uno.
Está entrando en una crisis, y eso es lo menos que necesita en esos momentos porque está a punto de ir a una entrevista para un potencial de trabajo, una de sus tantas opciones y ha esperado obtener una entrevista para solicitar algún puesto de trabajo y hace unos días ha logrado conseguir obtener la entrevista y necesita estar lo más tranquilo, lo más confiado posible para poder transmitir todo eso es sus palabras, para poder hablar sin tartamudear, sin balbucear palabras de más, simplemente no quiere que eso haga que las cosas se estropeen y arruinen su oportunidad de empezar a trabajar para esa genial empresa. Simplemente necesita calmarse y confiar en que todo saldrá bien y que al final conseguirá ese empleo, porque no es por ser narcisista, pero es bueno en lo que hace, tiene buenas recomendaciones, y para su suerte, mucha experiencia desde que empezó la carrera universitaria, que su currículum está enriquecido de buena información que está seguro que lo van a contratar, aunque eso no quita que se sienta nervioso o que sienta que con cualquier mínima cosa va a arruinarlo.
Y todo está yendo bien hasta ahora, pero los nervios están haciendo un caos con él ahora mismo. La noche anterior puso su alarma para poder despertarse más temprano de lo usual y prepararse para estar presentable en esa entrevista y causar una buena impresión. Lo primero que hace cuando despierta, es tomar un relajante baño con aceites para calmar un poco esos nervios que están a flor de piel y darle suerte. Luego de ese rico baño sale con una toalla a su alrededor y camina directamente a su closet buscando el atuendo adecuado. Uno que sea cómodo, elegante, pero no tan formal, solo será su entrevista.
Logra encontrar un buen atuendo que lo hace sentirse mejor consigo mismo. Después hace un trabajo en su cabello, nada exagerado solo acomoda aquellos rizos que se arremolinan al final de su cabello y se termina agregando un poco de brillo de labios antes de caminar a la cocina y prepararse su café y un desayuno rápido antes de tener que salir de su hogar rumbo a la empresa. Apenas son las ocho de la mañana y tiene una hora para poder llegar a tiempo.
Desayuna con tranquilidad antes de tomar sus cosas y salir de su departamento. Saluda a unos cuantos vecinos con amabilidad mientras camina hasta el estacionamiento y sube a su auto dejando salir un suspiro de nerviosismo. Nunca sabe cómo manejarlo, pero agradece que se sienta más confiado que nervioso. Se toma unos segundos antes de ponerse en marcha y manejar hacia la empresa, que en realidad solo queda a quince minutos de dónde vive, lo que le da cierta ventaja para llegar a tiempo.
Saluda a la recepcionista cuando entra a la empresa y está le indica con amabilidad dónde ir y a qué piso ir. Le sonríe antes de caminar hasta los ascensores y abrir los ojos cuando nota que están a punto de cerrarse, logra entrar con una risita nerviosa mirando al otro muchacho a su lado.
—¿Listo?—el ojiazul le pregunta, Felix alcanza a asentir—. ¿A qué piso vas?
—Al quinto.
—Perfecto, voy al mismo—el ojiazul sonríe.
Felix muerde su labio mirando al ojiazul de arriba a abajo mientras piensa en que es extremadamente guapo con lo que tiene puesto. Su cabello está peinado hacia atrás, tiene los ojos fríos pero muy azules y los pómulos afilados, sus pestañas son largas y mantiene una posición calmada pero alerta y no puede evitar dejar caer la mirada en el trasero del chico antes de sonrojarse y sentirse abochornado.
Sin duda es una de las personas más atractivas que ha visto y no debería estar pensando en lo bien que se sentiría estar en sus brazos o de ser besarlo por él, cuando debería estar memorizando un saludo cordial para cuando entre a su entrevista.
El ojiazul se apoya cruzando sus brazos antes de escucharlo aclararse la garganta.
—Soy Christopher Bang—el ojiazul se presenta extendiendo su mano.
Felix no duda ni un segundo en tomarla y entrar en calor con la mano de Chris. Se sonroja de nuevo cuando el castaño alza una ceja ante su bonito esmalte de uñas y los anillos que adornan sus dedos. Inmediatamente aleja su mano sonrojándose más y sintiéndose tímido.
—Lee Felix.
Alza la cabeza sonriendo levemente antes de que Chris tome su mano nuevamente entre las suyas, aquel acto lo toma por sorpresa y lo mira a los ojos.
—Tienes manos realmente lindas y suaves.
