Capítulo XV: Frenesí
La vieja costumbre de despertar temprano siempre te ataca cuando tienes la oportunidad de dormir un par de horas más. No importa cuánto me esfuerce, no puedo mantener los ojos cerrados. Y a estoy totalmente despierta, alerta... y puede que ligeramente resfriada.
Pero no me arrepiento de nada.
Todo lo que sucedió anoche fue, definitivamente, memorable.
El conejo de Kate duerme apaciblemente entre algunas prendas viejas que Chloe encontró en su armario. Supongo que pronto habrá que comprar un poco de comida para conejos, y que tendremos que cuidar de él para que no extrañe demasiado a Kate. Aunque sé que eso es imposible.
Las horas de vigilia entre el final del sueño y la hora de iniciar el día siempre son las peores, especialmente cuando tu mejor amiga está totalmente dormida y sin intenciones de abrir los ojos por ahora.
Chloe luce sencillamente adorable cuando está dormida. Se ve tan vulnerable e inocente, que para cualquiera sería difícil pensar en lo que se ha convertido aún a pesar de ese cabello azul. En realidad no ha cambiado tanto como Joyce piensa. Sé que todo son apariencias que Chloe necesita mantener como un mecanismo de supervivencia, aún cuando en realidad quiera admitir que se siente sola.
Extremadamente sola.
Pensar en eso sólo me ayuda a darme cuenta de que, tal vez, su idea de dejarme estar en su casa mientras pasa la suspensión tiene muchos otros significados ocultos. Por ejemplo, el necesitar que alguien le ayude a sobrellevar la constante presencia de David. Y tal vez yo también quiero estar aquí por algunos motivos ocultos. Mis deseos de recuperar el tiempo perdido y de no separarme de ella nunca más, puede ser.
El día en la casa de los Price no ha comenzado aún, aunque la luz del sol ya se cuela por entre las cortinas. Chloe suspira entre sueños.
Debo estirar una mano para tomar mi cámara del suelo.
Necesito recordar por siempre este momento.
— ¡Arruinada!
Es como si Chloe me hubiese leído el pensamiento. Se incorpora para posar a un lado de mí y me ayuda a sostener la cámara en el ángulo correcto para que ambas podamos aparecer en la imagen.
—Sonríe.
El obturador se escucha. Misión cumplida. Una selfie más para la colección.
Al recostarme de nuevo veo que Chloe ya se encuentra en el mismo estado que yo. Ahora somos dos las únicas personas despiertas en la casa de los Price.
— ¿En qué piensas? —me pregunta ella.
—Parece que hoy es un mundo distinto al de ayer...
—Bueno, dejamos una buena marca en Blackwell anoche.
—Como si necesitara otra...
Sonreímos.
Nada mejor para empezar el día que un par de risas con mi mejor amiga.
Pero al instante, cuando todo parece ser optimismo y felicidad, mis propias inseguridades me atacan y me obligan a recostarme de nuevo. Por fortuna, no hay sangrados nasales ni dolores de cabeza... por ahora.
— ¿Sabes, Chloe...?
—Dime.
—Quisiera... hacer algo bueno por mi escuela y por Arcadia Bay. Pero ni siquiera puedo presentar una foto para el concurso de los Héroes del día a día. Sólo... no quiero ser rechazada.
—Todo gran artista es rechazado antes de ser aceptado. Tienes que presentar tu foto.
— ¿Incluso cuando voy contigo, destrozando la ciudad con balas y antorchas?
—Oh, vamos... No quiero que Arcadia Bay se vaya a la mierda en realidad. Sólo digo cosas así porque he tratado de escapar desde que... Bueno... Desde que tú te fuiste, básicamente. Si encuentro a Rachel, le pagaré a Frank y... Y de cualquier manera me iré para empezar una vida nueva.
Eso duele.
Decide evadir mi mirada para estirar una mano y tomar el mando de la radio. La enciende y la música tenue comienza a hacernos compañía. E suficiente para transportarnos a otro mundo y, a la vez, evitar que David sepa que estamos despiertas y listas para la siguiente aventura. Chloe vuelve a recostarse y adopta un aire triste, pensativo... Me parte el alma verla reaccionar así cada vez que tocamos los temas difíciles.
