Primera Parte
¿Quién es el hombre más feliz, el que ha enfrentado la tormenta de la vida y la vivió o el que se ha mantenido firmemente en tierra y solo existió?"
Hunter S. Thompson (1937-2005)
Ese deseo de felicidad se refleja en todos nosotros, desde que crecemos hasta volvernos personas adultas, todos ansiamos ser felices, tener a la persona que más queremos a nuestro lado. Hay distintos motivos o movimientos para alcanzarlos pero, en casi la mayoría de los casos, pueden terminar bien o mal. Para cualquier persona que ansíe aspirar dicho objetivo, solo tiene que concentrarse y de ahí lo conseguirá. No es muy difícil, a menos de que no se imponga, así mismo, trabas en el camino que le impidan progresar. Y en este caso, un "candidato" para conseguir lo que deseaba, estaba por tener su lugar dentro de las filas de una ciudad un tanto particular, una donde la gente se hallaba metida o relacionada con la Magia y la Mitología Nórdica. Una urbe que, al principio, temía a los Trolls de Piedra hasta que, finalmente, abandonar aquellos temores tan injustos, permitiendo que éstos pudieran ir, en peregrinación, hacia donde se hallaba su madre y abuela, aquella que era como la "Reina" y que cuidaba a todos sus hijos desde su sueño.
Pero también era el hogar de distintas criaturas que iban desde el "Rey Rata" hasta las Marras, quienes eran espíritus de las pesadillas, alimentándose de los mayores temores de la gente junto a otras tantas que conformaban parte del ideario popular. Una ciudad donde lo antiguo y lo contemporáneo se entremezclaban, creando una atmósfera de unión pero también era el sitio donde el amor podía florecer, tranquilamente, si uno tomaba las decisiones correctas y no metía la pata.
Para un joven David, de ahora 15 años, se hallaba en su casa, pensativo al respectivo, caminando de un lado al otro, tratando de hallar una solución ante el problema que tenía consigo, mientras que veía el reloj de su mesa de luz, el cual estaba por marcar las 18:00 PM. Dentro de esa franja horaria, él se dirigiría hacia los exteriores de Trollberg para reunirse con Hilda, la aventurera, así como también con Frida, Kaisa y Jaeden, su Marra, en otros puntos de la urbe. El tema estaba en que no podía sostener un romance con varios frentes, eso le podía acarrear problemas y más al saber que las dos últimas chicas no eran unas cualquiera...Bueno, lo mismo se podía decir de Hilda y Frida, en especial porque la morena era una verdadera Bruja y la peli celeste era Mitad Hada, por lo que tenía poder para llevar a cabo sus Hechizos y romperles el corazón, jugar a sus espaldas o peor, mantener una relación extra podía ocasionarle más de un problema, inconvenientes de los que no podría disimular. ¿Qué se podía realizar en aquellos momentos?. Se sentó en la cabecera de la cama, llevó sus manos hasta la cabeza, moviendo sus pies contra el suelo y el borde de ese mueble, en un intento por conseguir una solución a su objetivo antes de que se saliera de control.
- "Ellas son especiales para mí pero no puedo escoger a una sola. Ya sé que esto no es como un anime, donde uno sería feliz...a menos de que se trate del género de comedia y "Slide of Life" pero también aquellos donde, de tintes edgy y hasta sangrientos, solo podía depararle una muerte horrible e indescriptible".- Pensó para sus adentros cuando, de golpe, en su celular, unos mensajes aparecieron en su casilla de correros.
"Te espero en las afueras de Trollberg, cerca del Puesto del Campanario.
Hilda"
"Oye, David, ¿esta noche salimos?. Todavía no me confirmaste nada.
Jaeden.
Tengo todo listo para la cena que ofrecerá mi familia para nosotros, así que no tardes, ¿sí?.
Frida.
"Esta noche estaré esperándote en la Biblioteca, no te olvides de que me prometiste ayudarme con varios asuntos.
Kaisa".