¿Acaso está coqueteando con él? Su linda sonrisa y sus bonitos halagos lo hacen ver de esa manera, y Felix es un tanto tímido, sonrojándose ante la más mínima cosa y más con un chico tan atractivo como el que tiene enfrente. Se le sube la temperatura ante el descaro y la confianza que tiene Chris, sin inmutarse, sin ningún rastro de vergüenza, de inseguridad, solo de confianza y Felix lo envidia un poco por eso, y tal vez no debería estar coqueteando con un extraño aleatorio que conoció en el ascensor y mucho menos cuando está a punto de ir a una entrevista de trabajo y debería centrarse en eso. Sin embargo, no ha tenido una buena cita en mucho tiempo o mucho menos un buen polvo que le hace mucha falta y Chris parece demasiado encantador, amable y atento y Felix no puede desaprovechar esta oportunidad y menos cuando parece que tiene todo lo que buscado en una pareja.
No es ni la mitad de lo valiente y confiado que Chris, pero logra sonreír coquetamente.
—Y tus ojos son realmente lindos, Uhm, me gusta el color.
Chris le suelta la mano, pero antes la desliza con suavidad tocando la palma de su mano en una suave y desapercibida caricia, pero él se da cuenta y muerde su labio tratando de reprimir una sonrisa que amenaza con florecer en su rostro.
—Los tuyos no se quedan atrás.
—¿Trabajas aquí?—trata de buscar un poco de información, además de saber que se llama Chris y que tiene unos ojos profundos preciosos.
—No, quisiera—ríe—. Vengo a solicitar empleo.
—¿En serio?
—Sí. ¿Y tú?
Felix suspira mirando que están a punto de llegar al piso y el simplemente no quiere despedirse de Chris, pero es más importante conseguir el empleo que conseguir amor o una cita que no sabe cómo pudiese acabar en un futuro o si Chris es un coqueto por naturaleza.
—Vengo a una entrevista—responde sonriendo—. Espero que consigas el empleo y que te vaya bien hoy.
—Muy dulce de tu parte, cariño—Chris dice—. Digo lo mismo, pero sé que te lo van a dar. Luces bonito hoy y das una buena impresión.
—¿Si?
—Totalmente. Hemos estado aquí ¿Qué? ¿Dos minutos? Y ya me has dado buena impresión—Chris le guiña el ojo.
—Eso es...bueno—nunca sabe cómo responder que en ese momento se quiere darse un golpe a sí mismo.
—Consigue ese empleo para poder encontrarnos más seguido—Chris murmura arreglando el saco de su traje.
Felix muerde su labios haciendo que la mirada del castaño caiga ahí un par de largos segundos antes de alzar su mirada y mirarse profundamente a los ojos con palabras que no dejan salir, y quizás en un futuro se arrepientan, pero ahora están lo suficientemente nerviosos con los pensamientos en otro lado que no lo notan. Son sorprendidos cuando las puertas se abren y Felix no quiere salir y despedirse de este atento hombre, pero Chris termina colocándole una mano en su espalda para hacer que salga primero y cuando las puertas se cierran Felix se da la vuelta para estar frente a un profundo océano. Uno tan azul que se aprecia en los ojos de un atractivo hombre.
Ninguno suelta nada más, aunque tengan algunos pensamientos en su cabeza, pero que sienten que son un poco loco por el hecho de que se conocen apenas unos pocos segundos y que prácticamente son extraños, porque lo único que saben del otro es su nombre, y porque están demasiado ocupados para pensar en esta cosas llamada atracción a primera vista y Felix tiene un entrevista en cuestión de segundos que no va a desaprovecharlo por un extraño que conoció en un elevador, aún cuando su cabeza le repite que es una mala idea.
Parece que Chris se da cuenta de su lucha que suelta una risa suave antes de deslizar la mano por su espalda y lo suelta.
—Mucha suerte—Chris le guiña el ojo como si no se hubiese retenido la respiración la primera vez que lo hizo—. Por favor, da una buena impresión necesito encontrarme de nuevo con ese bonito chico de cabellos hermosos. Ahora debo irme.
—Igualmente, Chris. Y mucha suerte, pero veo que eso ya es algo que tienes de sobra.
—Gracias, Amor.
Chris le sonríe una última vez antes de caminar del lado contrario de él. Una vez que desaparece de su vista es que todo vuelve a caer como balde de agua fría. El nerviosismo vuelve a su cuerpo y camina con rapidez hasta la secretaria de la persona que se encargará de hacerle la entrevista.
Durante toda la entrevista recuerda las bonitas palabras que le ha dicho Chris y su promesa de verse seguido si ambos conseguían el empleo y Chris parece demasiado encantador, amable e inteligente como para obtener el empleo, que él hizo un buen trabajo para mantener su nerviosismo calmado y soltar palabras seguras y con un porte igual.
