Capítulo I
— Estás de coña, ¿verdad? — Pregunto incrédula. No me puedo creer que esté diciendo eso, es una tontería muy grande, una tomadura de pelo. ¿Mi madre? Ella me abandonó cuando era un bebé, además, en un álbum de fotos tengo una foto de mi madre y claramente no es ella.
— Luna, por favor escúchame. Sé que estás confusa pero es la verdad, debes creerme — Ellie me ruega con la mirada que no la aparte, pero no puedo evitarlo.
— Y una mierda. Lárgate de aquí ahora mismo — ladra Tom detrás de mí. Era él a quien he oído bajar las escaleras.
— Tom, por favor — dice Ellie cogiendo mi mano entre las suyas.
— Ni Tom ni nada, lárgate.
— Merece saber la verdad y lo sabes. Hice mal pero he venido a compensar mi error.
— ¡Te advertí que no te acercaras a mi hermana, Eliana! — Grita Tom poniéndome detrás suya.
¿Eliana? ¿Ellie ni si quiera es su nombre real? Bueno, puede ser un diminutivo. ¿Qué cojones está pasando? ¿Por qué está Tom tan enfadado? Hace años que no le veo tan fuera de sí, desde que pasó aquello con Álex. No quiero que se repita ni que pase algo parecido así que le cojo del brazo y le meto dentro de casa.
— ¿Me explicas que está pasando? — Le ruego con los ojos fuera de las órbitas. Pero él no me ve, sólo tiene ojos para Eliana y ahora mismo la está asesinando con la mirada. Ella ha retrocedido tanto que está casi al final del porche. Tom le da miedo y no la culpo. — ¡Tom! — Le grito esperando que reaccione.
— Luna entra en casa, no quiero que tengas nada que ver con esa mujer.
Acto seguido veo a Sam y Derek alarmados bajar corriendo las escaleras. Derek se coloca a mi lado y me pregunta con la mirada qué está pasando, ojalá supiera responderle.
— Luna cariño, tú y yo tenemos que hablar. Cuando estés preparada estaré esperándote — Ellie se acerca cautelosa a mí y me tiende un papel con su número de teléfono y su dirección, pero no me da tiempo a cogerlo. Tom se adelanta, lo coge y lo rompe en sus narices.
— Te he advertido por las buenas que te marches, no me quieras ver enfadado de verdad, Eliana — dice su nombre con asco, con repugnancia.
— Espero tu llamada — insiste Eliana y con una última mirada da media vuelta y se marcha.
Tom cierra de un portazo y empieza a maldecir.
— ¿Alguien me quiere explicar qué está pasando? ¿Tom? ¿Sam? — Pregunto en un intento desesperado de que alguien me haga caso.
Lo único que consigo es que los tres me miren sin pestañear. Derek está flipando, Sam está con cara de póker y Tom está rojo de ira. Mis hermanos se miran entre ellos y se retiran al salón.
— Ah no, de ésta no os libráis. Ahora mismo me vais a contar qué está pasando — digo siguiéndoles al salón.
— No, Luna. Ahora no. Ni ahora ni nunca. Esa mujer no es nada tuyo y no voy a perder el tiempo contando algo que es mentira. Esa mujer no es tu madre, tú no tienes madre porque te abandonó al nacer. Tu familia somos nosotros y nadie más.
Sé que Tom está hablando sin pensar. Sus palabras me duelen, más que nada porque no me gusta que me restrieguen por la cara que para mi madre fue una desgracia mi nacimiento y por eso me abandonó. Que sólo tuvo sentimientos negativos hacia mí, que fui no deseada... Me queda claro, mi madre no me quería. Derek debe ver el dolor en mi cara porque me coge de la mano y me lleva a la cocina.
— Pequeña, ¿qué está pasando? — Pregunta sentándome en la silla.
Levanto la cabeza para mirarle, me levanto y empiezo a caminar por la cocina. No le contesto, primero tengo que ordenar mis ideas aunque ahora mismo lo veo muy complicado.
— Ellie, o Eliana, se ha presentado aquí para decir que anoche nos mintió cuando dijo su propósito de Año Nuevo. Parece ser que tiene una hija perdida por el mundo y ahora, después de 18 años quiere recuperar la relación con ella. Y resulta que esa hija soy yo — suelto de golpe parándome delante suya. No logro descifrar su cara, veo sorpresa, dolor, rencor, enfado... Bienvenido al club, Derek Jones.
— Estás de coña, ¿verdad? Esto debe ser una broma pesada. Esa mujer no puede ser tu madre.
— Eso mismo pienso yo. De hecho, he visto fotos de mi madre en varios álbumes de fotos, una de ellas la tengo guardada yo y la mujer que sale no se parece en nada a Eliana. Ella es mucho más joven que la mujer de foto. Además, es castaña de ojos color miel y Eliana es...
— Rubia de ojos azules — termina Derek por mí.
Él también se ha percatado. ¿Y si es verdad?