¿Qué podía hacer en esos momentos?. Cada una de ellas tenía sus características, sus formas de ser, expresarse, aunque fueran diferentes. Reconocía sus bellezas, fortalezas, así como también las amistades que había ido forjando a lo largo del tiempo. Pero ahora estaba ese problema: ¿Qué hacer con ese grupo?. No quería ni mirar la hora, sabía que el tiempo estaba en su contra, por lo que se quedó pensativo, caminando de un lado para el otro de su habitación, tratando de despejar su mente de aquellos "escombros" regados por doquier y que le impedían alcanzar su objetivo.
Con una mano sobre la barbilla, el castaño se detuvo para pensar, mirar hacia afuera, donde podía atestiguar el bello Crepúsculo que caía sobre Trollberg, con el Sol que iba descendiendo, alcanzando con sus últimos rayos, entremezclados con las nubes frías de las montañas, un majestuoso juego de colores que tocaban los edificios, reflejándose sobre los mismos y bañando a la urbe con aquellos estertores hasta el próximo día. La noche llamaba. Ya no quedaba mucha Luz Solar y la artificial de los faroles, casas, edificios y negocios alumbraban, poco a poco, sobre la superficie de las calles. Llevó sus manos hasta la espalda. Suspiró, cerró los ojos, dejó que todo fluyera en silencio y quedó pensativo un buen rato.
- "Hilda, Frida, Jaeden y Kaisa son muy amables, tienen grandes poderes pero cuentan con características diferentes cada una de ellas. El problema es que no puedo decirles que no a ninguna de ellas o quedaré como un desgraciado sin corazón. Pero tampoco puedo estar haciendo un "Juego de Malabares" con ir saliendo con cada una de ellas. Esto no es una película de comedia al mejor estilo de "Hollywood" ni tampoco de esos animes de escuela con tonos humorísticos. Esto es la vida "real", por así decirlo, ya que este Mundo lleno de Magia y criaturas de la Mitología Nórdica están en relación con nosotros".- Pensó David en aquellos momentos, mientras que iba recolectando cada una de las piezas y las unía, como si de un rompecabezas se tratara.- "La primera de todas ellas es Hilda, quien es aventurera, le gusta vivir esta clase de riesgos pero, a la vez, también se preocupa por nosotros. Incluso recuerdo ese día, en el que quedó atrapada en la "Isla de las Hadas", nosotros, Frida y yo, hicimos un gran esfuerzo, sobre todo ella con su Magia, para mantener el "Portal" activo. Kaisa, por su parte, ha sido una gran amiga y hasta Maestra para nosotros. Incluso nos brindó la ayuda que tenía, a pesar de no poder hacer mucho por el tema de las "Políticas" que tenían aquellas criaturas, pero también nos brindó una mano muy importante con otros acontecimientos y Jaeden...Bueno, ella, al principio, me vivía molestando, causando pesadillas y hasta alimentándose de las mismas pero cambió, ya no es...bueno, sigue siendo bravucona pero lo hace para protegerme. Aún así, no puedo decirles "Miren, chicas, yo las quiero pero esto no puede seguir así "ni tampoco salir cada una de ellas a escondidas o será mejor".- Pensó para sus adentros, enfocó la mirada afuera, notando aquel brillo verde fantasmal en el aire, tratándose de las Marras que salían a divertirse con aquellos desgraciados que volvían tarde de trabajar y se alimentaban de sus peores miedos. Suspiró hondo y se mordió los labios ante ese hecho. El reloj ya estaba marcando las 19:10, su celular comenzó a vibrar y de ahí notó un mensaje.
"David, ¿dónde estás?. Sigo esperándote donde prometimos encontrarnos
Hilda".
"¿Va todo bien?. Mi familia te está esperando. Si no puedes venir, avísame.
Frida".
Oye, David, ¿qué tienes? ¿Te sientes mal?. Creí que vendrías a la Biblioteca para ayudarme con lo que nos prometimos.
Kaisa".
"Estoy con mis amigas, salimos a divertirnos pero te sigo esperando. No tardes.
Jaeden".
