Capítulo XLVIII: Una Nueva Max


     El obturador de mi cámara se escucha al haber tomado la selfie que inició con todo esto, mientras mi visión apenas comienza a aclararse para mostrarme que he vuelto justamente a la clase del profesor Jefferson. Todo sigue tal y como recordaba. Ese malnacido sigue pareciendo la única persona de la que nadie desconfiaría jamás. Por supuesto, yo soy la única aquí que sabe la verdad. Junto con Kate, a pesar de que ella no lo sepa.

Ver a Kate con vida me llena de valor, de deseos de triunfar en esta misión. Pero también es como si cada parpadeo pudiese cambiar el aspecto de Kate, convirtiéndola en la chica punk que también conocí hace algunos días. Eso me hace pensar en Rachel. Y eso, a su vez, me hace tener la impresión de que ellas están conmigo. Ellas me ayudarán a que todo esto termine como debe ser.

Puedo hacerlo.

A pesar del sangrado de mi nariz y del dolor de cabeza, puedo hacerlo.

—... y capturarlos en un momento de desesperación... Creo que Max ha tomado lo que ustedes llaman selfie. Una palabra estúpida para...

Estoy de vuelta. De vuelta en el único sitio donde puedo actuar con el tiempo suficiente para evitar que cualquiera vuelva a herir a Chloe.

—... ha sido un aspecto vital del arte y la fotografía...

Tengo que pensar.

¿Qué es lo que tengo que hacer aquí?

De delatar a Jefferson a tiempo, y asegurarme de que Nathan no tenga oportunidad de herir a Cloe cuando esta clase termine. Esta vez no voy a equivocarme. No dejaré ningún cabo suelto.

—Max, ya que estás tan interesada en participar en la clase, ¿podrías decirnos el nombre del proceso que dio vida a los primeros autorretratos?

—El proceso Daguerriano.

—Oh... Bueno... Eso fue fácil, Max.

— ¿Lo fue? Si usted lo dice...

Nada ha sido fácil desde que comenzó esta pesadilla, hijo de puta.

—Bueno... Entonces, el proceso Daguerriano...

Creo que he sido un poco... evidente con mi manera de tratar a ese bastardo. Apuesto a que mi repentina actitud hostil y defensiva lo ha alertado de alguna manera, especialmente si toma en cuenta que esto es totalmente opuesto a lo que yo he sido durante sus clases. Me pregunto si de alguna manera, de alguna forma que ninguno de nosotros podrá explicar, él sabrá que ya conozco sus intenciones.

Ahora que me he sacado a ese idiota de encima, necesito pensar en alguna manera de actuar desde eta silla. No puedo alertar a Chloe por mi propia cuenta. No debo cambiar el destino de formas tan drásticas, a excepción de hacer que todos en Arcadia Bay sepan que fue Jefferson quien causó todo esto.

Mi nariz no deja de sangrar.

¿Las decisiones que tome hoy afectarán mucho a los acontecimientos del futuro? Además de hacer que la justicia caiga sobre Jefferson, ¿esto podría salvar a Kate? ¿Existe alguna manera de salvar a Rachel?

La clase ha terminado. Y mientras Jefferson les recuerda a todos que deben entregar su fotografía para el concurso de los Héroes del Día a Día, todos comienzan a levantarse para emprender el escape.

Hora de cambiar el destino.

Primero, tengo que hacer que Nathan sea atrapado antes de hacerle daño a Chloe.

Después, tengo que acercarme a Mark Jefferson tanto como sea posible para sabotear cualquier plan que pueda tener antes de atraparme a mí.

—... Y sí, Max, sé que pretendes que no te vea...

Bastardo.

Tengo que alertar a David acerca de Jefferson y el Cuarto Oscuro. Él es el único capaz de actuar con la rapidez necesaria, aún tratándose de una falsa alarma. Es por eso que estoy segura de que este plan funcionará.

