1. ¿Por qué tan molesto?

Capítulo 1. ¿Porqué tan molesto?



Era un día normal, Atsushi acomodaba el papeleo de Dazai mientras esté jugaba con un lápiz en sus labios. – Dazai-san, está jugando más de lo normal – se quejó el albino a su lado. Dazai se incorporó o más bien dejo caer su cuerpo en el escritorio y miro al albino

― ¿Qué hago Atsushi-kun? El presidente sigue mandándome a estas fastidiosas misiones con Chuuya

― ¿está cansado?

― Ya me harte de verlo a diario

― Tendrá que aguantar un poco más.

Dazai lo miro, sonrió tan amplio que el rostro de Atsushi se vio morado - ¿qu-que?

― Ven conmigo

― ¡NO!

La conversación no termino allí pero si las energías de Atsushi. Dazai había ganado y lo llevaba consigo a su misión. En el puerta se encontró con Chuuya, y a sus espaldas, el azabache también estaba – Akutagawa-kun ¿Qué hace aquí? – cuestiono Dazai

― Dijiste que traerías al chico tigre, yo traje a mi perro rabioso

― Que fastidio.

¿y cuál era la tarea de ambos chicos? Bueno, tiempo atrás habían destruido un túnel en una de sus otras misiones. El pacto hizo que trabajaran juntos para arreglarlo, pues no querían al gobierno con sus narices en el puerto.

Llevaban puestos overoles de trabajo, para Chuuya, Akutagawa y Atsushi fue fácil cargar los ladrillos y poder mejorar el lugar, mientras Dazai se dignó a poner cemento. – aah tengo tanta sed

― ¿Por qué la tendrías? Apenas trabajas

― Oye eso es – Dazai se vio interrumpido por una botella frente de él

― Dazai-san

― Ah, si – Dazai tomo la botella sacándola de Rashomon. Miro a Atsushi un momento – Atsushi-kun

― ¿sí?

― No has parado verdad – sonrió y extendió la botella de agua - ¿agua?

― ¿eh? Ah, gracias

Atsushi tomo la botella y en ese momento, Rashomon se la arrebato. - ¡oye! – grito Atsushi mirándolo. Akutagawa solo tocio

― No eres digno

― Mira este perro rabioso...

― Atsushi-kun

― ¿sí? Tú y Akutagawa han pasado tiempo juntos este mes ¿no es así?

― Supongo... tengo que cubrirlo, y él cubre a su amigo

― Que no es mi amigo – se quejó Chuuya

― Entonces, hazme un favorcito ¿sí?

― Claro... ¿me va a matar?

― Probablemente

― ¿no tengo otra opción?

― No

― Bien. Pero si me mata y termino muerto, cuide de Kyouka-chan

― Okidoki

Akutagawa y Atsushi se ayudaban mutuamente en una sección, apartados de Dazai y Chuuya, con la habilidad de ambos podían ir más profundo y evitar que todo derrumbase, acabarían más rápido así. – entonces... ¿sigues obsesionado con Dazai-san?

― No es obsesión, simplemente quiero demostrarle mi crecimiento

― Para mi es una obsesión

― Cuando te recojan de la calle y te den un hogar me avisas. Sin Dazai-san, quizá sería polvo

― Comprendo, sin Dazai-san hubiera muerto de hambre. – le miro – o tú me hubieras encontrado primero.

― Justo ahora tendría mucho dinero

― Codicioso

Akutagawa usaba a Rashomon para mantener los ladrillos, Atsushi se movía rápido para poner el cemento, pronto estaban terminando, claro que todo trabajo tiene sus consecuencias, sin notarlo. Unos pedazos dañados cayeron lastimando el pie de Akutagawa. Atsushi se acercó pero el mafioso aun con una lágrima en el ojo se negó a ser atendido por el más joven. – vamos Akutagawa, solo déjame ver tu pie

