Importante escuchar: Beauty and the Beast by THE ROSE🌹

💋🥯LOVE IS AN ISSUE 🥯💋

El salón de la sede de ROUGE BLOOM exhalaba poder y refinamiento mientras un chico pálido como la nieve tragaba el nudo en su garganta.

—Siento que me voy a desmayar en cualquier momento. Si meto la pata ahora, por favor no se enoje conmigo señor Park.

Jimin giró en dirección a un sonrojado Yoongi que a duras penas intentaba camuflajearse detrás del de cabello rubio trigo.

—No te va suceder nada. Vamos, estoy aquí para asegurarme de ello. Respira, Yoonie, naciste para brillar.

Sin pensarlo, la mano decorada con otro juego de anillos de plata fue a parar a la espalda baja del de ojos color turquesa, ganándose una sonrisa tímida que solo aumentó el aluvión de sentimientos en el corazón del CEO.

"Vas demasiado rápido, Jiminah."

Se regañó pero no podía evitarlo. Desde que la primera sesión de fotos del pálido se había llevado a cabo en las instalaciones de Klass Publicit, su mente no había cesado de imaginar escenarios que lo atraían al de cabello rosado y tímida sonrisa. Yoongi se estaba convirtiendo en su obsesión personal.

—Aquí estaban. Es casi tu turno de participar en la conferencia de prensa, Min.

El semblante serio de Seok Jin acompañó con dos copas de champán la pequeña sugerencia. Yoongi aceptó el presente sin contenerse de colocar en las manos de Jimin la segunda copa.

El roce entre los dedos de ambos los hizo estremecerse pero se las arreglaron para echarle la culpa a los nervios del más joven y la ansiedad del CEO porque todo el mundo se tragara la historia de que el muchacho por el que todos preguntaban en el salón era en realidad un modelo profesional y no el simple asistente de mecánico que pasaba sus días ensuciándose de grasa de motor o aseando coches de segunda mano.

—Tranquilo, serás un éxito. Tu aura misteriosa ya los tiene comiendo de la mano. Además, Jimin no podía haber elegido un mejor conjunto para la noche que ese traje de Dior. Será pan comido.

Nuevamente la seguridad del castaño se volvió a filtrar sobre un angustiado Yoongi que trataba de retribuir tanto apoyo siendo lo más educado posible. Le habían cuestionado informalmente desde su llegada en compañía de Jimin al sitio donde se celebraría la recepción.

Dos copas de champán habían humedecido su garganta únicamente, pero el ambiente opulento donde no había soñado estar en milenios se encargaba de instaurar un leve mareo en sus sentidos.

"Estoy soñando despierto, sin dudas este no soy yo."

Se repetía internamente pero solo tenía que mirar a su derecha para encontrar el rostro animado del CEO de FACE Entertainment o sus bromas sin sentido criticando la asistencia al lugar para olvidarse de su timidez y participar en las pequeñas conversaciones que componían la vida social.

En ese momento, pudo darse cuenta de dos cosas que le habían animado y al mismo tiempo potenciado su caída en picada. Primero, Jimin había nacido para ser social y segundo, el doncel no confiaba en nadie.

Así que Yoongi, pobre e inútil campesino en medio de la realeza estaba cayendo en el hechizo del único príncipe de ojos color caramelo que se atrevería a ambicionar.

Solo habían pasado unos días desde que se atreviera a firmar el contrato con Park. Solo habían pasado unas horas desde que su rostro y su cuerpo llenara las vallas publicitarias de una ciudad que prometía convertirse en un monstruo consumista con sus imágenes y tenía la absurda impresión de llevar una vida dejándose sostener por la cálida sonrisa de esos ojos o las muecas burlonas de aquellos labios aterciopelados.

Park le atraía de una manera apabullante y a quién no podría atraerle. Sabía que la mitad de las miradas de la noche se las dedicaban por estar en compañía del rubio.

Justo como en ese momento que la principal financiadora de la marca se acercaba a ellos portado otra aflautada copa de burbujeante champán. Park Shin Hye, a sus treinta tres años lucía elegante y poderosa en un vestido entallado que resaltaba sus gráciles curvas.

—Caballeros, permítanme que les robe a nuestro querido SUGA. Es momento cariño, vamos a dar esa conferencia de prensa.

