Capítulo XVIII

No puede ser. Se me revuelve todo y empiezo a sentir arcadas. ¿Cómo ha conseguido mi número? ¿Por qué no puedo tener un maldito día tranquilo? Parece que nuestras mentes están conectadas porque Derek se acerca a mí y cuando le miro me agarra de la cintura. No sé si teme que me desplome o que salga corriendo. Cualquiera de esas opciones son válidas ahora mismo.

— ¿Sigues ahí? — Me llama Ellie, sólo oír su voz hace que me enfade cada vez más.

Cuelgo sin pensarlo dos veces, quito las manos de Derek de mi cintura y entro en la cocina echa una furia.

— ¿Le has dado tú mi número a Ellie?

— Sí — responde Olivia. — ¿Pasa algo?

No quería que esto pasara. ¿Y si resulta que Olivia sí lo sabe? ¿Qué haré si se pone de su parte y ayuda a Ellie a intentar entablar una relación conmigo? Va a seguir insistiendo y yo no quiero tener nada que ver con ella, las formas en las que soltó la bomba no fueron las correctas. ¿Y si se presenta aquí ahora? Giro la cabeza para mirar al pasillo cuando siento que me zarandean.

— ¡Luna! Luna cariño, ¿estás bien? ¿Qué ocurre? — Pregunta Olivia preocupada.

— N... Nada — respondo tartamudeando. — Sólo estoy irascible por el juicio. — No se lo cree, tiene esa mirada fija en mí con la que parece que me lee. Tengo que salir de aquí antes de que todo se descontrole. — Disculpa.

Me libro de su agarre y corro escaleras arriba. Sé que Derek vendrá detrás de mí así que directamente me voy a su habitación. Me llevo las manos a la cabeza y me giro cuando oigo que la puerta se cierra. Derek me mira con cara de preocupación y se apoya en la puerta, dándome espacio.

— ¿Por qué? ¿Por qué tiene que llamarme? No lo entiendo. Tom ya la amenazó, le dijo que no se acercara a mí y aún así sigue y sigue y sigue insistiendo. ¿Por qué no me deja en paz? No quiero saber nada de ella — empiezo a caminar por la habitación — voy a bloquear el número. No quiero que contacte conmigo de ninguna forma.

Voy a bloquearlo cuando recibo un mensaje.

Luna, cariño. Sólo quiero saber cómo estás. Corren rumores por el pueblo de que el juicio será dentro de poco y sólo quiero que sepas que estoy aquí para lo que necesites.

Me quedo en blanco cuando leo el mensaje y la rabia me consume. Apago el móvil directamente y lo tiro encima de la cama.

— Ahora mismo no tengo cabeza para esto — digo pensando en voz alta.

Necesito mi ancla, necesito a Derek. Me giro, corro a sus brazos y le abrazo fuerte. Él me devuelve el abrazo y cuando me flojean las piernas me sujeta para evitar que me caiga. No sé qué haría sin él. Antes mi primer instinto era huir pero me he dado cuenta de que le necesito más a él. Las lágrimas se empiezan a agolpar en mis ojos pero me niego a llorar por esa persona, por esta situación. Respiro hondo y me agarro más fuerte. La puerta se abre de repente y entra Katy.

— Tenemos un problema. Mi madre no se cree que estés así sólo por el juicio. Me ha hecho un interrogatorio súper raro preguntando si ha pasado algo con tus hermanos o si Ellie ha hecho algo que haya podido molestarte — la miro con pánico pero levanta las manos en son de paz — tranquila no la he dicho nada.

— Maldita Ellie. ¿Cómo se la ocurre? Es una pesada — escupe Derek rodeándome aún con sus brazos.

— Me ha dicho que iba a llamar a Ellie porque no entendía tu reacción, he intentado pararla pero no he podido. Está hablando con ella ahora.

— ¿Y si se lo cuenta? — Pregunto.

— Pues si se lo cuenta no podemos hacer nada. Sólo explicar el por qué no se lo hemos dicho nosotros — dice Derek intentando calmarme.

— Ya... Tienes razón — digo más tranquila. — Lo que no quiero es que tu madre se enfade conmigo.

— No se va a enfadar contigo, en todo caso con Ellie porque cuando se entere se va a sentir utilizada — me dice Derek.

— ¿Sabes? Voy a poner a Ellie en su sitio. Ella va a estar en el hospital cuando empiece el voluntariado y se va a enterar. ¿Quién se cree para venir y alterarte de ese modo? La pienso machacar — dice Katy muy enfadada.

— No Katy — la freno — es mejor no hacer nada. Prefiero dejarla en el olvido. Mira voy a bloquearla directamente porque no quiero saber nada de ella y si vuelve a presentarse aquí directamente me iré sin decir nada.

Enciendo mi móvil y me saltan varias notificaciones. Derek y Katy se ponen a mi lado para ver qué son.

Por favor no me ignores.

Sé que me estás leyendo.

¿Tanto te cuesta creer que estoy preocupada por ti?

Tenemos una conversación pendiente pero sé que ahora mismo con el juicio tienes suficiente. Esperaré lo que haga falta.

