Capítulo LV
— Creo que voy a ponerme el vestido corto para la cena y dejo el largo para la inauguración. ¿Qué opinas? — Pregunto a Derek mientras me miro en el espejo.
— Pienso que es la opción más correcta. Al fin y al cabo lo de hoy es sólo una cena, la inauguración es más importante — me responde y sonrío.
— Decidido entonces. ¿Qué puedo hacerme en el pelo? ¿Lo rizo o lo aliso? ¿Lo recojo o lo llevo suelto? — Estoy empezando a agobiarme un poco. — Quiero dar una buena impresión, me da miedo dejar a mis hermanos en ridículo.
— Nena tranquila, no vas a dejarles en ridículo por llevar el pelo liso en vez de recogido en un moño por ejemplo.
— ¿Tú crees?
— Claro amor, además, tú brillas con luz propia.
Me encanta cuando me halaga, a todos nos gusta, pero él lo dice con un tono de voz que hace que me derrita. Pero ahora no hay tiempo para esto, mis hermanos vendrán a buscarnos en cualquier momento así que debo darme prisa. Derek ya se está vistiendo así que yo hago lo mismo.
Me pongo mi vestido, me aliso el pelo y me maquillo un poco, tampoco quiero ir demasiado recargada, prefiero que hoy me quede más natural.
Voy a coger mis zapatos de tacón cuando llaman a la puerta.
— ¿Estáis listos? — Pregunta mi hermano al otro lado de la puerta.
— Sí — respondo. — Un minuto y salimos.
— Mejor les abro la puerta, no vayan a ponerse nerviosos — dice Derek y tiene razón.
Tom entra y me quedo esperando a que lo haga Sam, pero parece que no está.
— ¿Y Sam? — Pregunto cogiendo mi bolso y guardando las últimas cosas.
— Enseguida sale, está un poco nervioso — aclara mi hermano. — Estáis guapísimos.
— Y tú — respondo sinceramente.
Se ha puesto un pantalón de color negro y una chaqueta de traje a juego. Imagino que el smoking lo guardan para mañana, para el gran día.
— ¿Listos? — Pregunta caminando hacia la puerta.
— Sí, ¿y tú?
— Por supuesto.
Cerramos la puerta a la vez que Sam sale de su habitación y los cuatro juntos caminamos hacia el ascensor. Cuando las puertas se abren siento un nudo en el estómago y agarro con firmeza la mano de Derek. Él la aprieta en respuesta, creo que también está un poco nervioso pero no tenemos que preocuparnos. Va a salir todo bien.
Nos acercamos a la entrada del restaurante y decimos nuestros nombres. Una chica muy amable nos lleva hasta una mesa donde nos esperan tres hombres que se levantan en cuanto nos ven aparecer.
— Muchachos, ¿cómo estáis? — Pregunta el más mayor de todos.
Al principio tenía cara seria pero sonríe en cuanto nos ponemos a su lado. Parece simpático.
— Harry, qué gusto verte — responde Tom. — Todo muy bien, ¿y vosotros? ¿Todo en orden?
— Todo en orden — responde Harry. — Vosotros sois Luna y Derek, ¿a que sí?
— Sí — respondo. — Un placer conocerle.
— Oh por favor, tutéame. Yo me llamo Harry y ellos son George — dice señalando a un hombre más o menos de su edad — y él es Finn — esta vez el chico al que señala es joven, parece tener sólo unos pocos años más que mis hermanos.
— Un placer conoceros a todos, yo soy Luna — digo aunque ya deben conocerme. Aún así creo que es mejor presentarse, más que nada por educación.
— Yo soy Derek, un gusto conocerles — dice mi chico educadamente.
— Igualmente — responden los tres hombres.
— Sentaos, no os quedéis ahí de pie — apremia Harry y los cuatro tomamos asiento.
Me gusta la disposición de la mesa, es redonda por lo que, aunque sea una cena de negocios, da a entender que todos somos importantes. Si fuera una mesa rectangular, los que se sientan a la cabeza serían los más importantes o los líderes, me gusta esta cercanía.
— Harry se encarga de buscar los locales, las empresas de reformas y nos ha ayudado a que todo salga perfectamente. A parte de ser nuestro inversor junto con su hermano George — explica Tom.
— George, además de ser uno de nuestros inversores, también se encarga de hablar con otras empresas para poder lanzar ofertas y hacer colaboraciones para hacernos un hueco en el mercado — continúa Sam.
