Capitulo 2
Observar es algo tan sencillo y cotidiano, es algo que un ser humano necesita, algo que lamentablemente perdí por mi inconsciencia a los dieciocho años, pase cinco años ciega por un accidente automovilístico, mi familia busco durante todo ese tiempo un donador pero jamás apareció, sin embargo doy gracias a eso porque aprendí a ver con el corazón, era una chica de salir a fiestas y tomar, desde el accidente deje eso, me enamore del arte y las manualidades pues también podia ver con mis dedos, aunque jamás vi mis dibujos los sentía, también leía libros especiales para mi.
Ya había perdido toda esperanza de volver a ver, mirar todo el tiempo oscuridad seria por el resto de mi vida, así lo pensaba...
-Maddie ¿que harás mañana? -dice mi hermana menor Jessica, escuche la silla alado de mi arrastrase.
-Lo de siempre ¿porque lo dices? -digo y escucho su risa tan escandalosa.
-Jessica! Se supone que debes estar en clase de canto -dice mi mamá, escuchaba los sonidos de las casuelas arrastrándose y algo concinandose en el horno.
-Tiene razón! Jessica faltaste a tus clases de canto -digo indígnada, ella siguió riéndose.
-Ya tengo catorce años no soy una niña para que me regañen ¿ok? -dice y escuche sus paso hasta llegar a la cocina.
-Yo tengo que ir a la biblioteca y luego preparar mis cuadros para la exposición del sábado -digo levantándome, tome mi bastón y me dirigí a mi habitación.
-Maddison... Espera -dice mi madre, yo me detuve y me voltee.
-Yo quería decírselo -dice Jessica, yo reí y seguía esperando a que mi mamá me dijera lo que quería decirle.
-Hay... Maddie.... Llego un donador....
(... Días después...)
Volví... Había olvidado la luz, que brillante era lo que me rodeaba, mire a mis alrededores, lloraba de alegría al saber que podía ver una vez más, hoy seria la primera vez que vería a mis amigas pues las conocí tiempo después de que pasara esto y volvería a ver a mi familia.
Camine por los pasillos del hospital acompañada de un enfermero, hasta que llegue a la sala de espera.
-¿Maddie? -vi a mi hermana Jessica levantarse y me dio un enorme sentimiento te nostalgia y un vacío en el estomago.
-has cambiado mucho desde la última vez que te vi, lindos brakets con ligas azules -ella sonrie, yo la abrase llorando -Eres hermosa -digo llorando en su hombro.
-Ahora tienes ojos azules -me susurro en el oído.
Un mes después..
Mis obras parecian hechas por una verdadera artista, la vida me sonreía, un hombre vio las obras en mi pagina de Internet que Jessica me ayudo a crear y las quiere comprar, estaba arreglando donde nós veríamos y seria un museo antiguo sobre la quinta avenida, creó que me equivoque al decir que aveces en la vida no se pueden algunas cosas.
-Hola! -digo abrazando a una de mis grandes amigas Camila, es una amistad muy curiosa porque...
-Hola Amiga -dice con señas, ella es sordomuda y ambas buscamos un modo de comunicarnos siendo diferentes.
-Te ves muy bonita hoy -digo acompañado de señas.
-No es necesario que hagas eso, puedo leer tus labios -señalo con una sonrisa, yo me encogí de hombros.
-Tengo algo importante que hacer, te puedo dejar sola unos minutos? -digo tomando los cuadros, al tomar el último vi que tenía una enorme mancha y me preocupe -Mira tiene una mancha! -digo y ella ríe.
-No es nada... Nadie lo notara, ojos bonitos -señalo y yo no pude entender lo último, así que le pedí que lo repita -O-j-o-s b-o-n-i-t-o-s es tu nuevo apodo -deletreo con señas con una sonrisa picara.
-Claro que lo van a notar -digo y veo mis frascos de pintura y los tome y pinte rápido algo para ocultar la mancha -Nada que la pintura no pueda borrar -digo dejando el frasco en su lugar.
-Corre -me sonrió antes de decirme adiós.
Salí corriendo preocupada porque el último cuadro no se seque, todavía no podía manejar el auto así que me fui a pie corriendo por las calles algo que también ayuda al cuadro a secarse, vi al comprador a lo lejos y me acerco corriendo pero mi cuadro golpea con algo.
-Estupida manchaste mi traje! -dice sacando un pañuelo y limpiándose la pintura pero era inútil, al contrario la expandió -Hoy tenía una junta importarte, no puedo llegar asi -dice quejándose.
-Perdón Yo lo puedo lavar -digo mirando en dirección a el comprador, que estaba impacientemente esperando, no habia visto al chico directamente a la cara y el mucho menos a mi.
-No puedes hacer nada -dice y pateo mis cuadros rompiendolos, yo me agache sin mirar su rostro pues no lo merecía.
-Mucho tiempo para convertirme en artista y sé desperdicio mi venta -me digo a mi misma recogiendo los cuadros a media calle.
-¿Una arista? Eso ni siquiera es un trabajo, como vas a mantener a tu familia de pobres, no seas una idiota y ponte a hacer algo de provecho en la maldita vida -habló con voz amenazante, yo estaba al borde de las lágrimas, el me tomo bruscamente de la barbilla -No sabes que cuando una persona te habla debes mirarla a los... -me hizo mirarlo directamente a los ojos, yo me quede callada aguantando las ganas de llorar.
-¿Qué está pasando aquí? -voltee y el comprador estaba a unos cuantos pasos de nosotros, miro los cuadros -Asi no de trata a una mujer -dice y el hombre me empuja molesto haciendo que me caiga.
-Yo trato a las personas como yo quiera, jódase si no le gusta -me dio una mirada amenazante antes de retomar su camino hacia unos edificios.
-Se encuentra bien? Quiere que la lleve a casa -dice ayudándome a levantarme.
-No... Gracias, lo lamento no puede cuidar los cuadros y... -digo pero me toma del hombro.
-No importa no fue tu culpa... ¿Conoces a ese tipo? -dice y yo niego con la cabeza.
-Aparecio en las noticias su esposa murió... Es lo único que sé de el... Aunque siento que ya lo había visto mil veces más....
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