Son todo mensajes de Eliana.

No quiero saber nada de ti.

Respondo secamente y bloqueo el número. Derek me acaricia la espalda y Olivia entra en la habitación.

— Lo siento Luna — dice acercándose a mí. — No era mi intención molestarte. Ellie estaba preocupada y me pidió tu número para mostrarte su apoyo.

— No me molesta, sólo es que apenas la conozco y... Prefiero no hablar con nadie del tema del juicio.

— Lo entiendo, de verdad que sí. Por eso te pido perdón. Ellie también se arrepiente de haberte llamado sin previo aviso.

Lo dudo.

— No pasa nada de verdad — respondo intentando tranquilizarla. Realmente se la ve afligida.

— En media hora está la cena — dice Olivia y cierra la puerta cuando se marcha.

— ¿Por qué no se lo ha dicho? ¿No creéis que sería más fácil para ella contarle la verdad y que Olivia la ayudase? — Pregunto confundida.

— Yo creo que no se lo dice porque cuando conoció a mi madre no se le pasó por la cabeza que tú pudieses vivir aquí — dice Katy — si no le contó desde un principio que tenía una hija es porque se avergüenza de lo que hizo.

— Y si ahora le contara la historia real estaría confesando que mintió a mi madre y la relación se tambalearía — continúa Derek — porque si ha mentido en eso, ¿en qué más? ¿Cuánto de su historia es cierto?

— Tenéis razón. Si no se lo ha contado hasta ahora no creo que sienta unas ganas horribles de confesar.


Durante la cena estoy muy callada pero Olivia no me dice nada, sé que en el fondo se siente aún un poco culpable por lo que pasó. Me gustaría tranquilizarla más pero prefiero no sacar el tema.

— ¿Estáis listos para el examen? — Pregunta Ted. Él está contento, no se ha enterado de nada de lo que ha pasado y lo agradezco, al menos verle feliz en su ignorancia me hace sentirme mejor.

— Más o menos  —  responde Katy. —  La verdad es que estamos acojonados. 

—  Confío en vosotros, lo vais a hacer genial, ya lo veréis.

Los ánimos de Ted me levantan la moral y además, tiene toda la razón. Yo también confío en nosotros, confío en mí y no voy a permitir que esa mujer me joda mi futuro. Es mi oportunidad de lucirme y eso pienso hacer.



<<Mierda, Luna céntrate>>. Hoy es un día muy importante, tengo que superar estas pruebas, debo sacar la mejor calificación posible, mi futuro depende de ello. Pero no puedo quitarme de la cabeza lo que pasó. ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar para tener una relación conmigo? ¿Le habrá quedado claro que realmente no quiero nada con ella? Espero que sí porque si no ya no sé qué haré. No quiero que mis hermanos se enteren y es mejor que no se lo diga, ahora no están aquí y no sé cómo les sentaría... Bueno sí lo sé, fatal, se enfadarían mucho y vendrían aquí y no quiero eso. <<Vamos Luna, tú puedes>>. Respiro hondo, leo un par de veces los folios para centrarme y poco a poco empiezo a responder.


— ¡Lo hemos conseguido! ¡Hemos sobrevivido! —  Grita Katy emocionada.

Al principio no estaba nada convencida, pero sí, ¡lo hemos hecho! Una de las cosas más duras e importantes ya está terminada, ahora sólo falta superar los exámenes finales, hacer trabajos, graduarnos...

— ¡Luna! ¡Vuelve! —  Katy agita las manos delante de mi cara y sonrío.

— ¡Sí! ¡Hemos terminado! —  Doy saltos de alegría y consigo creérmelo un poco.

— Me marcho al hospital, ¡luego nos vemos!—  Me da un abrazo y se marcha contenta.

A mí no me apetece volver a casa, necesito respirar un poco de aire fresco y despejar la mente, que hoy ha sido un día muy intenso, así que me siento en las gradas y veo entrenar a los chicos. Cuando terminan se acercan y muestro mi mejor sonrisa.

— ¡Ha estado genial chicos! — Digo aplaudiendo. — Estoy segura de que vais a ganar el campeonato.

— Ojalá — responde Derek mientras se acerca para darme un beso.

— Chicos me voy — dice Alan contestando el teléfono — Katy ya salió y voy a ir a buscarla.

— ¡Adiós Alan! — Le decimos todos.

— ¿Qué tal? — Me pregunta Justin.

— Bien, ¿y tú? — Pone esa mirada de que no se lo cree. ¿Por qué ahora soy un libro abierto para todos? Quizá siempre lo fui.

— Bien — dice sentándose a mi lado.

No me fuerza a contarle nada y le adoro por ello, pero él se sinceró conmigo y le debo lo mismo.

— Justin — digo mirando a Derek, ve mis intenciones y coge mi mano. — Os mentí. No empecé el año tan bien como esperaba y por desgracia Derek tampoco.

— Me lo imaginaba. No tienes que contármelo, entiendo si no quieres hacerlo.