Di algo inteligente, Max.
—Tal vez deberíamos levantarnos. Aún tenemos que reunirnos con Warren en un par de horas.
—Querrás decir que eres tú quien tiene que reunirse con él. Yo no estoy segura de que esto sea una buena idea.
—Luego de lo que sucedió con Kate, sabes que Warren también está involucrado en todo esto.
—Creí que yo sería tu compañera.
—Y lo seguirás siendo. Sólo... Chloe, yo siento exactamente lo mismo cada vez que tú hablas de Rachel.
Suspira en son de paz y así, de la nada, decide cambiar el tema de nuestra conversación.
Evadir las cosas no las resolverá, Chloe.
—Aún no puedo creer lo que hicimos anoche... Pero fue increíble, Max.
—Eso creo.
—Y esto es sólo el comienzo.
—Tengo que admitir que nadar a la luz de la luna fue toda una experiencia. Contrasta a la perfección con nuestra invasión a la oficina de Wells.
—Hoy, la oficina de ese alcohólico. Mañana, el mundo. Podemos hacerlo.
—Sólo debemos tener cuidado con la manera en que la uso mi poder... No quiero quedarme atrapada en el tiempo.
Silencio.
Mensaje recibido. Es hora de levantarnos.
Mi teléfono comienza a recibir un mensaje tras otro de Warren, pero en realidad quisiera evitar responder por ahora. No quiero que eso enfurezca más a Chloe. Es malo para ella tener que pasar por estos enojos a estas horas de la mañana.
Sólo vístete, Max. Vístete, refréscate un poco y baja a desayunar. Ya luego podrás hablar con Warren.
Pero es que me deprime tanto ver que mi ropa aún está empacada, y que tengo que hacer un desastre sólo para encontrar algo qué ponerme hoy...
—Debí terminar de desempacar ayer cuando tuve la oportunidad... Hoy ya me parece absurdo y tedioso hacerlo.
—Pues yo no lo haré por ti. Es decir, mira a tu alrededor. Apenas puedo recordar de qué color es el suelo de la habitación.
Ambas reímos.
Chloe me aterra con esos cambios tan drásticos de humor.
—No quiero usar la misma ropa ayer. Estoy segura de que aún huele a humedad.
—Pues puedes buscar algo en mi agujero de la moda. Para eso están las amigas, ¿no es cierto?
—Supongo que te tomaré la palabra...
El armario de Chloe está lleno de ella. De su estilo punk, hardcore...
De acuerdo. Es hora de hacer un cosplay de Chloe.
—Eso es. Rachel dejó mucha de su ropa aquí... Es de tu talla.
Mierda.
Vete al infierno, Rachel Amber.
—Tal vez, pero... no es mi estilo.
Sutil, Max.
—Ni siquiera tienes un estilo —se burla Chloe y finalmente se levanta para hacerme compañía frente al armario—. Al menos inténtalo. Siempre puedes rebobinar y ponerte la misma ropa aburrida de siempre.
—Muérete. Me gusta mi ropa aburrida... Pero, tal vez sería divertido probar la ropa de Rachel... Sólo para ver si ese estilo me va...
Chloe ríe y me toma por los hombros para darme una sacudida.
— ¡Deja de dudar tanto, Max! Ponte eso y deja que tu chica punk interna salga a tomar un poco de sol. Puedes darte el lujo de tomar riesgos cada vez que quieras intentar. Por ejemplo... Te reto a besarme.
— ¿Qué...?
—Te doble reto. Bésame ya.
Pero... ¿Qué demonios...? ¿Qué tiene eso que ver con la ropa de Rachel?
Me siento ridiculizada por la manera en la que ella sonríe, como si intentara decirme que soy totalmente incapaz de hacer algo tan loco y atrevido. Esto podría ser aún más vergonzoso si acaso nunca antes hubiera besado a alguien. Por fortuna, en Seattle conseguí la experiencia suficiente. De lo contrario, Chloe no me dejaría vivir en paz.
Oh, ¿qué más da?