― Estoy bien carajo

Atsushi suspiro, Akutagawa llevaba rato en la misma posición, su pie se veía inchado a pesar de tener sus zapatos. El albino sonrió travieso, salto sobre le azabache como si de un gato se tratará. El mafioso algo aturdido apenas se levantaba cuando Atsushi revisaba su pie. El azabache dejo un ligero rubor en sus mejillas – Jinko

― Estarás bien, se tallarlos – menciono alegre – ya he practicado con Ranpo-san

El albino tallo el pie del mafioso, buscaba mejorarlo. Aunque Akutagawa solamente se quedó quieto. Miro mejor al albino, Atsushi tenía su pie sobre su pierna, tallaba suavemente mientras su mirada estaba concentrada en aquel punto de su tobillo. Su cabello aun desalineado había bajado para cubrir la mitad de su rostro. El mafioso no pudo evitar quedársele viendo por un largo rato - ¿mejor? – pregunto el albino

― Ah, siempre estuve bien – se quejo

― Claro pequeño perro – expreso burlón el albino

― Te afecta juntarte con Dazai-san ¿Qué pasa con esa seguridad?

― Contigo me siento seguro – menciono el albino, se sonrojo y lo miro nervioso – qui-quiero decir, e-eres seguro... no, no, no digo que das seguro. ¡no eso no! Digo que

Akutagawa comenzó a reír, tapaba su risa con su mano mientras lo miraba, Atsushi se sonrojo, realmente era sonrisa digna de apreciar. - ¿terminaste? – pregunto el albino avergonzado pero alegre de escucharlo reír

― Vayamos con Dazai-san

El mafioso caminaba cansado, parecía que aquella piedra lo había lastimado de más, Atsushi volteo a verlo – aún nos falta mucho por caminar ¿te llevo?

― ¿harás de caballo?

― Podrías ser amable una vez en tu – Atsushi aún no terminaba su frase cuando Akutagawa subió a su espalda. Esto había puesto al albino completamente rojo. - o-oye a-avisame

― Solo anda Jinko

Atsushi dio un pequeño salto para acomodar mejor al mafioso. Lo sostuvo con sus manos por detrás tomándolo desde los muslos, Atsushi camino firme por el lugar mientras el mafioso intentaba no tocarlo. – sabes... Si tomas mis hombros tendré mejor equilibrio

― Si te caes Rashomon evitará que yo caiga

― Que reconfortarle...

El albino suspiro, y sorprendiéndolo una vez más, el mafioso rodeo su cuello con sus brazos mientras se recargaba – A-Akutagawa

― Dices algo y te mato

― Solo

― Dije algo y te mato

― Creí

― Una más y de verdad mueres

― Que estas siendo muy amable – hablo rápido esperando su ejecución, la cual nunca llego

Atsushi continuo andando en silencio, estaba feliz después de todo, quizá el mafioso no era tan malo.

Llegaron a la sección de Chuuya y Dazai, estos dos estaba acostados descansando – no avanzaron nada

― Oooh Atsushi-kun – sonrió Dazai

― Dazai-san no ha hecho nada

― Nos cansamos

― ¿de qué?

― De pelear

― Dios de todos los tigres, dame paciencia

― Oi, oi ¿Qué pasa con ustedes? ¿Por qué Akutagawa va en tu espalda?

Akutagawa salto de su espalda y llego al piso – tuve un pequeño accidente, Jinko simplemente actuo como un esclavo para traerme

― Esclavo – murmuro molesto Atsushi

― Como sea, regresemos a la base. Mañana seguiremos

― Si

Dazai se estiro – vamos Atsushi-kun

Los chicos se habían alejado, nada cambiaria en un día. Al día siguiente, volvieron a separarse, en está ocasión Atsushi y Akutagawa hablaron más, hablaron sobre el hambre y el augurio, sobre la soledad y ser más fuerte. Cada quien tenía su opinión de cada tema. Ampliando su charla a más y más mientras trabajaban en equipo. – Que sed – se quejó Akutagawa. Atsushi extendió su botella de agua – no

― Te la debo, por robarle una a Dazai-san

― No fue robo, el simplemente la desprecio de mi

― Y... ¿tú la despreciaras de mí?

