En el salón de la casa se hallaban unos cuantos subordinados de Moonbin haciendo una pequeña, y según el mafioso innecesaria, reunión, aunque se podría llamar fiesta, para celebrar la derrota del líder mafioso de Roma, lo que implicaba que ahora toda Italia le pertenecía. Moonbin no estaba entusiasmado por esto, nunca le emocionaban las fiestas, pero su humor mejoró cuando vio a Dong Min bajar vistiendo un pantalón blanco ajustado, una camisa rosa con las mangas recogidas hasta los codos y abierta los primeros tres botones, y unos zapatos causales blancos. A ojos del mafioso lucía inigualablemente sexy con esos ojitos delineados cortesía de MJ, y se veía más hermoso porque en sus brazos traía a Dante. El doncel se acercó al mafioso para permitir que el pequeño salude a su padre, por su parte Dong Min veía como discretamente Moonbin abrazaba a su hijo.

- No estás muy feliz, ¿cierto? –le preguntó Dong Min al mafioso luego de que Dante se hubiese ido con JinJin y MJ al jardín-. Tu cara te delata.

- No soy un hombre que disfrute de estos eventos, pero ahora estoy de mejor humor.

- Supongo que ver a tu hijo siempre te hace feliz.

- No me refería a eso –Moonbin se puso de pie y se acercó al doncel-. ¿Tu disfrutas esto? –inconscientemente preguntó con un doble sentido implícito.

- Sí, no es mi ambiente usual pero me gusta.

- Luces hermoso –le susurró muy cerca de los labios tomándolo de la cintura.

- ... Bi...Binnie todos están aquí.

- ¿Y?

- Nos verán.

- Sólo les demostraré que ya tienes dueño.

Dong Min se sonrojó hasta las orejas, sus labios formaron una bella sonrisa mientras pensaba en lo posesivo que era su amante y aunque a veces exageraba le gustaba sentirse amado y protegido por el alto. Dong Min dio la vuelta y se alejó moviendo sensualmente las caderas mientras se alejaba del mafioso entre miraditas coquetas que desconcertaron al otro. El joven doncel salió de la casa hacia la piscina donde se encontraban más de los mafiosos.

- La noche está tan hermosa como tú.

- ¿Disculpa? –Dong Min vio a su lado derecho donde se hallaba un muchacho, subordinado de Moonbin, cuyo nombre era Lucas.

- Era un cumplido. Creo que no nos hemos presentado, soy Lucas.

- Dong Min, un gusto conocerte.

- ¿Te la estás pasando bien? No te he visto con pareja para bailar.

- Amm... la verdad es que no se me da muy bien bailar.

Eso era una gran y descarada mentira, era excelente bailando en especial si de bailes eróticos se trataba, claro que nunca una pareja lo había visto así, sólo amigos pero vaya que lo alababan.

- Yo te puedo enseñar –propuso con sensualidad acercándose más de lo que le hubiese gustado al joven doncel.

- La verdad es que no...

- Vamos, te divertirás. Mis métodos de enseñanza te gustarán.

Lucas tomó de la mano a Dong Min y lo llevó jalándolo en contra de la voluntad del otro y haciendo caso omiso de sus peticiones para que lo soltara. Llegaron hasta cerca de unos árboles algo alejados de la casa.

- Te dije que no –reprochó Dong Min con el entrecejo fruncido.

- Vamos, chico sexy, se nota que necesitas de un buen momento para mejorar tu humor.

- No quiero tener relaciones contigo.

Pero el otro no hizo caso y con impertinencia comenzó a tocar el cuerpo de Dong Min quien se removía molesto y tratando de alejarse a toda costa. Gracias a la música dentro y fuera de la casa nadie podía escuchar de las peticiones, y casi gritos, que daba el espía, pero Moonbin sí reparó su ausencia. Luego de que su chico escapara decidió relajarse y beber algo, luego comenzó a charlar con algunas personas pero siempre tenía en mente a Dong Min, cuando se decidió a buscarlo no lo halló por los alrededores cosa que le preocupó en demasía.

- ¡Ya basta! –gritó Dong Min - ¡No vuelvas a tocarme!

