Capítulo VI: No Más Secretos
David mira en los al rededores como si supiera que hay algo que encontrar aquí dentro. Pareciera un perro rabioso dispuesto a atacar. Un peligroso perro rabioso.
—Una de mis armas desapareció. ¿Tú la tomaste?
Podría ser un poco más amable.
—Oh, por Dios. Yo no la tomé. ¿Acaso no sabes que creo en el control de armas?
— ¡Espera! ¿Esto es hierba? ¿Has estado drogándote de nuevo aquí?
Ha encontrado el porro de Chloe. Por alguna razón, siento que David podría matarla aquí mismo. David lanza el porro al suelo y le da un fuerte pisotón. Chloe se acerca a él con violencia, poniéndose tal vez en un gran peligro voluntariamente.
—Oh, sí. Armas, hierba... Estás jodidamente loco.
—Estoy harto de tu falta de respeto. ¡Dime la verdad! ¡Es una orden! ¡¿De quién es la hierba?!
¿Acaso cree que Chloe es un perro?
Chloe duda. Se mantiene en silencio, dando una confesión evidente, y sólo le sostiene la mirada a ese cretino. Eso le da a David la pauta para darle una buena bofetada que hace retroceder a Chloe. Maldito... Juro que voy a...
— ¡Oye! ¿Por qué no te metes con alguien de tu tamaño?
Mi salida heroica quizá sería un poco más épica si tan solo no estuviera ligeramente aterrada. David fija su atención en mí. Chloe sólo me mira con un dejo de gratitud.
— ¿Qué haces tú aquí, Caulfield?
—Eso no es de tu incumbencia. No eres más que un guardia de seguridad de pacotilla. Y sólo para que estés informado, te diré que ese porro no es de Chloe. ¡Es mío!
¿Qué diablos acabo de hacer?
Chloe sólo nos mira alternativamente. Debe estar tan aterrada como yo.
—Vaya, vaya... No me gustan los extraños en mi casa. Especialmente los que se drogan. Así que tal vez debería llamar a la policía. Apuesto que esto arruinará tu impecable registro en Blackwell. Estoy harto de que los perdedores arrastren a Chloe hacia abajo. Estoy seguro de que sólo estás aquí para causar problemas. Como esta tarde. No tienes nada inteligente que decir ahora. ¿eh?. ¿Lo tienes? ¡¿Eh?!
Se acerca a mí como esa una bestia que lanza mordidas al aire. La duda se refleja en mí momentáneamente, pero no tengo oportunidad de responder. Me obliga a retroceder como un cachorro asustado. Él me da un par de golpes en las mejillas para obligarme a responder.
Chloe detiene a David antes de que él dar un paso más y le da un empujón en los hombros. Y está enfurecida.
— ¡Déjala fuera de esto, idiota! ¡Deja de acosar a mis amigos!
Chloe se coloca entre nosotros. De pronto, me siento protegida.
—Tú no tienes amigos, Chloe.
—Como si supieras. ¡Ni siquiera eres un puto policía de verdad!
—Yo era un soldado, Chloe. Y Max, si te veo aquí de nuevo, aprenderás lo que son los verdaderos problemas.
Envalentonada por la presencia de Chloe, sólo puedo cruzarme de brazos y retarlo con la mirada a que dé siquiera un paso más hacia nosotras. Al final, se rinde y sale de la habitación azotando la puerta detrás de sí. Chloe sonríe con aire triunfal y le dedica una señal obscena con ambas manos.
Esto ha sido... Intenso.
A Chloe parece no importarle la bofetada que recibió. Parece estar eufórica.
—Porque eres una amiga increíble, Max, te mostraré mi nuevo juguete.
Aire de confidencialidad.
Esto no puede ser bueno.
¡Dame sólo una razón para haberte defendido, Chloe!
Ella se toma su tiempo para buscar algo entre su desorden. Oculta el objeto detrás de su espalda, con un aire de niña traviesa que me hace pensar que terminaremos metidas en problemas más grandes de los que creemos.
