💌: 01
El día estaba soleado y perfecto para lo que tenía planeado, Jimin estaba con una sonrisa en su rostro, tarareando la canción que sonaba en sus audífonos. Cuando ingresó a la escuela, varios estudiantes voltearon a verlo, como siempre su presencia llamando la atención sobre todo cuando era el único que estaba tan feliz un lunes por la mañana. ¿Quién a su sano juicio estaría feliz tan temprano y un lunes? Por supuesto, Jimin lo estaba.
Dejó sus libros en su casillero, asegurándose de llevar consigo su cuaderno y una pequeña nota. Sonrió una vez más al leer lo que había escrito anoche y lo aprisionó contra su pecho antes de continuar su camino al salón de clases.
Taehyung y SeokJin lo estaban esperando, no estaban sorprendidos de verlo con una sonrisa de oreja a oreja.
—Tae… ¡Auch! —Su sonrisa desapareció cuando su rostro se estampó contra el pecho de alguien y más cuando se dio cuenta de quién se trataba—. Ten más cuidado.
Jungkook enarcó una ceja y lo miró de pies a cabeza, levantó el dedo índice y le empujó en la frente, haciendo retroceder al rubio. Luego, pasó por su costado, ignorándolo.
—Tonto. —Murmuró Jimin para sí mismo.
Ninguno de los dos se llevaban bien, ambos competían por quedar en el primer puesto de la escuela: Jimin para obtener la beca universitaria en Seúl y Jungkook para seguir siendo el capitán de baloncesto. Parecía algo absurdo, pero ya habían tenido varias diferencias por eso. Sin embargo, solo para uno de ellos era obligatorio sobreesforzarse más de lo que ya lo hacía.
—Jeon siempre de insoportable. —Dijo SeokJin cuando Jimin se sentó frente a ellos—. Está peor desde que quedó en segundo lugar en el proyecto de química.
Jimin soltó un suspiro pesado antes de cambiar su semblante a uno sonriente como si nada hubiera pasado.
—Tal vez solo tuvo un mal día. —Es lo que siempre decía, aunque ver la cara larga de Jungkook ya era cosa de todos los días—. Ahora… ¡Quiero mostrarles esto! —Chilló feliz.
—Aquí vamos de nuevo —Taehyung se cruzó de brazos, esperando a lo que su mejor amigo iba a decir.
—Déjalo ser feliz. —SeokJin lo codeó y susurró—. En algún momento se dará cuenta.
—Anoche estuve pensando y… —Mordió sus labios nerviosos, un sutil color carmesí manchando sus mejillas—. ¡Me voy a declarar a Nayeon!
—¡Oh por dios! —Taehyung fingió asombros, poniendo sus dos manos en su rostro, con la boca abierta—. ¡No me lo esperaba! ¡Qué gran sorpresa!
SeokJin le pisó el pie debajo de la mesa para callarlo. Taehyung apretó los dientes, maldiciendo por dentro.
—¿Estás seguro, Jimminie? Quizá es muy apresurado y… Bueno, qué tal si empiezas acercándote a ella y luego se lo dices.
El rubio abultó los labios y negó. Sacó la nota escondida entre las hojas de su cuaderno y la desdobló con cuidado, la había decorado con corazones y stickers de caras sonrientes.
—Le escribí una carta, confesando mis sentimientos. —Dijo en voz baja, lo suficiente para que solo sus amigos lo escucharan, a pesar de ser los únicos ahí—. Enserio me gusta mucho, pero… me da vergüenza decírselo a la cara.
Con cada palabra que decía, Jimin se sonrojaba aún más.
—Busqué en internet “Cómo declararse a la chica que te gusta sin morir en el intento” —Taehyung explotó en carcajadas, otra pisada en pie por parte de SeokJin lo calló.
—¡Kim SeokJin!
El mayor procedió a darle un pequeño golpe en la cabeza.
—Sigue riéndote y la próxima te pego cinta en la boca.
. . • ☆ . ° .• °:. *₊
Las clases habían terminado y Jimin se había apresurado en guardar sus cosas para ser el primero en salir. Nayeon, quien estaba en la misma clase, parecía estar distraída, conversando con sus amigas; aprovecharía ese momento para dejar la nota en su casillero.
—Suerte, Jimminie. —Susurró SeokJin, levantándole ambos pulgares.
—Aquí estará mi hombro esperándote por si te rechazan. —Dijo Taehyung, recibiendo el décimo golpe del día por parte de SeokJin—. ¡Es broma!
Jimin soltó una pequeña risa antes de salir del salón de clases y correr hasta los casilleros. Recordaba perfectamente cuál era el de Nayeon, sacó la pequeña nota de su bolsillo y una pegatina de su cuaderno. El plan era fácil, sencillo y rápido, no podía equivocarse.
—Todo saldrá bien. —Se animó así mismo, pegando la nota en la puerta del casillero.
La campana comenzó a sonar, la alarma suficiente para irse de ahí y esconderse. Los estudiantes comenzaron a salir, Jimin miraba nervioso la puerta de su aula. Su corazón comenzó a latir con fuerza cuando la chica de sus sueños salió con su grupo de amigas. Se tapó el rostro con ambas manos, separando sus dedos para mirar el lugar donde había pegado la nota y en donde Nayeon debería de llegar.
“Todo saldrá bien” Esas palabras parecían sonar muy lejanas.
Las personas comenzaban a desaparecer y los latidos de su corazón comenzaban a ir más rápido, como si quisiera huir de su ser. Cuando sus ojos se cruzaron con los oscuros del contrario, Jimin quiso correr y desaparecer de la faz de la tierra; y aunque quisiera, sus pies no se movían de su lugar. Se había convertido en una piedra adherida al suelo.
Tragó seco cuando lo vio acercarse, el reloj parecía ir en su contra. Sentía que los segundos pasaban lentos, tanto que la inquietud en su interior desbordaba. No quería verle la cara, prefería ver la del mismo demonio si es necesario.
¿Cómo ser invisible? ¿Eso era posible? No estaba para preguntas tontas, necesitaba irse de ahí.
—Park. —Su voz gruesa como de costumbre, pero que hizo temblar sus piernas por los nervios.
Se quedó mudo.
Eso no podía estar pasando, las palabras no salían de su boca. Ojalá fuera un mal sueño y sea Nayeon la que estuviera al frente de él, tal cual el plan que tenía pensando, quizá correspondiendo a sus sentimientos y ser felices para siempre.
Sin embargo, quien estaba delante suyo, con una ceja enarcada y la nota en sus manos era Jeon Jungkook.
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