007

Los dos menores se encontraban en el solitario apartamento del chino, acurrucados el uno con el otro - siendo abrigados por una mantita - mientras veían absortos una película. Chenle no dudó en zampar la comida sobrante que en un principio sería para el partido

Jisung se estiró en el sitio y se apoyó en el hombro contrario, miró hacia su dirección y abrió la boca demandando que le alimentara. El castaño rió gracias a la ternura que este le daba y compartió una porción con su mejor amigo

Momentos como aquellos eran los que más apreciaban. A pesar de no estar hablando con frecuencia - pues de vez en cuando hacían comentarios sobre la animación - podían estar haciéndose compañía mutua, tal y como los viejos tiempos

- Ese tipo es un imbécil - gruñó Chenle ante la escena - ¿No ve que no puede controlar sus impulsos? Es el pecado de la lujuria, no se acuesta con cualquiera porque quiera

Jisung rió ante aquello - Tienes razón, no debería de haberlo insultado. Mucho menos largarse de su lado tras, prácticamente, insinuarse 

- ¿Y él tiene el descaro de llamarle puta? - bufó, Park le sermoneó por el uso de la mala palabra - Si prácticamente le hizo ilusiones a lujuria. Y no te hagas el santo, tu también dices muchas palabrotas

- Pero yo me modero, no como tú

- Serás mentiroso - se llevó una mano al pecho, fingiendo que estaba dolido - Pwark Jisung, no hay día en el que sueltes una blasfemia por esa boca

Alzó una ceja - ¿Estás seguro?

- Por supuesto

- Hoy no he insultado y lo puedes confirmar - interrumpió al castaño quien hizo ademanes de hablar - He pasado todo el día contigo

- Antes te diste contra la esquina del mueble que está en el pasillo - se contuvo de sonreír ante la cara del menor, había pasado una hora antes de ver la película cuando este se encontraba en el baño. Escuchó un golpe seguido de un gruñido y enseguida averiguó lo que estaba pasando - Te oí maldecir mil veces, no soy sordo

Jisung se cruzó de brazos y murmuró incoherencias por lo bajo

- ¿Qué? Tengo la razón, ¿O no? - preguntó con tono burlón - 

- Está bien - admitió derrotado - Tú ganas, tienes toda la razón

Lele hizo un pequeño baile demostrando la felicidad ante aquella victoria. Siempre ganaba en cuanto a argumentos se trataba o al menos así ocurría contra el pelinegro, incluso a veces sospechaba que le daba la razón únicamente para hacerle feliz pero eso no podía ser posible... ¿Cierto?

- Mira, al parecer admitió a lujuria - comentó el menor provocando que Chenle fuese consciente de que ya no estaba atento a la película sino a su mejor amigo - Ahora le va diciendo que le ama. ¿Tuvieron que secuestrarle y violarle para que el pecado de la ira admitiese sus sentimientos? Imbécil

- Ahí va Park yo me modero Jisung - se burló una vez más - Soltando una blasfemia justo después de querer hacerse el inocente

- Lele - le advirtió - Cállate

- Cállame 

El menor alzó una ceja y se acercó peligrosamente al castaño y juntó ambos labios haciendo que el chino se sorprenda. Fue empujando al mayor poco a poco - sin romper el contacto en ningún momento - hasta dejarle tumbado sobre la blanda superficie 

- No me mires así - rió al separarse - Tú mismo pediste esto

- Pensé que harías otra cosa, imbécil - ladeó su rostro con tal de ocultar el fuerte sonrojo - Como taparme la boca con tu mano, no besarme

El pelinegro rodó los ojos y cortó las distancias nuevamente - Pero, ¿Te molestó?

- Bueno, no... ¡Pero eso no te da el derecho a robarme besos cada vez que...! 