—Mi nombre es Price. Chloe Price... ¡Bang!
Instintivamente aparto el cañón desea maldita arma, haciendo que ella ría a carcajadas como si hubiese hecho lo más divertido de la vida.
Maldita sea, Chloe. ¡Casi me das un infarto!
— ¡Aleja esa cosa de mí!
—Relájate, hermana. Ni siquiera está cargada... aún.
—Pensé que creías en el control de armas.
—Sí. Creo que yo debería controlar el arma. —Esa es una buena respuesta... — Son los hombres los que deben controlarse. ¿Confías en Nathan o David?
Se aleja un par de pasos, me da la espalda y añade un par de palabras más, mostrándome a la verdadera Chloe que se oculta detrás de esa fachada punk.
—Gracias por defenderme, Max. Nosotras derrotamos a ese idiota. Él no es rival para ti y para mí ahora. —Me mira de nuevo y sonríe, sin dejar a un lado esa maldita arma—. Esta fue una victoria épica. Como sea, salgamos de aquí. Hay un lugar genial en el que podríamos estar en este momento.
Mierda... Esto está mal.
Si quiero mantener mi beca en Blackwell, no debo mentir por nadie. Ni siquiera por Chloe. Tengo que pensar en mi propio futuro.
¿Debería rebobinar y cambiar las cosas...?
Pero, si rebobino entonces... Eso significaría permitir que ese bastardo la golpee sin que yo pudiera evitarlo. Y eso no puedo permitirlo.
No.
Dejaré las cosas como están.
Nadie va a golpear en mi presencia.
Así que ambas salimos por la ventana y Chloe conduce hasta llegar al faro. A este lugar tan hermoso que me evoca muchos recuerdos. Recuerdos de cierta pesadilla que me metió en este embrollo. No puedo mirar el faro sin imaginarlo cayendo en mil pedazos. Encima de mí. Está atardeciendo.
Estamos siguiendo la misma ruta que yo tomé durante mi pesadilla. Pero estando cerca de Chloe, puedo decir que no siento miedo. En absoluto. No hay otra persona con la que quisiera estar en este lugar, que no sea ella.
Finalmente llegamos a esa banca que da vista hacia el horizonte. Chloe está sentada, mirando hacia el sol. Esta es una gran oportunidad para tomar una foto. Chloe y una vista hermosa. ¿Qué podría ser mejor?
¡Foto!
Imágenes como esta valen oro.
De pronto, ella pareciera haberse deprimido. Tiene una mano sobre la mejilla que fue golpeada por David. Me pregunto si justo ahora estará bien.
— ¿Puedo sentarme? —le pregunto.
—Si eso es lo que quieres...
Es increíble cómo su humor puede cambiar de un momento a otro.
—Lamento lo que pasó. No merecías que él te golpeara.
—No te preocupes, no ha sido culpa tuya. Mi mierdastro siempre es un hijo de puta. Pero me has defendido en el mejor momento, y eso es lo que importa. Eres valiente.
—No soy tan valiente como tú. Y David es, en efecto, un padrastro de mierda.
—Siento que hayas tenido que averiguarlo de primera mano.
Ahí está la verdadera Chloe. La chica que recuerdo.
—Tú tienes que vivir con él... ¿Ha sido siempre así?
—Desde que mi madre desesperadamente arrastró su culo a nuestra casa. Nunca he confiado en él.
—Debí tomar una foto cuando lo vi molestando a Kate, pero... En lugar de eso, tuve que intervenir.
—Eso habría sido material de chantaje. Podríamos atraparlo.
—Tienes una agenda extraña...
—Él tiene un montón de archivos secretos. Rambo todavía piensa que colecciona datos del enemigo. Entonces, ¿no tomaste la foto?
—Quería, pero me di cuenta de que no podía hacerlo. Defender a Kate era más importante que fotografiarlo. Y... De cualquier forma, ¿qué clase de archivos secretos y oscuros podría tener?