Ahora sí estaba en problemas y muy serios. Volvió a respirar, movió una de sus manos y luego la otra, separándolas, formando una especie de "Balanza" con el fin de equilibrar los pros y contras de lo que tenía encima.
- Por un lado, viendo que las chicas se pueden enojar conmigo si les digo que no quiero saber más o que salga con cada una de ellas, me terminarán por descubrir y eso acarreará más problemas. Sin embargo, si las junto a todas ellas en ese lugar, cerca del Puesto del Campanero, quizás consiga hallar la solución a este asunto.- Se dijo así mismo pero tuvo un problema más, llevando a que las pequeñas emociones disminuyeran cuando notó algo muy importante.- Oh, claro, no creo que me vaya a salir del todo bien, en especial si se trata de Jaeden, Hilda, Kaisa y Frida, ya que se van a enojar. Quizás me lleguen a odiar y no me quieran hablar más pero...- Sintió que la Ansiedad volvía al ataque, ese frío descomunal que le recorría la espalda, haciendo que le temblaran las piernas y casi se cayera al piso. Ese agujero en la boca del estómago y encima de todo el miedo que afloraba en su interior, solo podía llevarlos hacia un camino mucho peor. El tiempo se le estaba terminando, quizás, en un par de minutos más, llegarían más mensajes de las chicas.
David se quedó pensativo una vez más y fue deliberando, poco a poco, hasta conseguir algo que buscaba. Una pieza que necesitaba, solo para que pudiera obtener una vía de solución ante ese problema.
Respiró hondo, una vez más, se levantó de la cabecera de su cama, tomó su celular y miró los mensajes. Los analizó, uno por uno, el contexto, las palabras, el tono y hasta los más mínimos detalles. Tenía una idea en mente, la pondría en marcha, así que comenzó a escribir aquel nuevo envío para la primera de ellas: Hilda.
"Voy para allá. Me demoré un rato por un asunto.
En unos 15 a 20 minutos estaré en ese lugar.
David".
De ahí miró la lista de contactos, copió el mismo mensaje pero le editó unas cuantas palabras con el fin de poder obtener la atención de Kaisa, Frida y Jaeden. Comenzó a escribirles de nuevo, poco a poco, aunque sentía, todavía, ese nudo o Vacío en la boca del estómago, por lo que debía ser cuidadoso y revisar esa misiva si no quería tener problemas con ninguna de las otras chicas. Lo leyó varias veces, corrigió algún que otro error ortográfico o gramatical. Se fijó bien de que todos los puntos y comas estuvieran en su sitio, bien emplazados. Buscó a la siguiente de su lista y el siguiente turno fue para Frida, a la cual le envío el mensaje.
"Necesito hablar contigo. ¿Puedes venir a las afueras de Trollberg, en donde se encuentra el Puesto del Campanero?.
David".
Misma situación se repitió con Kaisa y Jaeden.
Hilda, al ser la primera en recibirlo, se hallaba en dicha zona, acompañada por Twig. Miró el mensaje, enarcó una ceja, confundida y hasta sorprendida por el mensaje que el castaño le había enviado, preguntándose qué estaba pasando. No respondió, quizás era muy personal de David y no quería ponerlo en algún prieto o algo por el estilo.
Frida, por su parte, estaba en su casa, sus padres estaban cocinando la cena pero, cuando le llegó ese comunicado, notó que algo raro estaba pasando pero se lo reservó.
- Voy a salir un minuto a lo de David. No me tardo.- Dijo a sus padres.
- De acuerdo, te esperamos, hija.- Respondieron éstos, quienes siguieron concentrados en su actividad.
Kaisa, al mismo tiempo en el que Frida salía disparada desde su domicilio para llegar al de David, se encontraba en las afueras de la Biblioteca de Trollberg cuando le llegó ese mensaje a su celular. Nunca lo usaba aquel "artefacto" de los Humanos, no entendía para qué tenía que tenerlo pero, si quería estar en contacto con David, solo lo usaba para esos fines y nada más. Hacía poco había visto, en una revista, el cómo aquellos aparatos volvían a la gente muy dependiente de los mismos, causando hasta estragos en el sueño. Mucho se alegró de que hubiera nacido en Trollberg, donde no habían inconvenientes con esa tecnología y que se seguía, al pie de la letra, con las tradiciones y cultura Nórdica.