— Lo sé, por eso mismo te lo voy a contar. La mañana de Año Nuevo Ellie, una amiga de Olivia, se presentó en mi casa. Me dijo que era su hija y quería recuperar la relación.

— ¿¡Qué!?

— Lo que oyes.

— ¿Qué cojones? — Pregunta sobresaltado.

— Eso mismo pensamos nosotros — dice Derek.

— Tom la vio en la puerta y entró en cólera. La conoce, Justin. Me dijo mil veces que es mentira pero él la conoce, ¿de qué? No lo sé. La vio, cenó con ella en el restaurante y no fue capaz de decirme nada. Casi la echa a patadas del porche y cuando se marchó ni Sam ni Derek podían controlarle, estaba fuera de sí y si estaba así es porque es verdad.

— Estoy flipando, no tengo palabras, no sé qué decir.

— Lleva acosándome desde entonces. Se presenta en casa de Olivia a tomar café, me llama por teléfono y me manda mensajes.

— Luna tienes que denunciarla — insiste Justin.

— Yo sólo quiero que me deje tranquila hasta que pase el juicio — digo con voz lastimera — la he dejado claro que no quiero saber nada de ella y la he bloqueado pero seguro que vuelve a aparecer por algún lado.

— Luna... — Me interrumpe Justin.

— Lo sé, Justin. Tengo que hacer algo pero ahora mismo no tengo cabeza para eso. En mi mente sólo hay sitio para el juicio porque si me pongo a pensar en esto empezaré a creer que mis hermanos de verdad me han mentido durante toda mi vida y no puede ser. Son la única familia que me queda y tengo la sensación de que hay mucho más detrás de todo esto y...

— ¿Y? — Me invita Justin a continuar.

— Y que si todo esto se destapa en un momento inoportuno les romperá a todos — termina Derek por mí.

— Exacto — apunto.

— ¿Crees que hay algún momento bueno para esto?

— No, claro que no. Pero una vez que pase el juicio me pondré a investigar y cuando tenga los documentos, las pruebas o lo que sea entonces y sólo entonces escucharé a mis hermanos porque si no no me sentiré segura y creeré que me siguen mintiendo.

— Te entiendo, joder — se levanta y me da un abrazo. — Lo siento muchísimo de verdad. Ojalá pudiera ayudarte de alguna forma.

— No te preocupes, ya lo has hecho. Katy ya lo sabe y estoy más unida a ti que a Alan. Estar fingiendo delante de ti era una tortura sobre todo porque tú te sinceraste conmigo. Es mi forma de demostrarte que también confío en ti.

— Oh Luna — me abraza más fuerte y me besa la cabeza. — Te quiero mucho, lo sabes, ¿verdad?

— Claro que sí, y yo también a ti.

Siento que me he quitado un peso de encima. Lo que le dije a Justin es verdad, estar fingiendo delante de él era una tortura porque notaba que él sabía que algo pasaba y estar todo el rato con una sonrisa me agota mentalmente.

Katy nos cuenta durante la cena que su voluntariado ha ido muy bien pero está un poco decepcionada, no era lo que esperaba. No la veo al 100% así que prefiero no agobiarla, al fin y al cabo sólo ha ido un día. Si ella necesita contar algo lo hará cuando esté lista. Si realmente no era lo que ella creía y ha perdido la ilusión por estudiar eso necesitará tiempo para asimilarlo.


La semana se me hace muy larga y una tarde después de clase decidimos ir a tomar algo al Grill. Katy necesita desahogarse un poco y todos estamos dispuestos a escucharla.

— Ya he ido dos veces al hospital y creo que me he equivocado de profesión — dice triste — sé que la labor del hospital y del psiquiátrico no es la misma pero la carrera sí lo es. Uno de los especialistas trabajó en un hospital psiquiátrico y le he preguntado qué se estudia en el grado y cómo es la forma de trabajar. Lo que me ha contado no me ha gustado mucho.

— Dale una oportunidad — le pido — quizá ahora no te guste pero si continúas a lo mejor sí.

— Sí, si voy a continuar pero... ¿Si no es lo que quiero qué hago? — Pregunta agobiada.

— Nada, amor — responde Alan. — Si no es lo que tú esperabas puedes estudiar otra cosa. Aún tienes tiempo y la feria de universidades está a la vuelta de la esquina. Allí encontrarás otra carrera que te guste y si no es así, nosotros te ayudaremos a encontrar tu verdadera vocación.

— ¿De verdad? — Su mirada ha vuelto a iluminarse.

— De verdad — respondo apretando su mano.

— Cenemos aquí entonces — propone — ya estoy de mejor humor.

Nos reímos y pedimos la carta al camarero que pasa por nuestro lado. Unos segundos después una carta aterriza encima de la mesa pero no es el camarero quien la ha traído. Miro hacia arriba y un escalofrío me recorre entera. Ante nosotros hay un hombre de estatura media, con traje, corbata, mirada penetrante y sonrisa diabólica. Tira su tarjeta encima de la mesa y nos mira con superioridad. No necesito leerla para saber quién es. El abogado de Luke.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top