5. Otelo

Capítulo 5. Otelo.



Atsushi despertó sin ropa, acurrucado en los brazos del mafioso, pudo oler que alguien se acercaba, tomo un arma y se puso la gabardina del mafioso. Allí los encontró en la sala, el albino enfureció. Quito el seguro del arma – Atsushi-kun, deberías detenerte

― ¿Qué hacen aquí? No los quiero ver

― Atsushi nosotros – Atsushi apunto.

Disparo aunque fue desviado, el agente miro al azabache, Akutagawa había alzado el brazo de Atsushi para disparar al techo, el albino lo miro sorprendido, completamente en blanco. Akutagawa sostenía su brazo en el aire – Ryu...

― Jinko, necesitas ayuda

Atsushi se quedó en blanco, solo miro a Akutagawa, señalo al castaño - ¿es por él no? SIEMPRE ES POR ÉL

El albino intento usar su habilidad, fue allí cuando noto las pulseras en él, el mafioso lo había engañado, Akutagawa no llevaba la pulsera, uso a Rashomon para envolverlo - ¡SUELTAME MALDITO INFIEL HIJO DE PUTA!

― Akutagawa, no tienes que hacer esto

― Lo haré, le jure a Jinko jamás dejarlo, y eso haré. Estaré en su tratamiento

...

Atsushi estaba en una habitación vacía con un traje completo, el mafioso entraba en el cuarto, y el albino lo miro, sus ojos brillaron – ¡Ryu!

― Jinko, me dijo la doctora que no quieres tus medicamentos

― No tengo ningún síndrome, todo lo que quiero es verte Ryu

― Podríamos hacer un trato

― ¿un trato?

― Escucha, debes tomar tus medicamentos, mejorar... solo así podremos estar juntos

― ¡pero no estoy enfermo! Esto es un engaño de Dazai-san para alejarnos Ryu

― Lo sé pero por eso necesito que lo sigas

― ¿eh?

― Jinko – extendió su mano – sal rápido de aquí, por favor...

Atsushi tomo su mano – lo haré...

Fueron meses de tratamiento y visitas constantes lo que lograron liberar a Atsushi, aquel día. Akutagawa lo espero ansioso. Atsushi brinco encima de él. Ambos sonrieron, el viento soplaba y el mafioso se llevaba al albino – Ryu ¿A dónde iremos?

― A nuestra casa

― ¿nu-nuestra?

― Jinko

― ¿si?

― ¿quisieras vivir conmigo?

Atsushi sonrió - ¡sí!

...

Días atrás. Akutagawa había sido llamado por la agencia – Akutagawa, llegas a tiempo – dijo Yosano

― Usted sabe que soy puntual en esto

Entro a la oficina del presidente, Yosano lo acompaño, habían pasado los últimos meses juntos para tratar a Atsushi. Ranpo y Dazai estaban a los lados del presidente – bien, díganos todo Yosano-sensei

― Como saben, Atsushi fue diagnosticado con el síndrome de otelo. Atsushi ha mejorado mucho, pero sigue siendo dependiente de Akutagawa

― ¿Cómo así?

― El síndrome aparece en la persona cuando está enamorado y siente que le será infiel. Es causado por daños anteriores a abandonos – menciono Dazai para el presidente

― El amor no es una enfermedad, así que...

― ¿y tú? – pregunto firme el platinado al azabache

― Presidente, creo que mis sentimientos son claros al estar aquí, llevo meses sin dejarlo y

― Te preguntaba por tu seguridad

Todos le miraron sorprendidos incluido el mafioso – ya te encerró una vez, y amenazó con matar a Dazai, es un gran elemento para nosotros pero si vuelve a ponerse así

― Señor, él es un tigre, es salvaje pero es un felino, como un tierno gatito

― Supo darle en el blanco – susurro Dazai

― Comprendo... - miro a Yosano - ¿entonces?

― Está listo para salir de alta pero debe seguir tranquilo

― Yo tengo algo que mencionar – agrego el azabache

― ¿y eso es?

― Quiero... vivir con él

Los agentes se sorprendieron esta vez miraron a Rampo, el castaño saco la paleta de su boca y sonrió – todo está bien – menciono Ranpo.

...

Después de eso, Atsushi fue liberado y llevado con Akutagawa, el albino estaba nervioso cuando entro a la casa, sus cosas estaban allí – Ryu esto...

― La agencia está de acuerdo, es por ti, por mí, por nosotros...