- "Hmmm, qué raro viniendo de ti, David".- Pensó la Bruja peli negra-violeta. Por otro lado, si el chico estaba teniendo una emergencia, debía ir a ayudarlo, así que partió, utilizando su Magia, para dirigirse hacia ese punto de encuentro.
Por su parte, mientras que sus amigas estaban divirtiéndose con un pobre joven desafortunado, quien solo quería dormir pacíficamente después de un largo día laboral, Jaeden sintió que algo extraño estaba pasando. Salió y traspasó las paredes junto al techo del domicilio de la víctima, flotó en el aire y pudo notar que la noche ya había caído sobre Trollberg pero también observó a Frida pasar por esa cuadra, corriendo a toda velocidad para alcanzar la salida de la ciudad, mientras que también sintió la presencia mágica de Kaisa, quien dejaba las escaleras de la Biblioteca para partir hacia aquel destino.
- "Hmmmm, qué raro. ¿Por qué Frida y Kaisa se están dirigiendo a las afueras de Trollberg?".- Se cuestionó la Marra rubia de coletas. Miró a sus amigas divertirse, Kelly, su Líder, lo estaba gozando a más no poder, estallando de la risa cuando la notó salir de allí para verla.
- Oye, Jaeden, ¿qué pasa? ¿No te diviertes? ¿Ya te aburriste?.- Preguntó la chica de largos cabellos rubios.
- ¿Eh?. No, tranquila pero ya vuelvo, iré a comprar algo para divertirnos esta noche. No me tardo.- Prometió y se fue volando de allí con rumbo hacia ese sitio donde se dirigían las otras dos.- "David, ¿qué está pasando?".- Se preguntó con dudas y preocupación en su interior.
Ya el Sol se había ocultado pero en dónde se encontraba aquel chico. Los últimos rayos del Astro Rey terminaron de reflejarse entre los edificios y las sombras cubrían las tierras Nórdicas. Mirara por donde mirara, Hilda sentía que su amigo no venía. Se preguntaba si le había pasado algo, por lo que pensaba en regresar a la ciudad y ver si todo estaba bien.
- ¿Hilda?.- Oyó una voz familiar y de ahí se topó con cierta morena.
- ¿Frida?.- Se preguntó la peli celeste cuando, encendiendo su Magia, iluminó el sitio y se encontró con su amiga.-
- ¿Qué haces aquí?.- Quiso saber la morena, asombrada por ese hecho.
- Lo mismo me pregunto. Solo te diré que estaba esperando a David, nos íbamos a juntar aquí.- Respondió y eso llevó a que la otra la mirara con asombro.
- Pero si él me dijo que vendría a cenar a mi casa. Ya teníamos todo listo.- Sostuvo la chica de tez morena.
- ¿Chicas?.- Una tercera voz se hizo presente en el sitio.
- ¿Kaisa?.- Las dos no podían creerlo mientras que, desde los Cielos, Jaeden notaba que allí estaban ellas tres, por lo que fue descendiendo.
- Oigan, ¿qué hacen aquí?. Creí que estaban en sus casas o en la Biblioteca.- Dijo la rubia de coletas, cruzada de brazos y sin poder dar crédito a lo que estaba viendo.
- Pues tanto Frida como yo esperábamos a David.- Respondió Hilda a su pregunta.
- Imposible, él me dijo que vendría a la Biblioteca para ayudarme con unos asuntos.- Intervino Kaisa con un tono serio en su voz.
- ¡Ja!. Él me prometió que vendría conmigo para volar esta noche sobre Trollberg.- Advirtió Jaeden, quien no dejaría que le torcieran su brazo o más bien la oportunidad que tenía.
