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— Escuchame, porfavor... Juan.
Caminamos de arriba a bajó por las malditas escaleras y ella no para de hablar... No quiero tener que escuchar su palabrería barata durante todo el trayecto, pero como no se calle... Voy a terminar por descontrolar mis poderes.
— Agh, basta Ari. ¿Qué es lo que sucede? — y no me responde — Andale, dime. Te escucho.
— Espera... Mierda, dejame recuperar el aliento — Se detiene, toma aire profundamente y se endereza, como si el peso de sus palabras necesitará de toda su postura — Es largo y no creo que quieras estar parado en tus estúpidas escaleras durante media hora.
No puedo evitar hacer una mueca de fastidio.
— No pongas esa cara, sabes cuánto me molesta que me veas así — se cruza de brazos y enarca una ceja.
— ¿Así como? — y le devuelvo el gesto, imitándola.
— Nah, ya no importa. No es sobre tu y yo.
— Entonces si no es sobre eso ¿por que me pides con tanta exigencia que te escuche?
— Por que es... Sobre Spreen.
Y no se si la escuche bien... Pero, ¿acaba de mencionar a Spreen?
Nop. Ella y Spreen no se conocen de mas de dos palabras... ¿Verdad?
— Ay, bueno... Vamos al cafecito de Aro.
— Sabia que si lo mencionaba aceptarias — dijo sonriendo y durante lo que resto del camino opta por guardar silencio.
Uno que otro compañero nos saludo, en unos puestos pude divisar a Auron acompañado de Reborn, se veían muy sonrientes... Me pregunto si Spreen y yo nos veríamos igual de felices juntos...
— Juanito, deja de mirar embobado a esos dos.
— Aja. Como sea. ¿Que vas a pedir?
— No vinimos aquí a tomar un puto café — De tiene su lengua por un momento y después de pensar en quien-sabe-que-cosa siguió con su veredicto — La información que traigo es mas importante que tu adicción a la cafeína.
— ¿Entonces?
— Ayer, escuche algo muy interesante mientras paseaba por el Pueblo Naranja y un querido amigo mio me confirmo con su testimonio, así que vas a escucharme atentamente, por que no lo voy a repetir: Spreen. Te. Ama. ¿Ok?
Y el mundo se detiene. Todo sonido y movimiento se redujo a cero. Mierda.
— ¿Yo... Hice esto? Ay no, me descontrole. Respira Sebas, todo esta bien — Cierro los ojos e intento concentrar mi energía, pero no se si esto vaya a funcio-
— ¿Que pasa, Juan? ¿Tanto te impacto?
Lo logre.
No puede ser, no se si estoy mas emocionado por haber desecho un hechizo o por saber que Spreen siente algo por mi.
— Estoy... Procesando.
—Mmm, okey... — dice, alargando la 'o' —¿Y que vas a hacer? ¿Te declararás o vas a esperar a que el lo haga?
No había pensado en ello, en mi mente ya estábamos casados y con tres hijos. Que penita decirlo haci en la inmensidad de mis pensamientos.
Mmm... ¿A Spreen le gustaran las margaritas o rosas?
— No lo se.
— Genial... Que sorpresa que no sepas que hacer — La escucho murmurar por lo bajo — Solo no vayas a esperar mucho, ya sabes. Las personas cambian, los sentimientos también y eso sucede en un abrir y cerrar de ojos.
Ve algo tras de mí, no denoto sorpresa en su expresión, por alguna razón ella siempre esta a un paso delante de todos los demás.
— Me tengo que ir — Toma su chaqueta y bolso, deja unas tortillacoins de oro sobre la mesa y, con un movimiento fluido, corre su silla hacia atrás, todo en menos de un minuto — Recuerda lo que te dije: No esperes mucho.
— Creo que ya no quiero declararme — dije al aire mas que para mi mismo.
— Ay no, patroncito. Nos pasamos toda la madrugada haciendo este plan y de usted depende que funcione.
