Capítulo XIII
No doy crédito a lo que veo, no me lo puedo creer. ¿Estoy soñando? ¿Esto es real? Tenía muchísimas ganas de venir al concierto pero con todo lo que pasó se me olvidó comprar las entradas, cuando quise hacerlo ya estaban agotadas. ¿Cómo las ha conseguido? Ha debido comprarlas hace mucho tiempo. La miro muy sorprendido y la pillo por sorpresa cuando me abalanzo sobre ella y empiezo a comerla a besos. Luna se ríe y me abraza.
— ¡Vamos! — Digo saliendo del coche.
Lo primero que hago es sacar mi móvil y hacerle una foto al cartel del concierto. Cojo a Luna, la abrazo y nos hago un selfie con la foto del grupo detrás. Este momento merece ser inmortalizado. Cojo su mano y empiezo a caminar cuando me detiene muerta de risa.
— Por ahí no, cariño. Es por aquí — señala un camino en dirección contraria.
— ¿Seguro? — A ver si va a querer que nos colemos.
— Sí — señala la zona del parking donde estamos, pone VIP. Ahora me enseña las entradas, también pone VIP.
— ¡Sorpresa! ¡Venga vamos!
Ahora es ella quien coge mi mano y me guía hacia la entrada. Antes de llegar me freno de golpe, la cojo en brazos y empiezo a dar vueltas. Sé que la gusta mucho que haga eso. La bajo y le doy un beso en los labios. No me puedo creer que de verdad me haya traído aquí. Entregamos nuestras entradas, entramos al recinto, atravesamos un pasillo y salimos justo al lado del escenario. ¡Aquí vamos a verlo de lujo! Estoy súper emocionado, nervioso y siento que me tiembla todo.
— Esto tenemos que enseñárselo a Katy — digo con la voz temblorosa por la emoción.
Saco mi móvil y hago una videollamada a Katy mientras Luna hace un montón de fotos con su móvil.
— ¡Hola hermanito! — Responde Katy contenta.
— ¡Katy, mira dónde estamos! — Giro la cámara y le enseño el recinto.
— ¡Me muero de envidia! ¡Qué cerca estáis del escenario!
— ¡Sí!
— ¡Oye Luna!
— Dime bombón — responde mi chica distraída.
— Recuerda que dentro de poco también es mi cumple.
Luna empieza a partirse de la risa y yo la acompaño.
— Espero que para el próximo concierto te acuerdes de mí — pide Katy riendo.
— Te prometo que al próximo concierto iremos juntas — le dice Luna.
— ¿Tú querías venir, Katy?
Ahora me siento un poco culpable, estoy muy feliz y quiero compartirlo con Katy pero a lo mejor no ha sido buena idea llamarla, no quería restregárselo.
— Sí, claro que sí, ese grupo me gusta mucho pero hay otros que me gustan más. Por ejemplo 5 Seconds Of Summer y The Wanted. Además, estaba presente cuando Luna compró las entradas — confiesa.
— ¿De verdad?
— Sí — responden las dos a la vez.
— Vaya par, así que tú lo sabías y no me has dicho nada. Qué mala eres — le digo a Katy intentando parecer indignado lo que ocasiona que ambas se rían de nuevo.
— Era una sorpresa no podía decírtelo. Daría lo que fuera por haber visto tu cara.
— Pues ha sido algo parecido a esto — Luna intenta imitarme pero al final se acaba riendo.
— Algo parecido, sí — confieso riendo. — Me ha hecho mucha ilusión, estoy tan feliz Katy — cojo a Luna y la doy un beso. Katy silba en respuesta.
— Pasadlo muy bien y tened cuidadito, ¿vale?
— Prometido — respondemos los dos.
— ¡Bye!
— ¡Adiós!
— ¿Cuándo compraste las entradas? — Le pregunto a Luna.
— Pues... Hace bastante. ¿Por?
— Hace unas semanas miré la web y ya estaban agotadas.
— Digamos que las compré el mismo día que salieron a a la venta.
— Ese día fue...
— Sí — me interrumpe.
El día que salieron a la venta fue uno de los peores días de Luna. Ella comprando las entradas tan feliz y yo por ahí con Mary. No por voluntad propia, claro, ella me había drogado lo que pasa es que ninguno de los dos lo sabía. Me imaginé lo mal que debía sentirse pero ahora sabiendo lo que se gastó horas antes me hace sentirme mucho peor.
— Pequeña, no tenías que haberte gastado tanto dinero.
— No me he gastado tanto.
Ya claro. Cuando lo miré, las entradas VIP rondaban los 400 dólares.
— Sabes que estuve mirando las entradas para comprarlas, sé cuánto cuestan.