Al final de la entrevista obtiene un "lo llamaremos" y con eso sale del lugar con una confianza de que va a conseguir el empleo. La persona encargada parecía sorprendida por su currículum, que ya se siente un poco más relajado.
Camina hasta el ascensor mirando a su alrededor esperando encontrarse con Chris, pero termina saliendo de la empresa con una esperanza de obtener el empleo y tal vez volver a ver a cierta persona de ojos vivaz y sonrisa coqueta, que no se espera nada de lo que viene.
Felix ha estado rondando unos cuantos minutos afuera del imponente rascacielos que era esa empresa, con la tonta esperanza de que aquel guapo hombre de ojos azules y mandíbula afilada saliera del lugar y pudiese conseguir algo, una cita a tomar algo cerca o su número, aunque sea algo, porque generalmente nunca se animaría a coquetear con alguien, que se atreve a esperar un tiempo por él, aguantando la vergüenza que siente por dentro, porque tiene veintisiete y no ha tenido una cita adecuada, no ha tenido una relación en estos cinco meses y le gusta su soltería, pero también le ha gustado Chris y nunca se había atrevido a coquetear con nadie que siente que debe esperar por él y ser atrevido una vez en su vida. Sin embargo, ha pasado varios largos minutos y se siente un poco fuera de lugar con las personas chocando distraídamente con él y otras mirándolo de manera curiosa que termina rindiéndose. Solo esperaba poder encontrarlo otro día.
Deja escapar de sus labios un largo y cansado suspiro. Apenas el día comienza y casi es mediodía, pero no ha comido muy bien, tiene el estómago algo revuelto así que le haría mucho bien comer algo. Va en busca de su auto subiéndose para dejar sus cosas en los asientos traseros del auto y teniendo un pequeño choque de emociones en esos momentos. Muerde sus labios cuando el recuerdo de aquellos ojos eléctricos cruzan por su cabeza.
Le hace gracia el hecho de que ha coqueteado con un precioso chico aleatorio dentro de un ascensor, tal cual como lo haría un adolescente y no lo es, solo es un adulto, sin esa energía, esa vida social que tenía en la adolescencia, ni siquiera le dan ganas de ir a los bares a tomar algo y coquetear descaradamente con alguien que le haya llamado la atención en lo que iba de la noche. Solo es un adulto, con un gato esperando en su casa, uno que lo mira con aburrimiento y que solo se deja querer cuando tiene hambre y busca que lo alimenten. Solo es un adulto que disfruta del silencioso, las citas románticas y sencillas, pero que le gusta tener sexo rudo, descuidado y besarse acaloradamente encima del sofá, pero que también ama las noches de citas en el sofá o una buena cena.
Y a éste punto de su vida, quiere una relación seria, dónde ambos estén en la misma página, quieran las mismas cosas. Siente que ya no está en edad de pasar la noche en camas distintas, el solo quiere alguien serio y cosas sencillas y románticas
Niega un par de veces antes de ponerse en marcha. Conduce hasta el departamento de Jisung y cuando llega se baja del auto y camina hasta su departamento.
—Felix—Jisung saluda animadamente tomándolo de su brazo para hacerlo entrar—. ¿Cómo te ha ido en la entrevista?
—Creo que bien, seguro me contratan. Parecían sorprendidos.
—Me alegro mucho, seguro que lo hacen.
Felix asiente esperando que fuese de esa manera. Se deja caer en el sillón de ahí con un poco de cansancio.
—Estaba demasiado nervioso—ríe levemente—. Estás cosas me siguen poniendo de nervios.
Y tal vez nunca deje de sentirlo, pero espera que fuese su última entrevista. Esta es su tercera entrevista y está seguro que es la buena, aunque no ha recibido una llamada de la empresa de su primera opción. Había estado emocionado porque adora el trabajo que hacen, pero se decepcionó cuando no lo llamaron unos días después, nada bueno venía cuando no recibía alguna llamada.
—¿Lograste calmarte?
—Sí, en realidad alguien me ayudó—sonríe recordando a ese par de bonitos ojos.
—¿Quién?—Jisung abre los ojos sorprendido ante el sonrojo del rizado—. ¿Conociste a alguien y no me dijiste? Cómo te atreves.
Rueda los ojos con cierto cariño expresado en ellos. —En realidad lo conocí en el ascensor.
—¿En el ascensor?
—Sí, justo ahí, un par de minutos antes de mi entrevista.
—Que rara forma de conocer a alguien—Jisung señala riendo y negando al mismo tiempo con cariño—. ¿Y qué fue lo que te dijo para calmar esos nervios?
