4. Preso del amor

Capítulo 4. Preso del amor



Akutagawa estaba agotado, llevaba cinco días con Atsushi, esté no daba su brazo a torcer más si comprendía las situaciones que pasaba. Pues si el perro de la mafia tenía total libertad excepto por un grillete en su pierna con una enorme roja y el hecho de traer unas pulseras anti gravedad. El mafioso tenía su teléfono, se comunicaba con Chuuya pero odiaba todo. Atsushi había entrado a la habitación y lo miro molesto – Jinko, puedes confiar en mi

― ¿Por qué? ¿acaso demuestras que puedo hacerlo?

― ¡me tienes encadenado maldita sea! – se quejó moviendo las cadenas. Sus pies llevaban la gran roca

― Crecí así, el director lo hacía por mi bien, yo lo hago por el tuyo mi amor

― Jinko tú, en serio...

― Si te pierdo, Dazai-san podría volver a lastimarte

― ¡Jinko!

― Hice de comer ¿no quieres?

― Chuuya... debe estar por llamar.

― Cierto – sonrió Atsushi – me alejaré, no quisiera que tu trabajo se complicará

Atsushi salió de la habitación, Akutagawa suspiro. A pocos minutos Chuuya llamo y Akutagawa pudo contestar

[- Akutagawa]

[- ¿si?]

[- Tu trabajo fue realizado, tenemos todo. Ahora ¿Cómo estás?]

[- Bien, Jinko y yo estamos bien]

[- me alegra oír eso, volviendo a los negocios. Francia ataco a España hace poco, usaremos la artillería pesada. Te necesitamos]

[- lo comentaré con Jinko, no quiero preocuparlo.]

[- Bien, usare a los armados de Japón]

[- le tendré una respuesta por la noche, Jinko debe pensarlo bien]

Ambos colgaron, el azabache suspiro. Atsushi apareció de nuevo. Akutagawa y Chuuya sabían a la perfección que Atsushi siempre escuchaba sus llamadas, siempre hablaban en clave.

― ¿terminaste?

― Claro

― ¿nueva misión?

― Jinko, me necesitan. Estamos en guerra con los europeos

― ¿así? ¿Quiénes?

― Francia, España... usaremos a Japón

― Bueno, ¿Qué tal si lo platicamos en la cena? ¿quieres venir?

― Iré solo si me quitas las cadenas, ya me pusiste esa maldita pulsera anti habilidad ¿Por qué debo estar encerrado?

― ¿Por qué? ¿acaso no es suficiente?

― ¿Por qué no confías en mí?

― ¿Cómo podría confiar en ti?

Mientras tanto Chuuya suspiro - ¿lo tienes?

― Están ocultos bajo tierra eso es seguro – menciono Ranpo – aún no sé dónde.

― Atsushi-kun se tomó muchas molestias para esconderse... - miro al pelinaranja - Gracias Chuuya

― ¿de qué? Maldito bastardo quiero a mi asesino

― Chuuuya ¿no sabes lo que pasa aquí?

― Sería lo mejor si nos explican

― Mori-san ¿podrías calmarte? Tenemos a nuestros chicos, solo hay que encontrarlos

― Tu tigre enloquece, toma a mi asesino y ¿quieres que esté tranquilo?

― Atsushi-kun no dañará a Akutagawa, en todo caso... vendrá por mí...

― Es el síndrome de Otelo, oh gracias Shakespeare por darnos una enfermedad a tu obra

― ¿Qué le pasa?

― A Ranpo-san le gusta Shakespeare

― Llamaré en la noche ¿Qué quieres que diga está vez?

Dazai suspiro – hay que hacerlos salir... haremos esto.

Akutagawa miraba al techo, era algo humillante para él. Sínico, misterioso, ardiente y pasional... Estaba cada vez más loco por el albino, Atsushi simplemente era un adorable ángel que lo atendía y cuidaba... pero también un maldito que no le dejaba salir. Suspiro cansado. Quería tener la oportunidad de salir con el albino a una cita. Podía notarlo en Atsushi. Estaba sufriendo.