― Gracias por quedarte a mi lado Ryu...

― Yo debería decirte gracias por no matar a nadie

― Ya no lo menciones...

Akutagawa le mostro al albino cada rincón de la casa, y terminaron el día recostados juntos, por fin después de meses podían dormir juntos de nuevo.

A la mañana siguiente, el mafioso despertó al albino, sus vidas debían continuar, Atsushi se arregló al igual que el mafioso, salieron de casa y ambos se despidieron. Atsushi llego a la agencia, suspiro profundo frente a la puerta y entro. Todos lo miraron, Atsushi se sintió incomodo pero después todos sonrieron – Atsushi. Bienvenido de vuelta

El albino sonrió y se acercó al resto. Miro a Dazai y esté le sonrió – Dazai-san, lamento apuntarle...

― Es el pasado Atsushi-kun, no tienes idea cuantas veces me han apuntado, incluso agentes.

Kunikida miro a otro lado subiendo sus gafas

― ¿aun sientes que te quitaré a Akutagawa-kun?

― No – respondió rápido. Todos ponían atención – yo soy mejor que usted para él

Dazai se sorprendió y comenzó a reír, - tienes toda la razón – dijo el castaño para tocar el hombro del albino – sigamos así

― Si – sonrió Atsushi

Continuo su trabajo como normalmente lo hacía, todo era perfecto. Termino su jornada laboral, comió un pastel de fresas y bebió café con Dazai antes de irse a casa, ambos se despidieron bien, Atsushi llego alegra a su nuevo hogar, miro al azabache tomando té en la mesa del comedor mientras revisaba documentos. Atsushi solo pudo sonreír aún más, y fue directamente al mafioso – o-oye quítate los zapatos – se quejó pero Atsushi llego directo a abrazarlo de frente y aferrarse a su cuello. El mafioso sonrió – bienvenido a casa

― Estoy en casa Ryu – dijo alegre

― Ahora quítate los zapatos

― Ah, sí perdón

Atsushi fue a la puerta, quito sus botas y apenas iba a levantarse para acomodarlas cuando Rashomon lo tomo - ¿Rashomon?

― ¿comiste?

― Si

― Perfecto

Akutagawa llevo al albino siendo sostenido por Rashomon, Atsushi no entendió hasta que fue lanzado a la cama – hey – se quejó. Aunque se calló pues el mafioso se puso encima de él

― Hemos pasado meses separados

― Ryu...

― Te he extrañado

― Y yo a ti cariño.

Atsushi fue besado, comenzó por rosar sus labios pero ambos conocían sus deseos, comenzaron por jugar con sus lenguas, sus puntas se tocaron y automáticamente se enlazaron, no podían dejar de verse a los ojos a pesar que el respirar de sus narices resoplaban, el mafioso se divirtió viendo como el albino comenzaba a sonrojarse, sin detener su juego, paso su mano por la camisa del albino, y solo quito uno de los botones para meter su mano, Atsushi bajo la mirada pero fue cuando Akutagawa tomo la lengua de Atsushi por completo, Atsushi apenas reaccionaba cuando tomo su pezón, inevitablemente el tigre fue puesto a prueba y fallo rotundamente expulsando un gran gemido. – Que encantador – dijo el mafioso. Atsushi se acomodó mejor en la cama, uso su rodilla para frotar entre las piernas del mafioso - ¿inquieto?

― Solo... - inflo sus mejillas – qui-quiero tenerte...

― ¿ahora eres tímido? ¿Quién fue quien prácticamente me violo?

― Oh vamos, te encanto

Akutagawa no pudo evitar carcajearse. Beso al albino mientras tomaba sus mejillas, Atsushi se aferró a sus manos. – te amo, a ti y solo a ti – el albino sonrio

― Lo sé, estaré consciente de ello

― Y tus medicamentos

― Solo si tu tomas los tuyos

― Mi tos ha mejorado

― ¿así? Pruébalo

El mafioso mantuvo la respiración, el albino sonrió después de unos segundos el mafioso tocio ronco – ento

― No digas nada Jinko

El mafioso tomo al albino entre sus brazos, Atsushi no paraba de reír, volvieron a besarse, está vez Akutagawa quito la ropa del albino, el agente no lo hizo, sabía que Ryunosuke odiaba quedarse sin ropa, más si lo ayudo a bajarse los pantalones.

