Capítulo XXV
— ¡La voy a arruinar la vida! ¡Voy a ir a por ella y cuando acabe se va a arrepentir de haber nacido! — Grita cogiendo las llaves del coche y dirigiéndose a la puerta.
— ¡Tom para! — Le cojo del brazo para que frene. — ¡No llegué a verla! Dije que no quería y Aidan la echó.
— Pero tuviste otro ataque — dice muy serio. ¿Cómo se ha enterado? — Vi el informe que tienes colgado a los pies de tu cama, Aidan anotó el tranquilizante que te dio y es el mismo que te puso la enfermera la noche que ingresaste.
Mierda, ¿Cómo no se me ocurrió que podía haber ojeado el informe? Miro a Derek y se encoge de hombros, él tampoco se dio cuenta de eso.
— No culpes a Aidan él sólo hace su trabajo — dice sacándome de mis pensamientos. — Y el tuyo es habérmelo contado, creía que habíamos vuelto a unirnos.
— Y lo hicimos, de verdad que lo hemos hecho. Te agradezco mucho el apoyo que me has dado este tiempo a pesar de que yo estuviera distante — digo intentando calmarle.
— ¿Y no merecía saber lo que pasó? Vuelvo a casa tranquilo pensando que estás a salvo con Derek y Aidan y resulta que no es así, te da un ataque de ansiedad y nadie me lo cuenta. Confiaba en ti, Derek.
— Tom, no era el momento idóneo para montar un numerito — dice entre dientes.
— ¿Ahora sí lo es? — Pregunta con chulería.
— ¡No, claro que no! — Explota Derek — Sé que estás dolido pero ¿podrías pensar en Luna por un sólo momento? ¿En su estado? No le conviene que la líes tan gorda ahora mismo.
— ¿Qué piense en ella? ¡Es lo único en lo que pienso! ¡Todo lo que hago es por ella!
¿Por qué hablan como si no estuviera aquí? Me siento un espectador cuando soy una parte implicada.
— Pues esto lo estás haciendo fatal — sentencia Derek.
— ¿Cómo te atreves? ¡¿Quién te crees que eres...?!
— ¡Basta! — Grito interrumpiéndole. — ¡Parad ya! ¿No veis lo que está haciendo? Si su intención es separarnos lo está consiguiendo.
— La única que nos está separando eres tú por no contarme lo que pasó — sentencia Tom con voz cruel. — Tengo derecho a saberlo porque tu salud es lo más importante.
— ¿Culpa mía? — Pregunto sin creerlo. — ¡¿Qué esto es culpa mía?! ¡¿Quién empezó ocultando cosas?! ¿Por culpa de quiénes estamos así? Soy vuestra hermana y reclamo mi derecho a saber de dónde vengo.
— Lo hicimos por tu bien — parece que está empezando a calmarse.
— Pues lo que yo hice también era por tu bien — sentencio muy seria.
Parece que la cordura vuelve a él porque tuerce el gesto y su mirada vuelve a ser calmada.
— Luna... — Dice con voz arrepentida.
— Me voy a mi habitación — pero no es del todo cierto. Salgo del salón y me quedo parada en las escaleras, sé que Derek va a hablar con él y quiero oírlo.
— Te has pasado y lo sabes — le recrimina Derek. — Todo apunta a que Eliana sí es su madre, la pregunta es por qué se lo habéis ocultado.
— Derek — intenta hablar Tom pero no le deja.
— Mira no me interesa, lo único que me importa ahora es Luna y sé que sea el motivo que sea el que tengáis la va a reventar. Ahora os toca esperar a que ella esté lista para hablar con vosotros. Mientras tanto dejadla hacer su vida y no la agobiéis porque bastante carga tiene ya encima.
— Gracias Derek — le dice Tom cuando Derek le da la espalda.
— No lo hago por ti — dice saliendo del salón.
Sube despacio las escaleras y cuando llega a mi altura le abrazo fuerte.
— Gracias — le digo en un susurro.
— No me sueltes — me responde.
Me agarro fuerte a su cuello, me coge del culo y me alza para cogerme en brazos, me lleva a mi habitación, cierra la puerta y me deja en la cama.
— Gracias — le digo de nuevo — significa mucho para mí lo que has hecho.
— No merecías ese trato, no cuando él ha hecho exactamente lo mismo — dice enfadado.
— Parece que lo ha entendido, vi en su mirada que estaba arrepentido.
Relaja la mirada y tiro de su brazo para que se tumbe conmigo en la cama.
— Lo siento mucho pequeña, de verdad. No pretendía saltar así pero no pude evitarlo.
— No te preocupes, lo entiendo. Si no hubieras intervenido no sé cómo habría terminado el asunto — confieso.
Un rato después, Tom llama a la puerta y pide hablar conmigo a solas. Derek sale a regañadientes de la habitación pero sé que no se ha ido, seguramente esté escuchando tras la puerta.
— Lo siento preciosa, lo siento muchísimo. Sé que me he pasado y no es justo, no sabes lo avergonzado que estoy.
