•Capítulo 4•
-Me acaba de llamar tu padre, Simón- Abro los ojos a tope. Oh no, el viejo, NO. -Te salvastes de ésta, Álvarez. Pero a la próxima, no te escapas- Asiento, y salgo hecho una furia de la oficina del director.
No sé cuando el director llamo a mi viejo, o cuando el viejo llamó al director, pero lo que si sé, es que mi padre está más molesto que nunca.
No me preocupa en absoluto lo que el viejo me diga, pero lo que si me preocupa es de lo que sera capaz.
Mientras voy pensado en como poner una excusa para mi castigo alguien viene corriendo hacía mí.
-Simón...
Narra Ámbar
-Es muy guapo el chico nuevo.
-Cierra la boca, Jazmín, que se te cae la baba.
-Ni que fuera la gran cosa- Le digo. -Además se cree él más, más. ¡¿Vieron cómo me acusó con el profesor?! ¡solo le había hecho una pequeña seña! Es súper molestoso, problemático y además... ¡hasta me tira onda!- Jazmín me mira de mala gana.
-Ámbar, te pido que no te acerques a Simón, ME GUSTA y no pienso dejar que nadie me lo quite. Tienes novio y tienes que respetarlo- La miro de mala gana. Delfi nos mira molesta.
-Mira Jazmín, a mí, Simón me importa lo que viene siendo NADA, cada vez que me habla, es como si me hablará una cucharada. Ni lo conoces y ya quieres estar con él. Con lo poco que he hablado con él te puedo decir que es una mala persona. Si te gusta bien por ti, solo espero que no te haga ningún daño y que está amistad no se arruine. Yo vine con ustedes para hablar del Fab and Chic pero veo que vine por las puras, me voy con Lunita y Nina. Nos vemos luego.
Me fui echa una furia de allí. Esta bien que a Jazmín le guste Simón, no me importa, pero tampoco es para que me lo diga ¡así!, osea, Simón recién lleva ¿cuánto? un día, ¡Un maldito día!, y ya tiene a todas besando sus zapatos.
Mientra iba caminando por los corredores buscando a Nina o a Lunita y me encuentro con una redondela de muchos estudiantes en el patio. Me acerco para tener mejor visión de las cosas pero es inútil, no se ve nada.
Siento algo raro en mi estómago, pero le resto importancia y sigo caminando hasta llegar a Luna.
Mientras voy caminando siento pasos detrás mío.
¿Quién me sigue? Esa duda la confirmo al instante porqué volteo a ver quién está detrás mio.
Es Simón.
Pero es extraño porque esta volteado hablando con Cristina. Una compañera titulada de "zorra y puta". Sigo mi camino molesta.
-¿Qué paso, Lunita? ¿ Por qué Simón te habla?- Le pregunto curiosa captando las miradas de Nina y Catalina.
-Que directa eres, che- Dice Catalina riendo, fingiendo acento argentino. -Nosotras le preguntabamos lo mismo pero indirectamente para que soltara más rápido- Luna las mira amenazantes. -No nos mires así, Luna. Si tienes algo con mi hermano, dilo.
-Si, Luna. Si tienes algo con su hermano, ¡dilo!.- Dice Nina sonriente. -Espera...- Mira a Catalina desconcertada. Cata la mira con confusión -Dijiste... ¡HERMANO!- Catalina abre los ojos a tope, me pongo a recordar en lo que dijo hace unos instantes y es verdad. ¡Dijo HERMANO! Luna tiene mi misma cara de sorpresa.
Antes de que Catalina hable, escuchamos por los altavoces que el director esta llamando a Simón Álvarez. Instantáneamente volteamos y escuchamos que Simón grita algo como... "No sé donde queda".
-No entiendo como alguien en su primer día puede ir a la oficina del director- Dice Luna burlona y sonriendo, mirando como el director se aparece detrás de Simón y él ni cuenta se da. Sonrió y muevo los labios diciéndole: "Lo que te espera, Álvarez". Y segundos más tarde, como si entendiera mi indirecta, voltea encontrándose con la roja cara del director.
