Segunda Parte
Segunda Parte:
https://youtu.be/gmSWkFQsuPM
A ver: ¿Qué es lo que puedes esperar cuando todos están peleándose por cualquier cosa y nadie sabe qué hacer? ¿Deseas intervenir, hacer la vista gorda y que sigan en ello o pretendes resolver el conflicto?. La mejor opción es la tercera pero muchos se hunden en el miedo, la desesperación y el temor, creyendo que, gracias a los juegos mentales, van a arruinar todo, por lo que deciden desertar cual General asustado pero, ahora, en el caso de David, solo le quedaba una sola opción y era afrontar el peso de sus acciones. Sabía bien que aquello podía costarle caro y más por haber jugado con ellas, en cierto sentido. Respiró hondo, la pelea dejó de tener efecto y todas miraron al castaño presente, quien temblaba del miedo pero, decidido a continuar adelante, hizo de tripas corazón, avanzó un par de metros, alejándose de la muralla donde se encontraba el Puesto del Campanero y con ello las miró a cada una de ellas a los ojos.
- ¿David?.- Se preguntaron las chicas al verlo detenerse frente a ellas.
- ¿Qué pasa?.- Quiso saber Hilda con dudas.
- Prometiste que estarías en mi casa para cenar conmigo y mi familia. No llegaste y ahora nos hallamos contigo aquí junto a Hilda, Kaisa y Jaeden. Explícanos ahora mismo, David.- Ordenó Frida con seriedad, cruzada de brazos y mirándolo fríamente a los ojos.
Trató de acomodar sus pensamientos, las palabras no querían salir desde el interior de su espíritu, colgaban cual serpentinas y globos en medio de una fiesta a la que nadie había ido. ¿Tenía oportunidad?. Veía y "releía" las posibilidades de que distintos acontecimientos, en ese momento, ante los Muros de Trollberg, fueran a ocurrir: Desde el desprecio de ellas, que no le volvieran a hablar o peor. No sabía qué llegaría a pasar allí, solo tenía que ser franco con ellas.
- ¿David? ¿Qué tienes?.- Preguntó Hilda, yendo hacia él, a pesar de ganarse la fría mirada de Frida.- Oye, ¿podrías calmarte?. No estoy preparando nada, ¿sí?. Qué desconfiada que eres.
- No lo soy. Mejor pregúntate por tú misma.- Le espetó la morena, cruzada de brazos.
- Jajaja, me río de la que se cree que, por ser la Aprendiz de una Bruja, puede tener toda la autoridad para una se calle la boca.- Dijo Jaeden, ladeando la cabeza y mirando para el otro lado, todavía flotando en el aire.
- ¡Una palabra más y te convierto en un sapo, Marra!.- Amenazó Frida, lista para tirar.
- ¿Qué te dije sobre la Magia, Frida?.- Caminó Kaisa hacia ella, mirándola con seriedad.
- Que no es un juguete. Ya lo sé, Maestra.- Respondió, suspiró y exhaló hondo.- ¡Pero ella empezó!.
- ¡SUFICIENTE!.- El grito que David lanzó se hizo sentir por los alrededores. Todas las que estaban allí se giraron, dejando de pelear, observando al chico castaño, quien respiraba profundamente y parecía estar al borde de una crisis emocional o de un estallido de ira. Su rostro estaba rojo como un tomate, quizás por toda la Adrenalina y distintas emociones pululaban por doquier, quería tomarse un momento para calmar sus ánimos pero sabía que, mientras más segundos valiosos perdiera, todo sería en vano.-
- David, solo dinos qué es lo que pasa. Nadie te está mirando mal.- Le dijo Kaisa, mirándolo fijamente.
- No es eso nada. Yo...Yo...- Se detuvo aquel castaño, secando el sudor frío que le perlaba la frente a más no poder.-
- Entonces ¿qué es? ¿Por qué no nos lo dices y listo? ¿Qué es lo que tanto te apremia? ¿Qué te persigue que evita que nos cuentes lo que pasa?.- Inquiría Hilda en esos momentos, mientras que estaba más cerca del chico.
Solo decir la verdad lo haría libre y sin tener esa presión en su pecho. Le temblaban los dedos, la boca y la garganta estaban secas. Mirara por donde mirara, solo se encontraba con aquellas miradas que le requerían a hablar, de exponer su situación. No sabía si esto iba a resultar bien o no. Solo tenía que, en primer lugar, calmar sus miedos o de lo contrario acabaría en una pésima posición. Fue entonces que, respirando hondo, David juntó todo el coraje para hablarles a cada una de las chicas.
