—Ugh, no te enojes tanto querida. Ya sabes como es Satoshi —sonrió disimuladamente para no evidenciar su enamoramiento— siempre tan servicial.

—Lo sé Lillie —se sentó a la par de la rubia y cubrió su rostro con ambas de sus maños. Su amiga la consolaba con un abrazo por la espalda— es algo que admiro bastante de él, la verdad.

Lillie de manera hipócrita acompañaba a la desamparada Mallow en aquella crisis amorosa. Quizá fue una manera de pasar desapercibida. O quizás se compadecia con la muchacha.

La segunda opción es algo cuestionable.

—Ya habrán otras oportunidades para pasar tiempo a su lado. ¡Ya sé! —se levantó del sofá y dijo emocionada—   Tal vez el profesor Kukui los ponga de pareja en el próximo proyecto de investigación.

Mallow soltó una sonrisa ladeada.

— No lo creo, ya hicimos pareja cuatro veces seguidas

— Y fueron los mejores proyectos de la clase esas cuatro veces. ¡Hay conexión entre ustedes, se entienden a la perfección! dudo que el profesor los cambie.

—Tal vez tengas razón...—su sonrisa se fue ampliando— Gracias, Lillie.

 — No hay de que, para eso están las amigas. Traje unos bocadillos, para tomar el té. ¿Te apetece uno?

 — Por supuesto 

La rubia le acercó un pastelillo de moca de menta sobre una servilleta de tela.

Ambas se unieron en un cálido abrazo al terminar de ingerir su postre.

Aun sin enterarse que aquella bella amistad y esa tanta promesa escrita en una vieja libreta...

Ya estaba completamente rota.

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Sin reglamos, perdón por el horrible hiatus.

El siguiente capítulo es el último. Espero que hayan disfrutado esta historia.

Nos leemos en el final.

Bye Bye <3