-Se nota que Simón es un chico problemas...- Hablé preocupándome un poco por Simón. No sé que cosa habrá hecho pero parece que el direcor le hará pedazos.
-Un momento chicas, ahora vuelvo- Dijo una preocupada Catalina. Nina, Luna y yo solo la miramos con las cejas levantadas mientras se iba detrás de Simón.
-¿Qué le habrá pasado a Simón? Oh no... ¡Seguro lo van a transferir a otra escuela! Pero, ¿por qué Catalina fue tras él? ¿También le gustará? Pero ella le dijo a Ámbar que solo lo conocía. ¿Se preocupa mucho como para ser su conocida, verdad?- Jazmín llegó derrepente con Delfi haciendo muchas preguntas tontas como "casi" siempre" pero haciéndonos saltar y soltar algunos gritillos a Luna, Nina y a mí por el susto.
-Si, es cierto. Pero no le tomes importancia, Jazmín- Hablé primero antes de que Nina y Luna digan algo que todavía no este confirmado. Jazmín se relaja. Parece que es verdad, si le gusta Simón.
Tocan el timbre de clases.
-¿Vamos a clases?- Les pregunto a Delfi y Jazmín mientras veo como Nina y Luna se van cuchicheando, me miran y yo asiento con la cabeza a modo de despedida. -Chicas apurense que llegaremos tarde.
-Adelantense ustedes, yo antes ire al baño- Dice Jazmín y Delfi y yo nos vamos hasta el salón.
Apenas llego al salón, busco con la mirada a Simón y no lo veo. "Sigue con el director" me digo a mi misma hasta que me siento al lado de Gastón. "¿Qué de malo habrá hecho?".
-¿En qué piensas, Ámbar?- Me pregunta Gastón sacándome de mis pensamientos.
¿Por qué estaba pensando en Simón?
-En nada, Gastón- Me mira fijamente. -Ya, ok. Estaba pensando en Matteo- Le miento. -, tenía la ilusión de que llegará hoy para estar con él, pero no, no llego- Llega el profesor y me quedo pensando en la casi mentira. En parte es verdad, me hubiera gustado que viniera Matteo, pero como bien dicen:
Las cosas pasan por algo.
(...)
Ya siendo la hora de salida estoy preocupada hasta los pelos por Jazmín y Simón.
¡No han llegado a la clase!
Con Delfi estábamos luchando por salir a buscar a Jazmín, ya que seguro Simón, se ha tirado la hora.
Jazmín dijo que iba a ir al baño. No creo que se allá ido, no es de esas chicas. Seguro no se sentía bien y se tuvo que ir. Capaz alguien le llamo por alguna urgencia y se tuvo que ir. Seguro le paso algo a alguien. Cada vez surgen más de un millón de ideas, cada una peor que la otra. Me estoy poniendo nerviosa y ya no lo puedo ocultar. Sé que Jazmín es un poco despistada, pero nunca a llegado a ese extremo.
Toca el timbre
Por fin...
Arreglo mi mochila lo más rápido que puedo y salgo con Delfi a buscar a Jazmín, mientras que siento que Gastón me llama saliendo a toda prisa para seguirme.
-¡Ámbar, espera! ¿¡A dónde vas!?
-Gastón, ahora no puedo hablar, nos vemos más tarde en el Jam and Roller- Delfi me jala del brazo para apresurar el paso. Gastón para de correr y asiente. -¿A dónde vamos?
-Supongo que se tuvo que ir a su casa, hay que seguir llamándola hasta que conteste. No pudo irse a sí como si nada, dejándonos angustiadas con una excusa tan tonta como ir al baño. Intenta llamarla, ya debe de haber prendido su celular- Es cierto. En casi toda la clase Delfi y yo intentamos comunicarnos con ella por teléfono, al principio sonaba pero no contestaba, luego de la nada, sonaba como apagado.