¿Qué es lo peor que puede pasar?
Tengo que elevarme sobre las puntas de mis pies para que nuestros labios se unan por un instante. La tomo por sorpresa, haciendo que ella se tense por un momento, aunque al instante su cuerpo se relaja y puedo sentir que me aferra con fuerza por la cintura mientras su otra mano acaricia mi rostro. Devuelve el beso como si quisiera devorarme. Esto es más intenso de lo que puedo soportar, y a la vez sé que es la única manera posible en la que Chloe Price podría hacer las cosas. Nuestros labios no se separan y nuestras lenguas comienzan a danzar al compás de la música que aún brota de la radio.
Chloe se deja llevar por sus propios instintos salvajes y me toma con más fuerza por la cintura para llevarme a rastras hasta la cama, sin que nuestros labios permanezcan separados por más de un par de nanosegundos que usamos para respirar. Y en una de esas ocasiones, ella jadea para liberar su éxtasis al mismo tiempo que me lanza sobre la cama.
Se coloca a horcajadas sobre mí y sigue besándome, tomando el completo control de lo que sea que está sucediendo entre nosotras. Sujeta mis manos por encima de mi cabeza para evitar que yo pueda hacer más movimientos de los permitidos. Mi propio cuerpo me traiciona, retorciéndose debajo de Chloe con un aire lascivo que le comunica a ella que ha logrado despertar puntos en mi interior que ni siquiera yo sabía que existían. Sus labios pronto se separan de los míos y comienzan a dibujar una línea que baja por mi cuello. Yo sólo puedo arquear la espalda cuando siento que sus manos comienzan a aventurarse por debajo de mi camiseta, dirigiéndose hacia ciertas partes que no están protegidas por ningún sujetador.
Un leve gemido escapa de mis labios, delatándome y haciendo que Chloe saque su mano de golpe. Se incorpora y se aleja de mí, con la respiración agitada y un ligero sonrojo dibujado en sus mejillas. Quiero pensar que yo me encuentro en las mismas condiciones. Apenas puedo controlar los latidos acelerados de mi corazón. Aún siento ese cosquilleo en ciertas partes de mi cuerpo que están reclamando el hecho de que todo haya terminado así.
¿Qué mierda acaba de pasar? ¿Por qué me ha gustado tanto...?
—Demonios... ¡Eres hardcore, Max! Ahora puedo textear a Warren y decirle que no tiene oportunidad... a no ser que le guste lo que pasa entre chicas.
Limpia sus labios con el dorso de su mano, como si eso pudiera borrar algo de lo que ha sucedido, y simplemente vuelve a recostarse a mi lado.
¿Se supone que tendría que decir algo ahora...?
—Las mañanas aquí siempre son tranquilas... —dice Chloe, quizá con la intención de eliminar y evadir toda la repentina incomodidad. Casi puedo asegurar que en su voz se oculta un ligero atisbo de súplica, como si me estuviese pidiendo que no digamos más acerca del tema—. Quisiera que pudiéramos quedarnos aquí por siempre... —Suspira con un dejo de tristeza. Mierda, aquí viene... — De acuerdo, entiendo tu silencio. Supongo que ya nada es como cuando éramos casi hermanas. Rachel adoraba pasar la noche conmigo. Ella lo habría entendido mejor... Olvídalo.
Casi acabas de quitarme la ropa, ¿y hablas de Rachel como si nada hubiese sucedido entre nosotras?
Di algo, Max. Cualquier cosa.
—Chloe...
—Rachel me recordaba demasiado a i, cuando fingíamos que estábamos dormidas para que nuestros padres no nos obligaran a levantarnos.
—Así que... ¿Ustedes tuvieron muchas fiestas de pijamas?
—Mientras más, mejor. Pero siempre fue más divertido en su casa. Aquí, David siempre quería tenernos vigiladas. Pero contigo es diferente. Se respira más tranquilidad.
Quizá eso se deba a que yo no soy una maldita punk adicta como lo era ella.
Maldita seas, Rachel.
—Chloe... Ahora que lo pienso... Nunca me has dicho si tú tuviste algún novio serio mientras yo no estaba aquí.