— Y Finn es nuestro experto en Marketing y Redes Sociales — termina Tom.
— Nos estáis poniendo en un pedestal y tampoco es para tanto — ríe George — sólo hacemos nuestro trabajo.
Todos parecen muy amables, me alegro de haberles conocido.
— Habéis hecho un gran trabajo, todos — aclaro — y os agradezco que hayáis apostado por mis hermanos. No os van a defraudar.
— Jovencita no hace falta que digas eso, el plan de tus hermanos era perfecto — interviene Harry. — Sé que es un mercado complicado y que las crisis pueden afectar al negocio, pero tienen un proyecto tan elaborado que es imposible que salga mal.
— Hemos tenido cientos de proyectos encima de nuestras mesas pero ninguno como el de tus hermanos. La pasión con la que hablan, lo detallado que lo tienen todo y encima conocen bien el negocio ya que han estado estudiando, formándose y encima viajando, por lo que conocen bien todo. No hizo falta mucho tiempo para convencernos — explica George.
— Además en redes sociales están teniendo mucho tirón. Al ser una empresa nueva la gente siente curiosidad, sobre todo por si hay ofertas — aclara Finn.
— Y si viajas con una empresa nueva y te da todas las facilidades, son amables, atentos y quedas contento lo más seguro es que vuelvan a contar con tus servicios más adelante — comento y todos asienten con la cabeza.
— Eso es — aplaude Harry. — Además, tus hermanos tienen un as en la manga muy bueno.
— Se nos ocurrió por los viajes que hemos hecho con vosotros — explica Tom. — Hemos pensado poner ofertas especiales para viajes de negocios. Al fin y al cabo aunque tenemos página online, nuestras sedes están en ciudades con mucha afluencia de empresas, empresarios y viajes.
— Es muy buena idea — interviene Derek. — Y vosotros lo habéis vivido en primera persona así que sabéis de lo habláis.
— Vais a tener mucho éxito muchachos — asiente Harry. — Pero por el momento vamos a disfrutar de la cena y de la inauguración de mañana. Estaréis deseando tener unas buenas vacaciones, ¿verdad?
— Nos encanta trabajar pero sí es cierto que queremos pasar un tiempo con Luna antes de que se marche a la universidad — aclara Tom.
— Sí muy cierto, estáis en vuestro último año de instituto y por lo que nos han contado ya habéis echado las solicitudes a las universidades. ¿Os han contestado ya? — Pregunta Finn.
— No, aún no — respondo — imagino que no tardarán mucho.
— ¿Y qué vais a estudiar? — Pregunta George.
— Arqueología — respondo emocionada.
— Fisioterapia — responde Derek.
— Son unas carreras muy bonitas, aunque la tuya Luna es algo especial. No sé si habrá mucha salida laboral en ese ámbito — comenta Harry.
— No me importa — respondo. — Si al final no consigo trabajo de lo mío me buscaré otra cosa, pero necesito estudiar eso. Me apasiona la historia, poder viajar y descubrir nuevas civilizaciones, desenterrar alguna especie nueva de dinosaurio, o una ya conocida. Explorar las pirámides e incluso estudiar un asentamiento antiguo. Es tan maravilloso.
— Vocación — responde Harry, — tienes la misma vocación y la misma pasión que tus hermanos. Se nota que sois familia.
Miro a mis hermanos y sonríen, al igual que el resto de integrantes de la mesa.
— Lo tuyo es más fácil — comenta George mirando a Derek.
— Sí. Primero quería ser deportista profesional, después busqué algo relacionado por si no lo conseguía y pensé en ser fisioterapeuta deportivo. Pero lo que más me apetece es montar mi propia clínica e ir creciendo poco a poco. Tiene que ser guay ser tu propio jefe — ríe Derek.
— Lo es, créeme que lo es — responde George riendo también.
Al rato traen la cena y disfrutamos de los exquisitos platos y de una conversación amena, divertida y aprovechamos para conocernos todos un poco mejor.
— Estoy hecha un manojo de nervios — digo mirándome en el espejo. — ¿Voy bien? ¿De verdad estoy bien?
— Luna, relájate, estás preciosa.
— ¿Seguro? ¿Y si voy demasiado arreglada? ¿Y si no lo voy lo suficiente?
— Stop — dice Derek alzando las manos. — Estás preciosa, vas muy elegante, a la altura del evento. Ahora mismo vas a recogerte el pelo, vas a calzarte los tacones y vamos a pasar un buen día. ¿De acuerdo?
