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Nota Importante de Autora al Final.
Se despertó de su sueño. Hoy no vendría ni Diana ni Tyrone.
Bueno, que sería mejor que estar algún día sólo... Bueno, a él no le gustaba estar solo. No desde que...
-¿Joven Cipher? -Le llamó la enfermera.
-¿Sí?
-Bueno, tengo su diagnóstico de los últimos días... Puede levantarse de la camilla si así lo desea, no presenta complicaciones, tampoco trastornos...Iré al grano. Hay buenas y malas.
-Dígame la buena.
-La buena noticia es que pronto podrá ser dado de alta.
-¿Y la mala? - Bill estaba feliz, al fin podría irse de aquel lugar infernal.
-La buena, que en realidad es mala para usted.. Es que deberá venir la próxima semana para hacerse un chequeo.
-Gracias enfermera. -Le dijo a quién después de unos segundos, desapareció de la habitación.
Miró sus pies cubiertos por las sábanas. Sería difícil levantarse después de tantos días.
Colocó sus manos en la camilla e hizo el primer esfuerzo después de casi una semana.
Ahora estaba sentado.
-Demonios... No ahora. -Cerró los ojos. Se le habían dormido las piernas. Claro, puede que sea un demonio, pero tiene cuerpo de humano. Y eso le hacía sentir como tal.
Comenzó a golpearse levemente en la pierna evitando que le "doliera". Efectivamente, volvió a sentirse mejor.
Agh .Como odiaba aquel neutro traje de hospital. Como odiaba las paredes blancas tirando a grises, como odiaba sus vendas, como odiaba el hospital.
Como odiaba estar sólo y sin él .
Se giró y ahora estaba colocándose las típicas pantuflas de hospital, y como si no fuese novedad, también las odiaba.
Para él, el significado de hospital era depresión, gente triste, y más de alguna persona irrumpiendo en llanto porque los médicos decían que no había cura. Una total mentira, ¡Claro que había! Pero al rubio ya le daba igual... Todo lo que sucedía a su alrededor era triste.
Fue al baño de la habitación y se miró en el espejo.
Era un desastre. Tenía el cabello despeinado. Si. No le importaba aquello. Pero tenía ojeras, la piel más pálida que de costumbre y vendas en su frente.
Se sorprendió. Él no era así. Faltaba que estuviese desnutrido como para que si vida ya fuese una mierda. Gracias al cielo que no.
-Si que estás jodido Cipher. Caíste muy bajo. -Se dijo, lavándose la cara.
Ahora lucía más decente. Fue a abrir las cortinas y apagó la luz. Nublado. Ya casi era invierno.
Pudo divisar su ropa natural. Encontró su suéter favorito y se lo colocó. Ahora sí era él.
-Es mejor que esta mierda de traje.
Se sentó en una de las sillas de ahí y tomó el cesto. Un cesto complicado, quizás no era muy lindo, pero de algo estaba seguro. En él, llevaba casi ocho años escritos. Algo muy lindo.
Lo abrió. Pero esta vez no sacó nada.
Contemplaba el cesto. La primera vez que lo usó.
*********
- ¡Dipper despierta!
El castaño recibió un almohadazo en la cara.
-Mabel... Déjame dormir. -Se quejó, volteándose y acurrucándose en las sábanas nuevamente.
-Sólo quería avisarte de que saldré y no estaré en todo el día hermanito.
-¿Qué? -Se levantó sentándose en el colchón ¡Mabel! Te vas todos los días; ¿Se puede saber que es lo que has estado haciendo?
- Prometo contartelo todo Dip, sólo... Necesito que me cubras, que no sepa nadie... Por favor.
-Está bien... Cuidate. -Se despidió.
-¡Gracias Dip Dop! -Le revolvió el cabello, despidiéndose.
******
Esa tarde sería larga. Nada por hacer. Estaba recostado de cabeza en el sofá viendo las peores películas que se pudo imaginar, realmente ya se aburría.
