dos.
Felix retiene la respiración mientras escucha y siente como un pedacito de su corazón se detiene, porque simplemente no pueden estar pidiéndole a ambos pasar por una prueba de un mes entero para determinar quién es la mejor opción para el puesto, porque no puede creer que estará compitiendo por un puesto con aquel precioso chico que conoció en el ascensor y quién lo hizo sentirse un poco más seguro de él. Aquella dulce persona que lo hizo sentir seguro y dar la mejor de sí en esa entrevista. Simplemente no puede ser esa persona con la que va a competir un mes entero, porque no pueden hacerle eso, porque aunque solo se conocieron unos cuantos minutos en el ascensor se sintió como una eternidad.
Se atreve a mirar de reojo al castaño, viendo cómo su mandíbula se aprieta, como sus ojos son oscuros; solo fuego vivo, pero en ningún momento lo mira, solo una rápida mirada cuando cruzó por esa puerta. Por una parte se siente decepcionado, le dijo tantas cosas que lo hicieron sentirse seguro de sí mismo, de dar lo mejor que tiene, pero por otro lado este cambio drástico lo mantiene con los pies bien planteados en la tierra, porque si quiere tener ese puesto tiene que mantenerse centrado la mayor parte del tiempo. Solo centrarse en dar lo mejor de sí para demostrar que puede obtener todo lo que se propone, que tiene talento y un tonto enamoramiento por un extraño al azar no lo hará flaquear y distraer de su objetivo.
Se propone olvidarse de esos preciosos ojos azules, de esos tatuajes que adornan su piel, de aquella voz dulce. Porque ahora que está al lado de Chris, que tiene en mente que van a luchar por un puesto es que se promete olvidarlo, olvidar que este mismo hombre al lado de él, era el mismo del ascensor.
Parpadea cuando escucha un "Los espero mañana" inmediatamente se levanta en ese instante estrechando la mano de encargada con una sonrisa amable mostrando toda la amabilidad que tiene, antes de que fueran acompañados hasta la puerta y se quedarán ambos parados en este ambiente tenso e incomodo. Se miran entre ellos y no sueltan ninguna palabra, el ojiazul suspira empezando a caminar hasta el ascensor y Felix no demora en seguirlo, claro, porque ambos tiene que bajar de nuevo a la recepción.
Todo es tan diferente esa vez, no hay miradas desapercibidas, miradas rápidas y sonrisas coquetas. No hay palabras, solo un ambiente tenso, sin saber que decir.
—Supongo que gane el mejor ¿No?
Felix alza su mirada al instante en que lo escucha, se encoge de hombros. —Por supuesto.
—No te sorprenda que me quedé con el puesto—el ojiazul deja escapar lentamente, saboreándolo en su boca.
Ríe irónicamente. —No te decepciones, ni te sientas mal cuando sea yo quien se quede con ese puesto.
—Eso ya lo veremos—Chris escupe con una sonrisa arrogante plasmada en su rostro.
Ninguno vuelve hablar, ninguno vuelve a mirarse por lo que parece diez eternidades, porque el ascensor no se detiene y abre sus puertas. Porque Felix siente que le falta el aire fresco, de querer estar solo sin la compañía de Chris, porque necesita pensar con claridad y priorizar la situación. Y es tonto sentir su corazón latir contra su pecho de manera rápida, que sus dedos hormigueen de anticipación, de ansiedad y sentir esa tonta y estúpida presión en su pecho, porque si esos sentimientos estarán presente en todas las semanas siguientes nada bueno podrá venir de ellas y menos competir con alguien que lo está haciendo sentirse enamorado.
Necesita desesperadamente olvidar esos sentimientos, sepultar a la persona que conoció en el ascensor y hacerse creer que la persona frente a él y la persona del ascensor son personas completamente diferentes. Simplemente necesita olvidar esa presión en su pecho, ese hormigueo en la punta de sus dedos y sobre todo olvidarse de lo que le ocasionaron esos ojos azules.
—Buena suerte, Lee.
Y antes de que Felix pudiese responder con el mismo tono de arrogancia que él, las puertas se abren de par en par y Chris sale de ahí y se pierde de su vista.
—Eres un tonto, Felix.