- No te hagas el inocente conmigo Dong Min –le dijo Lucas tratando de quitarle la camisa-, sé que eres una perra que se deja follar por Moon.

- No soy una perra. Para ya o te juro...

- Te va a gustar más como yo te follo, precioso.

- ¡Suéltame!

Moonbin se guió por los gritos que se escuchaban tenues entre la música, pero mientras más se acercaba más seguro estaba de que se trataba de Dong Min en apuros. Al llegar se halló con la imagen de su chico siendo groseramente manoseado por uno de sus subordinados, eso le hirvió la sangre.

- ¡Aléjate de él! –gritó Moonbin tomando al agresor del cuello de la camisa y tirándolo al piso. Dong Min se sintió aliviado de saber que no sería violado por un idiota que lo consideraba una perra.

- Lo siento jefe –bisbiseó con molestia cargada en su voz-, pero esta perrita me provocó.

A Moonbin no le gustó nada como el mocoso estaba llamando a su amante.

- No es una perra así que no vuelvas a llamarlo así de nuevo.

- Pero sí lo es –se burló poniéndose en pie limpiando con el dorso de su mano la sangre que salía de su labio partido-, ha conseguido su puesto como la puta del jefe.

- No soy la puta de nadie –gruñó Dong Min enervado acercándose al maldito que quiso violarlo para darle una bofetada.

- Seguramente no actúas así con el jefe, ¿o si?, a él sólo le abres las piernas y dejas que haga lo que quiera contigo.

- ¡Te dije que te callaras!

Moonbin con enojo empezó a golpear a Lucas, lanzaba golpes a su rostro y a su estómago en su afán de enseñarle una lección; sin embargo, el otro no se mantuvo quieto a la espera de los golpes, luchó tratando de quitarse al líder de encima pero parecía en vano, debí admitir que Moon era excelente en la pelea mano a mano. Dong Min en cambio veía con horror la escena, y aunque el imbécil de Lucas se lo merecía, no podía permitir que lo matara. Pronto, y sin saber cómo, llegaron más personas al lugar a apreciar la pelea que se llevaba a cabo, entre ellos llegaron MJ, JinJin y Dante.

- Moonbin para por favor –pedía repetidas veces Dong Min sin ser escuchado.

- Como vuelvas a siquiera a acercarte a él te arrepentirás toda tu maldita vida. –dijo poniéndose en pie tras dejarlo muy mal herido, claro que el líder de la organización tenía sus repercusiones: el labio partido, unos moretones en el abdomen que por el momento nadie veía, y una pequeña cortada en la ceja.

- No sabía que la zorra era de su uso exclusivo, pero prometo no volver a acercarme, después de todo no me gusta la mercancía usada.

Moonbin sacó de la cinturilla de su pantalón un revólver, era un hábito dentro de la mafia llevar siempre un arma, y le apuntó a Lucas directo a la cabeza para entonces decirle:

- Te estoy dando la oportunidad de vivir, no hagas que me arrepienta.

- Lo siento jefe.

El mafioso guardó el arma en su pantalón, le dijo a JinJin que le impusiera un castigo a Lucas, tomó de la mano a Dong Min y lo sacó de ese apabullante público. Subieron al segundo piso y directo a la recámara principal, ahí Dong Min por fin se permitió tener su mano de vuelta.

- Bi... -tanteó el terreno pensando que el mafioso podría estar enojado con él-. Lamento lo que sucedió juro que no fue mi culpa.

- Lo sé, no desconfío de tu palabra.

- Pareces molesto.

- Me muero por matar a ese imbécil, esa es la verdad.

- No vas a matar a nadie, por ahora. Debo agradecerte por salvar mi vida de nuevo.

- Esta es la primera vez que salvo tu vida si mi memoria no me falla.

- Es la segunda –aseguró adornando su rostro con una sonrisa-. La primera vez que me salvaste fue cuando al conocernos no decidiste atravesar mi pecho con una bala.

- Entonces quizás deberías agradecerme como es debido.

- ¿Cómo?

- Dejándome amarte lo que resta de la noche.

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