—Me gustaría saberlo... Tal vez tengas razón y sólo haya algo de porno de enanos.
— ¡Iugh!
—Qué bueno que no hemos mirado. Él tiene un fetiche de vigilancia total. Quizá incluso hay cámaras espías en la casa, y mi madre no se opondría.
—Es posible... Ese hombre es un lunático. ¿Qué harías si así fuera?
—No lo sé... Es tan jodidamente paranoico...
—A veces la ignorancia es felicidad.
—Tengo que encontrar una manera de deshacerme de ese infeliz. Todo el mundo en esta ciudad conoce secretos de los demás.
—Entonces... ¿Cuál es el secreto de Nathan?
—Es un idiota de élite que vende mierda con laxante. Y él me drogó en su habitación...
— ¿Qué?
Maldito infeliz. Juro que voy a...
—Lo conocí en un bar de mierda donde no aceptaron mi tarjeta. Él era demasiado rico para el lugar y también muy ido. Y seguía aumentando la cuenta.
—Sólo dime que pasó, Cloe. Ahora.
Sé que esto le duele. Lo veo en sus ojos.
—Fui una idiota. Creí que estaba tan fumado que sería algo sencillo.
— ¿Necesitabas tanto ese dinero?
—En realidad, sí. Se lo debo a lo grande. Y pensé que tendría suficiente para mí y Rachel si ella aparecía...
— ¿Cuánto?
—Tres grandes más intereses. Y antes de que pudiera conseguir un pedazo de Nathan, él puso alguna mierda en mi bebida.
—Por Dios, Chloe... No puedo creerlo. Quiero decir, te creo... ¿Y qué pasó entonces?
—Sé que me desmayé. Y cuando desperté, ese pervertido estaba sonriendo y arrastrándose hacia mí con una cámara.
—Sigue.
—Todo era borroso. Traté de darle una patada en las bolas y se rompió una lámpara. Nathan se asustó, así que me las arreglé para correr deprisa hacia la puerta y salir a la mierda... Max, él está loco.
Está aterrada. Se abraza a sí misma.
Detesto verla así.
—No puedo creerlo... Quisiera asesinarlo ya mismo. ¿Qué harás entonces?
—Me imaginé que él me pagaría para guardar silencio, así que nos reunimos en el baño. Y llevaba un arma. Ese fue su último error. Y el resto, bueno... ahora lo sabes.
— ¿Y qué pretendes hacer? ¿Meterle una bala en el culo? ¡Vamos a la policía!
—A la mierda eso. Ya le dijiste al director y estoy segura de que es inútil.
—No estaré allí para salvarte siempre.
—Hoy lo estuviste. ¡Max, tú me salvaste! Y todavía estoy procesándolo. Verte después de estos años se siente como...
— ¿Destino?
Y todo cambia en un abrir y cerrar de ojos.
Estoy de nuevo en la tormenta, en camino hacia el faro. ¿Qué mierda está pasando? ¿Por qué estoy aquí? ¿Chloe estará arriba? ¡Tengo que ir con ella! Los árboles caen a mí alrededor. Chloe podría estar en peligro. ¡Ese faro le caerá encima! ¡Corre, Max!
Un árbol se desploma frente a mí y cae sobre mis piernas. El dolor es demasiado intenso. Siento que me desmayaré, aunque no sé si es a causa del dolor o a causa del repentino desangramiento.
¡Rebobina, Max!
El árbol se levanta y mis piernas se recuperan de golpe. Puedo arrastrarme para quedar al otro lado antes de que el árbol caiga de nuevo. Eso ha estado cerca.
A pesar del agua y de la fuerza del viento, consigo llegar al faro. Chloe no está aquí. Tan sólo hay un ciervo que mira hacia el tornado con un dejo de tristeza. Arcadia Bay está siendo destruida. Todas esas personas están muriendo. Warren... Kate... ¿Esto es real?