Se murmura a sí mismo. Sus pensamientos de cómo sería su día, no están yendo como imaginó. En primer lugar, pensó que llegaría al lugar, obtendría la respuesta esperada, de que consiguió el trabajo porque ser llamado para ir a la empresa era un buena señal, no esperaba encontrarse de nuevo con esos ojos azules que le removieron cosas y mucho menos competir con él para un mismo puesto. Todo se escucha horrible, porque tiene que esforzarse el doble, no le genera ningún problema, pero tendrá que hacerlo para quedarse con ese puesto y a juzgar por la difícil decisión está seguro que Chris debe ser igual de bueno en lo que hace que él, que no puede bajar la guardia en ningún momento. No está en sus planes hacerlo, pero tiene que esforzarse más.
En segundo lugar, no esperaba que el mágico momento que tuvo con Chris en el ascensor la primera vez se rompiera tan de repente, ahora ve muy lejano tener algún tipo de relación con él. Ni siquiera lo conoce de lleno, pero este primer vistazo sabe que será difícil, complicado más bien, trabajar con él. Porque Chris es tan decidido, competitivo, sarcástico, arrogante y sin fin de cosas que podía recitar pero esta tan cansado para estar parado ahí lamentándose ante tal decepción. Además de que espera que sus planes de todo el día tampoco fuesen arruinados cómo lo que ocurrió.
Con un suspiro agotador y decepcionante entra al auto y se permite recordar todo en el silencio de su auto. Lo cual es mala idea porque siente una fea presión en el pecho y solo quiere reír divertido y sentirse patético por sí mismo, porque se ha tenido un flechazo por un tipo extraño que conoció en el ascensor y que resultó la peor de las decepciones. Esa voz no le dio la misma sensación que unos ojos azules suaves y coquetos, para nada, todo alejado a lo que conoció la primera vez, incluso se siente diferente que eso lo hizo sentirse patético.
Lo primero que hace cuando su amigo le abre la puerta es pasar de largo y soltar sus cosas y dejarse caer en el sillón, siendo totalmente dramático. No importa que sea un adulto, se permite ser dramático y caprichoso cuando las cosas no salen como él quiere.
—¿No te dieron el empleo?
—¡Algo peor!—lloriquea en alto.
Jisung alza una ceja confundido. Cierra la puerta detrás de él y con pasos inseguros camina hasta Felix sentándose en un espacio vacío en el mismo sillón.
—¿Qué podría ser peor que no conseguir el empleo? No lo entiendo.
—¡Otra cosa!
Grita por lo alto mirando el techo como si hubiese pasado la mayor de las desgracias del mundo y se siente mal por verlo de esa forma, porque sabe lo privilegiado y afortunado que es de tener un techo, comida, amor y salud, y tener la oportunidad de competir por uno de los empleos de una empresa que le gusta. Sin embargo, se permite sentirse de esa manera unos cuantos segundos.
Lo único que siempre sale mal en su vida es su relación amorosa y con esto cree que se es algún tipo de karma. Siempre se negaba a algunas citas en la universidad, pero era porque realmente no le atraía nadie y porque quería centrarse en sus estudios que tener una relación, aunque de vez en cuando terminaba en algunas camas, nada escandalosamente vergonzoso.
Jisung resopla colocando una mano en su muslo. —Felix, es algo temprano y llegas así y ni siquiera tienes el tiempo de explicarme qué ha pasado.
Felix se queja sentándose de repente y cruzándose de brazos. Hay algo bueno de todo eso y algo malo también, es claro. Lo bueno es que tiene una oportunidad, va a trabajar en una de las empresas que le gusta y lo malo es que va a competir con alguien que lo deja con el corazón latiéndole desenfrenadamente. Es solo Chris siendo escandalosamente guapo y con esos brazos fuertes y esa mandíbula afila y perfecta.
—Digamos que estaré aprueba. No tengo el trabajo asegurado.
—¿Por qué no?
—Estaré aprueba un mes entero junto con otra persona. Dijeron que no podían decidirse por uno, dijeron que está prueba verán quien es más acto para el puesto.
—¿Y por qué has dicho que es peor que no obtener el puesto?
—Uhm ¿Recuerdas del precioso chico del que te hable?—Jisung asiente lentamente, aún sin conectar—. Pues con él tendré que trabajar, con el debo competir por el puesto.
