🌺┆Capítulo 4
-Hablamos mañana, bebé. Yo también te amo... No, yo más...
Jimin apoyó su rostro en sus manos observando a su amigo mientras este hablaba por teléfono.
Por fin eran vacaciones y Jimin se sentía feliz por algo. Mientras Mina iba de vacaciones con su familia y debía hablar con Jungkook por teléfono o videollamada Jimin lo tenía junto a él y se quedaría a dormir en su casa.
El de cabellos rubios terminó la llamada y dejó su celular de lado prestándole atención al chico en la cama.
-¿Qué haremos?
Jimin le sonrió y se incorporó tomando asiento.
-¿Quieres jugar?- preguntó Jimin y observó como el chico negaba lentamente-. ¿Quieres ir con los demás?- ladeó la cabeza con curiosidad y el contrario negó. Jimin se cruzó de brazos y levantó una ceja-. Dime que quieres hacer.
-Lo que tú quieras- le ofreció una sonrisa.
Jimin tomó una se sus almohadas golpeándolo con delicadeza en la cabeza a lo que el chico comenzó a reír.
-Vamos a comprar comida, tu mamá no está y tengo mucha hambre- se quejó llevando ambas manos a su estómago el cual hacía ruidos.
-Mi mamá no tiene porque hacerte de comer.
Jimin se levantó y tomó dos sudaderas colocándose una él y dando la otra a Jungkook. A pesar de ser el clima frío aquel día el chico había llegado únicamente vistiendo short y camiseta así que Jimin había encendido la calefacción pero una vez saliendo Jungkook terminaría enfermandose.
El pelinegro tomó un pantalón y una playera
-kook, ven acá- sonrió acercándose a él y comenzó a desabrochar el short del chico.
Pasaron tan solo unos segundos antes de que Jimin sintiera la mano de Jungkook en su cabeza y comenzó a reír.
-¡¿Q-Qué haces?!
Jimin levantó la mirada, el chico estaba completamente rojo de la cara y sus labios temblaban un poco. Jimin sonrió y se acercó a él aún más.
-¿Qué pasa, kook?- sonrió-. Tan solo quiero ayudarte, afuera hace frío...
-¡Jimin, me puedo vestir solo!
El mayor comenzó a reír y asintió alejándose un poco tomando espacio, tomó asiento en la silla giratoria frente al televisor y recargó su cabeza en el respaldo de esta.
Su curiosidad lo llevó a ver por el reflejo de la pantalla pero como este no era muy bueno se permitió girarse un poco a verlo. Jungkook estaba de espaldas a él así que ni siquiera lo notó.
Jimin lo recorrió con la mirada, había visto el cuerpo del contrario así en varias ocasiones y en algunas otras había tenido la suerte de verlo completamente desnudo, imagen memorable que jamás borraría de su mente.
Jimin sonrió observando desde el cuello y hombros del chico hasta su cintura y piernas. Decir que había fantaseado millones de veces con tocarlo era poco, Jimin tan solo quería sentirlo bajos sus manos, poder acariciar cada parte de su cuerpo y si alguna vez pudiera hacerlo quizás para Jimin sería el segundo mejor día de su vida, el primero fue cuando lo conoció.
El pelinegro sintió algo estamparse en su cara y salió de aquel pequeño trance observando a su amigo con una sonrisa divertida.
-¿Qué estás viendo?- se quejó Jungkook colocándose la sudadera de Jimin encima.
-Esas lindas piernas tuyas- sonrió de lado y se levantó tomando la ropa de Jungkook del suelo para doblarla y dejarla sobre la cama.
Por su parte Jungkook sentía como el calor subía rápidamente a sus mejillas y su corazón comenzaba a palpitar más rápido. Jimin siempre hacía aquel tipo de comentarios los cuales lo hacían sentir nervioso y ponerse colorado.
-Vamos, kook.
Jimin tomó al contrario de la mano y salieron de la casa percatándose al instante de que el frío era más intenso de lo que ambos creyeron. Jungkook inmediatamente metió sus manos a los bolsillos de la sudadera buscando calor e instintivamente su cuerpo buscó al del mayor pegándose un poco.
-Hey hey tranquilo, iremos en auto- comentó Jimin con un tono divertido.