- Pues pierdes tu tiempo, porque yo estoy primero.- Dio Hilda un paso al frente, encarando a la Marra.
- Intenta ponerte a mi nivel, "Hadita" pero yo te supero en todo.- Le advirtió Jaeden, mirándola con frialdad.
- Ni se te ocurra. A ti te asustaba un simple perrito negro controlado por un Nisse.- Defendió Frida a su amiga.
- ¡Jajajajaja, me río de Janeiro como dice el chiste pero si tú estás defendiéndola porque te vas a pelear con ella por David!.- Exclamó la Marra, mientras que se reía sin parar.
- ¡Suficiente, si no tienes ninguna prueba para demostrar que David está contigo, entonces vete ya mismo!.- Dejó Kaisa su aviso.
- ¿Por qué tan a la defensiva, Bruja?.- La miró la rubia de coletas a ella.
- No le hables así a mi Maestra, Marra.- Apuntó Frida, lista para entrar en combate.
- ¿Qué te dije de no usar la Magia para meros actos de violencia, Frida?.- Se cruzó Kaisa de brazos, llevando a que la otra apagara su poder.- Te lo dejé bien establecido y más al tratarse de que no es un juguete.
- Ok, tratemos de calmar la tensión reinante.- Pidió Hilda, dando un paso al frente.- ¿Piensan que con ello vamos a llegar a algo?.
- Yo no lo creo pero tampoco pienso dejarme engañar por una simple muchachita como tú.- Dijo Jaeden, de forma despectiva, hacia la aventurera.
- En verdad que ustedes, las Marras, son demasiado pesadas como para que la gente las esté soportando todas las noches.- Miró Kaisa con seriedad a la chica rubia, quien flotaba en el aire, por lo que volvieron a las discusiones.
David, por su parte, había llegado justo a tiempo, por así decirlo, cuando se topó con las chicas que estaban discutiendo a más no poder. Se dio cuenta de que era su culpa, que tendría que haberles dicho, con anterioridad y así haberse evitado un problema de esa magnitud. Tomó un profundo respiro, miró hacia el frente, cerró los ojos y caminó hacia ellas.
- ¡Te quiero ver hacerlo si te atreves con atacarme!.- Le desafío Kaisa a Jaeden, ambas con sus Magias listas y con un motivo para pelear.
- ¡Te arrepentirás de haberme desafiado!.- Sentenció la Marra.
- ¡No vale la pena lastimarse, tratemos de hablar las cosas! ¡Podría ser que yo tenga la solución al problema!.- Sugirió Frida.
- ¿En serio? ¿Y cuál será?.- Le cuestionó Hilda, viendo que las palabras de Jaeden habían hecho su efecto en la mente de la joven aventurera.
- ¿Tú también? ¿Me estás tomando el pelo?.- Preguntó Frida, dándose la vuelta para ver lo ocurría.
- No lo tomes a mal, amiga, pero no confío en tu plan. Igual que esa vez en la que te pensaste que eras sonámbula pero era un "Nisse" el que te hacía desaparecer tus cosas.- Le reprochó la peli celeste ese día en el que dejaron de ser amigas hasta que, gracias a una serie de eventos fortuitos, pudieron reconstruir su amistad.
- Entonces tendrá que ser así.- Impuso la morena su decisión.
- ¡No, alto, esperen!.- Oyeron una voz familiar y de ahí todo rastro de tensión desapareció.
- ¡¿David?!.- Se preguntaron las cuatro chicas al verlo llegar a aquel castaño, corriendo a más no poder y deteniéndose frente a ellas, consiguiendo parar una pelea pero, todavía, no había llegado a la verdadera parte del problema.
[¿Qué decisión tomará nuestro castaño favorito? ¿Será sabia o empeorará las cosas?. No se lo vayan a perder en el capítulo que viene, Camaradas.
Mando saludos y agradecimientos para Francocarreras21, quien me sugirió hacer este pequeño proyecto, te lo agradezco muchísimo, amigo y a los demás seguidores.
Nos estamos viendo, Camaradas y buen inicio de semana.].
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