—¿Pero eso no es... Grandioso?—pregunta—. Quiero decir, vas a volver a verlo y podrás tenerlo a tu lado.
—No, por supuesto que no.
Se deja caer en el sofá lloriqueando. Puede ser dramático por unos momentos antes de levantarse dar lo mejor de sí y obtener ese puesto, aún cuando esté compitiendo con un precioso hombre de ojos azules y que el constante recuerdo que es igual de bueno que él.
Incluso se siente un poco inseguro, ese pensamiento solo dura unos cuantos segundos antes de esfumarse por completo. Siempre cree en sí mismo y que es capaz de lograr lo que sea, pero no puede evitar sentirse un tanto inseguro y con los nervios en punta.
—¿Por qué no?
—Porque—balbucea recordando toda la mañana—, porque esta cosa llamada amor nos hace débiles y necesito obtener ese puesto. Sentir esto no ayudará en nada, además de que él está decidido y confiado en obtener el puesto. Y yo no voy a dejar que me lo gane, aún cuando desearía estar entre sus brazos, y seguro chocaríamos. No sé en qué momento creí que era buen momento para tener un tonto enamoramiento por alguien que no conozco.
—Tienes un punto.
—Exacto.
—He visto parejas en el trabajo que fracasan—Jisung reflexiona antes de apuntar—. Incluso la semana pasada en el trabajo, una pareja tuvo una discusión en la empresa, ¡En la empresa! Fue un tanto entretenido, pero no cuando llegó el jefe.
—Dios, qué horror—suelta—. Imagínate tener una discusión con Chris y más alejarnos cuando alguno de los dos obtenga ese puesto. Es mejor evitar todo ese problema, por el bien de ambos.
Prefiere ahorrarse un corazón roto, unas cuantas lágrimas, aunque se le presiona el pecho de tristeza porque ese momento en el ascensor lo hizo desear tener un poco de amor en su vida. Solo es él en su bonito departamento y con el gran silencio, solo los sonidos de los vecinos, de la ciudad y realmente desea tener a alguien que lo abrace por las noches frías, tener citas nocturnas por la ciudad, besos acalorados, toques furtivos sobre la cama, momentos cálidos y calientitos en el sillón mientras ven una película, alguien para presentar a su familia. Y sobre todo deseaba, en un par de años, no tan pronto tener aunque sea dos niños pequeños corriendo en una bonita y cálida casa. Una familia.
Disfruta de sobre manera su soltería, la ama, no le importa mucho no tener a alguien, pero hay está parte en él que quiere tener a alguien. Alguien quien célebre sus éxitos y más con besos rápidos y manos debajo de la ropa, pero también abrazos cómodo y duraderos.
—Es mejor así, Lix.
—Lo sé—deja salir aire, no tan convencido.
—Solo da lo mejor de ti mismo—Jisung lo codea divertido—. Y cuando salgas de tu primer día podemos ir a tomar algo y así conozcas a alguien que te llame la atención y te ayude a olvidar a cierta persona.
—Jisung, por dios, mañana empiezo y es martes. No voy a tomar hasta el fin de semana.
—Pues el fin de semana será—lo abraza de hombros—. Tenemos que festejar que por lo menos tienes una oportunidad para es empleo y estoy seguro que vamos a conseguirlo.
Sonríe negando. Sin duda tiene al mejor amigo del todo el mundo.
Lamentablemente llega el día, pero Felix está emocionado y algo nervioso, sobre todo saber que se encontrará con Chris y parece que ninguno de los dos está dispuesto a ceder y estrechar sus manos y desearse suerte sin todo ese sarcasmo y mentira detrás de sus palabras, como sucedió en el elevador antes de tomar caminos distintos. No quiere centrarse en lo malo, en las diferencias con Chris, porque seguro hará otros amigos y conocerá gente nueva en la empresa, Chris será alguien más del montón de empleados y si tiene suerte no se lo encuentre todo el tiempo.
Suspira arreglando sus ricitos, está vez su cabello contribuyo con él y luce suave, brilloso y se acomoda como él quiere, algunos rizos asomando detrás de sus ojeras. Se levanta abrochándose la camisa de botones que eligió para usar hoy, se coloca unos skinny jeans negros ajustados que hacen resaltar sus largas piernas y se ciñen en los lugares correctos. Le echa un vistazo a la hora sonriendo al darse cuenta de que tiene el tiempo suficiente tiempo para terminar de arreglarse con calma. Se echa un poco de perfume antes de caminar hasta la cocina.