Yoongi miró a Jimin y este asintió ligeramente. Un suspiro interno fue callado mientras se mordía los labios y aceptaba la invitación de la mujer. El rubio los vio desfilar de camino a la especie de podio donde sería presentado y contestaría mínimo las preguntas que habían ensayado en su coche minutos antes de iniciar la velada.

Los ojos de Park seguían fijos en la espalda ancha de Yoongi cuando percibió el resoplido de Jin a su lado.

—¿Te doy un consejo?—inquirió el mayor elevando una poblada ceja color marrón. El más bajo puso los ojos en blanco porque ya se esperaba algo como eso después de la especie de guerra de miradas que sostenían desde su llegada—Si te gusta la nueva adquisición de Klass abre el juego antes de que sea tarde. Ese chico, escribe lo que te digo, se convertirá en un fenómeno mundial en muy poco tiempo.

Jimin masculló un "como digas" mientras la voz ronca de Yoongi llenaba el micrófono presentándose a la audiencia. Lucía tan hermoso desde ese ángulo, como ese muñeco de porcelana que se le aparecía en sueños para recordarle que a pesar de todo era humano y tenía otros deseos que alimentar.

No, él no poseía razones para pensar en eso justo en aquel instante cuando el teléfono del pálido vibró en el bolsillo de su pantalón de corte de ante. Por una medida de seguridad Jimin le había pedido guardar el dispositivo y ahora agradecía a su instinto ante situaciones de esa envergadura.

El número de emergencias parpadeó dos veces antes que el rubio rompiera el contacto visual con Yoongi para alcanzar la privacidad de la terraza donde se celebraba la recepción.

—¿Min Yoon Gi? ¿Es este su teléfono?

Una voz femenina preguntó con cierto grado de angustia y si hubiera tenido otro identificador en la llamada, el rubio se hubiera sentido aún más ofendido.

Bah, no debería ser así. Él es solo mi empleado, no puedo tener celos cuando...Ah...

—Por favor, conteste señor Min. Su hermano menor acaba de tener un accidente de tráfico y va camino al quirófano de Urgencias. Necesitamos un donante pues precisa de una transfusión. Jeon Jungkook es AB negativo.

Jimin sintió que el cuerpo se le paralizaba mientras recordaba esa información. Vagamente masculló unas palabras antes de pedir la dirección del hospital hacia donde se hacía el traslado.

A su espalda los aplausos que presagiaban el final de la pequeña conferencia de prensa llenaron el interludio hasta que pudo darle fin a la llamada. No tuvo que caminar mucho para encontrar el ceño fruncido de Yoongi y la mirada suspicaz de Jin.

—¿Pasa algo? Estás pálido y...

—Tu hermano, Yoon, tu hermano está entrando a Urgencias en el Hospital Universitario de Seúl, necesita una transfusión y...

Yoongi reaccionó primero, tomando la mano del rubio y despidiéndose de un aturdido Seok Jin para correr hacia el hospital. Como si no necesitara preguntar, como si se tratara de su pareja y no su jefe, ambos alcanzaron el mostrador de Urgencias en una nube de desesperación para constatar que el joven Jeon Jungkook había sido impactado por un coche mientras cruzaba la calle.

Al parecer el chico llevaba los auriculares a todo volumen y no vio al conductor. Yoongi había maldecido en todo el recorrido a la unidad asistencial y ahora se encontraba a la espera del resultado de la prueba para conocer su grupo y factor sanguíneo antes de hacer la donación de sangre correspondiente, aunque teniendo en cuenta su pésima suerte, lo más probable es que no fuera de mucha ayuda.

—Seguro heredé la de mi padre. Jungkook es AB, mamá creo que es B negativo. No lo recuerdo. Tenía que ser un desastre para esto también.

Se lamentó tirando de la corbata de su traje de vestir y Jimin sintió el desasosiego correr por su propio ser. Él también había accedido a realizarse la prueba de grupo y factor.

La verdad nunca en su vida había estado en un hospital más allá de fiebre en la niñez, así que no sabía cuál era su tipo de sangre. Rezaba internamente porque Yoongi fuera compatible con su hermano, si no sería un verdadero golpe.

