Capítulo XII

Sé que Derek sólo quiere ayudar y a lo mejor estoy siendo muy cabezona, cualquier persona en mi situación querría saber la verdad pero yo estoy dolida. Realmente no me dijeron ninguna mentira pero sí obviaron que no tenemos la misma madre. ¿Qué pasó con la suya? En algún momento tendré que escucharles y saber mi historia pero tengo el presentimiento de que me ocultan más cosas y no estoy preparada mentalmente para otro derrumbe emocional.

Mañana después de clase iré a casa.

Bloqueo el móvil y lo guardo en la mochila, no espero a ver qué me responden porque tampoco me apetece seguir pensando en ello. Derek me sonríe, al menos les he contestado. Es más de lo que tenía pensado hacer.

Al día siguiente me entero por Karen y Jessica de que Mary quería irse del pueblo pero al estar pendiente un juicio y ser una de las denunciantes el juez le ha prohibido marcharse. Habló con su padre y tenía todo listo para irse pero tendrá que esperar un poco.

— Su madre ha pedido que la dejen estudiar online, creo que no quiere volver al instituto — cuenta Karen.

— ¿Tendrá miedo de volver? ¿Cree que Luke puede hacerle algo más? — Pregunta Jessica,

— Luke no puede hacerle nada porque está entre rejas y no creo que tenga miedo de volver, más bien debe sentir vergüenza — apunto.

— No te sigo — dice Karen pensativa.

— Todo el instituto se ha enterado de lo que ha pasado con Luke y de todo lo que nos hizo a Derek y a mí — digo cruzándome de brazos — a lo mejor no quiere que nadie la señale o que cuchicheen cuando pase por su lado. Debe ser duro darte cuenta de golpe de que has sido una auténtica zorra — suelto sin pensar.

— Lo fue y no creo que cambie — suelta Lucio con desprecio. — Hola nena — le da un beso a Karen y ella se derrite bajo su toque. Por lo que veo siguen juntos.

— Hacéis buena pareja — les digo sonriendo.

— Gracias Luna — Karen me sonríe pero segundos después vuelve a ponerse seria. — No la he visto en todas las navidades y hace mucho que no actualiza sus redes sociales.

— Yo la he escrito varios mensajes y la he llamado pero nunca me responde — cuenta Jessica afectada, — sólo quería que supiera que estamos aquí para apoyarla.

— No creo que sepáis de ella en una buena temporada, no la he perdonado por lo que hizo pero no me gustaría estar en su situación. Fue muy fuerte todo lo que ocurrió.

— ¿Creéis que se marchará del pueblo? — Pregunta Lucio.

— Si fuera ella me iría y sinceramente deseo que se vaya. Nunca nos hemos caído bien pero deseo que pueda irse y comenzar de cero en otro lugar — respondo sinceramente.

Todos asienten y nos quedamos en silencio. Está claro que lo que ha pasado nos ha afectado a todos.


Con mucha pena me despido de Derek en el aparcamiento.

— ¿Quieres que vaya contigo?

— No — respondo rápido — no hace falta. No sé qué querrán decirme pero prometo que si es algo malo no saldré corriendo — bromeo.

— Vale — acepta riendo — o si quieres salir corriendo, hazlo en dirección a mi casa.

— Hecho.

Me pongo de puntillas, le doy un beso en los labios y le abrazo poniendo mi cabeza en su pecho. Él me rodea con sus brazos de forma protectora y soy incapaz de moverme, no me quiero ir. Pero no me queda otra, si no voy mis hermanos irán a buscarme allá donde esté.

Me están esperando sentados en la mesa de la cocina así que cojo un vaso de agua y me siento con ellos.

— Antes de nada quiero deciros que no saquéis más el tema, no pienso hablar más sobre eso — por sus miradas sé que no esperaban que fuera tan directa pero prefiero serlo antes que acabar discutiendo. — Ahora mismo tengo muchas cosas en la cabeza y no...

— Nos marchamos — responde Tom cortándome.

Me pilla por sorpresa. Sabía que tenían que volver a Nueva York pero pensé que después de lo que pasó y de que el juicio de Luke será pronto... Pensé que al menos uno se iba a quedar. Tengo sentimientos contrarios porque deseo que se marchen para poder estar sola y pensar pero por otro lado no quiero que se vayan porque, aunque nos llevemos mal ahora, sé que voy a necesitar su apoyo.

— Inauguramos en pocos días y tenemos que irnos para preparar muchas cosas. Cuando hayamos dejado todo organizado y cerrado, yo volveré y Sam se irá a Italia.

— No, me niego. No podéis hacer eso.

— Está decidido. No vamos a dejarte sola hasta que todo esté resuelto — sentencia Tom.

— Pero...

