Ya habían pasado diez días desde aquel incidente. Y Mina se encontraba en el centro comercial junto a su mejor amiga, Yoo Jeongyeon.

— ¡Jeongie!—chilló— ¿Te parece lindo mi vestido nuevo?— preguntó modelando el lindo vestido blanco que adornaba su cuerpo.

Jeongyeon asintió pero luego preguntó. — Mina, no sueles vestir así. ¿Es una ocasión importante?— dijo pues ella tenía razón en lo que decía, pues Mina odiaba los vestidos, los veía incómodos.

—No, no es nada Jeongie. ¿Por cierto, como va todo con Jihyo?

—Mejor que nunca.— sonrió pero su sonrisa de desvaneció al ver una silueta demasiado conocida.

¿Acaso... era Nayeon?

Jeongyeon se acercó un poco más sigilosamente con la excusa de ver nuevos modelos, y la pudo ver. Si antes dudaba ahora esta cien por ciento segura, era Nayeon con Sana comprando ropa de una manera muy cariñosa.

No podía decírselo a Mina, menos cuando sabía perfectamente lo dependiente que era la menor de esa chica, pues aunque Jeongyeon siempre le aconsejaba terminar, Mina siempre se opuso.

—Minari, creo que es mejor que nos vayamos, hay un montón de tiendas. Mira, esa de allá por ejemplo. Ya no me gusta nada de aquí. —pronunció con el propósito de irse del establecimiento y evitar todo lo posible a la coreana mayor y de paso el sufrimiento de su amiga.

Mina asintió algo confundida, pues Jeongyeon no solía ser así. Normalmente tomaba decisiones así de rápido, pero pensó que realmente nada le había gustado, aunque podría haber jurado escuchar la voz de Jeongyeon diciendo que amaba unos jeans color verde algo holgados, pero lo dejó pasar.

Asintió y de la mano su amiga salieron, mientras Jeongyeon vigilaba no ver a Nayeon por algún lado.

—Oye Mina...—Jeongyeon dudó—¿Tú... tal vez... no haz intentado terminar con Nayeon, bueno es que ya sabes. Nayeon está comprometida con Sana y todo eso.

La extranjera rodó los ojos. —No, Nayeon me ha prometido que iba a cancelar el compromiso con Sana.

—Hace dos años.

—¿Y? No tiene nada de malo. Ella tiene sus razones, Jeongyeon.

Suspiró, y solo pidió que siguieran dejando el tema, pues creyó haber visto a Sana por ahí.

—Debería llamar a Nayeonnie. —se dijo a si misma, escondida en un probador de ropa.

—Mina, ¡ahí estás!— gritó, pues se la había pasado buscándola por unos minutos.

Jeongyeon intervino y la convenció. Pero luego de unas horas llegaron al departamento de Mina y Jeongyeon tuvo que irse por un problema con Jihyo y su prima, una tal Sooyoung. Por lo que Mina vio la oportunidad perfecta.

"Nayeonnie, ¿podemos hablar?" El teléfono de Nayeon vibró.

—¿Quién es unnie?— dijo confusa mientras veía más vestidos.

Sintió unos cálidos besos que la hizo sonreír. —No es nadie Sana, una persona del trabajo. —respondió vagamente mientras su cabeza pensaba en una excusa para zafarse de Mina.

"Minari, ahora no puedo estoy en el trabajo. Te lo recompenso el lunes. ♥︎"

" Con cariño, Nayeonnie <3 "