— No pasa nada — le digo cogiendo su mano — a veces reaccionamos de formas que no podemos imaginar. Sé que nos hemos distanciado un tiempo pero te agradezco de corazón que hayas estado cuando te he necesitado y créeme que no te oculté lo de Eliana para hacerte daño. Iba a contártelo aunque no sabía cómo.
— Lo entiendo... Lo entiendo — parece que se ha perdido en sus pensamientos.
Sin pensarlo dos veces me tiro a sus brazos e inhalo su aroma. Echo mucho de menos a mis hermanos y todo lo que ha pasado... Pensé de verdad que nuestra familia se iba a romper por culpa de esa mujer.
— No sé qué haría sin vosotros, si os pierdo... Yo... — Empieza a fallarme la voz.
— Nunca nos perderás porque no vamos a irnos nunca de tu lado. Quieras vernos o no, quieras hablarnos o no, siempre nos tendrás ahí — me cobija en sus brazos y me acuna mientras me besa la cabeza. — Te quiero Luna, no te imaginas cuánto te quiero y sabes que haría cualquier cosa por ti.
— Hay algo que sí necesito saber o explotaré — levanto la cabeza y por su mirada sabe exactamente lo que quiero. — Necesito saber qué pasó en la declaración de Derek.
— Lo entiendo preciosa pero...
— Pero nada, voy a enterarme de todas formas y es mejor si tengo la información de primera mano — insisto. Sé que soy muy pesada pero necesito saber cómo van las declaraciones porque así me hago una idea de cuál puede ser la sentencia del juez.
— De acuerdo. ¡Derek! — Dice gritando. — ¡Entra!
Segundos después la puerta de abre y Derek se sienta a mi lado en la cama.
— Cuéntanos lo que pasó en tu declaración — le pide Tom. Derek abre la boca para replicar pero Tom no le deja. — Por favor, cuéntanoslo.
— De acuerdo — accede. — Cuando llegué al juzgado había manifestación y los periodistas estaban como locos intentando sacar información así que la policía me escoltó dentro. Antes de que comenzara la sesión, Lucy me contó cómo había ido tu declaración y me avisó de que Wilson estaba muy nervioso porque no estaba saliendo como él quería. Intentó darle la vuelta a todo alegando que le habíamos acosado de tal forma que habíamos conseguido que primero le dejaran en el banquillo y que más tarde le expulsaran del equipo.
— Eso es falso — intervengo.
— Lo negué — continúa Derek — lo negué y Lucy pidió pruebas que demostraran sus acusaciones. Wilson respondió que no eran necesarias ya que a Mary se la iba a condenar por acoso.
— Eso no es del todo cierto — interrumpo. — A parte, ¿Cómo se entera de todo?
— No tengo ni idea. Lucy le respondió que ese asunto no podía sacarse en este juicio porque en parte era una acusación incorrecta y es un asunto ya resuelto. Wilson empezó a gritar y el juez pidió orden, se le notaba muy atacado al abogado. Volvió a lo mismo, a decir que le hicimos bullying, que le amenazamos, que le obligamos a destrozar el campo y ante las protestas de Lucy el juez le pidió pruebas. Testigos, vídeos, conversaciones o partes médicos o psicológicos que demostraran que era verdad y le dieran credibilidad a su cliente.
— ¿Qué respondió Wilson? — Pregunta Tom claramente enfadado.
— Que no eran necesarias pruebas porque ya tenía el testimonio de Luke. El juez dijo que no era suficiente y Wilson no hizo más preguntas. Poco después mi sesión se terminó. El juez está harto de él — termina Derek.
— Wilson no tiene defensa ninguna sobre Luke, por eso intenta atacaros a vosotros — apunta Tom.
— Sí, está intentando sacar todos nuestros trapos sucios y acusarnos de actos falsos pero no le está saliendo bien. Lucy está haciendo muy bien su trabajo y sabe que Luke va a ir a la cárcel.
— Por eso está tan nervioso — termino yo. — ¿Quién declaraba hoy?
— Alan. Justin declara el jueves pero no les llames porque no van a contarte nada. Se han tomado muy en serio las indicaciones del médico.
— Vale, pero cuando termine el juicio quiero saberlo todo.
Ambos asienten y se miran, saben que al final tendré lo que quiero, no pueden tenerme toda la vida viviendo en la ignorancia.
Durante la semana regreso a clase y salvo Katy están todos muy raros. Me tratan como si fuera una muñeca de cristal y eso me pone de los nervios. Les pillo cuchicheando varias veces al día y sé de lo que hablan, entiendo que no me lo quieran contar aún pero eso me hace más daño, acepto que no hablen de ciertos temas delante de mí pero prefiero que me traten de forma normal porque me hacen sentir un poco inútil y excluida.
El viernes Tom me lleva al hospital y Aidan viene en cuanto me ve. Me lleva a una sala y pide a Tom que se quede fuera.