- Sé que esto, lo de haberles prometido que me juntaría con cada una de ustedes serviría pero me di cuenta de que no puedo hacerlo. De que así no quiero las cosas.- Empezó a hablar pero solo obtuvo miradas de dudas y un silencio muy gélido. Se miraron entre ellas, ¿qué era lo que estaban queriendo comprender? ¿Qué les quería explicar aquel chico?. No lo sabían pero, en ese momento, David dio un paso al frente y comenzó a hablarles.
- David, ¿qué quieres decir?.- Preguntó Frida, todavía muy seria pero también desconcertada por lo que les estaba queriendo decir.
Hizo un movimiento con la mano, pidiendo que le dejara explicar más sobre el asunto sobre la mesa.
- Te prometí que iba a ir a tu casa para cenar junto a tu familia. No fui. Como también estuve con Kaisa en la Biblioteca, con Hilda aquí, en los Bosques de Trollberg y con Jaeden en los Cielos. Les mentí a todas ustedes pero tampoco podía ocultar de que quería estar con cada una de ustedes a escondidas.- Reflejó esa primera parte del relato. Caminó un poco, solo unos pasos y volvió sobre ellos.- Nunca quise cometer una locura así, jamás. Yo no soy esa clase de gente que engañaría a las personas que conoció a lo largo de su vida, tomando un camino de auto-destrucción y sabotaje para, únicamente, obtener ganancias personales.- No, yo nunca lo hice pero, desgraciadamente, sin darme cuenta, cometí un error que casi se transforma en lo que les estoy diciendo.- Comentó y de ahí todas lo siguieron mirando.-
- Si tanto dices que no querías hacer eso, ¿por qué no lo dijiste y ya?.- Le sugirió Hilda.
- Ese no es el punto.- Se volteó él, casi con un poco de miedo en su ser pero se calmó.- Chicas, miren, lo que les quiero decir es que no puedo ocultarlo más.
Se detuvo, respiró hondo, miró al suelo y luego tuvo que encarar su destino.
- ¿David?.- Preguntó Jaeden pero Kaisa la detuvo.
- ¿Qué es lo que quieres decir, David?.- Le ordenó la Bruja peli negra-lila al muchacho castaño.
¿Qué es lo que sientes? ¿Qué pasa cuando no tienes el suficiente valor como para exponer tus temores?. Lo quieres decir, muy bien, pero ¿qué ocurre cuando no puedes?. David sentía "Mariposas en el estómago". Quería explayar, hablar, dar un poco de contexto a lo que estaba viviendo pero temía lo que pasara. Miró a cada una de las chicas, todas aguardaban por su respuesta. Se estaba tardando, él dirigió la vista hacia abajo. Tenía a Kaisa a unos pocos metros de él, por lo que solo le quedaba decirlo.
Apretó los puños con fuerza, miró hacia todas partes, lanzando una Plegaria al Cielo a Dios y los Dioses Nórdicos, temiendo de que, en el caso de que todo se saliera de control, perdería sus amistades y confianza pero quedaría, en cierto sentido, tranquilo. Así que decidió dar el "Gran Salto hacia Adelante". Respiró hondo, exhaló y tras completar su acción, miró a cada una de las allí presentes.
- Reconozco que no he sido alguien completamente honesto con ustedes, chicas.- Dijo, levantando la cabeza, mirándolas y tomando por sorpresa a todas ellas.
- ¿Qué?.- Hicieron coro las presentes.
- Escuchen, sí, lo que hice está mal: No tendría que haber dicho que iría a tal y cual sitio, sino de que debería haberles dicho la verdad.- Se encogió de hombros, levantó los brazos y de ahí volvió a respirar.
- ¿Qué es lo que estás queriendo decir, David?.- Jaeden bajó y tocó el suelo con sus pies.- ¿Qué es lo que nos estás contando?.
- De que les mentí, ¿ok?. Les mentí a todas ustedes.- Respondió el castaño, soltando aquella "carga de profundidad" que tanto daño le estaba haciendo.- Se detuvo y llevó sus manos hasta la frente, cerrando los ojos, maldiciendo su decisión.
Podía sentir una presión extraordinaria que lo aplastaba igual que una compactadora contra las rocas. Quería huir pero tampoco era motivo ni de un verdadero Caballero el de escapar con el rabo entre las patas por simple capricho o porque él mismo se lo había mandado ese error. Notó la mirada seria de Frida y Kaisa, mientras que Jaeden y Hilda estaban por adquirir dicho problema.
- Continúa.- Le ordenó la Marra rubia de coletas, mirándolo fijamente.
