Capítulo VI
Me atraganto con el café en cuanto veo a Eliana entrar en la cocina. Derek y Katy me dan palmadas en la espalda esperando que se me pase pronto pero a mí me empieza a faltar el aire. ¿Qué broma es esta? Eliana se sienta enfrente mío y no me quita el ojo de encima. Olivia le ofrece un café y ella acepta con una sonrisa. Derek se pega más a mí y pone su mano en mi muslo pero yo estoy completamente tensa y no es para menos. Si hoy que he venido de visita se ha presentado aquí, ¿Qué pasará cuando vuelva a vivir en esta casa?
— He invitado a Ellie ha pasar la tarde con nosotros, ¿no es genial? — Comenta Olivia emocionada.
Sigue llamándola Ellie, no sé si es porque no sabe su nombre real o porque usa sólo el diminutivo para referirse a ella.
— ¿Qué tal estáis chicos? ¿Qué tal las clases? — Pregunta Eliana intentando romper el hielo.
— Aún no hemos empezado — responde Derek muy seco.
— Cierto, aún estáis de vacaciones. Bueno aún os quedan unos días para disfrutar de vuestra libertad. Luego unos mesecitos más y seréis libres para hacer lo que queráis. ¿Habéis pensado ya a qué os queréis dedicar?
— Lo mío ya lo sabes, quiero ser Psiquiatra — responde Katy muy contenta.
— Por cierto — interrumpe Eliana — he hablado con unos colegas de ése área y me han dicho que cuando quieras puedes empezar. Están encantados de recibir toda la ayuda posible porque es un área que no escoge mucha gente y siempre están faltos de personal.
— ¡Genial! ¿Cuándo puedo empezar mamá?
— Primero espera a que comience de nuevo el curso, a ver cómo es y cuánto tiempo libre tienes hija, ya sabes que los estudios son lo primero y no quiero que dejes eso de lado para hacer el voluntariado. Ya sabes que primero tienes que graduarte.
— Lo sé, vale pues en cuanto volvamos lo hablamos.
— ¿Ahora sí tienes ganas de volver a clase? — Pregunta Olivia riendo.
— Algo bueno tenía que tener volver de vacaciones, ¿no? Sólo miro el lado bueno.
Olivia y Eliana empiezan a reírse y Katy también, pero cuando nos mira y ve que nosotros no nos unimos a ellas, si no que Derek está apretando los dientes y yo no sé hacia dónde mirar, le cambia la cara y nos observa con atención.
— ¿Y vosotros? — Continúa Eliana preguntando. — ¿Estáis decididos del todo?
Al ver que no contestamos, Eliana se inclina sobre la mesa y se acerca más a mí, Derek al ver sus intenciones me agarra de la mano y me levanta de la mesa.
— Disculpadnos pero se me había olvidado que Luna tenía que ayudarme con una cosa — inventa Katy de forma rápida. — Ha sido un placer verte Ellie.
— Igualmente — responde Eliana con decepción.
Derek agarra fuerte mi mano y Katy tira de la otra mientras subimos las escaleras, entramos en su habitación y cierra la puerta.
— ¿Me podéis explicar qué ha pasado ahí abajo?
Derek se frota la cabeza nervioso y nos miramos sin saber qué decir. Al final él asiente con la cabeza, lo mejor es que se lo digamos.
— Katy, ha pasado algo. Algo muy malo.
— Me estáis asustando — dice sentándose en la cama.
— Verás... El día de Año Nuevo no fue tan bien como os hicimos creer. Por la mañana Eliana vino a mi casa.
— ¿Eliana? — Pregunta Katy confusa.
— Ellie — le aclara Derek.
— Eliana vino a mi casa para decirme que yo era su hija y venía a recuperar la relación.
— ¿Qué? — Katy de repente se queda blanca. — ¿Cómo es eso posible? No, no puede ser, Ellie o Eliana es muy joven para ser vuestra madre.
Miro a Derek con pesar, él se acerca a mí y pasa su brazo por mis hombros de manera protectora.
— Esa es la clave, Katy.
— ¿Cuántos años tienen tus hermanos?
— Tom tiene 30 años y Sam 28.
— Y tú tienes 18.
— Exacto.
— No sabía que te llevabas tantos años con tus hermanos, son jóvenes pero aún así Eliana no es tan mayor como para tener un hijo de treinta años. ¿Has visto fotos de tu madre en algún álbum? — Mientras me pregunta saca su portátil y abre una página de Word.
— Sí, claro que he visto alguna foto. Cuando era pequeña me encantaba ver las fotos familiares y en algunas de ellas salía la que creí que era mi madre. Sé que me abandonó cuando nací pero pensé que mis hermanos le tenían algo de cariño ya que a ellos sí quiso criarlos, pero... Es cierto que según fui creciendo cada vez veía menos fotos suyas. Tenía una guardada en mi álbum, debajo de mi cama, pero el otro día cuando fui a buscarla había desaparecido.
— Es todo muy raro — comienza Katy, — es como si quisieran borrar todo recuerdo de ella. ¿Alguna vez te dijeron cómo se llamaba?
— Sí, Carol Miller.
— Carol, no Eliana — apunta Katy, — ¿alguna vez cuando eras pequeña se acercó alguien a ti? ¿Alguien que no conocías o que te dijera cosas raras?
— No, nunca estaba sola y cuando mi padre murió, mis hermanos se encargaron de cuidarme y siempre estaba con alguno de ellos. Las únicas personas que recuerdo de mi infancia son mi padre, mis hermanos y Dory, nuestra vecina de enfrente. Ella ha cuidado muchas veces de mí.