El Tío Ford había ido a comprar materiales para un experimento, y el Tío Stan estaba remodelando la tienda. Nada especial.
El tiempo pasaba lento, y sentía que esas películas aburridas sólo eran más que una pérdida de tiempo.
El sonido de la puerta lo sacó de su aburrido trance.
-¡Dipper ve a abrir! -Gritó su tío.
-¡Ya voy! -Se apresuró a abrir la puerta.
No había nada. Ni un alma. Sólo bosque y más bosque.
Cerró la puerta, frustrado. Una broma más de los niños ociosos de verano.
Se iba a volver a recostar sin hacer nada, pero los golpes de la puerta volvieron a sonar.
Rápidamente abrió de nuevo; Miró a los costados y nada ni nadie. Bufó y de reojo miró al piso. Había un cesto. Lo tomó, y entró.
Abrió el cesto de mimbre y dentro sólo poseía una nota.
"Dipper:
Quiero que nos encontremos en el límite del pueblo hoy a las seis en punto . Ponte algo lindo. Lleva algo de comida en el cesto y yo haré mi parte. ¡No faltes por favor!
Tu admirador."
Dipper se había sonrojado. ¿Admirador? Sería algo así como... ¿Una cita? Bueno. Por su cabeza sólo pasaban expectativas. Seguro se trataría de un bromista , o un indigente que quería algo de comida.
Más aún planeaba asistir. Si que lo haría.
-¿Quién era, Dipper? -Se escuchó decir a Stan .
-¡Nadie Tío Stan! ¡Sólo fue una broma de los niños pequeños! -Mintió.
-¡Esos niñatos, cuando alguien venga a tocar la puerta no les abriré!
*******
Dipper ya se estaba arreglando para... Bueno, el no sabía para qué exactamente.
Se había puesto una camiseta blanca, una camisa a cuadros roja con negra, una chaqueta, unos jeans negros y sus zapatos favoritos. Esta vez no usaría su gorra preferida.
Algo de perfume y estaría listo.
"¿Por qué hago esto?" Era una pregunta frecuente en su cabeza, mientras tomaba algo de comida de la cocina.
Luego de un rato, estaba listo. Tomó su celular y llaves, seguido por el cesto.
-¡Tío Stan ! ¡Voy a salir! No se a que hora llegaré exactamente así que... ¡No se preocupen por mí!
-¡Está bien Dipper, mientras no llegues con olor a planta milagrosa estamos bien!
Rodó los ojos.
-Exagerado. Ni que fuera a drogarme anciano. Ni que haga eso - Cerró la puerta a sus espaldas.
Cinco y media.
Caminaría. Después de todo, no iría en la bicicleta rosa de su hermana, sería triste hasta para su orgullo.
Caminaba algo desconfiado, impaciente y ansioso. No sabía si se trataba de un ladrón que quería sus pertenencias, o un indigente, o un bromista... O simplemente lo de la carta era cierto.
Pero, ¿Cómo podría un ladron y un indigente saber tu nombre y dirección? Las últimas dos opciones eran más creíbles.
-Aceptalo Dipper. Eres un paranoíco. -Se dijo a si mismo.
******
Llegó al límite del pueblo. Había algo de oscuridad en esa parte del pueblo y no habían postes de luz. Miró su reloj.
Cinco cincuenta y nueve.
Se volteó a ver si alguien venía o algo, nada. Seis en punto.
-¡Hola! ¡Pero que puntualidad Pino!, en serio, no puedo creerlo. -Esa voz. La conocía. Sonrió de no llevarse una mala impresion.
-¡Bill! ¿Tú eras mi admirador?. -Se sorprendió. El rubio sólo sonrió, sin decir ninguna palabra.
-¿Trajiste todo verdad?-Le preguntó con su típica sonrisa.
-Sólo si tú me dices de que se trata todo esto.
El rubio rió, posando su brazo por el cuello de su ahora acompañante.