Sonríe levemente recordando cada palabra que salió de los labios de Chris. Quizás noto su nerviosismo y dijo todas esas cosas para lograr calmarlo un poco, funcionó, pero también sonaba coqueto, un encanto natural que se deslizaba de sus labios con naturalidad. Fue tan atentó de calmarlo y darle buenos deseos, eso ayudó para lograr pasar con éxito su entrevista.
Deja que sus dedos acaricien la palma de su otra mano recordando el momento en que Chris la sostuvo. Y no tiene dieciocho años para sentirse de esa manera, con un cosquilleo masivo en su estómago, pero lo hace.
—Halago mis uñas y dijo que seguro daría buena impresión porque a él le di una buena impresión y que lograra conseguir el empleo para vernos más seguido.
—Eso es lindo.
—Y no lo has visto—se deja caer en el sofá suspirando dramáticamente.
Está permitido ser un adolescente enamorado de vez en cuando.
—¿Guapo?
—Guapísimo, demasiado en realidad—Señala—. Tiene estos ojos azules profundos, una nariz perfecta y pómulos afilados y brazos fuertes.
Jisung no se inmuta sabiendo lo romántico que es Felix. — Y bien. ¿Cuándo salen?
Se le borra toda sonrisa de su rostro y vuelve a caer en cuenta de que ha sido tan tonto al no haberle pedido un número o invitado a tomar algo, incluso pudo haberlo esperado en la recepción, pero había estado tan nervioso por la entrevista que su cabeza no trabajó en esos dos momentos, no cuando está nervioso y enamoradizo al mismo tiempo.
Es que era un tonto total. Había situaciones que no se presentan dos veces y él muy ingenuamente pensó que no importaba porque seguro a los dos les dan el empleo y se encontrarán por los pasillos, y sigue con ese pensamiento. Aunque el miedo de que no fuese así y él solo está siendo positivo en todo, lo asusta.
Baja la mirada avergonzado y sonrojándose al instante.
—En realidad ni siquiera tengo su número.
—¿Por qué? ¿Trabaja ahí?
Mueve la cabeza un par de veces. —Algo así. Iba a solicitar un empleo, así que aún no.
—¿No hay cita entonces?—Jisung pregunta sutilmente.
—Sí, bueno, estoy seguro que nos volveremos a encontrar.
—¿Cómo es qué estás tan seguro?—Jisung resopla ante la pérdida de oportunidad que ha dejado escapar su amigo.
No le sorprende mucho, cuando Felix está demasiado nervioso por algo demasiado importante, se le olvida ciertas cosas y se le nublan los sentidos y lo entiende por completo. Este trabajo es una de sus pocas opciones, adora estás empresas y aunque está es su tercera opción era normal sentirse tan nervioso y Felix es demasiado nervioso y preocupado que entiende que habrá sucedido en esos momentos.
Y Felix no ha salido por un tiempo. Su última relación acabó un poco mal, con Felix llorando un poco sobre su hombro, desahogándose ese día, antes de levantarse al día siguiente.
El ojiverde se encoge de hombros. —Soy positivo nada más.
—Ay, Felix.
Jisung se levanta caminando hasta la cocina, no tarda en seguirlo quitándose la chaqueta a su paso lanzándola en algún lado del departamento de su amigo. Entra a la cocina y toma asiento en una de las sillas de ahí, jugando con alguna taza pensando en tantas cosas a la vez que se siente un poquito abrumado. Solo quiere que las cosas se pongan un poco en orden.
Ha renunciado a su trabajo anterior sintiendo que tenía talento para algo más, que podía aspirar para algo más grande. Además que su trabajo anterior le aburría y al final del día llegaba cansado y frustrado a su departamento, simplemente un día decidió renunciar a su empleo sin pensar mucho en cómo pagaría la renta o como compraría las cosas de su gato, pero agradeció tener sus ahorros y por el momento está bien.
Jisung le sirve un poco de té antes de mirarlo brevemente mientras hace otras cosas.
—¿Y te han dicho cuando llamarán?
—No lo han hecho—suspira. Eso era malo, ni siquiera sabe cuánto tiempo debería esperar—. Solo han dicho que me llamarán estos días.
—Seguro la otra semana.
—Espero—suelta con un gran suspiro—. Por lo mientras estaré en casa aburrido.
No le desagrada la idea, usaría su tiempo libre para de re-decorar su departamento esperando por esa llamada en cualquier momento del día.