— No — digo con risa nerviosa — no puede ser — vuelvo a caminar por la cocina mientras oigo de fondo los gritos de Tom. Está desatado. — Esa mujer no puede ser mi madre, que sea rubia de ojos azules es una coincidencia, además, mis ojos son grises no azules y estamos en Estados Unidos, gran parte de la población femenina es rubia. Que haya vivido en Seattle también es una coincidencia, yo nací allí pero Seattle es muy grande. Además, ella dijo que estuvo hace poco y nosotros de allí nos fuimos hace tres años. No no, no puede ser. Pero ¿y si tiene razón? Tom se ha enfadado mucho y la ha llamado por su nombre completo, lo que significa que la conoce de algo. ¿Y si es alguna enemiga de ellos? No, eso no puede ser, mis hermanos no tienen enemigos. Pero... ¿Y si de verdad es mi madre? ¿Y si es mi madre, pero no la de mis hermanos? Si tenemos distinta madre, ¿también tenemos distinto padre? Si no soy una Miller, ¿entonces quién soy?
— Para, Luna para — Derek me agarra de los hombros y me hace volver a la realidad. Por la cara que pone debo haber dicho todo eso en voz alta. — Escúchame, tienes que relajarte. Seguro que todo esto tiene una explicación.
— Pues estoy deseando escucharla — digo muy segura — o no — ahora estoy dudando.
Llevo mis manos a la cabeza y empiezo a rascarme. Voy a retomar mi caminata por la cocina pero Derek me frena y me abraza. No sé si romper a llorar, si gritar de frustración, si ir tras Eliana para que me explique o escuchar a mis hermanos. Ahora mismo no sé qué hacer. Sólo estoy segura de una cosa, que el año ha empezado cojonudamente mal.
— ¡Derek! ¡Derek, por favor, ven a ayudarme! — Es Sam quien grita. Acto seguido se oye algo romperse.
— Será mejor que vaya — me dice Derek mirando hacia el salón. — No te muevas de aquí, por favor — me suplica. Conoce de sobra mi tendencia escapista, pero ahora mismo soy incapaz de prometerle algo así.
Y lo incumplo según sale de la cocina. Voy tras él y en cuanto entra al salón, subo corriendo las escaleras. Aún con la puerta cerrada sigo oyendo los gritos de Tom, a los que ahora se han sumado los de Sam y Derek. Les compadezco porque sé que no van a poder con él. No sé si será bueno lo que voy a hacer, pero necesito confirmarlo. Lo que le dije antes a Derek es verdad, tengo una foto de nuestra madre en un álbum de fotos, lo que no recuerdo ahora es dónde lo tengo. Con tanta mudanza ya no sé dónde tengo las cosas. ¿Me lo llevé a casa de Olivia? No, creo que no. Juraría que lo guardé en uno de los cajones de la cómoda. Rebusco entre todos los cajones pero no lo encuentro, ¿dónde lo he dejado? Empiezo a ponerme nerviosa, espero que mis hermanos no me hayan quitado el álbum porque son las únicas fotos que tengo que de mi padre. Mi padre... Ahora me acuerdo, guardé el álbum junto con algunas cosas que me dieron mis hermanos en una caja bajo la cama. Me agacho deprisa y retiro la sábana que cae y ahí la veo, al fondo, bajo el cabecero. La cojo y respiro aliviada al ver que todas las cosas siguen dentro. Cojo el álbum y, cuando lo tengo entre mis manos, un escalofrío recorre mi espalda. Tengo miedo pero es algo que necesito hacer, tengo que comprobar si la mujer de mi álbum se parece en algo a Ellie, yo juraría que tenía ojos color miel pero a lo mejor mi subconsciente me juega una mala pasada. Quizá me equivoque, pero a lo mejor encuentro alguna respuesta en las fotos. Respiro hondo, abro el álbum y suelto de golpe todo el aire hasta quedarme sin respiración. La foto no está.
— ¿Qué coño? Esto no puede estar pasando, debe ser una pesadilla. Esa mujer aparece de repente y dice que es mi madre, desaparece la foto del álbum... ¡¿Qué narices está pasando?! — Grito en medio de mi habitación. Y lo más importante ahora, ¿Cuándo me han quitado la foto? ¿Y por qué?
Todo esto es muy confuso, siento lágrimas quemando en mis ojos y la cabeza me va a estallar. ¿De verdad creía que este nuevo año íbamos a ser todos muy felices? Y una mierda. Los gritos de Tom son cada vez más fuertes, está rompiendo más cosas y a este paso se va a quedar sin mobiliario. No pueden con él y debería entrar a ayudarles pero no puedo, me siento traicionada, humillada y confusa. Necesito pensar, necesito salir de aquí. Me pongo mis deportivas, cojo mi abrigo y bajo las escaleras en silencio. Antes de pensarlo dos veces ya estoy fuera de la casa corriendo sin rumbo fijo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top