— Cuando tú las miraste seguro que habían subido de precio. Ya sabes que cuanto más tiempo pase al final acaban siendo más caras.
— Aún así, es mucho dinero pequ...
— Para — me corta Luna, se pone de puntillas y me da un beso — daría todo por ti, te lo mereces todo así que ahora deja de pensar en el dinero y disfruta de tu regalo.
Sonríe y yo le devuelvo la sonrisa.
— Tú eres mi mejor regalo — me agacho y la beso.
Sacamos los móviles y continuamos haciendo más fotos hasta que comienza el concierto. Empiezan a sonar los primeros acordes y se me pone el vello de punta. Parece que se mantienen fieles a su estilo.
En la primera parte tocan sus grandes éxitos. Cuando es el turno de Radioactive un escalofrío me recorre entero y ambos saltamos y cantamos. Con Natural aprovecho para grabar porque está siendo increíble ese directo.
En la segunda parte se mueven a una plataforma que hay en el medio del recinto y tocan algunos temas acústicos.
El cierre del concierto es brutal. Estamos eufóricos y apostaría a que estamos ya afónicos de todo lo que hemos gritado y cantado. Este grupo es el mejor del mundo y lo repetiré hasta el fin de mis días.
El concierto termina y creo que no hay un cierre mejor que agarrar a mi chica por la cintura, atraerla hacia mí y besarla mientras todo el mundo estalla en aplausos. Invado su boca desesperado y ella me devuelve el beso, devorándome por completo. Rompo el beso y los dos aplaudimos hasta que nos duelen las manos.
Cogidos de la mano salimos del recinto. Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida y lo mejor de todo ha sido poder compartirlo con Luna. Me siento en el asiento del copiloto y voy a meter la dirección en el navegador cuando me detiene.
— No vamos a volver a casa, tu regalo aún no ha terminado — dice sonriente.
Asiento y me recuesto, la verdad es que estoy reventado. Minutos después llegamos a un hotel pequeño y aparcamos.
— Luna no — digo serio. — Ya te has gastado mucho dinero en mí, no voy a permitir que te gastes más. Sé que lo haces con toda tu ilusión pero esto es demasiado nena.
— Tranquilo — dice cogiendo mi mano, — esto es de parte de mis hermanos.
Asiento aliviado y salimos del coche. Imagino que lo estarán haciendo para acercarse de nuevo a Luna. Pensarán que si la ayudan y contribuyen con estas cosas a que sea feliz quizá poco a poco vuelva a ser la misma de siempre con ellos. Sé que a Luna no se la compra con dinero pero ahora mismo la veo feliz. Cansada y acalorada por el concierto, pero feliz. Cogemos las mochilas del maletero y nos registramos en el hotel. La habitación no es muy grande pero es perfecta para pasar la noche fuera. Dejamos el equipaje encima de la cama y salimos a pasear. Seattle de noche es precioso y cogidos de la mano nos perdemos por sus calles. Pasamos por un puesto de perritos calientes, compro un par y los comemos sentados en un banco.
— Ha sido un día increíble, muchísimas gracias de verdad — digo pasando mi brazo por sus hombros, atrayéndola hacia mí.
— No me des las gracias, haría lo que fuera por ti. Te daría el mundo entero si pudiera, pequeño.
— No lo necesito porque ya lo tengo. Tú eres mi mundo.
— Te quiero Derek.
— Yo también te quiero enana — me acerco y la beso suave en los labios. Adoro besarla. Apoyo mi frente en la suya y respiro hondo. Creo que no podría ser más feliz.
Admiramos las vistas de esta preciosa ciudad y me pregunta algo que me sorprende.
— ¿Dónde te ves en un futuro?
— No lo sé. Me gustaría abrir mi propia clínica de fisioterapia cuando termine la carrera. Sinceramente no sé lo que me deparará el futuro y quizá no consiga lo que quiero. Lo único que sé es que quiero que tú seas mi futuro — qué profundo me he puesto. — ¿Y tú?
— Pues... Me gustaría terminar la carrera, especializarme quizá... Me gustaría ver mundo y que tú vinieras conmigo. Y más adelante, cuando ya fuésemos más mayores, comprarnos una casita, tener perros, gatos y bebés.
— ¿De verdad? — Pregunto nervioso.
— Sí. Yo también quiero que seas mi futuro, Derek.
Respiro aliviado. Oír esas palabras hace que mi corazón se hinche de felicidad. La abrazo y la beso la cabeza. Es la niña de mis ojos.
Volvemos paseando al hotel y cuando llegamos nos ponemos el pijama y nos metemos en la cama. Estamos agotados y nos dormimos enseguida.
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