Se levanta de la cama ese lunes con un bostezo largo, por el sueño aún en su sistema. Mira a su alrededor inspeccionando el lugar hasta que su mirada cae en su gato durmiendo plácidamente a un lado de su cama y luego su mirada se centra en la ventana, las cortinas dejan pasar un poco de los rayos de sol del día. Suspira para luego estirarse hasta toparse con su teléfono en la mesita de noche viendo la hora que es, y aunque prácticamente en esos momentos no tiene trabajo y tampoco una razón por la que despertarse temprano y pudiese aprovechar la hora para seguir durmiendo un rato más, pero en vez de hacer eso, alza las sábanas para que sus pies toquen la frialdad del suelo y camina hasta el baño. Hace sus necesidades y camina hasta su cocina, necesita algo calientito para tomar y un buen desayuno.
Unos cuantos minutos después y gracias al ruido que ha hecho, escucha pasitos perezosos para luego sentir a su gato moverse entre sus piernas y recargar la cabeza en su pierna soltando maullidos a su paso y con ojos suplicantes. Rueda los ojos de manera cariñosa antes de hincarse y besarle la cabeza al pequeño gato y servirle su comida.
No es cuando está a punto de regar sus plantas que su teléfono suena entre las cuatro paredes de su habitación. Suelta de repente lo que tiene en las manos y corre hasta su habitación intentando recuperar su teléfono entre el lío que era su cama. Cuando sostiene el teléfono entre sus manos se lo lleva a la oreja con una respiración algo irregular y el corazón latiendo desenfrenadamente. Es un número desconocido y él espera que fuese la llamada que ha estado esperando todo este fin de semana.
—¿Diga?
—¿Hablo con Lee Felix?—Pregunta la otra voz del otro lado de la línea.
—Sí.
Felix con pasos sin pensar camina hasta la cama escuchando a la otra persona hablar. Unos cuantos largos minutos corta la llamada con varios agradecimientos a su paso. Se siente un poco confundido, le habían dicho que necesitan que fuese a la empresa al día siguiente para charlar acerca del trabajo, simplemente no le dijeron para qué o si está contratado, pero siente que posiblemente están a punto de contratarlo y eso lo pone un poco feliz pero sigue un poco confundido.
Regresa a la cocina con su teléfono en mano antes de llevarse de nuevo a la oreja esperando que Jisung conteste. Se siente en una de las sillas con shorts cortos y unas pantuflas, estando demasiado cómodo en un día calmado y sin tantas cosas que hacer.
—Buenos días, Ni. Espero no haberte interrumpido.
—Para nada. ¿Sucedió algo?
—Recibí la llamada—comenta moviendo las piernas distraídamente—. Pero no me dijeron que estoy contratado, solo me dijeron que si podía estar mañana temprano en la empresa.
—Uh, eso es raro—Jisung frunce el ceño—. Posiblemente solo quieren darte algunas indicaciones que no pueden darse por teléfono.
—Puede que tengas razón.
Susurra por lo bajo. Eso lo descubre al día siguiente. Felix sale de su departamento un poco atrasado, tan solo tiene media hora para llegar y la empresa queda a veinte minutos y le tomará unos minutos estacionar, entrar a la empresa e ir hacia donde lo han citado. Tampoco quiere parecer impuntual, que toma su café en una mano y cierra la puerta detrás de él cuando sale y entra a su auto con pasos apresurados.
Logra llegar a tiempo a la empresa y sale de su auto tomando sus cosas y camina hasta la recepción, luego va hasta el ascensor y presiona unos cuantos botones. Cuando está ahí, deja escapar un suspiro largo sintiéndose un poquito nervioso. Solo espera poder obtener ese empleo, y que lo hayan llamado quiere decir algo bueno, que eso lo hace relajarse un poco y beber de su café que ahora se encuentra frío.
Cuando las puertas se abren camina hasta la oficina de la persona que le había hecho la entrevista con anterioridad. La secretaria le permite pasar y tan pronto como entra se le detiene el corazón un par de segundos mirando sorprendido a Chris.
Se miran sorprendidos entre ellos antes de que Felix pase por completo y se ponga al lado de Chris aún viéndose a los ojos.
—Ahora que ambos están aquí, tomen asiento, quiero proponerles algo.
Felix duda pero termina sentándose, mirando de reojo como Chris hace lo mismo. Y tiene tantas ganas de darse la vuelta y sonreírle al castaño y está vez pedirle su número o invitarlo a salir o que Chris lo hiciera, pero está tan confundido de porque ambos están ahí en el mismo lugar.
Había esperado encontrarse de nuevo, había implorando que así fuese, no esperaba encontrarlo en la misma habitación con un "quiero proponerles algo"
Nada bueno venía de eso y Felix está a punto de descubrirlo.
¡gracias por leer!
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