— De acuerdo — digo seria.
Cojo el peine y me cepillo el pelo, me hago una coleta y dejo que el pelo caiga sobre mi hombro izquierdo. Me maquillo de una forma un poco más llamativa pero sin que quede demasiado recargado y me pongo mis zapatos de tacón. Me miro al espejo y me gusta, sonrío y Derek se coloca detrás de mí.
— Esa es mi chica.
— Estás guapísimo con ese smoking — me muerdo el labio y junto las piernas.
— Me encantaría quitarte ese vestido, pero... — unos golpes en la puerta nos interrumpen — no tenemos tiempo. Quizá está noche.
Noto como mi cara se calienta y me pongo roja, pero no me importa. Cojo mi bolso y abro la puerta. Me quedo de piedra al ver a mis hermanos también vestidos de smoking. No es porque sean mis hermanos, pero joder, son súper atractivos e imponen un montón.
— ¿Listos? — Pregunto primero esta vez.
— Listos — responden. — ¿Y vosotros?
Asentimos con la cabeza y con paso firme vamos hacia el ascensor. Un coche nos espera en la entrada del hotel. El local no está lejos de aquí pero los inversores anoche dijeron que da mala imagen que los protagonistas lleguen a su inauguración andando, así que nos montamos en el coche y esperamos hasta llegar al local. Un montón de periodistas esperan en la puerta, junto con amigos, empresarios, familiares, trabajadores y demás gente que ha colaborado en que todo esto haya sido posible. Los fotógrafos empiezan a hacer fotos antes de que nos bajemos del coche.
— Seguro que salimos en la portada de alguna revista — bromea Sam.
— Ya hemos salido en unas cuantas con las otras inauguraciones — aclara Tom. — Pero esta será la más especial porque estás con nosotros — dice mirándome a mí y trago saliva. El chófer sale y cuando me abre la puerta, pongo la mejor de mis sonrisas y bajo del coche. Un montón de flashes me dejan ciega por un momento pero me repongo enseguida y sonrío ante la cantidad de fotos que nos están haciendo.
Harry, George y Finn se colocan a nuestro lado y le dan a mis hermanos las míticas tijeras para cortar la cinta de la entrada de su negocio. Posan unos segundos para las fotos y, cuando cortan la cinta, todo el mundo estalla en aplausos y vítores.
Los periodistas les rodean y les bombardean a preguntas a lo que mis hermanos responden educadamente que dentro responderán todas las preguntas que quieran.
Nos hacen una señal y Derek y yo entramos detrás suya.
Nada más poner un pie dentro me quedo petrificada, es precioso. Es un local muy amplio con varias mesas que ahora están colocadas de forma estratégica alrededor para dejar todo el espacio posible libre. Hay comida, bebida e incluso una banda que empieza a tocar una melodía suave para acompañar la velada.
Mientras mis hermanos hablan con los periodistas aprovecho para dar una vuelta por el local y los ojos se me llenan de lágrimas cuando veo un cartel enorme con un montón de fotos de nuestros viajes. Hay otro más pequeño con las fotos originales en su despacho.
— Nena — me llama Derek entrando en el despacho — tus hermanos van a dar el discurso inaugural.
— Vamos — agarro su mano y nos colocamos en primera fila.
Harry, George y Finn se ponen a nuestro lado y mis hermanos se colocan ante un micrófono.
— Lo primero de todo, muchísimas gracias a todos por venir. Es un gusto estar rodeado de gente tan maravillosa. Ha sido un camino precioso que nos ha encantado recorrer, aunque no ha sido fácil — comenta Tom. — Nos hemos enfrentado a duras pruebas que nos ha costado mucho superar, pero lo hemos conseguido gracias a la constancia, al trabajo y a las personas que nos han acompañado durante todo el trayecto: Harry, George y Finn. Un aplauso para ellos, por favor.
Todos hacemos caso y les aplaudimos.
— España ha sido uno de nuestros primeros destinos pero no será el último. Esperamos poder expandirnos por más países pero eso será después de unas merecidas vacaciones. Al fin y al cabo tenemos familia y deseamos pasar el verano con ella, con nuestra hermana: Luna — me señala Sam.
Todos me miran y más flashes me rodean.