Por lo visto el menor había sido impactado del lado izquierdo y la pérdida de sangre podría deberse a una lesión del bazo. Eso le habían comentado las ajetreadas enfermeras de Urgencias, pero con las contusiones abdominales nunca se sabía.

Yoongi llamó a la casa donde vivía el menor con su madre. Sabía que Ha Ra no iba a contestarle y que probablemente le fuera difícil ir hasta el hospital teniendo en cuenta su condición pero nada perdía con intentar.

—Familiares de Jeon Jungkook...

Jimin y Yoongi contuvieron el aliento antes de acercarse al doctor de uniforme azul que recién emergía a través de las puertas dobles de Urgencias. Su nombre era Lee Felix y estaba a cargo del departamento de Traumatología y Cirugía de esa sesión.

—Somos nosotros. Dígame cómo está mi hermano.

Empezó Yoongi nada más advertir la mueca del médico de cabello color cobre.

—El joven Jeon tuvo suerte dentro de su mala suerte, solo fueron tres costillas rotas, pero se lastimaron algunas ramas de la arteria lienal, es decir la arteria encargada de irrigar el bazo, por eso la pérdida de sangre. Por cierto, fue una suerte que el señor Park tomara el examen de grupo y factor sanguíneo. Es tan poco común encontrar un AB negativo, así que necesitaré que rellene estos formularios para realizar la transfusión. Hemos terminado de estabilizarlo para ligar las arterias desgarradas y en breve comenzaremos la intervención.

Yoongi palideció ante esa conclusión, su mirada vagó directo al rostro decidido de Jimin quien ya aceptaba el formulario y agradecía al doctor antes de ocupar uno de los incómodos bancos en el área destinada a los familiares de los internados en esa ala del Cuerpo de Guardia. Sin algo coherente que decir, Yoongi solo atinó a tomar de las manos a Jimin, los ojos en tonos color caramelo del rubio le encontraron con seriedad.

—Jimin... tú no tienes...

—¿Me dejas? No estoy haciéndote ningún favor Yoongi. Ese chico pudiera ser cualquiera, pero es tu hermano. Ni yo sabía que podía ayudarlo... No te sientas inútil. No lo conozco pero sé que eres todo lo que él tiene. Déjame acompañarte Yoon.

Una mano pequeña y cálida terminó recorriendo la húmeda mejilla del de orbes color azul turquesa. Las lágrimas silenciosas de Yoongi fueron interrumpidas cuando una mujer portando gafas de sol y un bastón llegó acompañada de una chica más joven. Choi Ha Ra sí había escuchado su llamada después de todo y estaba lista para descargar su veneno.

—¡Tenía que suceder esto!¡Tenía que ser Jungkook el afectado y no tú! De los dos quien merecía ese choque eras tú. Ni siquiera puedo verte y lo agradezco eternamente, quizás estuviste relacionado con el accidente. No sería nada nuevo siendo el hijo del infame hombre que fue Jae Seok. Eres un...

—¡Deténgase señora!—Bramó Jimin colocando a Yoongi a su espalda instintivamente—En lugar de venir acusar a su hijo mayor con una historia sin pies ni cabeza debería informarse mejor. En estos momentos creo que lo principal debe ser el chico que va a ser intervenido, así que guárdese su ponzoña para después. Mejor aún, muérdase los labios antes de expulsar tantas culebras. Vamos, Yoon.

Choi Ha Ra intentaba reconocer aquella voz grave que se había atrevido a desafiarla o los pasos apresurados en el pasillo. A su lado Kang Soo Jin, su vecina y protegida, apreciaba la escena con ojos como platos.

El rostro de Park Jimin era demasiado conocido en Seúl para ser ignorado y en su mente codiciosa, la chica apuntó usar ese pequeño dato a su favor en algún futuro próximo. Mientras tanto, el formulario de la transfusión era rellenado y a Jimin se le exigía esperar para tomar la muestra en un cubículo privado.

La gélida mano de Yoongi seguía entre la suyas mientras aguardaban por el técnico de laboratorio, transmitiendo el mensaje silencioso de que todo estaría bien. Como si de esa manera pudiera ver una luz en medio de la tormenta que solía ser su vida el de mechones rosas sonrió amargamente.

"Quién podría decirme que existiría un ángel vengador en el ojo del huracán. Quién podría decirme que tu belleza se convertía en la fuerza necesaria para romper mi soledad."

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