Mariana enrollaba por enésima vez una cartulina exageradamente decorada con la interrogante y celebre frase '¿Quere se mi nv?' la cual apenas fue vista por Mayichi se descarto como parte del plan, Genesis se abrio paso de entre los dos, que de nueva cuenta se encontraban discutiendo.
— Con todo el respeto que le tengo, patrón. Si esto no se lleva a cabo hasta un final exitoso, le aseguro que me meto toda la merca — en sus ojos pude ver cierto miedo por sus propias palabras, pues aca en Pueblo Naranja, lo dicho entre nosotros son mas que vocablos, son casi como juramentos de vida.
— Tranqui wachin, que no mas metes presión — dijo Betra, fulminándolo con la mirada. Y eso es por decir poco, las garras se me insertan en las palmas, buscando devolverme a la realidad.
Todos - los que por alguna razón se enteraron de mi propuesta - se encontraban en la cocina, gritando, dando opiniones, discutiendo y en el centro de todo el caos, una pizarra con todos los pasos a seguir.
— ¿Quien fue el chistosito que me puso 'Boludo' en la pizarra? — Grite, para mantener el control, realmente no quiero saber la respuesta.
Se miraban los unos a los otros los doce presentes, buscando culpable o aquien incriminar.
— Fue Cristi, patrón. Yo clarito la vi — señalo Carola a la chica robot.
Esta hacia unos sonidos raros, como si estuviera procesando una respuesta o mecanismo de defensa.
— ¿Pero como la va a creer al tuerto, patroncito? Si yo, aparte del Señor Focus y el Señor Tani, soy la mas responsable.
— Se le murio un perro esta mañana — murmuro el científico de cuarta desde una encimera.
— Pero bueno, Zorman, ¿parale un poco, no? — y a si comenzó nuevamente un discusión entre Tanizen y el loco de la bata, Karchez intento separarlos inútilmente junto a Barca, aun que este ultimo estaba encantadísimo con el caos, a excepción del cuervo que observaba todo desde una esquina.
— Chicos, calmados. ¿Que no ven que solo logaran poner mas nervioso al Mi Casita? — Todos guardaron silencio una vez el pingüino termino su aclaración.
Hubiera preferido que nadie me viera en mi momento de crisis, pero... Bueno, ya estaban sobre mi las miradas.
— Perdone... No queríamos incomodarlo en su dia.... — Se me disculparon la robot y Mayichi, por toda la sala se escucharon sinónimos del perdón.
— Sha no importa, me voy a Pueblo Verde. Genesis, tu estas a cargo de cerrar y ya sabes que hacer con los demás.
Mayichi alzo la mano, pidiendo la palabra.
— ¿Puedo acompañarlo hasta la entrada de Pueblo Verde?
— Si ¿alguien mas quiere venir?
Mariana sin dudar extendió su mano, y los demás se negaron.
Genesis, como anteriormente le ordene, fue sacando uno a uno con claras indicaciones a los miembros del Cartel, entregando a cada quien su mercancía correspondiente del mes. Por otro lado Mariana y Mayichi lideraban el camino, la sombra de los arboles daba de lleno en nuestros rostros y los portales no tardaron en aparecer.
— Patrón, se que no necesita de mis palabras, pero debe saber que yo y los demás confiamos en usted. Nada le podría salir mal y ayer me contuve de decirle, que no había manera de que el Sr. Juan lo rechaze, por que usted es el ser mas extraordinario que conozco, usted es la máxima autoridad aquí entre los pueblos — Guardo silencio, esperando no haber soltado de mas, pero Mariana apoyo una mano sobre su hombro, dándole la tranquilidad.
— Usted es multimillonario, guapo y un sin fin de adulaciones, usted es Spreen y nadie se opondría a usted.
— Lo se. Yo nunca me equivoco — Sonreí, no arrogante porque no soy altanero, pero tampoco modesto. Y con esas palabras de ultimátum, pasamos el portal.
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