— Luna, basta. Está decidido, no seas cabezona y escúchanos por una vez — me corta Sam. Por su tono de voz noto que está cansado y enfadado. — Tom y yo hemos hablado mucho sobre este asunto y los inversores están de acuerdo. Yo adelantaré trabajo en Italia y cuando todo esto termine pensaremos qué hacer.

— ¿Pensaréis qué hacer?

— Sí. Ya veremos como nos organizamos pero la idea es que yo gestione la sede de Italia, inauguremos los dos y después yo vuelva y Tom vaya a España.

Ni de coña. Sam y yo podemos llegar a matarnos si el ambiente sigue tan tenso como ahora.

— No podéis hacer eso — reclamo.

— Sí podemos. De hecho es lo que vamos a hacer — replica Tom.

— Vale, ¿y qué pasará si este tema no se soluciona?

— Que tendremos que cancelar la expansión.

— ¿¡Qué?! — Exclamo, no me lo puedo creer.

— Luna, tú eres mucho más importante que nuestro negocio. ¿Aún no te has dado cuenta? Si este tema nos va a separar estamos dispuestos dejar de lado todo para poder solucionarlo. Si nos vamos lo único que pasará es que se aplazará lo inevitable y cuanto más tiempo pase será peor — sentencia Tom.

Joder, me han puesto literalmente entre la espada y la pared. «Respira Luna, no sueltes cualquier burrada de la que luego te arrepientas.»

— Vale. Id a la inauguración y después veremos que pasa.

Ambos asienten y parecen un poco más tranquilos, aunque les conozco y sé que no van a parar hasta contarme todo. Aprovecharé este tiempo que no estén para ir investigando.


La conversación con mis hermanos no se va de mi cabeza y estoy distraída el resto de semana. Al menos he prestado atención lo justo para saber que en Literatura vamos a leer Matar a un ruiseñor de Harper Lee y que en Historia vamos a tener que hacer muchos trabajos. Derek me mira y sonríe, seguro que piensa lo mismo que yo: vamos a hacer juntos esos trabajos.

Mis hermanos decidieron coger un vuelo nocturno así podríamos pasar juntos la tarde del viernes. En el fondo lo agradezco porque les voy a echar de menos aunque ahora mismo no sea capaz de demostrarlo. Pasamos la tarde haciendo las maletas y comentando cómo será la gran inauguración. Les digo que me manden vídeos y fotos y ellos me piden que les acompañe. Saben que es un intento en vano ya que no voy a ir, primero porque no me apetece, y segundo porque tengo que estar centrada en los estudios, no quiero perderme nada y tengo mucho que hacer aún aquí. A parte que no sé si el juez me dejará irme, no me ha llegado ninguna citación judicial pero Lucy nos recomendó que no viajásemos por si acaso.

Me despido de ellos en la puerta de casa mientras el conductor del Uber guarda el equipaje en el maletero.

— Llámanos si pasa cualquier cosa, y si no pasa también. A cualquier hora ya lo sabes — dice Sam dándome un abrazo.

— Preciosa — ahora es Tom quien me abraza — no te olvides de nosotros, ¿vale? Pensamos siempre en ti y ante todo, por favor, no dejes que esto nos separe. Somos una familia y eso está por encima de todo.

— Lo sé, créeme que lo sé.

Nos damos un abrazo los tres y les veo alejarse hasta que desaparecen. No quiero sentir pena, quiero estar alegre, así que le mando un mensaje a Derek con las instrucciones de mañana.

Hora de recogida: 11h

Equipaje: un juego de la play, ropa cómoda, pijama y ropa interior.

Duración: hasta el domingo por la noche así que avisa de que no vuelves a dormir.


Me muero de curiosidad. ¿Seguro que no puedes contarme nada?

No.

¿Ni una pista pequeñita?

No.

Eres mala. Y me encantas.

Lo sé.

Estoy súper emocionada, no se espera para nada la sorpresa y estoy deseando ver la cara que pone cuando lo descubra.


A las 11h en punto toco el claxon y sale corriendo, guarda su equipaje en el maletero y me da un beso. Le veo nervioso pero son nervios buenos, está emocionado él también.

Al llegar a casa le cuento que lo primero que vamos a hacer es relajarle con un masaje, así que le pido que suba a mi habitación y se quede en ropa interior. Él obedece y yo le indico que se tumbe boca abajo. Me subo a la cama y me siento en su culo. Empiezo masajeando su cabeza, me encanta tocar su pelo, es muy suave. Después paso al cuello, los hombros, los brazos y me detengo en su espalda. Le admiro y siento cómo poco a poco empiezo a mojarme, este chico es un dios. Le masajeo cada rincón de su musculosa espalda, me atrevo a bajarle un poco los calzoncillos y le masajeo ese culo que tanto me gusta. Él se ríe en respuesta aunque se le escapa algún gemido. Le masajeo también las piernas, los pies y le digo que se gire. Obedece y se queda boca arriba, cierra los ojos y sonríe. Yo no puedo evitar mirarle entero, está cachondo así que he conseguido mi objetivo. Me siento encima de su miembro y eso hace que abra los ojos.