Jungkook dio un ligero paso atrás cuando notó que se había acercado demasiado y sin decir nada corrió hacia el auto de la madre de Jimin y subió encerrándose en este. Jimin subió a su lado y encendió la calefacción observando como Jungkook se acurrucaba en el asiento. Pensó que si Jungkook era tan sensible al frío habría sido mejor tan solo pedir comida a domicilio pero a veces no lograba entenderlo del todo.
Cuando por fin llegaron al lugar donde normalmente compraban pizza bajaron y entraron corriendo. Dentro el clima era cálido y acogedor, las luces estaban encendidas debido a que la noche estaba a punto de caer.
Jimin fue hasta el mostrador para poder pedir su orden y Jungkook lo siguió sosteniéndose de la manga del mayor como si de un niño pequeño y asustado se tratase.
Jungkook podía ser bastante despistado a veces incluso algo tonto según decían Jin y Yoongi pero era lo suficientemente consciente del coqueteo por parte de la chica que los atendía y a pesar de que Jimin parecía no tomarle importancia a Chan lo inquietaba.
Ambos esperaron hasta que su orden estuvo lista y la chica se las entregó. Jungkook tomó las cajas de pizza mientras Jimin esperaba por su cambio y finalmente los dos salieron de ahí.
Mientras Jimin estaba ocupado debido a que la llave del auto se atoró y no le permitía girar Jungkook observó con curiosidad que por encima de las servilletas había un papelito doblado.
-Debería decirle a mi mamá que cambie esta cosa- comentó Jimin al mismo tiempo que el auto accedía y la puerta se abría.
Jungkook se burló ante aquello y subió colocando las cajas en sus piernas y tomando el papelito desdoblandolo y encontrando un número telefónico escrito ahí debajo del nombre "Jung Jiwoo".
-¿Qué es eso?- preguntó Jimin curioso acercándose.
Jungkook había tenido el impulso de lanzar aquel papel por la ventana pero antes de poder hacerlo Jimin se lo arrebató de las manos y leyó en voy alta tanto el nombre como el número.
-Es una lástima para ti porque tienes novia- comentó Jimin y guardó el papel en su bolsillo-. Quizás la llame yo después.
Jungkook lo miró al instante y Jimin le sonrió para después comenzar a conducir.
El camino fue silencioso entre ellos dos pues lo único que se percibía era la canción de fondo mientras Jimin tarareaba. Una vez en casa ambos se deshicieron de sus sudaderas, Jimin encendió la calefacción mientras Jungkook se acomodaba en la sala. Esa noche la madre de Jimin no llegaría a casa así que estarían solo ellos dos viendo series y jugando.
Pero como Jungkook lo había previsto justo después de que Jimin terminara de comer este cayó rendido y fue cuestión de unos minutos para que se durmiera con su cabeza apoyada en las piernas de Jungkook.
El Rubió lo tomó con delicadeza acomodándolo en la colchoneta donde ambos dormirían, apagó el televisor y después de cobijar a Jimin comenzó a recoger las cosas.
El sonido de una llamada entrante le hizo sobresaltarse y responder al instante para no despertar al contrario.
-¿Hola?
-¡Amor!
Jungkook cerró un poco sus ojos y alejó el celular de su oreja cuando escuchó aquel grito y el ruido de fondo.
-Hola bebé- saludó sin ánimos-. ¿Cómo estás?
-Estuve tratando de hacer videollamada contigo, kook- la escuchó quejarse mientras él lanzaba todos los papeles y vasos a la basura.
-Lo siento, bebé pero estaba algo ocupado. Podemos hablar mañana- sonrió aunque ella no pudiera verlo y tomó asiento en uno de los bancos de la cocina.
-¿Qué hacías que fuera más importante que hablar conmigo?
Jungkook observó las sudaderas en el suelo y después de soltar un suspiro se levantó para recogerlas. Observó un pequeño papel caer de una de las sudaderas y cuando lo tomó abriendolo se dio cuenta que era el que contenía el número de la chica.
-¿Bebé, sigue ahí?- cuestionó Mina del otro lado.
-Si, estoy aquí.
Jungkook no lo pensó demasiado antes de romper aquel papel y lanzar los pedazos a la basura. Estaba celoso.
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