- Les mentí a todas ustedes. Nunca debería haberles dicho que estaría con Frida para cenar con su familia, Hilda y nuestras aventuras, Kaisa y yo en la Biblioteca y Jaeden en los Cielos. No.- Meneó la cabeza, sintiéndose asqueado de sí mismo.- Les engañé y encima de todo acabaron aquí, ustedes, a la espera de poder saber bien las causas de todo este asunto.- Comenzó a darles contexto y de ahí volvió a respirar hondo.
La joven Bruja de Trollberg llevó sus manos hasta su frente mientras que Hilda negaba con la cabeza, lamentándose de él.
- ¿Y creíste que esto te resultaría bien?.- "Preguntó" la joven aventurera con seriedad.
- No, obvio que no, porque nunca lo hice del todo.- Admitió David, llamando la atención sobre ese punto.
- Explícate.- Le ordenó Frida.- Porque, viniendo de ti, David, me extraña. Tú nunca nos mentirías ni nada por el estilo.- Alegó la morena, mirándolo de reojo.
- ¿Y tú crees que esto es como una de esas novelas donde el chico se crea un "Harem" donde todas lo aman y esperan hijos de su parte? ¿En serio piensas que así son las cosas?. Esto no es un anime, Frida.- Respondió el castaño con seriedad, mirando a la peli negra de reojo.- Yo nunca pero NUNCA haría una cosa. Y ni siquiera llegué a la "Parte Central" del relato.- Apuntó el joven castaño, mientras que caminaba de un lado para el otro, llevando a que Frida lo siguiera mirando con seriedad.
- Déjalo hablar hasta el final, Frida. Luego veremos el veredicto.- Aconsejó Hilda a su amiga.
- De acuerdo.- Suspiró la morena, mientras que el chico volví a relatar su historia.
https://youtu.be/nn2cARUVg-s
- David, solo dilo, ¿sí?. Si te mandaste un error, solo te hará sentir bien el haber liberado tu presión del corazón.- Le aconsejó Hilda en esos momentos, ya que todo parecía desbordarse igual que una represa que falla en su misión de contener las aguas y éstas comienzan a salirse de control.
- No solo un error.- Admitió el chico.- No es un error simple y común donde te disculpas, listo, ya está. No lo es, Hilda: Todo lo contrario. Yo les mentí. No estuvo bien lo que hice. Jugué con sus corazones y eso me va a marcar de por vida.
Lo oyeron con atención y la respuesta fue como un balde de agua fría en pleno Invierno.
- Estuvo muy mal: Pensé que no iba a traer problemas pero cometí el error de haberme guiado por mis supuestas pretensiones. Creía que lo estaba consiguiendo, que todo iba a resultar muy fácil pero, al final, terminé mandándome un terrible tropiezo que me llevó a esto.- Relató y todas se quedaron en silencio. Frida y Hilda se cruzaron de brazos, estaban muy molestas, al igual que Kaisa y Jaeden, quienes no dijeron ni una sola palabra.
- Y sí que estuvo horrible, David. Demasiado.- Apuntó la Marra rubia de coletas.
- ¿Acaso no pensaste en las consecuencias que iba a traer?.- Cuestionó Kaisa al chico castaño, quien miró hacia el suelo, arrepentido por lo que hizo.
- Lo sé.- Dijo con un tono de voz bien bajo, por lo que se sentó en un tronco caído, a la espera de que llegara el "Veredicto" de las chicas. Llevó sus manos hasta sus sienes y se quedó un buen rato pensativo, callado, mientras que las otras conversaban de forma privada entre sí.
El error ya estaba hecho pero ¿y si podía arreglarlo?. Para eso las había llamado y reunido allí. Solo necesitaba llevar a cabo la siguiente parte de su plan que, por unos segundos, casi se le hundía debido al miedo que sintió al tener las miradas inquisidoras de las chicas ante él.
- Esperen.- Pidió David, poniéndose de pie desde aquel tronco caído y viejo.-
- David, es mejor que no sigas, ¿sí?. Esto puede empeorar si continúas de esta forma.- Le aconsejó Kaisa, de forma seria.
- Lo sé y también lo reconozco, no lo niego, de que esto ha sido culpa mía pero quiero remediarlo.- Caminó hasta ellas y las miró fijo.- Yo sé que puedo, solo...solo déjenme hacerlo.- Volvieron a mirarse entre ellas, ¿qué estaba queriendo tramar ahora ese chico castaño?. No lo entendían bien. Si el error ya estaba hecho, ¿qué quería "ganar" con mandarse otro?.
Él hizo una seña con su mano, pidiendo cinco minutos para hablarlo con ellas, por lo que se lo concedieron.
- Escuchen, sé muy bien que cometí esto, que es mi culpa. Lo sé. Lo sé pero...- En ese momento, se detuvo, pensando si estaba bien lo que iba a hacer, por lo que hizo de tripas corazón y las miró fijamente.- Yo quiero proponerles esto.