Dos horas después
Recorrimos casi toda Argentina y Jazmín no aparece.
Los chicos del Jam and Roller nos llamaban pero decidimos no contestar por si Jazmín se comunicaba con alguna de nosotras.
Decidimos darnos por vencidas.
Es que fuimos a su casa, a la casa de Delfi, a mi mansión, al centro comercial, a todas las peluquerias donde ella se atiende, al parque, a la playa y hasta a la casa donde vivia antes pero ¡nada! De repente ella quería pasar un rato sola y por eso no nos aviso. Todos necesitamos estar solos algunas veces.
Nos dirigimos al roller, porque estamos cansadas y queremos relajarnos juntos con nuestros amigos.
-¿Ámbar, crees que le haya pasado algo a Jazmín?- Pregunta Delfi, triste.
-Ay Delfi, te admito que Jazmín es un poco tonta, pero no tanto como para que le pase algo- Le digo sonriente para tratar que deje de estar triste. Trato de sentir mis palabras.
-Llegamos- Dice el chofer de Delfi.
Cuando bajo del auto y miro el Jam and Roller siento una especie de alegría combinada con decepción, volteo hacia donde Delfi y me dice:
-¿También lo sientes?- Asiento y entramos.
Al entrar los veo a todos amontonados en el escenario rodeando a alguien. Nos acercamos lentamente y escucho a Ramiro hablando.
-Yo vi a Ámbar y a Delfina súper preocupadas.
-Es cierto, estaban como fuera de sí, cada rato miraban sus teléfonos por si recibian alguna llamada tuya, y más Ámbar.- Dijo Gastón a alguien.
-Lo siento chicos, pero solo me fui un momentito del colegio. Simón me iba a invitar un helado y...- Dijo una voz apenada.
Esperen...
Es...
-¡Jazmín!- Dijimos Delfi y yo al unísono.
Todos voltearon sorprendidos, no se esperaban vernos aquí. Me abro paso hacia donde están Jazmín y Simón, mostrándole a Jazmín mi mejor cara de decepción, ella solo baja la mirada, culpable. Volteo hacia el lado de Simón y su mirada no la puedo explicar.
-¿¡Te fuistes a dónde, y con quién!?- Le grité a Jazmín. -¡Osea nosotras bien angustiadas por ti, y la señorita bien campante fue a comerse un heladito! ¡Y LO PEOR DE TODO ES QUE FUE CON SIMÓN!- Este dolor que siento en mi pecho es inexplicable. Simón me fulmina con la mirada.
-¿¡Qué problema hay en que haya salido conmigo?!- Dice desde su lugar
-¡El problema eres tú!-Lo señalo con mi dedo. -¡No llevas ni una semana aquí y ya te la das de ganador!- Le replico furiosa. -¡Volvete a México! ¡Acá solo darás problemas! ¡Ya causaste muchos!- Se levanta molesto de su lugar, dispuesto a encararme
-Ámbar no tienes porqué hablarl...
-¡Tu no te metas, Catalina! ¿Así que quieres que me vaya?- Dice retándome. -No lo voy a hacer, y, ¿sabes por qué? Porque tú no eres nadie para decirme que hago, y que no hago, solo eres una niñita consentida con su "noviesito" perfecto- Dijo acercándose a mi, poniéndome nerviosa. -, el cuál, pronto solo será un ex.
-Pues, yo creo que por ahora el "noviesito" perfecto" no será un ex...
-Matteo...
Oh no...
- Hermano, ¿Qué haces por acá?- Le dice Gastón a Matteo. Me doy una cachetada mentalmente, a veces Gastón podría ser tan...tan... No sé como explicar su brutalidad.
Matteo me cayó como balde de agua fría. No me esperaba su regreso, pensé que iba a regresar mañana, que lo iba a ver en el Blake, como siempre lo hacia cada vez que venía de viaje.