Pero en esta realidad no he encontrado de nuevo a Chloe, y mi contacto con David Madsen ha sido hostil, desagradable y mínimo. Eso quiere decir que la única manera que tengo de darle credibilidad a mi testimonio es haciéndole llegar el mensaje a David mediante un intermediario. Y Warren es la única persona a la que le confiaría mi vida. En esta realidad en este momento del tiempo, al menos.

Warren, esto es importante. Te necesito. Debes ir a buscar a David Madsen, o contactarlo de cualquier manera, ahora mismo y decirle que Nathan Prescott estará en el baño de chicas con un arma, esperando a Chloe Price. Adviértele también que Rachel Amber está en el vertedero, tres metros bajo tierra. Las respuestas están en un granero en las afueras de la ciudad. Estoy segura de que Nathan les dirá todo lo que tienen que saber.

No me preguntes cómo lo sé, Warren. Sólo hazlo.

Confío en ti.

Mensaje enviado.

Por favor, Warren...

La parte uno del plan ya ha sido completada. Ahora sólo me queda asegurarme de que Jefferson crea que tiene oportunidades de atraparme. Eso lo hará bajar la guardia, y lo dejará vulnerable para que David pueda encargarse de dar el golpe final.

Jefferson quería que yo entrara al concurso... Así que parece que yo iré a San Francisco, y Mark Jefferson irá a prisión.

Uh... Dar el primer paso fuera de mi mesa es casi una misión suicida. Por poco me he desmayado. Mis manos tiemblan, mis palmas están cubiertas de sudor. El mareo es más intenso a cada segundo. Y el sangrado de mi nariz sigue apareciendo ante el más mínimo movimiento.

Alterar las realidades y viajar al pasado tan frecuentemente está destruyéndome a mí también.

Antes de ir a confrontar a Jefferson una vez más, hay algo más que tengo que hacer. Y puede ser que eso se deba a la impresión de que Rachel va caminando justo a mi lado, dándome soporte para evitar que yo caiga al suelo o que mis debilidades terminen por aplastarme como debieron hacer desde el principio. Ella habría querido que yo hiciera esto, incluso tratándose de la Kate que yo conocí al principio.

Si con esto puedo salvarte, Kate...

—K-Kate...

Ella levanta la mirada y me mira con sus hermosos ojos enrojecidos y cubiertos de lágrimas.

—Oh... Hola, Max...

Tengo que luchar contra mis memorias para evitar que la imagen de Kate saltando del techo, y la de Kate recibiendo el disparo, choquen contra la imagen de la Kate viva y destrozada que tengo justo frente a mí. Al momento de tomar sus manos para hacer que ella se levante de su silla, es como si fuese Rachel quien se ha apoderado de mis movimientos. Quizá eso se deba a la forma en la que mis dedos se han entrelazado con los suyos por un instante. Ella no opone resistencia, pues su confusión tal vez lleva a sus pensamientos en la dirección equivocada.

—Kate, escúchame...

—Eso hago.

—Siempre recuerda que no estás sola. Yo estaré a tu lado, sin importar lo que pase. Hay muchas otras personas que piensan lo mismo. Me importas mucho, Kate. No voy a dejarte sola. Q-quería que lo supieras...

Ella sonríe de forma sincera, quizá por primera vez desde el inicio de su propio infierno.

—M-Max... E-eso es muy lindo... M-me haces sentir bendecida por primera vez esta semana...

—Y tú a mí. Creo que nos necesitamos, la una a la otra... ¿Crees que un abrazo pueda hacerte sentir mejor?

Ella responde rodeándome con sus brazos, aplicando tanta fuerza como su tristeza contenida es capaz de transmitir. Al separarnos, ella luce mucho más feliz. Más viva. Llena de luz, como siempre debió ser.

—G-gracias, Max... S-siempre sabes qué hacer para hacerme sentir mejor...

—Y lo haré siempre que lo necesites.

—T-tal vez podamos... M-Max... ¿P-podemos tomarnos una selfie...? M-me gustaría recordar este momento... Y-yo...