-Todo a su paso. -Comenzaron a caminar.
-Me siento admirado. -Río. - ¿Debería sentirme raro?
-¿No es algo que pase todos los días eh?
El castaño sonrió.
- ¿A dónde vamos? -Preguntó curioso y algo ansioso.
-Lo sabrás cuando lleguemos. -Le arrebató el cesto.
Dipper bufó. Ahora deberían caminar más. Lo bueno, es que no se trataba de una mala broma.
-No traes tu escencia hoy... -Dijo mirando al frente.
-¿Mi qué?
-Tu gorra, es tu emblema . No se cómo te la quitaste.
-Simplemente no sabía de que era esto, si se trataba de un ladrón, quería conservar mi "escencia".
El mayor comenzó a reír.
-Suenas paranóico Pino.
-Es parte de mi "escencia"- Hizo comillas con los dedos y fueron riendo.
No se dieron ni cuenta cuando ya estaban subiendo por el acantilado , arriba de todo, donde se veía todo el pueblo y la luz del atardecer alcanzaba los pinos.
El rubio subió un poco y se volteó.
-Dame la mano - Se la extendió y el castaño se la dió, subiendo.
-Esto no era una excursión señor admirador.
-No, pero créeme. Te gustará. -Respondió el rubio. Riendo.
Al llegar arriba de todo, el rubio le cubrió los ojos al castaño guiándolo.
Los últimos rayos de sol del día alcanzaban dicha altura, claro, estaban en la cima y el sol les golpeaba en la cara.
-¿Trajiste factor cien? -Bromeó Dipper.
El castaño tomó las muñecas del mayor, las cuales estaban tapando su visión.
-¿Bill, a dónde vamos? -Río mientras caminaba algo desconfiado por su ceguera.
-Sólo quiero que nos suicidemos del acantilado para ver como gritas por tu vida en el aire. -Río - Era sarcasmo Dipper. -Dijo al ver que este se tensaba. - ¡Tranquilizate Pino! Ya casi llegamos.
Ambos estaban llegando casi al final de aquel acantilado, donde los pinos terminaban, donde solo había pasto y una vista increible.
El mayor frenó , haciendo que el menor hiciera igual.
-¿Listo?
El menor asintió.
Las manos de Bill dejaron de cubrir los ojos de Dipper, dándole a este una vista envidiable, digna de mil fotos, digna de una obra de arte.
-Por Dios... - Dió un jadeo de sorpresa.
El sol se escondía detrás de el puente ovni, la cascada brillaba, y el cielo hacia conjunto con toda la naturaleza, ese color anaranjado degradado a tonos rosas y violetas eran una pintura en vida. Si bajabas un poco la vista, se apreciaba el pueblo ya oscuro y sus luces.
Un total espectáculo para el castaño, quien maravilladamente apreciaba la geografía de el pueblo.
-Es... Es increíble. - Miró con una sonrisa.
-Me alegra que te guste... -Le sonrió.
-¿Gustarme? ¡Me fascina! -Exclamó el castaño mientras se deleitaba con la vista.
El rubio miraba al castaño con un destello en sus ojos que no se compraba con nada. Quería besarle. Quería acariciarle . Quería estar con él.
-Voltea. -Le dijo al menor.
Volteó y lo esperaban mantas, un mantel en el piso, cojines , velas, platos y vasos .
-Pero qué...
-¿Listo para el picnic Pino ? -Colocó el cesto encima del mantel.
El castaño sonrió. No se lo esperaba.
-¿Esta es la sorpresa? ¿Una Cita? -El castaño se sobresaltó al notar lo que había dicho. ¿Que acaba de decir? Quería que alguien le golpeara o que le tragara la tierra. -¡No! No una cita... yo no... agh- Se golpeó la frente.
El rubio se rió y asintió. Vaya que era adorable.
-Claro, una cita... Justo eso. -Le sonrió con picardía al castaño haciendole sonrojar.