No es que no quiera ver a Matteo, pero me gusta solucionar mis problemas yo sola. Ahora tendré que explicarle TODO a Matteo para que entienda, y luego de que entienda le va a partir la cara, a la bestia de Simón.
-Amor, ¿me puedes explicar que es lo que está pasando?
-Ahora te explico, amor- Le digo cansada. Miro a Jazmín molesta, pero mi mirada se relaja a ver que está llorando. -Mira Jazmín... Nos diste un tremendo susto, pensabamos que te había pasado lo peor, para la próxima que quieras volver a irte nos avisas, para por lo menos saber que estás bien. ¿Te recuerdas lo que te dije en el Blake de él?- Señalo con mi cabeza Simón, quién no se da cuenta pero los demás sí. Asiente limpiándose las lágrimas con sus manos. -Entonces espero estar equivocada- Me alejo de allí, estoy súper cansada así que voy a sentarme en una de las mesas de Roller con Matteo siguiéndome. -¿Hace cuánto llegaste?- Le pregunto sentándome.
-Hace dos horas...
-¡¿Y no pudiste, aunque sea, mandarme un maldito mensaje?!
Narra Simón
-Me dan ganas de pegarte, y creo que seria lo indicado.
-Auch...- Me sobo el brazo. -Si pudiera te pegaría también
Todos niegan con la cabeza. Jazmín baja la mirada
-Vamos chicos...solo salí un momento con Jazmín, no tiene nada de malo.
-¡Pero justo tenías que elegir la hora de clases!- Me regaña Luna enojada.
-Luna tengo que decirte que a mi no me importa mucho los estudios, por lo tanto, me importa un pepino la escuela.
-Bueno, Simón me importa un pepino la escuela Álvarez, tenemos que trabajar porque sino Tamara se va a poner como loca y nos va a dejar tiempos extras.
-Ya Pedro. Todos tienen razón...- Les digo a los demás. -, es un paranoico- Todos ríen excepto Pedro que me mira molesto. Jazmín se ríe tan bajito, que parece como si no se estuviera riendo. -Solo era una broma. -Levanto mis manos rindiéndome. -¡A trabajar!- Me acerco donde Pedro, osea a la barra. Veo que los demás se van llendo por ahí, mientras que Nina y Catalina se han quedado con Jazmín, supongo que para animarla.
-Anda atendiendo las mesas. Luego agarras la tablet para publicar sobre el Open Music- Me ordena Pedro.
-¿Qué es el Open Music?- Pregunto curioso mientras voy a atender a un chico.
-Un evento que hacemos cada cierto tiempo donde las personas (que quieren, claro) cantan frente a los demás. Hay veces en los que se hacen en parejas, en grupos, en versus de hombres y mujeres, o solo individualmente- Explica Nico rápidamente porque está limpiando una mesa que se acaba de desocupar.
-¿Y ahora de que va a ser?- Le doy a Pedro la orden de un jugo de naranja.
-Va a ser libre, los que quieran cantar en grupo que lo hagan y los que quieran hacerlo solos también.- Me responde Pedro dándome el jugo en una bandeja. -Luego podrías ir a atender a Ámbar y Matteo, por favor, es que Nico va a ver la...- Se calla al instante. -Oh no...me olvide de la pista... ¡Nico! ¡Anda a la pista! ¡Rápido!- Nico que andaba atendiendo otra mesa casi se cae por el susto que le dio el grito de Pedro. Me aguanto la risa.
-Anda Nico yo los atiendo- Le dejo el pedido al chico y me voy a la mesa que estaba atendiendo Nico.
-¡Pedro! ¡¿Quién nos va a tomar el pedido?!
-Ámbar, ahora va Simón espera un momento, estamos a full...
-¡Se demora mucho, Pedro!
-Es que está atendiendo a los demás...
-¡Pero yo llegue primera!
-Si pero...