— A ver, os parecéis un poco pero estamos en Estados Unidos, muchas chicas son rubias de ojos azules, eso no quiere decir nada. — Nos quedamos en silencio durante unos segundos. — Escucha nena, no te preocupes. Ya sabes que soy buena detective y te prometo que llegaremos al fondo de este asunto. No vas a estar sola, ¿verdad? — Pregunta mirando a Derek.
— Claro que no, nosotros estaremos siempre contigo y vamos a ayudarte a investigar todo esto.
— ¿Tú qué crees, Luna? ¿Crees que es cierto? — Me pregunta Katy tomando notas.
— A ver es cierto que nos parecemos pero tienes razón, yo también pensé lo del color de pelo y de ojos pero reconozco que las facciones de la cara son parecidas. No sé, me despistó un poco que dijera que venía a recuperar la relación con su hija y no dijera nada sobre mis hermanos.
— Tom se puso como loco, te habrías acojonado si le hubieses visto — le cuenta Derek a Katy.
— Cierto. Sólo había visto a Tom así una vez y... — No quiero continuar por ahí, ahora no — la llamó por su nombre completo, Eliana, la conocía Katy. La dijo que ya la había advertido que no se acercase a mí, la amenazó y Sam y Derek tuvieron que sujetarle, no podían con él. Ella insistía en que era mi madre pero yo no sabía que hacer. Después subí a mi habitación y al no ver la foto en el álbum... Todo es muy confuso, mis hermanos insisten en que soy una Miller, que su padre es también el mío pero en ningún momento han negado lo que dice ella.
— A mí tu hermano me dijo que no iba a permitir que una extraña viniera a joderte la vida. Me confirmó que no era tu madre.
— ¿Y le creíste?
— No — su cara lo dice todo, es que yo tampoco les creo.
— Sé que me ocultan algo, algo muy malo y tengo derecho a saberlo, pero tendrían que habérmelo contado mucho antes.
— Seguro que lo hacen por alguna razón, estoy convencida de que hay una buena explicación — intenta tranquilizarme Katy aunque en su cara puedo ver que también está enfadada y confusa.
— Sí, seguro que la hay pero yo no quiero saberla, aún.
— Ese aún es lo que me da miedo, sé que no vas a dar el tema por zanjado — responde Derek.
— Joder claro que no, tengo que solucionar este tema pero no puedo hacerlo aún, no estando el juicio de Luke tan cerca. Si empiezo a intentar solucionar cosas se me va a venir todo encima y no tendré cabeza para nada. El juicio es más importante ahora mismo.
Ambos lo entienden porque asienten con la cabeza. Unos golpes en la puerta hace que nos sobresaltemos.
— Ellie se ha marchado ya — nos anuncia Olivia. — ¿Estáis bien?
— Sí, ¿por? — Responde Katy.
— Porque había antes mucha tensión ahí abajo, parecía como si volasen los cuchillos.
— Exageras, mamá. Abajo no ha pasado nada — responde Derek más tranquilo de lo que en realidad está. — Por cierto, ¿Cuántos años tiene Ellie?
— Tenemos la misma edad, ¿por qué?
— Curiosidad — responde Katy, — parece mucho más joven.
— ¿Seguro que no os pasa nada?
— Seguro — respondo con una sonrisa.
Olivia asiente más tranquila y se marcha cerrando la puerta.
— ¿Cuántos años tiene vuestra madre?
— 45 — responde Katy en un susurro.
Joder, con 45 años no puede haber tenido a Sam ni a Tom pero a mí sí. Puede que sea casualidad pero ya son muchas las que estoy encontrando en muy pocos días. Es muy posible que sea verdad.
— Tengo que anunciaros algo, pero primero voy a hacer videollamada con los chicos — dice Derek intentando distraerme, debo parecer muy agobiada.
La verdad que no presto mucha atención a la videollamada, saludo y pregunto qué tal están pero no vuelvo a decir nada más, es Derek quien habla y nos anuncia que mañana va a celebrar su cumpleaños de manera anticipada. Le apetece pasar el fin de semana en Seattle y todos le decimos que sí, que es un buen plan. Quedamos en empezar a buscar actividades y hoteles y colgamos.
— Pequeña quédate a dormir aquí — me pide Derek.
— No sé si... — respondo pero él me corta.
— Sabes que no quieres estar con tus hermanos ahora mismo — qué bien me conoce — quédate, duerme conmigo y mañana saldremos a pasar el mejor fin de semana de la historia.
— Vale — le respondo con una sonrisa, no necesitaba convencerme porque en el fondo sí quería quedarme, siempre quiero estar con él.
— Vamos, te acompaño a casa a coger tus cosas y a decírselo a tus hermanos.
— No tardéis — nos pide Katy — mientras voy a ir mirando en internet, voy a crear un grupo y mandamos ahí los enlaces.
— Muy buena idea — ¿Cómo no se me ocurrió antes crear un grupo de whatsapp? — enseguida volvemos.
Una vez en mi casa, subo a mi habitación a hacer una pequeña maleta mientras Derek le cuenta los planes a mis hermanos. Recibo un mensaje de Katy diciendo que guarde también vestidos y tacones ya que ella quiere salir de fiesta, y ropa cómoda y deportivas para salir a explorar la ciudad. Le hago caso y guardo todo eso en la maleta también.
Cuando la tengo hecha bajo a la cocina y le hago una señal a Derek para irnos.
— Tened mucho cuidado y avisadnos cuando lleguéis.
— No os preocupéis — les responde Derek.
— Luna — dice Tom acercándose a mí pero de forma inconsciente doy un paso atrás. Puedo ver la decepción en su mirada. — Pásalo bien.
— Cuídala — le pide Sam en un susurro.
Derek asiente con la cabeza y juntos nos marchamos de vuelta a su casa.
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