- David...- Intentó Frida en adelantarse.-
- ¿Acaso quieres que ya no te hablemos más?.- Le cuestionó Hilda con seriedad.
- Lo que vayas a decir será peligroso. Yo me niego.- Apuntó Kaisa.
- Pienso lo mismo: Es con una de nosotras o nada. No somos mercancía.- Advirtió Jaeden, cruzada de brazos.
- ¡Sean todas ustedes mis novias y listo!.- Exclamó, soltando aquella idea suya que traía consigo, llevando a que el silencio se hizo presente, cayendo cual bomba en medio de un campo de batalla, provocando que hasta el mismo aire se congelara. Él se veía muy agitado, ansioso pero lo hizo.
- ¿C...Có...Cómo dices?.- Preguntó Hilda, helada ante esa revelación.
- Estás hablando de un "Harem".- Agregó la Bruja de la Biblioteca de Trollberg.
- No es lo que piensan: No es como de esos animes donde el protagonista tiene un "Harem" de chicas bonitas para tener relaciones sexuales o de esos fics donde es uno que lo abandonaron y/o traicionaron, se volvió ultra-poderoso y acabó con todos sus seres queridos para tener el control del Mundo y todas las mujeres. No, no eso.- Marcó el joven castaño esas diferencias entre sí.- Sé que suena raro pero puede ser la única forma en la que podamos solucionar este asunto. ¿No lo creen?.
Ninguna dijo nada, se sentía demasiado extraño esa "sugerencia". Incluso Jaeden se mostraba un tanto incrédula ante esa propuesta.
- David.- Comenzó la Marra rubia y coletas.- ¿Sabes bien lo que propones?.- Él asintió con la cabeza.
- No va a ser una tarea fácil, tenlo por asegurado. Te puede acarrear mucho stress.- Señaló Kaisa con preocupación.
- Lo sé y lo reconozco, por eso quiero hacerlo, chicas. Es la única chance que me queda y más para enmendar mi error. ¿Acaso debo dejarlo así y que no me vuelvan a hablar más?.- Cuestionó el chico aquellos puntos, mientras que Hilda asentía.
- Él tiene razón.- Le respaldó la aventurera peli celeste.-
- Hilda, ¿acaso has perdido la razón?.- Frida se acercó hasta ella, ya que no se mostró, en lo absoluto, convencida para esa "sugerencia".-
- No, no la he perdido y es más, estoy de acuerdo con él. Podemos hacer esto, chicas. Solo tenemos que ir un paso a la vez.- Apuntó la joven y de ahí miró al resto.- Escuchen: David cometió un error, lo quiere enmendar. Démosle una oportunidad a este "proyecto". Funciona o no, él está aprendiendo. ¿O acaso quieren que caiga en la tristeza absoluta y nunca más salga de casa?.- Preguntó y aquello último era cierto sobre ese punto, en especial al tratarse de una persona que conocían muy bien.
Para algunas, como Kaisa y Jaeden e incluso Frida les costó tomar dimensión de dicha sugerencia hasta que, finalmente, empezaron a reflexionar.
- Conozco a David desde que éramos niños.- Comenzó la morena y Aprendiz de Kaisa.- No puedo dejar de lado una amistad porque él cometió un error que quiere enmendar.
- Y yo lo viví asustando desde hace tiempo. Ahora, desde lo más profundo de mi corazón, no quiero perderlo.- Se sumó Jaeden, teniendo recuerdos del Pasado y en especial de esas noches donde lo asustaba al, entonces, pequeño castaño.
- Y yo he sido, desde hace mucho, alguien que lo ayudó y guío en el camino para convertirse en lo que es ahora: Tirarlo todo a la basura por nimiedades no me parece bien.- Finalizó Kaisa.
- Entonces, ¿qué deciden?.- Deseó saber Hilda, extendiendo su mano ante ellas.
- ¡Hagámoslo!.- Aceptaron todas ellas, mientras que se dirigían hacia aquel chico.
Él sonrió pero sabía que el perdón se lo tenía que ganar con cada una de ellas, cumpliendo su palabra de estar a su lado y sin fallarles.
Sería una tarea muy complicada pero lo haría sin rechistar.
Fin.
[Nuevamente agradezco a Francocarreras21 por haberme sugerido este proyecto y aquí termina, amigos.
Comienza un nuevo Amanecer para David junto a las chicas. Quizás, para el año que viene, salga un One-Shot de esta historia, como secuela.
Espero que les guste, nos estamos viendo y buen inicio de semana, Camaradas.].
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