-¡¿Ojitos puedes esperarte un momento?! ¡Ahora Voy! ¡Ni que fueras la reina!- Le grito harto. Voy donde Pedro para dejarle el pedido y voy hacia la mesa de Ámbar y Matteo. Ruedo los ojos.
-¿Qué van a ordenar?- Les pregunto sin ganas.
-Matteo quiere un licuado de frutilla y yo voy a querer...un licuado de banana...
-Ok, ahora se los trai...
-No, eh...mejor un té verde con limón para mí
-Té verde, ok...- Voy a la barra.
-Pará, mejor un jugo exprimido de naranja...
-Me estás molestando, ¿verdad, Ojitos?- Le digo enfadado.
-Mi novia no tiene porqué molestarte, solo que no se decide bien que tomar- Habla Matteo, fulminando con la mirada. Yo se la devuelvo de igual manera.
-Ok, noviecito perfecto.
Me alejo furioso. Voy a dejarle el pedido a Pedro.
-¿Me parece o Matteo te tiene cólera?
-No lo sé, yo no le he hecho nada- Levanto los hombros sin tomarle importancia. Pero sintiendo una corriente eléctrica cargada de furia.
-Debe ser porque le dices a Ámbar, Ojitos- Le miro confuso, pero se retracta. -No importa. Acá estan los pedidos de la mesa anterior y la de Ámbar.
Voy a dejar el pedido a la otra mesa, luego voy donde Ámbar.
-Acá están sus pedidos, un licuado de fresa y un jugo exprimido de naranja... Adiós.
-Simón, ¿podés cambiame mi jugo por agua sin gas?
-¡¿Es neta?!- Río. Ámbar me mira alzando una ceja. -Pensé que eras una chica más decidida, Ámbar.
-No me conoces bien. ¿Vas a traerme mi agua, si o no?
-Es mi trabajo ¿no?- Voy donde Pedro.
-Ámbar, voy a la pista, quiero aclararles a los demás que el rey de la pista ya llegó.- Río fuerte como para que me escuche, y lo hace. Matteo voltea a decirme algo pero Ámbar lo interrumpe. Pedro me mira confundido.
-Te acompa...
-No, no- Dice rápidamente. -, mejor quedate acá a esperar tu agua sin gas- Siento que se levanta. -. Regreso luego.
Se va
Pedro me entrega el agua y voy a dejárselo a la rubia.
-Parece que tu noviecito te dejó.
-No me dejó- Hace una mueca. -.Solo se fue a patinar un rato.
-Si tú fueras mi novia, yo no dejaría que nadie te dijiera Ojitos...
Le guiño un ojo.
-Yo no estaría con ningún imbécil arruina amistades.
-Oh vamos...solo salimos un ratito- Le digo haciendo un ¿puchero? -Además como podrás ver... Soy un experto en meterme en problemas.
-Si, ya me di cuenta, todos nos dimos cuenta, el director estaba echando humo- dijo con sarcasmo. -, parecía como que te iba a expulsar.
-¡Simón, como no hay gente puedes tomar un descanso!- exclama Pedro mientras se recuesta en el escenario.
-¡¿Neta, Pedro?! ¡Gracias!- le contesto alegremente a Pedro por dejarme descansar un ratito. -Definitivamente, esto no es lo mío- susurro para mí mismo.
-Tienes razón, Azteca Inmundo, trabajar no es lo tuyo, sería mucho mejor que volvieras a México- añadió graciosa.
-Ja ja ja- digo sin humor. -, ya me empezastes a botar, acaso no tienes corazón...- pongo mi mano en mi pecho, simulando dolor. Ella ríe. -¡Aleluya! Por fin te hice reír...eso es un logro para mí, me sube el ego- cambia de expresión a una seria. -Ya ok, me voy porque no quiero que malogres este bello momento- me levanto de la silla y sin pensarlo me inclinó hacia Ámbar y deposito un beso en su mejilla. Ámbar me mira atónita. -. Adios, Ojitos azules.