—Seguro. Todas las selfies que quieras.

Ella toma su propia cámara para tomar la fotografía, en la que queda inmortalizado este momento que podría marcar por siempre su historia.

Lo lamento, Rachel... N-no pude salvarte a ti, pero...

Kate se despide de mí para tomar sus propias cosas y salir de este sitio con la frente en alto, sonriendo de nuevo y sintiéndose como una chica diferente a lo que era hace cinco minutos.

Misión cumplida.

Ahora...

Me cuesta demasiado acercarme a él, pues no podré olvidar jamás nada de lo que ha pasado. Pero tengo que hacer un esfuerzo si quiero que él siga pensando que soy la misma chica crédula, inocente, débil y cobarde que fui al inicio de esta maldita semana. A pesar de que en estos momentos, gracias a Chloe y a Rachel, soy una persona distinta.

—Señor Jefferson, tenemos que hablar.

Victoria al ataque. Se interpone en mi camino como una barrera imposible de cruzar.

— ¿Disculpa? ¿Acaso no ves que yo estoy hablando con el señor Jefferson?

No me saques de quicio, Victoria.

—Sí, me doy cuenta. Y tal vez no deberías.

— ¿Y por qué no?

Jefferson interviene al fin.

Al menos tiene las bolas suficientes para detener la pelea entre dos chicas.

—Espera, Victoria. ¿Te sientes bien, Max?

—Lo estaré cuando Victoria entienda que esconderse detrás de una pantalla, posteando videos de las personas, es cruel. Eres lo suficientemente lista como para saber cuán fácil es herir a alguien y destruir su vida. Sólo quiero que pienses en cuánto sufrirías si alguien hiciera eso contigo. Siempre puedes hacer la elección correcta, Victoria. Sé que tienes un buen corazón, en el fondo.

—N-no sé de lo que hablas...

—No tienes que explicarlo. No hay razones para ser tan insegura con tu propio talento. ¿No sería mejor para todos si dejaras de tratar a los demás como si fuesen inferiores a ti? Podrías inspirar a las personas.

—No sé de lo que estás hablando. ¿Usted sí, señor Jefferson?

Él decide mantenerse fuera.

—Creo que yo no debo intervenir, Victoria —responde.

Victoria no está contenta.

—Supongo que no tengo más que hacer aquí —dice.

—Eso está bien.

Y ella se retira, derrotada.

Max Caulfield, uno.

Victoria Chase, cero.

Jefferson sonríe.

—Eso ha sido... extraño, Max. ¿De qué estabas hablando?

—De que aquí está mi foto para el concurso de los Héroes del Día a Día.

Él toma la foto, sin poder creer que realmente la he entregado.

Hijo de puta.

—Uh... Bueno... Eso fue fácil.

—No... No lo fue...

—Bueno, yo... No puedo juzgar aún, pero me alegra que hayas decidido participar. Eso significa mucho para mí. Y Blackwell. El primer paso para cualquier artista es mostrase al mundo sin miedo. Ser... inocentes.

—O culpables.

—Uh... Bueno, gracias por la foto. Y tal vez los dos salgamos a San Francisco el viernes.

—O tal vez sea sólo uno de nosotros.

—No seas tan modesta, Max. Todo puede pasar en una semana.

—Estoy segura de que eso es lo que usted aprenderá pronto, señor Jefferson.

Aunque él parece querer obtener respuestas, yo simplemente salgo al pasillo para dejar mis últimas palabras al aire. Y en cuanto estoy fuera del aula, la realidad a mi alrededor empieza a cambiar. La luz me ciega por completo, llenándome de incertidumbre.

Por favor, que haya funcionado... Que Kate esté viva, que Chloe no haya sido herida, que Rachel haya encontrado al fin su descanso, que Nathan Prescott y Mark Jefferson estén en donde les corresponde estar...

Que la tormenta se haya detenido...

Por favor...

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