Akutagawa bufo un segundo, tomo la botella y bebió, Atsushi se sonrojo al verlo, simplemente era bueno. Los días seguían pasando, se seguían acercando mientras terminaban el túnel. Atsushi quería preguntar lo mismo desde hace tiempo, pero no se atrevía. Un día mientras comían juntos, lo miro – Akutagawa

― ¿mmm?

― ¿puedo preguntar algo?

― ¿mmm?

― ¿Por qué aceptaste unirte a la mafia?

― No había de otra

― Siempre hay de otra

― ¿Por qué te uniste a la agencia armada de detectives?

― No había de otra

― ¿en verdad?

― Pude... decirle a Dazai-san que agradecia su oferta, pero si buscaba empleo de algo más hubiera sido difícil, sin hablar de una renta, acabaría muriendo de hambre de nuevo

― Lo vez, lo mismo. Me ofreció un techo y comida. Me salvo la vida. – Akutagawa sonrió y Atsushi lo miro, estaba fascinado de aquella sonrisa. – Dazai-san es increíble. – Después de aquella frase Atsushi dejo de escuchar las palabras del azabache.

Había algo, algo que le molestaba, lo carcomía por dentro, se sintió poca cosa, deprimido, furioso. ¿Qué era ese sentimiento? – Jinko, ¡Jinko! Estoy hablándote

― ¿e-eh?

― Te vas a la nada

― Lo la-lamento

― Como sea, terminemos

Atsushi le miro mejor, si terminaban no volvería a verlo. – ah, ya es tarde. ¿Deberíamos seguir mañana?

― No quiero tener que volver mañana, esto termina hoy

Atsushi bajo la cabeza, se digo a seguir al mafioso, ese sería su ultimo día con él.

Más tarde, habían terminado todo, iban caminando a la salida, el mafioso sonrio al ver al castaño, Atsushi volvió a sentir ese dolor en su pecho, - Dazai-san, terminamos el trabajo a tiempo

― Bien hecho – dijo Chuuya

― Oh, Atsushi-kun buen trabajo – sonrió Dazai

― S-si...

― ¿Por qué solo Jinko? También trabajé – expreso molesto

― ¿eeeeh? ¿Qué con eso?

― Oi bastardo deja tus estúpidos momentos de mafioso, felicita al niño

― No quiero

― ¡Dazai-san!

― ¡Dazai!

Atsushi los miraba inerte, sus pupilas se habían ido, podía entenderlo perfectamente, Akutagawa solo miraba a Dazai y eso lo tenía hecho loco. Apretó sus puños molesto – Atsushiiii-kuuun – se quejó Dazai, Atsushi volteo a verlo – auxilio, socorro, estos mafiosos están dementes

― ¿no será usted el demente? – hablo serio el albino, molesto en realidad.

Los mafiosos se quedaron sorprendidos

― Oi, ¿Qué le hiciste al niño? – murmuro Chuuya

― A-Atsushi-kun - le llamo temeroso Dazai, sorprendiendo al azabache - ¿estás bien?

― Quiero ir a casa – menciono el albino

Atsushi solo paso por al lado de los mafiosos, ellos lo miraron sorprendidos, extrañados – oi ¿Qué le hiciste? – pregunto Chuuya al perro rabioso

― Yo no hice nada, veníamos bien

― Sea como sea, Atsushi-kun da miedo molesto

― ¿eh? ¿en verdad?

― Veré que hacer, nos vemos

Dazai fue detrás del albino, lo había alcanzado a medio camino, Akutagawa los miro a lo lejos como Dazai intentaba tocarlo pero el albino se apartaba – Jinko...

― ¿sabes que tendrá?

― No lo sé...

Akutagawa se quedó viendo, no pudo evitar sentir un golpeteo en su pecho, no lo aceptaría, eso jamás. Jamás aceptaría que estaba preocupado por el chico. 




...

Este fanfic tiene muchas sorpresas...
Espero lo disfruten

¡Gracias por leer!

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