Desayuna en la tranquilidad de su cocina, moviendo sus pies un tanto nervioso mientras checa sus mensajes antes de sonreír de oreja a oreja cuando entra una llamada y al instante aparece el nombre de Jisung. Felix no sabe que hizo para recibir un amigo tan atento como Jisung.
Contesta llevándose el teléfono a la oreja picando un poco de fruta con su tenedor.
—Buenos días, Jisung.
—Buenos días también, Lix—responde un poco soñoliento, se percibía en su tono de voz—. ¿Listo para tu primer día de trabajo?
—Demasiado, tengo tanta energía.
—Desearía tener la misma energía que tú—ríe levemente—. Porque ahora mismo he despertado un poco tarde.
—Jisung, van terminar despidiéndote—deja escapar una carcajada que llena toda el interior de su cocina. En verdad que su departamento es pequeño, pero es lindo y hogareño. Termina jugando con uno de sus anillos—. Debo de admitir que estoy algo nervioso.
—¿Por qué? ¿De hacer algo mal o... Por encontrarte con ciertos ojos azules?
Suelta un largo suspiro asintiendo como si su amigo pudiese verlo ahora mismo, pero sin duda, ese suspiro que soltó da a entender su respuesta. Jisung lo conoce tan bien como para saber que piensa en esos momentos y no es de sus primeros trabajos, pero sí de los más importantes para él, aunque no es su primera opción, es su segunda y eso lo hace sentirse nervioso, quiere hacerlo bien. Y sin duda no esta tan nervioso por encontrarse con Chris, con la misma profundidad misma en aquellos ojos azules.
—Por ambas en realidad—responde—. Quiero hacerlo bien y no quiero encontrarme de nuevo con Chris.
—Lo harás bien.
—Gracias, Sung. Ahora debo irme, pero ¿Podríamos vernos después? Tal vez salir a comer algo después del trabajo.
—Claro, estaré esperando tu mensaje—Acepta—. Mucha suerte en tu día.
Es lo último que dice y que lo hace sonreír antes de que su amigo corte la llamada. Deja caer el teléfono sobre la mesada antes de lavar sus platos sucios. Vuelve a su habitación tomando las cosas que necesita antes de mirarse de nuevo al espejo para cerciorarse de que se ve presentable. Una vez que lo hace sale de su departamento saludando a su amable vecina que le desea buena suerte y le regala una galleta de avena que ha horneado está mañana.
Se lo lleva a la boca mientras camina hasta el estacionamiento para subir al auto y colocar un poco de música suave para que llene el silencio de su auto y que lo anime un poco. Un poco de música empezando la mañana siempre le alegra un poquito su día.
Suspira deteniéndose y aparcando el coche en un lugar en el estacionamiento antes de entrar a la empresa y caminar. Se detiene en el piso caminando hasta la oficina de recursos humanos. Cuando logra entrar se encuentra con Chris.
No pasa mucho tiempo en que a ambos se les mostrará su oficina y ambos dejaron escapar un suspiro de alivio al saber que no tendrán que compartir el mismo espacio. Chris alza su ceja hacia él, al haber escuchado su suspiro, Felix sonríe altivamente y con arrogancia.
—Y bien, los dejo. Si necesitan algo o su oficina no es tan cómoda no duden en decirme.
Felix la mira esperando que este fuera de su vista para mirar a Chris y rodarle los ojos, el mismo Chris le da una mirada nada agradable.
—Lee—dice entre dientes.
—Bang.
—Solo no te metas en mi camino—el ojiazul suelta.
—Créeme haré que no suceda—escupe antes de darse la vuelta y caminar hasta su oficina y cerrar la puerta detrás de él.
El corazón lo tiene como un loco. Retumba contra su pecho y sus manos sudan. No entiende porque tiene esa misma reacción cada vez que se encuentra con él, y no puede evitar sentirse de esa manera. Muerde sus labios sonriendo, sintiéndose verdaderamente patético por suspirar por un completo idiota, pero es que mirarlo en ese traje, ajustándose en las partes correctas de su cuerpo, en cómo sus ojos se ponen profundos estando enfadado o decidido, en cómo sus brazos de tensaron así como su mandíbula.