Akutagawa paso sus labios por las mejillas del albino, cruzo por sus orejas donde jugo ligeramente, recordaba lo delicado que Atsushi era allí, mientras el agente se volvía loco por ello, el terminaba de quitarle la ropa. Continuo su recorrido bajando por su cuello y deteniéndose entre sus hombros - ¿estas descansando? – pregunto el albino

― Tu olor es relajante Jinko

― N-no digas eso

― Tu olor es relajante

Atsushi tapo su cara con sus manos, el mafioso sonrió. Estiro su brazo para tomar el lubricante del mueble de cama, lo unto en sus dedos y acerco su mano al trasero del agente. Atsushi no se quejó, solo se quejó ligeramente – esta frio

― Es porque tienes tiempo sin que juegue con él

― N-no tanto...

― ¿eh?

― En mi habitación de rehabilitación... ju-jugaba pensando en ti

― Pero... había cámaras

― ¡¿EH?! – grito sentándose.

El movimiento del albino hizo que los dedos del mafioso entraran más. Atsushi estiro su espalda y se aferró a los hombros del mafioso – tu solito te lo hiciste

― Aah... e-eso dolió

― Como sea... lo de las cámaras – Akutagawa sonrió – era broma

― ¡IDIOTA!

Akutagawa tomo los hombros de Atsushi para volverlo recostar, no pudo evitar gemir por el movimiento, Akutagawa no se quedaba atrás, estaba moviendo sus dedos dentro del albino como cuando quieres lo último del yogurt y buscas con tu dedo lo último y más difícil de tomar. Los gemidos del agente llenaban la habitación y hacían al mafioso suspirar encantado.

Poco a poco tuvo el espacio suficiente, retiro los dedos, Atsushi conocía a Ryunosuke así que antes que nada, lo abrazo y sonrió - ¿Por qué siempre quieres hacerlo así?

― Por qué no me imagino estando contigo sin sentirte cerca

― Que torpe más lindo eres

El agente se sonrojo, el mafioso entro lentamente, se aferraron a sus cuerpos mientras se movían, Atsushi dejo su cabeza en el hombro del azabache, Akutagawa hizo lo mismo pero esté mordió al agente haciéndolo gritar entre gemidos – ahora, eres todo mío – menciono el mafioso.

La mañana siguiente, Atsushi despertó sin su pareja al lado, sintió una punzada en su hombro, estaba todo mordido. Aun así sonrió, se levantó tomando una de las camisas, su bóxer taparía lo demás. En la cocina vio al mafioso hirviendo agua - ¿Qué haces Ryu?

― Buen día cariño – Atsushi sonrió y lo abrazo

― Buen día querido – lo miro - ¿Qué haces?

― Hervir agujas

― ¿agujas?

― Te haré una marca

― ¿ma-marca? – pregunto asustado

― Si, serás mío siempre.

Atsushi trago saliva pero sonrió.

Los días como pareja a veces eran duros, otros días eran demasiado tranquilos, la primera vez que lo vieron se habían preocupado pero después entendieron, su relación era así, marcados como uno del otro, portando sus hombres en sus hombros como cicatriz y las misma quemadura por agua hirviendo en sus pechos y manos, pues sus pechos estaban quemados pero la mano en sus corazones se había quedado. No estaban locos, no. Solo se amaban demasiado. 


Fin.



...

¡Comencemos el año con esté final!

Atsushi y Akutagawa se quedaron juntos, tan lindo... por cierto, la marca de sus hombros viene siendo un aguja, cada uno escribir sus iniciales en el otro. Lo de la quemadura fue idea de Atsushi, estaban peleando (por el dolor de sus iniciales) entonces Atsushi puso su mano en el pecho desnudo de Akutagawa y tiro un poco a agua hirviendo. Despues de hacerlo gritar por el dolor Atsushi se sintio mal y le sugirio hacerle lo mismo para estar iguales.

Ambos llevan el sindrome de Otelo que aunque suena parecido al de estocolmo no es para nada igual. (lo digo por mi fanfic de Estocolmo)

Toma su nombre de la conocida obra de Shakespeare, Otelo, que mata a Desdémona poseído por unos celos enfermizos. El síndrome de Otelo es un transtorno delirante que quien lo sufre está firmememente convencida de que su pareja le es infiel. Es tratable pero esto causa que quien lo padesca tenga arranques sobre su pareja, usualmente llega esté transtorno en gente que ha sido engañada o abandonada, no precisamente por su pareja, incluso un padre o madre, amigo muy querido, etc. 

Esté es el primero del año

¡Gracias por leer!

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