08: Butterfly Girl

Capítulo Ocho  /  Chica Mariposa

—¡Feliz Cumpleaños! —Emily saludó a su hija al entrar a la habitación, lo que la hizo despertar.

—Solo cinco minutos más. —se quejó la chica dando vueltas en la cama.

—Despierta pronto, holgazana. ¿No escuchaste la parte en donde dije: ¡Feliz Cumpleaños!? —le recordó, luego tiro de las sábanas de su hija.

Al comprender esa oración, la chica se animó y saltó de la cama de inmediato.

—¿Cómo pude olvidarlo? —preguntó la chica.

Su madre le dijo que se vistiera y los encontrara en la cocina, y así lo hizo, sin tardar mucho en arreglarse. Cuando llegó al piso de abajo y entró a la cocina, vio a Mitch, su padre, con una llave en la mano. No era la llave de su auto, era otra.

—¡Feliz cumpleaños! —el le deseó, recibiéndola con un abrazo. Entonces, le entregó la llave, sorprendiéndola—. Tu regalo de cumpleaños te espera afuera. Como has estado practicando en tu tiempo libre, tu madre y yo pensamos y decidimos darte un auto propio.

—¡Papá! Dios mío, no lo creo, ¡No era necesario!

—Te lo mereces, cariño. —dijo Emily mansamente.

—Gracias, de verdad.

Corrió hacia el exterior de la casa, ansiosa. Cuando abrió la puerta de la casa, ya podía ver el auto blanco. Lagrimas de alegría y emoción brotaron de las comisuras de sus ojos azul claro.

—Es usado, pero es lo que podía comprar. —le advirtió Mitch.

—Papá, es perfecto. Muchas gracias, en serio. —lo abrazó una vez más—. Te amo mucho.

Después de darle una mirada minuciosa al nuevo vehículo, los tres volvieron a entrar a la casa y desayunaron.

—Después de clases voy a pasar a la casa de Julie, ¿está bien? —preguntó llevando su plato al fregadero.

— Por supuesto, hija. ¡Es tu día!

Se subió a su auto nuevo y puso algo de música. Empezó y siguió su camino. Cuando llegó a la escuela, se estacionó en uno de los espacios y se dirigió a su primera clase. Julie había llegado tarde, así que no pudo verla ese día, hasta que se fue a su casa después de la escuela.

Al tocar la puerta, Carlos, el hermano de Julie, no tardó en abrir y recibirla.

—¡Hope, hola! Julie dijo que vendrías. Puedes entrar. Ella llegará pronto. Por cierto, ¡feliz cumpleaños! —la saludó.

—Gracias, Carlos. —dijo.

Entró en la sala de estar y se sentó en el sofá, pronto vio que Ray estaba en la habitación de al lado preparando algo de comida, Alex y Reggie estaban a su lado; obviamente, Molina no lo veía.

—Vaya, hola Hope ¡Feliz cumpleaños! —le deseó el señor Molina, secándose las manos en un paño y dirigiéndose hacia ella para saludarla con un apretón de manos.

—Gracias, señor Molina.

—¡No me digas! —Alex estaba indignado—. ¿Hoy es tu cumpleaños?

—Señor Molina, ¿puedo esperar a Julie en el garaje? —preguntó Hope. Hizo una señal a los amigos fantasmas para que fueran al lugar.

—¡Claro que sí! No hay problema —asintió, la chica le agradeció y se dirigió al lugar, sola.

Al llegar, se encontró cara a cara con los fantasmitas.

—¡Feliz cumpleaños! —exclamaron al unísono.

—¿Por qué no nos lo dijiste antes? Podría haber encontrado una manera de comprar algo. —preguntó Alex.

—Vaya. No sabía que ustedes se preocupaban tanto por mí. Y por cierto, estar aquí con ustedes es genial para mí.

—Eso me pone soft —Reggie la hizo reír.

—¿Dónde aprendiste eso?