— Pero no queremos que éste sea el típico discurso aburrido contando todo lo que hemos vivido y agradeciendo muchas veces. Simplemente deciros gracias por venir y animaos a viajar con nuestra agencia, no os decepcionaremos — bromea Tom. — Disfrutad de la velada.
Más aplausos llenan la sala y una periodista se acerca a mí con un micrófono.
— Señorita Miller, me gustaría hacerle unas preguntas. ¿Sería tan amable de dedicarme unos minutos, por favor?
— Claro que sí — respondo sonriendo y una cámara me enfoca.
— Soy Teresa López de RTVE — se presenta, — ¿qué se siente al ser la hermana de unos nuevos empresarios famosos? Son la comidilla de las redes sociales ahora mismo.
— Estoy muy orgullosa de ellos. Siempre han querido montar este negocio y que lo hayan conseguido me llena de alegría. Han trabajado muy duro y se merecen todo lo bueno que les pase.
— Por lo que han ido comentando en sus otras inauguraciones, llevan fuera de casa bastantes meses, ¿cómo lo has llevado?
— Al principio mal, no te voy a engañar. Pero no he estado sola, hice buenos amigos que me han estado acompañando y la familia de mi novio me acogió mientras mis hermanos estaban fuera. Además, los últimos meses se han ido turnando para no dejarme sola y lo agradezco, les he echado mucho de menos — respondo sinceramente.
— Ahora van a tomarse unas vacaciones pero imagino que después volverán al trabajo y si quieren expandirse más significa que volverán a viajar. ¿Crees que vas a llevarlo bien? — Pregunta y en su mirada veo una mezcla de curiosidad y pena, ya que parece intuir que son mi única familia.
— Esta vez lo llevaré mejor porque seguramente yo me marche antes que ellos — respondo riendo. — Después del verano empiezo la universidad e iba a irme de casa de todas formas. Así que ambos cogeremos caminos separados pero siempre estaremos en contacto e intentaremos vernos lo máximo posible. La familia siempre debe permanecer unida.
— Tienes mucha razón. Os deseo a ti y a tus hermanos muchos éxitos. Muchas gracias por haberme concedido un poco de tu tiempo, disfruta de la fiesta con tus hermanos.
— Gracias a ti, igualmente, buen día y disfruta de la fiesta.
Teresa se aleja mientras continúa hablando a la cámara mientras presenta el local y lo explora.
— La cámara te adora — dice una voz a mi lado.
— ¿Lo he hecho bien?
— Perfectamente — responden otras dos voces y al girarme veo a mis tres chicos favoritos.
— Es un sueño hecho realidad — les abrazo y veo cómo los flashes nos rodean pero me da igual. Estoy feliz y quiero dar cariño a mis hermanos.
— Vamos a comer y beber algo, ¡es gratis! — Bromea Sam y nos reímos.
Cogemos una copas y cuando Harry propone un brindis todos alzamos la bebida y brindamos. ¡Por Travel Miller!
A lo largo del día veo cómo varias chicas se acercan a mis hermanos, ríen, bromean, se tocan mucho el pelo e incluso algunas sacan pecho intentando llamar la atención de mis hermanos pero ellos no parecen interesados. Sonríen y responden con su gracia natural pero saben que no ocurrirá nada, las chicas deben captarlo al rato de estar con ellos porque siempre se acaban marchando. Hasta que una de ellas se acerca a mis hermanos y a Tom le brillan los ojos.
— ¿Están coqueteando? — Pregunta Derek a mi lado y yo trago saliva.
— Eso parece.
— ¿Preocupada?
— No, ¿por qué iba a estarlo?
Pero en realidad sí lo estoy. Una cosa es que mis hermanos viajen por trabajo, pero, si se enamoran de una mujer de otro país, donde ya han abierto un local... ¿Y si se mudan para siempre con esas mujeres? No sé si podría soportarlo.
«Luna, no puedes ser tan egoísta. ¿Y si en un futuro la que forma su familia lejos de casa eres tú?»
— Deja de pensar, cabecita, que te sale humo por las orejas. — bromea Derek y le miro.
— Sí, me preocupa, pero hoy no. Mañana me preocuparé, hoy sólo quiero disfrutar de la fiesta.
Sonríe, alza su copa y brinda conmigo.
La fiesta se alarga más de lo esperado y cuando volvemos al hotel estamos reventados. Pasa por mi mente la frase de Derek, cuando dijo que quería quitarme el vestido pero yo estoy agotada y por su cara veo que él también. En otra ocasión será.
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