☕ O2.
Sonriendo de extremo a extremo, a Namjoon le es algo difícil no burlarse de la expresión de enojo total de su mejor amigo, Kim Seokjin, quién hasta hacía solo unas horas tenía el mejor día de toda su semana.
ㅡVamos Jinnie. No le des tanta importancia a lo que te dijo ese hombre.
ㅡ¡¿Cómo no puedo darle tanta importancia cuando él vino aquí, a mi trabajo, a burlarse de mí?! ㅡmolesto, Jin se dispone a limpiar una de las últimas mesas sucias de la cafetería.
ㅡNo me pareció que estuviera bromeando ㅡcomenta Nam, antes de siquiera seguir limpiando la máquina de expreso.
ㅡEs que acaso, ¿no viste su cara? ㅡbufa el menor de los dos, con clara indignaciónㅡ. Cuando una persona realiza una proposición de tal magnitud, se debe de mostrar alegre, nervioso, incluso me atrevería a decir que algo nostálgico, pero él, él simplemente se veía, no sé, estático, vacío, triste. Además, en el supuesto caso que yo de verdad le gustará, lo último que él debería de hacer es venir aquí, y pedirme así como si nada que me case con él, porque vamos, apenas y lo conozco.
ㅡBueno, en eso te doy toda la razón. Su propuesta debió de ser mucho más romántica, y más si quiere que aceptes algo de tal magnitud.
ㅡLo ves. ¡Aish! Me arruinó mi día ㅡexclamando una última vez con algo de más exageración, Jin toma y carga entre sus manos, uno de los pocas sillas metálicas de las últimas mesas, asegurándose de colocarla bien por encima de la mesa, y así poder trapear después.
ㅡAún así, creó que le estás dando más importancia de la necesaria, es más, probablemente a él ya se le olvidó todo esto que pasó.
Tranquilizando de manera habilidosa a Jin, Namjoon se apresura a terminar todos los pendientes de la limpieza para que así ambos puedan irse a casa, misma que por petición de sus padres, compartían desde que ambos se habían independizado.
Pasando poco más de media hora, tanto Namjoon cómo Jin se encuentran cerrando silenciosamente la cafetería que por suerte se encuentra en el centro de Seúl, y que pocas veces cerraban en total oscuridad.
ㅡTengo antojo de un café ㅡmurmura bajo pero feliz Namjoon, haciendo a Jin sonreír también y asentir en lo que su mejor amigo quería porque a pesar de que pasarán los años, los gustos de ambos seguían siendo totalmente similares.
ㅡ¿Me permiten invitarlos? ㅡinquiere una gruesa y ronca voz al otro lado de la calle, alertando a ambos amigos.
Mirándose por un par de segundos y entre sí, ambos amigos declinan aquella invitación, ocasionando que el mayor a un lado de ellos, se disculpe nada más que con una reverencia frente a ellos.
ㅡQuiero disculparme sinceramente con ustedes por mi comportamiento de esta tarde.
Sintiéndose nerviosos, y un tanto más comprensibles, Jin y Namjoon se miran y asiente con una leve, pero sincera sonrisa, una que cautiva hasta al mayor frente a ellos.
ㅡ¿Entonces lo viste engañandote? ㅡcuestiona algo asombrado Jin, al mismo tiempo en que Namjoon toma un poco más de su malteada de fresa.
ㅡSí ㅡresponde el mayor, sintiendo una fuerte opresión en su pecho por el vivo recuerdo de su supuesto novio besando a otro chicoㅡ. Por eso fue que me deje llevar por mi enojo y te pedí que te casarás conmigo. Quizá no sea justificación suficiente para ti, pero en verdad fue algo que no pensé.
Sonriendo bajo, Nam se apresura a decorar su cupcake y acto seguido, decir algo inimaginable.
ㅡ¿Se da cuenta que quizá así se hubiera dado cuenta si su prometido en verdad lo quería, o sí nada más quería su dinero?
Mirándolo de manera arrolladora, Jin pellizca a Nam, y sin pensarlo, Yoongi ríe y asiente a aquello que el chico de piel acaramelada ha dicho.
ㅡCreo que lo principal que quería sacar de todo esto, era darle una lección a Jimin, y ver en medio del proceso si él me quiso en verdad, alguna vez.
Pensándolo delicamente Jin, Yoongi aprecia lo buenos chicos que son los que se encuentran frente a él, y lo imprudente que había sido al creer que aquello que le había pedido a uno de ellos, no era demasiado para ellos.
ㅡLe propongo algo...
Suelta muy de pronto Jin, alertando no solo a su mejor amigo, sino también al empresario frente a ellos.
ㅡ¿Tiene una invitación de su boda? ㅡasintiendo lento, Yoongi saca de su pequeño maletín una invitación de su boda, misma que se había entregado a los invitados desde hacía un mes y medio.
Abriendo en silencio la invitación y en presencia de su amigo, Jin voltea a ver a Namjoon y rápidamente se da cuenta que piensa exactamente lo mismo que él.
ㅡSi en verdad quiere darle una lección a su prometido y ver si este le quiere, cásese, pero no con él, ni siquiera le diga nada de que ha descubierto su engaño. Actúe normal, y una semana antes de su boda, presentele a su nuevo prometido. Terminé con todo lazo romántico que entre él y usted haya, pero no lo saque de su vida. Demuestrele que usted es mejor en muchos sentidos. Sea más romántico y cariñoso con su nuevo prometido. Hágalo arrepentirse lentamente hasta el punto en que le diga algo de porque hizo todo aquello del engaño.
ㅡSolo hay un pequeño problema en tu plan, ¿quién se prestaría a hacer tal cosa y sin ser lo suficientemente sobornable para la gran y genuina actuación de Jimin de ex novio dolido.
Dudando el mayor de los tres, Jin y Namjoon asienten entre sí, listos para lo siguiente que están por decir, porque ambos conocían de traiciones así, claro que sí.
ㅡNosotros ㅡmenciona seguro de sí Jin, tardando un par de segundos en volver a hablarㅡ. Más claramente, yo. Aunque y desde luego, Namjoon también viene incluido en el plan.
ㅡVamos a todos lados juntos ㅡsusurra cómplice Nam, haciendo a ambos hombres a su lado y frente a él, sonreír ampliamente.
ㅡ¿Te casarás conmigo? ㅡinterroga Min, ganándose un rápido, pero corto asentimiento.
ㅡLo haré.
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