—Después de vivir un tiempo en 2020, aprendemos algo de modismos. —explicó Alex.

—¿Dónde están Julie y Luke?

—Vaya. En tu casa. Realmente no sé por qué. Pero pronto estarán aquí —advirtió Reggie.

—¿Ella me pidió que viniera y de repente se va a mi casa? —Extraño.

—Como sea, hagamos algo. —interrumpió Alex.

—¿Les gustan los cómics?

—¿Todavía nos preguntas? —preguntaron emocionados al unísono.

—Bien. Traje algunos de Marvel. Podemos leer un poco. Así se mantienen al día y luego hacemos algo.

—¡Sí! —Alex dijo emocionado.

—Claro.

Pasaron parte de la tarde leyendo y la otra parte de la tarde hablando. Después de un tiempo, Alex tuvo que irse, dijo que tenía que encontrarse con Willie o algo así.

—Hope, creo que necesito decirte algo. —dijo Reggie.

—Puedes hablar.

Reggie le confesó a Hope lo que había sucedido en Hollywood Ghost's Club, un lugar que él, Luke y Alex habían visitado, lo que estaban pasando, sus conmociones, lo que sucedió de repente, etc.

—Hope, tal vez podamos morir de nuevo, de verdad. —concluyó Reggie, tratando de agarrar la mano de la pelirroja y fallando.

—¡Tiene que haber una manera de revertir esto! ¿Por qué cuando todo va bien en mi vida, algo viene y se interpone en el camino?

—Oye, estoy aqui. No me has perdido —dijo Reggie, trató de levantar la barbilla del pelirroja y una vez más falló.

—Y... ¿Qué pasa si los pierdo a los tres? Fueron una de las mejores cosas que me pasó en la vida.

—Te perseguiré incluso si eso sucede, Leia. —Reggie la hizo reír.

Apoyó la cabeza en el sofá y el silencio se apoderó del lugar. Hope estaba pensando. Pensó en su enamoramiento secreto por Reggie, en lo que sería de ella sin él. No podía soportarlo dentro de ella y lo dejó salir todo de una vez, apenas dándose cuenta de lo que estaba haciendo.

—¡Reggie, estoy enamorada de ti!

—Sí, yo también de ti —miró a la nada, parecía no darse cuenta de lo que escuchaba y decía.

—Espera. ¿Qué? —exclamaron al unísono, dándose cuenta de lo que acababa de suceder.

Los dos se miraron sorprendidos en medio de esa situación. Pero fue justo cuando llegó Julie, interfiriendo con el momento.

👻

Hope, oh dios mío, lo siento, fui a tu casa, y olvidé por completo que estabas aquí. Cuando llegué fui a hablar con Luke y luego con Flynn. —Abrió la puerta del garaje.

—Todo bien.

—Por que estas llorando? —preguntó Julie, mirando a su amiga.

—Reggie me contó lo que ha estado pasando con ellos, no sé si sabes...

—Sí. Lo escuché. —Ella asintió, borrando la sonrisa en sus labios—. Vamos a mi habitación. Apenas pasé el día contigo.

Las dos entraron a la casa, dejando a Reggie confundido y conmocionado en el garaje. Tomaron un helado del congelador y finalmente subieron a la habitación de Julie. Hope decidió pedirle a su madre que la dejara dormir en la casa de su amiga. La mujer sin pensarlo dos veces lo permitió.

—¿Así que tienes un auto? Qué increíble. —exclamó Flynn, quien también pasó la noche allí.

—Sí. Estaba muy sorprendida.

Hubo un golpe repentino en la puerta. Hope se levantó de la cama y fue a abrir.

—Hope, ¿puedo hablar contigo? —preguntó Luke, su hermano.

—Chicas, iré con Luke por un tiempo. Volveré más tarde. —Ellas asintieron y la pelirroja se fue.

Fueron juntos al balcón de la casa, donde no había nadie.

—Luke, ya lo sé... —comenzó Hope.