— ¿Qué tal estás? — Me pregunta de forma amigable.
— Bien.
— ¿Qué pasa?
— Mis amigos me tratan como si fuera a romperme en cualquier momento y eso me molesta. Sé que se preocupan por mí pero...
— Dales tiempo, seguramente tienen miedo de que vuelva a pasarte algo malo. Es normal.
— Lo entiendo, pero me hacen sentirme excluida cuando les pillo cuchicheando o dejan de hablar en cuanto me paro a su lado.
— No se lo tomes en cuenta. ¿Le contaste a tu hermano lo de esa mujer? — Me pregunta cambiando de tema.
— Sí, se lo conté y no fue nada bien. Entró en cólera, tuve que frenarle porque se iba a por ella y... Bueno nos echamos muchas cosas en cara y la cosa no iba bien.
— Siento mucho oír eso.
— No sé qué esperaba, sabía que tarde o temprano se enteraría y que no iba a reaccionar bien. Créeme que entiendo su posición pero... Hay cosas que se hacen mal sin querer.
Ahora entiendo que seguramente lo que oculten sea por una buena razón, aún así han sido 18 años de mentiras y secretos. Por mucho que me ponga en su lugar e intente comprender me cuesta hablar con ellos sobre eso.
— Vale, todo en orden — dice Aidan sacándome de mis pensamientos. — Ven en una semana para otro chequeo, ¿de acuerdo? — Me dice con una sonrisa.
— De acuerdo — le respondo con otra sonrisa. — Muchas gracias por escucharme.
— No me las des y ten un poco de paciencia, poco a poco todo volverá a la normalidad.
— Eso espero.
El juicio terminó ayer con la declaración de Justin y pensé que iban a volver a la normalidad, pero no es así. Hoy están exageradamente extraños y eso me molesta. ¿Por qué quedamos para dar un paseo todos juntos si me ignoran descaradamente?
— Ahora mismo me vais a contar lo que está pasando — exijo explotando. — El juicio ya ha terminado y mi chequeo ha ido bien, la tensión está bien y todo está correcto. Ahora, por favor, contadme todo. No puedo más con esta angustia, veros cuchichear me mata.
— Lo siento, lo siento mucho — se disculpa Katy. — Llevo toda la semana queriendo hablar contigo pero no me atrevía. Yo... Le he contado a Alan lo de Eliana.
— No pasa nada. En realidad quería pedirte perdón yo a ti Alan, no es que no confíe en ti, que sí confío, pero quería estar segura y...
— Lo entiendo, no te preocupes. Es un tema muy delicado. Si necesitas ayuda sólo tienes que pedírmela, ¿vale?
— Vale — le digo dándole un abrazo. — Ahora, ¿me cuentas cómo fue tu declaración?
— Muy corta. La única prueba que tenía Wilson contra mí eran unas fotos de cuando Luke y yo éramos pequeños. Su defensa era que yo le tenía envidia porque ligaba más que yo y por eso le hice bullying. Al juez sólo le faltó reírse en su cara porque los argumentos que usó no se sostenían por ningún lado. Que haya un puñado de fotos donde salgamos los dos de pequeños no demuestra nada y el juez lo desestimó. Ese hombre es una vergüenza para la abogacía.
— Mi declaración fue muy dura — empieza Justin, sé que tiene ganas de soltarlo de una vez. — Usó mi relación en mi contra. Dice que fui yo quien hizo los destrozos y llamé a Christian para que detuviera a Luke en el momento preciso. Lucy salió en mi defensa mostrando los fichajes de la comisaría para demostrar que Christian esa noche no estaba de servicio, a parte de reproducir unas grabaciones facilitadas por la policía donde se escuchan las llamadas que hizo el director y varios alumnos. Además usó también el vídeo que filtró un alumno a la prensa donde se ve a Luke destrozando el campo y a nosotros tres (dice señalando a Derek, Alan y a sí mismo) de fondo. Así Lucy tiró por tierra una vez más sus acusaciones. Se ha quedado sin opciones y sin tiempo — termina Justin.
Por primera vez en mucho tiempo tengo un buen presentimiento. Yo tenía razón, saber cómo han ido las declaraciones de mis amigos me ha dejado más tranquila porque está clarísimo que no ha sabido defender a su cliente, lo ha hecho todo muy mal y encima les ha hecho quedar mal a Luke y al bufete para el que trabaja. Si el juez realmente piensa lo que yo creo y actúa en función de cómo le hemos visto todos en nuestras declaraciones creo que van a perder. O eso espero.
— ¿Cenamos en el Grill? — Propongo muy contenta.
— ¡Sí! ¡Vamos! — Katy me coge de la mano y caminamos juntas.
Hacía mucho que no tenía tanto apetito, pedimos hamburguesas y patatas con bacon y como con gusto.
— Me encanta verte comer así porque significa que estás bien — me susurra Derek.
Y tiene toda la razón. Ceno bien, me lo paso genial con los chicos y esa noche duermo del tirón como un bebé.
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