Atsushi tallo sus ojos mientras preparaba la comida, estaba agotado. Su vista se nublo ligeramente y cayo de rodillas mientras se sostenía de la mesa, un plato se cayó y el mafioso volteo a ver a la cocina, seguía dentro de una habitación, no podía ver al albino – Jinko... ¡¿Jinko estás bien?!

― S-si – respondió débil.

Se levantó cansado, mareado. Llego a la habitación sonriéndole al mafioso – disculpa, tire algo de la comida, demoraré más... conseguí tus higos, son tus favoritos

― Jinko... entonces, ¿sobre la misión?

― ¿La misión...? – menciono cansado. El mareo volvía - Ah las guerras de mafiosos

― ¿me soltarás?

Atsushi sonrió – iré contigo, volveremos a casa juntos.

Akutagawa se levantó furioso - ¡ESTOY HARTO DE ESTO JINKO! – Atsushi se asustó de tal reacción. - ¡¿Por qué tienes que termine aquí?! Tu pedazo de mierda ¡Esto va más allá de lo que quiero contigo! Estás enfermo, loco y – Akutagawa vio como el albino cerraba sus ojos y se desvanecía - ¡ATSUSHI! – grito preocupado.

Atsushi cayó al suelo, el mafioso no podía moverse. Uso sus fuerzas para mover aquella roca hasta llegar al albino, tosió con gran esfuerzo, apenas podía respirar. Todo el rostro del albino – Atsushi, despierta amor, despierta – pidió preocupado.

Busco entre la ropa del albino encontrando la llave, la uso para quitarse la cadena, sintió un terrible dolor en sus pies por ello. Aun así, todo al chico para recostarlo – espera un momento Atsushi. – fue a la cocina para encontrar medicamento.

Atsushi estaba perdido en sueño, el mafioso preocupado. La llamada llego en el mejor momento, el mafioso miro su teléfono y miro al albino recostado, tenía una opción. Tomo su celular y salió de la habitación

[- Chuuya, Atsushi se desmayó, no sé qué hacer]

[- ¿Cómo que no sabes? Sal y dinos donde estas]

[- pero... Jinko]

El mafioso escucho los forcejeos en el teléfono y después la voz de Dazai

[- Akutagawa, si Atsushi-kun se desmayo debe estar exhausto, déjalo descansar, busca una farmacia cerca, lleva el celular. Compra los medicamentos que te enviaré por mensaje]

[- bien]

El mafioso colgó, recibió el mensaje y salió. La agencia había podido localizar el teléfono del albino mientras Akutagawa tenía medicamento para el albino.

Atsushi despertó asustado, respiro agitado y se levantó – Ry – tomo su cabeza, una gran punzada lo venció.

― Jinko

Atsushi lo miro y se fue encima de él para aferrarse – lo lamento, lo lamento, no sé qué ocurrió yo

― Jinko... - le sonrió – me alegra que estés mejor

― Ryu... - se acurruco en su pecho. Después los abrió y lo miro - ¿m-me trajiste?

― Cargarte con todo y roca fue difícil

Atsushi busco entre sus ropas, la llave estaba allí, el mafioso encadenado – tu... ¿me cuidaste? ¿Sin irte...?

― Jamás me iré mi pequeño gatito

Atsushi sonrió, lo abrazo con fuerza – Ryu, hagámoslo

― Pero has estado mal

― No importa... Mientras estes a mi lado... Nada importa



...

Hola a todos, paso rapidamente a publicar los capítulos ya que hoy es mi cumpleaños

pd. Akutagawa no es tonto sabe que Atsushi tiene el control teniendolo encadenado, así que armará un plan, ¿que pasará con la pareja?

¿el mafioso lo perdonará o lo matará?

¡Gracias por leer!

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