—Si, lo sé. Reggie me lo dijo. —Bajó la mirada con tristeza—. Pero en realidad, quería disculparme por no pasar el día contigo. Hoy es tu cumpleaños y no lo pasé contigo.

—No hay...

—Sí, Hope, —la interrumpió Luke—. Esta fue la primera y tal vez la última vez que pase un cumpleaños contigo. Tú siempre haces cosas por mí y yo nunca hago nada por ti. Lo siento.

Hope bajó la mirada.

—Quería darte algo. —Sacó una caja de su bolsillo derecho—. Le pedí a Julie que lo comprara. Encontré algo de dinero que había guardado en uno de los bolsillos de mi ropa y se lo entregué.

Colocó una caja en la parte superior del porche para que Hope pudiera tomarla, y ella lo hizo, cuando la abrió, vio un collar con una mariposa dorada.

—Lo compré porque una vez me dijiste que te encantaban las mariposas. Y también por qué las veo como tú. Son seres simples al principio. Pero después de crecer y madurar, se convierten en uno de los seres más asombrosos del mundo.

—Muchas gracias, Luke. —dijo con una lágrima rodando por su mejilla—. Todo lo que quiero es poder abrazarte ahora mismo.

Entonces ambos fueron al garaje, junto con los otros fantasmitas. Alex ya había llegado, y de hecho había ido a comprar algo para Hope, una barra de chocolate—. Es difícil comprar cosas cuando eres un fantasma, lo siento, —dijo. Pero Hope dijo que era perfecto, que no tenía que preocuparse.

Hope se tiró en el sofá y vio que Alex hacía lo mismo a su lado. Reggie estaba en la silla de al lado y Luke estaba en el suelo, apoyando la cabeza en el sofá. Reggie tocaba notas al azar en el bajo, y Alex tocaba con las baquetas, con la cabeza de alguna manera apoyada en el regazo de la pelirroja.

—¡Fuera de aquí! —exclamó Julie, tan pronto como entró en la habitación.

Alex se sobresaltó, perdió el equilibrio y se cayó del sofá, lo que hizo reír a la joven Patterson.

—Lo siento —dijo, tratando de dejar de reír cuando Alex la miró—. Es involuntario, necesitaba reírme. Gracias.

—Vaya, rompiste a Alex. —le dijo Reggie a Julie cuando escuchó la baqueta del niño caer a su lado.

Alex volvió a sentarse en el sofá y se puso la gorra negra en la cabeza. Todos se miraron entre sí con expresiones confundidas.

—¡Cálmate! —exclamó la morena, aplaudiendo.

—Nunca se nos permitirá tocar en el Orpheum. —se escuchó por primera vez la voz del mayor de los Patterson.

—No somos nadie. —agregó Alex.

—Menos que nadie, ni siquiera tenemos cuerpos. —finalizó Reggie.

—Una vez me dijeron que no pidiera permiso. Conseguimos tocar poniendo la cara.

—Fui yo, —dijo Reggie, alardeando.

—No lo fue. —dijeron Luke y Julie a la vez.

—Sí, lo fui. —dijo Reggie, en voz muy baja, avergonzado.

—Aún no ha terminado. Nos conocimos para ayudarnos unos a otros. —animó Julie.

—Pero como dijo Luke, —interrumpió Alex—, la gente no puede tocar el Orpheum solo porque quiere.

Los dos fantasmas estuvieron de acuerdo, pero Julie no se dio por vencida.

—No personas. —Hizo una breve pausa, dejando un suspenso en el aire—. Fantasmas, sí.

Todos allí se miraron y Hope saltó del sofá.

—¡Niña, eres una genia! —Exclamó, luego la abrazó—. ¿Que están esperando? Levanten esos traseros suyos y empecemos a hacer que esas cabecitas huecas piensen en un plan.

Todos se echaron a reír, pero pronto se levantaron. Hora del plan fantasmal, pensó Hope con una sonrisa traviesa.

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