El faro cae nuevamente. Apenas puedo caer de espaldas para retroceder a rastras.
¡Chloe! ¿Dónde estás!
Consigo llegar hasta la banca, donde encuentro un diario. La fecha es tajante. Octubre once. ¡Eso es el viernes! Está a sólo cuatro días de diferencia. Y el diario vuela a causa del viento para unirse al tornado que sigue avanzando hacia la ciudad. Tengo miedo... ¡No quiero que esto ocurra! Retrocedo y sólo puedo sentir una mano que se cierra sobre mi hombro. Pero al girarme, sólo puedo ver que la tormenta ha desaparecido.
Estoy en el barranco. Aún atardece. Estoy en el suelo, en los brazos de Chloe, y ella me mira como si yo estuviera muriendo.
¿Qué...? ¿Qué ha pasado...?
— ¡Chloe! ¡Estás aquí! Oh, Dios... Esto es real. Es tan real... Esto...
La tomo con fuerza por ambas manos. Su angustia sólo crece al ver mi reacción. Siento que lloraré.
—Max, ¿qué pasa? Te desmayaste de repente.
— ¡No me desmayé! ¡Tuve otra visión! ¡La ciudad será destruida por un tornado!
Ya no puedo controlar las lágrimas. Chloe me toma por ambos brazos con fuerza para obligarme a mirar de frente sus ojos azules.
—Oregon tiene cinco tornados cada veinte años. Sólo estás confundida.
— ¡No, no! ¡Lo vi! ¡Pude sentir la electricidad en el aire!
Ambas nos aferramos la una a la otra, como si fuéramos mutuamente un ancla para permanecer en la realidad. Mi llanto es incontrolable, y eso parece destrozar el corazón de Chloe. Es como si sufriera al verme reaccionar así.
—Vamos, tranquilízate...
—Chloe, no estoy loca. Hay... Hay algo que no te he dicho... Es una locura.
—Háblame, Max.
—Tuve la misma visión en clase. Cuando salí de ella, descubrí que puedo retroceder en el tiempo. Como te dije, no estoy loca.
Me mira con escepticismo, pero algo en sus ojos me dice que cree en mí.
—Loca, no. Fumada, tal vez.
— ¡Escúchame! ¿Cómo crees que salvé tu vida en el baño?
— ¿Controlando el tiempo? Sí, claro...
—Vi cuando Nathan te disparó, Chloe. Yo... Yo te vi... morir. Pero fui capaz de regresar para activar la alarma justo a tiempo.
—De acuerdo, eres una geek con una gran imaginación, pero esto no es un anime ni un videojuego. La gente no tiene esos poderes, Max.
— ¡No sé lo que tengo, Chloe! Pero lo tengo. Y me aterra. No puedo enfrentarlo sola.
—Necesitas fumar algo. Ha sido un día jodidamente loco.
Y entonces, algo ocurre.
Copos de nieve empiezan a caer sobre nosotras. Y a pesar de eso, no queremos soltarnos. No queremos separarnos. No quiero que Chloe me abandone. Creo que ella es la única capaz de ayudarme a sobrellevar esta locura.
— ¿Qué mierda es esto?
— ¿Nieve?
— ¿Cómo es posible...?
—El clima cambia... O una tormenta viene.
Y compartimos una mirada de complicidad. Es como si el destino hubiese querido que nosotras lo supiéramos. Si esta nevada es lo que necesitamos para que Chloe crea en mí, entonces que toda la maldita ciudad quede de color blanco. Ella suspira con pesadez. Me da la mano y me ayuda a levantarme, entrelazando nuestros dedos y dándome un fuerte apretón. Asiente y me dirige una intensa mirada.
—Empieza de nuevo, Max. Dímelo todo.
Lo sé.
Esto es el comienzo de algo grande... Y no hay nadie más con quien quiero enfrentarlo, que no sea con Chloe.
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