—Nada serio. Todos eran jodidamente estúpidos. Tuve mi fase de jugar con los chicos, entre otras cosas...
Bien, creo que comienzo a atar cabos.
—No puedo imaginarte saliendo con ningún chico de Arcadia Bay.
—Porque eres lista. Por eso es que me alegra haber conocido a Rachel. Ella llegó para rescatarme.
¡Mierda!
De acuerdo, Max. Es hora de saberlo. Sólo pregúntalo, no tienes nada qué perder.
—Eso suena como si hubieras estado enamorada de Rachel.
Chloe sonríe. No creo querer escuchar esto.
—Tú también lo habrías estado. Ella es lista, sexy y atrevida... Como yo, ¿no es cierto?
¡Maldición!
—Eso creo... Quizá si Rachel estuviera aquí, ambas habríamos tenido que pelear por ti.
Ya cierra la boca, Caulfield.
—Por supuesto que no. Ustedes habrían sido grandes amigas. Ella quería ser modelo y tú eres fotógrafa, así que... ¿Vas a vestirte o no?
Me rindo.
No puedo competir contra Rachel.
Pero al ponerme su ropa, siento como si estas prendas no le pertenecieran a nadie en realidad. Es como si el espíritu de Rachel se hubiera esfumado, y sólo quedan estas telas suaves de las que aún se deprende un ligero aroma a perfume. Pero aunque pueda parecer un rastro de Rachel, también parece un aroma común y corriente. No es nada especial. Es como si Rachel... ya no estuviese aquí.
Creo que estoy yendo demasiado lejos al pensar en semejante atrocidad. Lo admito, ella puede superarme en cualquier ámbito. Chloe parece estar sumamente encantada con ella. Pero esa no es razón para pensar lo peor. Chloe no lo soportaría. Y no quiero verla sufrir, aún si eso implica que ella prefiera a Rachel y no a mí... ¿Por qué todo tiene que ser tan complicado? Si ella no tuviera la manía de mencionarla todo el tiempo, quizá nosotras podríamos simplemente divertirnos sin pensar en nada más.
Supongo que todo lo que puedo hacer es simplemente dejar que las cosas pasen.
Ahora que estoy totalmente vestida con este nuevo estilo, no puedo evitar sentirme como una niña pequeña que juega a los disfraces. En cuanto Chloe me ve completamente lista, se incorpora y sonríe de oreja a oreja.
— ¡Te ves genial, Max! Un par de tatuajes, piercings y quedarías totalmente transformada.
—Lista para hacer cosas de punks, shaka brah.
—Eh... Tal vez no.
Pues a mí me gusta. Miren a Mad Max. Hoy mismo me voy a tatuar. Soy tan hardcore...
—Supongo que puedes bajar a saludar a mi madre —dice Chloe tras recostarse de nuevo y tomar el cenicero para fumar su porro matutino—. ¡Desayuno gratis! Yo... necesito fumar algo antes.
No tienes remedio.
—Prometo no decirlo.
—No rebobines para averiguarlo.
Enciende el porro y yo emprendo mi camino para salir de la habitación. Pero en cuanto coloco mi mano sobre la perilla de la puerta, Chloe se incorpora de golpe.
—Max.
—Dime.
Ella duda, aparta la mirada y suspira con pesadez. Cuando vuelve a mirarme, sé que está por decir algo que tal vez le incomode por alguna razón que yo soy incapaz de ver.
—Lo que sucedió hace un rato... Bueno, yo... Lo lamento, Max.
—Disculpa aceptada. Te esperaré abajo.
Sonríe y yo finalmente soy libre. No puedo evitar suspirar cuando estoy en el pasillo, como si al fin pudiese respirar con normalidad.
Oh, Chloe...
¿Cómo te digo ahora que besarte y tener tus manos acariciando mi cuerpo ha sido... inigualable?
No estoy segura de a dónde es que lo nuestro está dirigiéndose... Pero si de algo estoy segura es de que no dejaría ir la oportunidad de repetirlo. Creo que realmente necesito terminar lo que esta mañana se ha quedado a medias.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top