Fue interrumpido por la misma razón de antes aunque ahora se dejó llevar. Posó sus manos con delicadeza en el hombro del pelinegro y le atrajo hacia su cuerpo, soltando sin querer un pequeño jadeo al notar como la lengua contraria se paseaba por su labio inferior juguetona

- P-perdón - se disculpó - No quería hacer ruidos extraños

- No importa - le miró fijamente, teniendo dilatadas las pupilas - Me gusta oírte

- Sunggie...

 Gruñó ante el conocido sonido del teléfono, con mucho pesar el menor se quitó de encima, no sin antes robarle otro pequeño beso y palideció al ver el contacto. Chenle lo entendió enseguida, era Sasha

- Aprovecha para dejarla, yo estaré a tu lado - intentó consolarle - Vamos Sunggie, yo se que puedes

Este asintió y cogió la llamada, sintiéndose un poco más relajado al notar las caricias en su cabello azabache

Le tomó veinte minutos llenos de discusión, lágrimas e ira para terminar aquella relación tóxica. Una vez colgó, el mayor le acurrucó entre sus brazos dejándole saber con pequeños susurros que todo estaría bien, que el dolor pasaría con el tiempo

- Oye, hoy es viernes - le recordó mientras tomaba su rostro con delicadeza, limpiando el resto de lágrimas - Si quieres puedes quedarte en casa

Jisung negó - Gracias Lele, pero prefiero estar solo

- ¿Seguro?

- Seguro

- Bueno, te acompaño hasta la puerta entonces - dijo mientras se levantaban del sofá - Si necesitas algo tan solo llámame, ¿Sí?

- Gracias - repitió y se paró en el marco de la puerta - ¿Puedo tener uno de esos besitos? Como cuando éramos pequeños y me consolabas...

El chino se puso ligeramente de puntillas para cumplir lo pedido, al separarse, el menor le abrazó y se alejó cabizbajo. Lele no pudo evitar preocuparse mas respetaba que, ciertamente, Jisung necesitaba un tiempo a solas para poder ordenar su cabecita










Chenle salió resignado a altas horas de la noche hacia la pequeña tienda de veinticuatro horas que se encontraba dos calles más abajo de su vivienda actual, necesitaba ir a comprar comida pues su nevera estaba casi vacía por completo

¿Y por qué eligió salir de noche? Fácil, no hay tanta gente como por el día

Entró a la pequeña tienda, buscando lo necesario para sobrevivir durante dos semanas más y algún que otro capricho como por ejemplo aquellas galletas con pepitas de chocolate que tanto amaba 

Durante todo aquel tiempo no pudo dejar de pensar en su mejor amigo, sabía que tan solo habían pasado tres horas desde la última vez que hablaron mas el estado anímico del menor era bastante frágil, él era muy sensible

Con un suspiro salió de la tienda sin comprar nada al final pues los precios últimamente estaban demasiado altos

- Pediré entrega a domicilio de otros mercados, al menos están más baratos y no me cuesta un ojo de la cara - susurró a la nada -

Escuchó una pequeña risa provocando que se le pusieran los pelos de punta, se relajó al reconocer la silueta 

- Hola Chenle, hacía mucho que no nos veíamos - saludó el chico de la sonrisa bonita - ¿Qué tal te va todo?

- Yuta hyung... 

Sí, aquel era Nakamoto Yuta, un muchacho mayor que él por tres años y primo de Sasha. Ellos solían ser amigos bastante cercanos mas, por algún acontecimiento del que el menor desconocía la distancia ganó a su relación siendo ahora simples conocidos que habían compartido un pequeño pasado juntos

- Oye, ¿Te parece si charlamos un rato? - pasó una mano por su hombro - Hace mucho que no hablamos, extraño a mi viejo compañero, ¿Sabes?

Este alzó una pequeña lata hacia el castaño

- Toma - ofreció - Te doy esto como disculpa, es tu favorita

- Gracias... - murmuró y dio un pequeño sorbo a la bebida -

Yuta sonrió - Bueno, pongámonos al día

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