando la puerta detrás de él.
— ¿Jimin? ¿Q-Quieres que n-nos...?
Jimin rió ante lo ruborizado que estaba Yoongi, quien había apretando las toallas con fuerza sin darse cuenta, todo gracias a lo nervioso que estaba, el pelinegro tomó ambas toallas para colgarlas en los ganchos de la pared, se acercó a Yoongi para dejar un pequeño beso sobre sus labios, miró los gatunos ojos del chico nervioso frente a él.
— Baño de novios— respondió simplemente.
— ¿Tú... En serio quieres...? — Yoongi no podía creer a su lindo chico, aquel tímido que lo obligaba a voltearse para cambiarse y que era muy protector sobre su intimidad hacer algo así.
Jimin comprendió la sorpresa de su novio por lo que estaba haciendo, él no era de hacer esas cosas.
Soltó un pequeño suspiro, no quería decirlo, pero se sentía muy nervioso desde que había tenido su ataque de pánico, y la presencia de Yoongi lo calmaba.
No quería separarse de él por miedo a sentirse tan asustado como lo había estado, pero también se sentía sucio, quería borrar los recuerdos con una ducha, como si pudiera quitárselos así de fácil, necesitaba un baño.
Sonriendo de forma tímida, volvió a alzar la vista hacia Yoongi.
— Quiero... Estar contigo— dijo, bajo—. Y tam-bién quiero bañar-me— añadió, sin querer decir más.
Yoongi respiró con alivio, intentando bajar sus pulsaciones.
— Está bien si así lo quieres, Jimin— dijo, acarició un poco el cabello del chico—. Sólo me puse nervioso porque creí que querías... Hacer algo.
Jimin tardó un momento en entender a lo que se refería, y Yoongi rió con ternura hacia su inocente novio, al comprender, el menor abrió los ojos como si se hubiera asustado, se ruborizó hasta las orejas y escondió el rostro en el pecho de Yoongi, quien lo abrazó con algo de gracia.
— Está bien, bebé, no haremos nada, no te preocupes— dijo el rubio, frotando la espalda de Jimin.
— Soy inocente— lo escuchó murmurar en su pecho.
— Claro que lo eres, amor.
Avergonzado por lo que le había dicho Yoongi, Jimin le dió la espalda a su novio para desvestirse, temblando ligeramente, miró hacia el suelo, y la ropa de Yoongi tirada en el mismo, al igual que la suya.
El rubio tomó las prendas de ambos, dejándolas en un rincón para después llevarlas al canasto de ropa sucia, miéntras Jimin dejaba el agua de la ducha calentarse, con la mano bajo la lluvia para sentir la temperatura correcta.
La vista de Yoongi se desvió unos segundos hacia el trasero de Jimin, aunque se obligó a abandonarlo, no harían nada, no pasaría nada, así que debía relajarse un poco, por más que las curbas de su lindo novio siempre lo distraían.
Con Jimin aún de espaldas a él, Yoongi notó sus temblores, y lo conocía lo suficiente para saber que el chico debía estar ruborizado a más no poder.
Con una sonrisa pícara, Yoongi se acercó a él para abrazarlo por la espalda, haciendo que Jimin se tensara por el repentino contacto, dejó sonoros besos en su cuello y parte de sus hombros, hasta que lo notó sonreír, hasta que se calmó un poco entre sus brazos, e incluso se inclinó hacia atrás para más contacto.
—No haremos nada de eso, pero puedo darte mimos.
Jimin rió un poco, asintiendo, elmayor sonrió con victoría.
Al principio, Jimin se había negado a voltearse, prefería que Yoongi tuviera la vista de su trasero desnudo antes de su verdadera intimidad, pero el rubio no tardó mucho en cansarse un poco de no tener atencíon con el chico de espaldas, y de que el menor le pidiera todo el tiempo que le pasara el shampoo o la crema ya que él no quería voltearse.
Tomándolo por los hombros, lo giró rápidamente, sosteniendolo para que no se resbalara con la mojada tina bajo sus pies.
Casi de inmediato, Jimin cubrió sus ojos con sus manos, evitando ver el cuerpo desnudo de Yoongi. Aunque por dentro quería cubrir sus partes, con un poco de ternura, el rubio acercó sus manos hacia él, acariciando el dorso de estas para que despejara su vista.
— Jiminie, ya me has visto desnudo— dijo— . No hay de qué preocuparse, tengo lo mismo que tú, no es como si de la nada tuviera... Dos penes— añadió, con una leve risa, haciendo al pelinegro reir también.
Jimin separó un poco sus dedos, mirando el rostro de Yoongi, notó aquellos bellos ojos oscuros que miraban directamente hacia su rostro, ignorando completamente el resto, con ese mismo brillo y cariño que tenían cuando estaba vestido.
Bajó sus manos con lentitud, Yoongi no tardó en entrelazar sus dedos.
— Es sólo un baño de novios— dijo el rubio con una sonrisa, ambos rieron un poco.
Jimin se veía agradecido, Yoongi se sintió realizado, su novio era feliz con esas cosas mínimas, y a él le encantaba.
Pasaron un largo rato en la ducha, jugando con la espuma del shampoo, haciéndose cosquillas y besos momentáneos, hasta que ambos decidieron que era suficiente de gastar agua y decidieron salir.
Yoongi secó a Jimin como si fuera un bebé pequeño que no podía hacerlo por si mismo, el pelinegro no se negó, sintiensose mimado.
Dejó un beso en su frente antes de dejar que saliera del baño primero, para que pudiera cambiarse cómodamente en el cuarto, mientras él se quedó un momento más en el baño, secando su cuerpo y algo de agua que había escapado de la tina mientras se bañaban, con una sonrisa boba en el rostro.
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