En cómo a pesar de que están empezando a tener estás diferencias, está rivalidad entre ellos. Estando tan decididos a obtener este puesto, sin ceder entre ellos, es que a pesar de todo eso pudo notar un destello de brillo en esos ojos azules, cuando respondió a sus ataques. Casi orgulloso de que no esté torciendo su brazo.
Y Felix podrá sentir cosas por él, pero no le va a dejar el camino libre, alzando la barbilla en alto, pero en el silencio y privacidad de su oficina suspira un poco por él.
—Eres un completo tonto, Felix.
Se dice así mismo, porque esos intercambios de palabras filosas y pasivo-agresivas, lo hicieron sentir como una chispa se encendía en él. Niega divertido antes de deambular por todo el lugar.
La oficina es pequeña, el tamaño general y perfecta para él y para el trabajo que va a desempeñar. Tiene tres muebles; uno para los libros, carpetas y cosas de ese estilo y un sillón grande y una mesita justo en el centro. Claro, y también su escritorio con una computadora y lo que parece ser una agenda de la empresa.
Solo trae algunas cosas consigo, pero poco a poco irá añadiendo más cosas. No quiere hacerse tantas esperanzas y decorar de golpe, no cuando no sabe si se quedará con el puesto.
Está a punto de sentarse y acomodar las pocas cosas que tiene consigo cuando unos golpes en la puerta lo hicieron detenerse. Frunce el ceño un poco confundido antes de caminar hasta la puerta y encontrarse con dos personas. Una chica risueña, cabello algo rizado y largo cayendo por sus hombros y un chico con cabello castaño y ojos miel. Les sonríe con suavidad y la frescura en sus mejillas se eleva.
—Hola—la chica suelta con alegría y demasiada energía antes de lanzarse en sus brazos y darle un breve abrazo.
—Discúlpala, siempre es así—el ojimiel dice extendiendo su mano—. Soy SeungMin y ella es Lily.
—No te preocupes, me hace sentir menos nervioso un recibimiento así—ríe levemente aceptando la mano de SeungMin—. Soy Felix.
—Mucho gusto, Felix. Es muy linda tu oficina—Ella dice entrando para mirarla un poco antes de sonríe abiertamente—. La mía y la de SeungMin están en frente de hecho.
—Hemos conocido al nuevo también—ella comenta pensando unos momentos—. A Chris. Déjame decirte que parece un poco serio, y aquí entre nos, déjame decirte que espero que te den el empleo.
—Lily, eso es un poco grosero.
Ríe un poco al ver la escena desarrollarse ante sus ojos. Lily se la hace una chica soñadora, bonita y con una energía rara. En cambio, SeungMin parece centrado, el equilibrio de ella y divertido.
La mención de Chris lo hace sonrojarse un poco esperando que sus mejillas no lo delaten ante estas personas. Lo que ha dicho Lily lo hace sentirse un poco mejor, pero con ganas de decir que probablemente Chris está un poco nervioso o algo por él estilo, porque cuando lo conoció en el ascensor era tan encantador que lo dejo soñando con él, que lo dejo con los ojos brillantes y el corazón como un loco, pero ahora está un poco confundido que solo se muerde los labios sin decir lo que está cruzando por su cabeza.
—¿Ya lo has conocido verdad?
—Sí, lo he hecho—asiente torpemente volviendo a la realidad.
—¿Y qué te pareció?
Encantador, atento y extremadamente atractivo. Se muerde la lengua esperando que eso solo lo haya pensando y que no lo haya dejado salir de sus labios. Suspira de alivio al ver que era así, porque Lily sigue esperando de su respuesta.
—Parece ser alguien serio y centrado en su trabajo.
—Y aburrido.
—¡Por dios, Lily, cállate!—SeungMin dice alarmado por la honestidad de Lily.
Ella rueda los ojos de manera dramática paseándose por su oficina. SeungMin lo mira con ojos de disculpa y la niega en señal para que les reste importancia. En realidad su visita ha sido buena para calmar sus nervios que no dejan su cuerpo. Cuando SeungMin entra cierra la puerta y se queda parado sonriendo levemente esperando que miren el lugar.
Lily lo mira sonriente cuando termina de darle un recorrido a la oficina, como si no fueran las mismas que ellos.