-Yo... soy idiota. - Escondió su rostro en sus manos.
-No eres un idiota Dipper. -Le quitó las manos del rostro. - ¿Te gustaría venir a esta cita conmigo?
-Entonces... Sí. Si quiero. - El rubio le dedicó una de sus mejores sonrisas y ambos se sentaron en el piso mirando hacia el pueblo, recargados en un árbol.
Sacaron la comida y encendieron las velas. Esto sería lindo.
******
El sol se escondía detrás de el confín del bosque, y más allá.
Los colores del cielo se iban obscurieciendo, y los dos chicos estaban terminando su cena sentados juntos, apreciando el espectáculo.
-Está obscureciendo. -Dijo el castaño.
-¿Y eso importa? Tan solo mira el paisaje. -Dijo el rubio. -¿Acaso no te gusta?
-¡Si! Si me gusta pero... Se van a preocupar por mí. -Miró al suelo.
-Yo asumiré la culpa. Pero por favor... quédate un poco más.
Dipper pensó en aquello. Sabía que sus tíos se darían cuenta de quien era, y probablemente no lo dejen ver pero prefirió quedarse, no desperdiciaría esa tarde. Ni mucho menos esa noche.
-Bien. Me quedaré.
-¡Gracias! -El rubio no contuvo sus ganas y le abrazó . Necesitaba abrazar al dueño de sus desvelos.
El castaño correspondió el abrazo. Ambos entre risas de quedaron así hasta que obscureció.
******
Capítulo 7:
Las estrellas habían salido a mostrar su brillo, y ya no hacían falta velas para iluminar el ambiente, con las estrellas tenían suficiente.
Bajo estas estaban Bill y Dipper. Ambos estaban unidos, bailando lento. ¿Como llegaron a eso? Ni ellos lo saben, porque cuando uno se enamora, los impulsos no esperan.
No había música, no había luz. Pero aun así el momento era perfecto.
El castaño tenía los brazos abrazando el cuello de el rubio. Y Bill abrazaba al menor. Estaban moviéndose de un lado a otro. No es bailar, pero a ellos les daba igual.
Ambos miraban sus pies mientras "bailaban" ya que tenían las frentes juntas. Algo muy tierno... Ninguno quería separarse.
El tiempo se había detenido para ambos, no sabían si era de madrugada o aún estaban recién de anochecer.
No importaba.
No importaba si el castaño tenía treinta llamadas perdidas de su hermana y sus tíos . No importaba si después no lo dejarían salir. Nada le importaba, excepto estar con él.
-Bill... -Le llamó el castaño.
-¿Mhm?
-No quiero se que acabe... -Le abrazó más fuerte.
-Tampoco yo... -Le abrazó de las caderas y le dió vueltas en el aire, muy lentamente.
Ambos sonreían.
-Pino...
-¿Si?
-Dime que es esto que siento en el pecho... ¿Por qué quiero gritar? ¿ Por que quiero saltar? No quiero soltarte y siento que no es normal...
El castaño sonrió. Sabía perfecto lo que era.
-Ven. -Le tomó la mano y lo guió en frente de la vista nocturna del pueblo.
-¿Qué haces Dipper?
-Anda, grita lo que quieras.
El rubio por impulsos sólo extendió los brazos y gritó:
-¡¡Estoy gritando sin ningún motivo y me encanta!! -Gritó el rubio.
-¡Bill!
El rubio le miró.
-¡Bill ya se que tienes en el pecho!
-¿Qué tengo?-Se preocupó.
- ¡Estás enamorado! ¡Y me tienes a mi! -Corrió y se abalanzó sobre Bill, haciendo que ambos cayeran al suelo.
Dipper sólo se reía con notoria felicidad, y Bill rió al verlo feliz.
-¿Y tú? -Le sonrío.
El castaño asintió y le besó.
Le besó como si no quisiera perderlo, como si no lo volviese a ver en mil años... Lo besó y por fin él también entendió que sentía.