No sé que me pasó, pero ese impulso surgió de lo más profundo de mi corazón.
Pero...¿no puede pasar, verdad? ¿no me debe de pasar, verdad?
Obvio que no, Simón. Tu jurastes nunca sentir eso, eso ni nada por el estilo.
Voy a dar un paseo por la pista, pero en el camino me encuentro a Catalina con una guitarra dentra de su funda, me mira y me sonríe.
-¡Tú! ¿Dónde estabas? y, ¿qué es eso?- le pregunto porque ésta chata parece ninja.
-Vamos al escenario y lo averiguarás- Empieza a caminar. No me muevo. -. Dale, Simón...te va a gustar.
-¿Eso es mi guitarra?- Asiente con una sonrisa. -¿Cómo la has traido?
-Si me acompañas te lo digo- Vuelve a caminar, yo ni me muevo. -Si no vienes en este mismo instante, le digo a mi papá que te salteaste las clases- lo dijo con una voz tan seria que no tuve más remedio que seguirla.
-Eres una chantajista, eres de lo peor, Catalina- le digo molesto.
-Así me quieren- habla con unos aires de diva. Nos sentamos y ella comienza a sacar la guitarra de su funda. -¿Quieres saber como la traje?- Asiento dudoso. -Como seguro te diste cuenta, luego que todos se fueran Nina y yo nos quedamos con Jazmín- no espera a que asienta y sigue. -, la estábamos consolando un rato luego decidió irse a su casa, le ofrecimos ayuda pero se negó, y se me ocurrió una... ¡magnífica idea!- grita a los aires. -. Le dije a Nina si podía acompañarme a la casa y ell...
-¡¿Qué?!
-Lo siento...- dice apenada. -no me acordaba- lágrimas empiezan a brotar de sus ojos, parece que va a llorar.
-Ya, ya, no quiero que llores, suficiente tengo con Jazmín.- se seca las lágrimas rápidamente. -Mejor dame la guitarra, que tengo ganas de que cantemos juntos- Sus ojos empiezan a brillar.
-¿Neta? ¿Neta dejarás que vuelva cantar contigo?
-Apúrate, antes que me arrepienta.
Se pone a sacar tan rápido la guitarra que casi se le cae, murmura un bajo "lo siento" y me entrega la guitarra
-Primero deja que me vuelva a acostumbrar...
Asiente con una alegría que hace tiempo no había tenido, tanta es su alegría, que yo también me siento feliz de estar con ella, de volver a cantar con ella.
Paso mis dedos lentamente por toda mi hermosa guitarra. Siento una extraña sensación que no la tuve desde años, desde que se murió él.
Empiezo a tocar unos pequeños acordes, intentando recordar la terrible sensación de libertad que siempre me transmitía cantar. Me pongo a cantar...
Hace años que no lo hacia...
(...)
Termino de cantar y me llevo la sorpresa de que la gente me está rodeando y Catalina me mira con una sonrisa.
Me siento, giro mi cabeza para ver quienes están aquí y a lo lejos, separada de los demás, está Luna, pero no me mira con el odio de siempre, sino con una mirada alegre y con una sonrisa en su rostro, nunca la había visto así, mientras la miro atónito se acercan Jim, Yam, Gastón y Ramiro felicitándome y diciendo que canto hermoso, Nina hace lo mismo, luego se acercan Nico y Pedro diciéndome:
-¡Cantas súper, Simón! ¡Y tocas la guitarra! ¡Encontramos a nuestro último integrante que nos faltaba!
Me gustaba ser el centro de la atención, pero éste no era el momento.
-Cantas muy bien, Azteca. Te felicito.
-Gracias, Ojitos- le guiño un ojo, y me llevo una sorpresa cuando veo que la sangre se le sube a las mejillas. -¿Quieres cantar, Cata?
Se pone pálida pero asiente.
-¿La misma de siempre?- vuelve a asentir recuperando su color. -Dale, vamos con todo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top