—Luces agradable, Felix—ella dice con sinceridad desbordándose por sus poros. Y le cree después de su honestidad por Chris—. ¿Te gustaría unirte a nosotros para comer en algún restaurante a la hora del almuerzo?
—Claro, eso sería genial.
—Asombroso—Lily dice antes de hacerle una señal a SeungMin señalando la puerta—. Debemos irnos, el trabajo llama.
Felix los acompaña en la puerta sonrojándose. Termina aclarándose la garganta. — Uhm gracias por venir a saludar. Los veré en la hora del almuerzo.
SeungMin asiente antes de seguir a Lily. Cierra la puerta una vez que se despide de ellos y deja salir un suspiro con una sonrisa satisfecha. Parece que el día está yendo demasiado bien.
Felix pasa las horas acomodando las cosas que trajo y empezando con lo que tiene que hacer hoy. Recordando que debe esforzarse, dar lo mejor de sí en cada cosa, aún cuando sea pequeña. Suspira cuando sus ojos se cansan y tiene que parpadear y despejar la vista de la computadora para mirar la hora y darse cuenta de que ya es la hora del almuerzo. Se levanta estirando las extremidades antes de tomar su billetera y salir del lugar.
Se encuentra con Lily y SeungMin en algún punto y encontraron un bonito restaurante para comer.
A la salida toma sus cosas y camina hasta los ascensores antes de darse cuenta de que Chris está ahí y antes de que pudiese retractarse y salir, las puertas se cierra y se quedan uno al lado del otro con este ambiente tenso y raro entre ellos dos.
Ni siquiera se atreve a iniciar una conversación porque parece que Chris no está de humor y él no necesita conversar con el castaño. Tan pronto como las puertas se abren el castaño corre, no literalmente. Frunce el ceño molesto, Chris no necesita demostrar que no le agrada su presencia y no entiende dónde quedó aquel precioso hombre que sostuvo su mano y beso sus nudillos.
Parece que son dos personas completamente distintas.
Le sonríe suavemente dejándose caer en la silla frente a él, inclinándose con la punta de sus pies tocando el suelo y abrazo a Jisung intentando no ocasionar un accidente con la taza de Jisung sobre la mesa. Su abrazo es correspondido y permanecen así unos cuantos segundos antes de que Felix se siente correctamente y hojea el menú decidiéndose por algo dulce. Elige una rebana de tarta y coloca las manos sobre la mesa jugueteando distraídamente con sus anillos.
Sin duda ha tenido un buen comienzo del día, excepto por lo último, dónde se encontró con Chris. Eso lo hizo sentirse decepcionado y rechazado, pero alejando eso, fue un buen día porque el trabajo fue sencillo e hizo unos increíbles amigos. Fue fácil llevarse con ellos, ayudaba mucho la personalidad de ambos, SeungMin era divertido y suelto y Lily era igual de divertida y más ruidosa. Eso lo hizo relajarse en su silla cuando estuvieron los tres. Ambos inmediatamente lo pusieron al tanto de las cosas en la empresa y como era un día normal ahí.
Cuando su pedido llega, se come un pedazo de tarta antes de mirar a Jisung con una sonrisa.
—¿Y bien qué tal el primer día?
—Bien. Hice dos amigos, y claro, me encontré con Chris, pero tenemos oficinas separadas, así que no va hacer un problema.
O eso espera Felix.
—¿Se encontraron?
—Sí, cuando nos mostraron nuestras oficinas y nos encontramos en el ascensor al final del día.
—¿Así qué ese es su lugar?—Jisung bromea alzando las cejas.
—¡Oh, cállate!—señala negando—. Estás burlándote de mí.
—Es que solo estas cosas te pasan a ti, de verdad—ríe aligerando el ambiente—. Primero llegaste totalmente enamorado diciendo que encontraste al amor de tu vida y luego llorando porque resultó que tendrás que competir por un puesto con él.
—Nunca dije que era el amor de mi vida.
—Casi lo decías. Esos ojos nunca mienten, Felix.
No se defiende porque tiene toda la razón. Sus ojos son demasiados expresivos y porque en verdad quedó encantado con el chico de ojos azules que está seguro que sus ojos estaban brillosos aquel día. Y de que está metido en un lío y más con estos sentimientos metidos en lo más profundo de su ser.
¡gracias por leer!
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