Estaba enamorado.
Bill se levantó del suelo y tomó a Dipper en sus brazos profundizando el beso. Le dió vueltas y se volvieron a besar, una y otra vez.
-¡¡Te amo Dipper Pines!! -Gritó a todo pulmón asegurándose de que todo el pueblo le oyera.
-¡¡Te amo Bill Cipher!! ¡¡Siempre lo he hecho!! -Gritó haciendo igual que él.
-¿Como que siempre? -Sonrió el rubio.
-Siempre lo hice. -Le besó otra vez.
*********
Una de la madrugada.
Bill estaba sentado en el suelo contra un árbol y miró al castaño quien estaba junto a él. Lo acercó más, haciendo que quedará encima suyo.
-No intentes nada Cipher. -Bromeó.
-¡No hago nada! No es como que te viole la primera cita.
-Pensabas eso.-Rió
-No me provoques Pino. -Ambos rieron. - Sólo quiero mostrarte algo.
-Bien. -Le sonrió acomodándose. Se taparon con las mantas.
-¿Ves esas estrellas de ahí? -Señaló.
-Mhm.-Asintió.
-¿Sabes que son?
Dipper entrecerró los ojos tratando de encontrar respuesta.
El rubio se sentó de manera que Dipper pudiese verlo a los ojos.
-Mira. -Chasqueó los dedos haciendo que unas líneas parecidas a las estrellas fugaces unieran las estrellas. Una constelación.
Dipper abrió los ojos a tope, sorprendido.
-La osa mayor... -Dijo casi hipnotizado por el destello de aquellas estrellas.
-Exacto... -Puso sus dedos en la frente del menor, dejando al descubierto su peculiar marca de nacimiento.
El menor observaba al ojimiel detenidamente; Mirando cada una de sus facciones, aprendiendo donde se encontraban sus pecas, el destello de sus ojos, sus labios, su nariz, su cabello alborotado... Le encantaba.
-No sé por qué la ocultas... Es preciosa. -Admitió el rubio, admirando su marca.
-Jamás le dije esto a nadie... -Tomó su mano y suspiró. -Simplemente, se burlaban de mi. Me trataban de un fenómeno, me decían bromas que no me causaban gracia... llegaron a golpearme en la frente muchas veces ... No podía manejarlo... Así que decidí ocultarla... -Bajó la mirada.
El rubio sintió ganas de golpear a los autores de las burlas. Sin embargo, se contuvo.
-¿No crees que son unos imbéciles ? ¿Por qué ocultar quien eres en realidad? -Tomó las mejillas de el ojiazul.
-A nadie jamás le gustó. Y no quería ser molestado...
-Pero a mí me gusta... Me gustas. ¿No crees que deberías dejar eso de lado? Me gustas así tal y como eres. -Besó su frente, en cada uno de los puntos de su marca. -Inténtalo.
El ojiazul le abrazó fuertemente.
-Gracias... -Besó sus pecas, sus mejillas, sus labios... Lo amaba. Si que lo amaba.
Pero no lo entendían.
Jamás se habian sentido así con alguien. ¿Eran amigos o algo más?
No estaban seguros. Sólo de algo... Se amaban.
******
Seis y veinte de la mañana.
-Dipper... -Le movió. -Pino... Despierta Pino...
Se habían quedado dormidos toda la noche. Y aunque Bill amaba verlo dormir, quería mostrarle algo.
- Mmm... -Gimió- Déjame dormir por siempre... -Se acurrucó en el torso del rubio. El se rió en voz baja. Verlo dormir era la octava maravilla del mundo.
-Pino... Quiero enseñarte algo...
-¿Qué?...-Bostezó- Esta muy oscuro... Vuelve a dormir...
-Pino...
-¿Qué hora es?... -Se frotó los ojos.
-Son las seis de la mañana.
-¿Para que me despiertas? -Volvió a bostezar.
-Levantate rápido.