— Relájate, cierra los ojos de nuevo.

Le cuesta pero al final lo hace. Masajeo su clavícula, sus pectorales, sus muslos... Estoy empezando a tener mucho calor, así que me quedo en ropa interior yo también y me siento en la cama. Poco a poco voy bajándole los calzoncillos y su adorado pene sale a recibirme, tan grande como siempre. Lo agarro y lo aprieto suavemente hasta que le noto palpitar y empieza a gemir cuando muevo mi mano arriba y abajo. Hago movimientos suaves y pronto su punta empieza a brillar. Me relamo y saco la lengua para lamerle a él entero. Suelta un gemido y agarra las sábanas con fuerza. Lo meto en la boca y succiono suave, después más fuerte. Muevo la cabeza para lamerle con la lengua hasta que le tengo entero dentro, hasta la garganta. Le noto temblar debajo de mí y abre los ojos.

— Póntelo — le digo sacando un preservativo del cajón.

Se lo pone rápido mientras me quito mi ropa interior y le detengo cuando se va a levantar.

Me siento a horcajadas sobre él y poco a poco voy bajando. Lentamente se va hundiendo en mi interior y los dos gemimos de placer. Esta postura es muy diferente, me cuesta más adaptarme así que me quedo sentada unida completamente a él. Respiro hondo y me muevo de forma suave, notando cómo me va abriendo. Me apoyo en su pecho y continúo balanceándome.

— Me estás matando nena — susurra con la voz ronca.

— Sólo acabo de empezar.

Empiezo a moverme cada vez más rápido, subo y bajo clavándome fuerte sobre él. Minutos después sé que no va a aguantar mucho más porque le noto temblar debajo de mí y empiezo a sentir un cosquilleo en mi vientre. Me pilla desprevenida cuando me coge y sin salir de mí, nos da la vuelta quedando yo de espaldas y él encima de mí. Se mueve mucho más rápido que yo, más fuerte, se ha vuelto muy salvaje y eso me gusta. Le miro a los ojos y mordiendo su labio inferior me corro de una forma brutal. Derek me sigue y apoya su frente en la mía cuando termina.

— Increíble. Simplemente increíble — dice cuando recupera un poco el aliento.

— Vamos a la ducha.

Nos damos una buena ducha y nos ponemos el pijama. Le informo de que voy a hacer de comer unos filetes de pollo, jamón y queso al horno. Dice que suena de maravilla y lo afirma cuando los probamos. La verdad es que me han salido buenísimos.

— ¿Qué juego de la play has traído? — Le pregunto mientras recojo.

— ¿Cuál crees? — Dice levantando las cejas.

— Mierda — respondo riendo. — Ve poniéndolo mientras termino de recoger.

Minutos después, Resident Evil 4 aparece en la televisión y yo me acurruco a su lado para verle jugar.


— Es hora de prepararnos — le digo cuando el reloj marca las 19h.

Me pregunta qué ropa se pone y yo le digo que algo cómodo. Los dos nos vestimos con unos vaqueros, camiseta y sudadera negra, hoy vamos a juego. Me maquillo y a las 19.30h nos montamos en el coche.

— Espera, falta una cosa — saco una tira de tela de mi bolsillo y le vendo los ojos.

— Oh no — responde riendo — no me vas a vendar los ojos, yo quiero ver.

— Es parte del juego, pequeño.

Al final me deja vendárselos y está unos minutos en silencio.

— Sabes que me has puesto muy nervioso, ¿verdad?

— Puede — respondo riendo — pero es por una razón.

— ¿Vas a llevarme a algún sitio chulo? — Como no respondo continúa intentando sacar pistas. — ¿Vamos a la playa?

— No.

— ¿A un hotel en la playa?

— No.

— ¡Ya sé! Vamos al parque de atracciones.

— ¡No! — Respondo riendo. — Además en está cerrado ahora. Lo abren en primavera.

— Me tienes súper despistado — se ríe y está casi todo el trayecto intentando adivinar dónde vamos.

El viaje se hace ameno, me lo paso muy bien y reconozco que tiene unas ideas muy locas, se nota cuando los nervios se apoderan de él. Estamos llegando al recinto del concierto y empiezo a ponerme nerviosa. Entro en el aparcamiento y tras dar un par de vueltas no me creo la suerte que tengo, encuentro un sitio justo donde está el cartel del concierto, así que lo primero que verá Derek será la imagen de su grupo favorito. Apago el coche y le miro nerviosa.

— ¿Hemos llegado ya? Se me ha hecho corto el viaje. ¿Dónde estamos? — Al ver que no respondo se quita el cinturón. — ¿Luna?

No me aguanto más las ganas y le quito la venda.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top