-Tengo flojera... -Levantó la vista y vió los ojos miel de su admirador. Volvió a caer.
-Dippeeeeeer... -No te mueras ahora. ¡Te lo vas a perder!
-¿Perderme qué ?
-Demonios Dipper, eres yo en los Lunes. Levantate.
-Tú levantame... -Cerró los ojos y cubrió su rostro con un cojín.
-Eres un flojo. -Se levantó y cargó a Dipper a la fuerza.
-¡Ya me desperté! -Gritó liberandose de su agarre. ¿Qué querías mostrarme?
-¡Ven rápido! -Le tomó la mano y se fueron corriendo.
-¿Bill que rayos haces?
Bill siguió corriendo y frenó.
-Ahora caminaremos . -Le tapó los ojos.
-¿Bill que demonios?
- Shhh... Sigue caminando y no digas nada.
-¡Bill!
-Es aquí. No abras los ojos aún. -Quitó sus manos.
-No lo haré.
-Un segundo... A la cuenta de tres los abres .
El castaño asintió.
-Uno...Dos...Tres.
- Wow. -El castaño se quedó perplejo.
La vista era mucho más linda ahora.
Había niebla en el hueco donde se encontraba el pueblo, los pájaros comenzaban a volar. El viento frío corría y el sol empezaba a salir.
La niebla se dispersaba y se veía como la luz y la obscuridad se encontraban .
-Es...
-¿Más precioso que ayer?
Dipper no dijo ni una palabra y besó al rubio, dejándolo sorprendido. Pero al final igual le correspondió el beso.
El sol ya les daba en la cara y se separaron por falta de aire.
-Dipper... -Le quitó un mechón que le tapaba los ojos.
-Bill... -Le acarició las mejillas.
-Quiero que seamos novios. Quiero estar junto a tí y no importa que digan los demás. Te amo Dipper Pines. Tú... ¿Serías mi novio?
A Dipper no le tomó ni un segundo abrazarle y besarle cada una de sus facciones.
-¡Si Bill ! ¡Si quiero ! -Le abrazó y ambos rieron . Todo era feliz. Ya era oficial.
Eran mucho más.
Bill tomó de las caderas a Dipper elevandolo en el aire ambos girando.
Sin duda ese momento fue perfecto.
**********
**********
Bill tomó el cesto en sus manos y lo apretó.
¿Como se sentía tan miserable ahora y en los momentos que estuvo con Dipper todo era tan naturalmente perfecto?
Se levantó del asiento y fue a mirar a la ventana.
Ese bosque. El límite del pueblo. Ahora tenía noción de donde estaba.
-Creo que esta tristeza no superará cuando te fuiste el primer verano... Pero esa vez regresaste. -Dijo mirando el bosque.
Otra historia que recordar.
R
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¡¡Hola Hola Hola!!
¡¡Realmente siento no haber subido el día Viernes!! Me siento mala, golpeenme. Ahno .
Así que el día Lunes les vengo con sobrecarga empalagosa de dos capítulos en uno! No me contuve para subir hoy :c Sorry ajsjsjsj Así tengo más tiempo para escribir
(╭☞ ͡ ͡° ͜ ʖ ͡ ͡°)╭☞
Si, como no subí el día Viernes, les traigo el capítulo 6 y 7 mezclados ! Porque hay que shippear al 6 y al 7(?
Seiste OTP♡
Bueno ya, mil perdones:( Y pues... Que hayan disfrutado el capítulo♡
Este es uno de los recuerdos más lindos que tiene Bill:) Asi que vamos a celebrar porque :
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BILLY Y DIPPAH SON NOVEOOOS
~~(*-*)~~(╭☞ ͡ ͡° ͜ ʖ ͡ ͡°)╭☞
Así que bailen, fumen, tomen y desvelense (Okay no)
¡Sean buenas, Shippeen BillDip y Duerman Temprano!
O vendrá Bill y las poseerá 7u7
Baaai! 7u7
Yazzy♡
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