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Lo que había comenzado con un juego donde el castaño era quien movía sus piezas a su antojo, termino siendo aplastado por sus propios movimientos, se descuido de su alrededor, creyendo que tendría la victoria sobre los demás, incluso se dio el lujo de dormirse en su lugar y disfrutar de lo que ocurría, que grave error cometió, ahora estaba afuera del tablero, lo peor estaba por comenzar.


Caminaba a pasó seguro por el templo, dirigiéndose a la salida sin mirar atrás y tragando su coraje por todo lo que ocurría, su primo de nombre Izar iba atrás de él, cuidando que no matara a alguien, lo conocía bien, cuando el castaño se enojaba por que algo no salía como deseaba, tenía un aura de los mil demonios, que no sabía si calmarlo o golpearlo para que reaccione.
Lo vio detenerse en la entrada a la residencia, se acercó a él con tal de poder saber como se encontraba, cuando el mismo castaño se giró para verlo a la cara muy molesto.

—¡Esa maldita bruja desgraciada me corrió!-reprochó como niño pequeño- ¡Se atrevió a correrme! ¡A mi! ¡¿Puedes creer el error que acaba de hacer esa vieja bruja?!

Hablaba con coraje en cada palabra, sus ojos destellaban de furia por lo ocurrido, su cuerpo tenso y apretando los puños de forma que sus nudillos se hicieron blancos por la fuerza aplicada.

—Voy a matarla...—sentencio el chico—.

—¿Mataras a Aoi-sama? ¿No crees que quien tiene la culpa eres tú? Desde que Tachibana-san te regañó te quedaste quieto, esa vez de la comida pensé que la amenazarías u hoy en el festival le harías algo

—No seas idiota, yo no soy como esa persona...—contestó ofendido—.

—Derek, tú y yo sabemos que esa persona te crio con la finalidad de que mataras al zodiaco, la señora Minamoto sabe de eso, ten seguro que por más que mientas ella ya te estudió a fondo, sabe que haces y como actúas... Hiro-san es ahora la persona más cercana a nuestra familia, el hijo o hija que tenga se hará un miembro de ambas familias y terminara como tú, maldecido, en esclavitud... ¿Quieres realmente matar a Aoi solo por que perdiste? ¿Tan mal jugador eres?

El castaño estaba en silencio, a veces el menor podía ser tan asertivo con sus palabras que llegaba a odiarlo, sin embargo, no pudo contestar a tales preguntas que le hizo.

—Perdiste, sal del juego ahora que puedes e ignora lo que ocurre a tú al rededor, se libre por una vez en tú vida, el resentimiento solo causa más dolor

Finalizó el chico para comenzar a caminar a la salida de lugar y a una distancia no muy lejana volvió a hablar.

—¿Y estas bien?

—No, no estoy para nada bien... Me abandonaron por completo, tuve la peor infancia por culpa de ellos...—dijo recordando el pasado, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas dejándolas caer sin control— Y los necesitaba...

El castaño pasó su antebrazo por sus ojos para limpiarse, avanzó a paso apresurado, dejando a un lado al chico de ojos color miel, quería huir de sus problemas, pero las palabras que le dedicaron esa noche rondarían por su cabeza. Fue alejándose del lugar sintiendo vergüenza de si mismo, huyendo de los problemas como si así fuera a solucionaros, deteniéndose en las escaleras al ver a otra persona, sin poder distinguirlo por la poca luz y su vista llena de lágrimas, se acercó con cuidado; este le esperaba con los brazos abiertos, dandole la seña de que iba a darle un abrazo, que grave error cometió Derek al querer correr a esta persona para abrazarla. Vio como los brazos que se formaban para abrazarlo se dirigieron a su cuello para atacarlo, ahorcándolo de una forma que estuviera consiente de lo que ocurría, cayendo al suelo por las acciones del contrario.

—Me gusta tenerte de esta forma, tan inútil, inmóvil, débil... Tu expresión es la más maravillosa, llena de soledad y tú alma quebrándose en pedazos como un cristal, ¿Enserio creíste que alguien iba a recibirte con los brazos abiertos? ¿Aún crees que alguien te quiere? Perdiste tan estúpidamente... Y yo que quería ayudarte... ¿Qué pensaran de ti si digo lo que escuché? El querido nieto de Aoi Minamoto llamando a su abuela "vieja bruja", deseándole la muerte...

Aun encima del castaño y sin dejar el agarre, lo miro con cierta lastima e incluso sonrió al ver como el chico lloraba cada vez más, era un niño indefenso a vista el albino de nombre Twisted.

—Ya no tienes hogar, no puedes hacer nada...

—Nunca lo tuve...

Menciono de forma neutral y apartándose del albino, pues este nunca había ejercido presión o fuerza en él, la única razón por la que estaban así, era por que el chico quería humillarlo de forma que él se sintiera superior, después de todo, había perdido y el ojigris estaba en su derecho de burlarse; mirando al suelo se alejó del mayor, perdiéndose en las calles oscuras del lugar.

[ .... ]

Aun siendo medianoche en el templo, nadie podía estar tranquilo, las emociones de cada uno habían sido alteradas de gran manera, ahora mismo solo se encontraban los mayores discutiendo lo que ocurriría a futuro, deseando que un milagro se apareciera.

—¿Si vas a casarte no?

—Alexa, me lo dices como si fuera a abandonar a Hiro y viva una vida libre de culpa

—Oye, yo solo pregunté para asegurarme, digo, una vez que deje este templo no voy a darte asilo

—¿Dejaras el templo?—esta vez preguntó un chico azabache que se había mantenido al margen de toda la situación—.

—Vaya, hasta que hablas Azrael... ¿Ahora si estas interesado?

—Contesta lo que te pregunte primero—demando el chico mientras sacaba un cigarro de su bolsillo y lo prendía con un encendedor— Si dejas el templo entonces estaremos más que perdidos, te recuerdo que tú hermanito te dejó su trabajo luego de asociarse con aquel hombre

—Okey, dejemos de hablar de mi hermano como si él tuviera la culpa, puede que si... Pero quien manda a Rigel a meterse con la rata—voltea con el castaño— No es por ofenderte, pero también tienes un poco de culpa, ¿Qué será de la criatura que nazca?

—Problemas, eso tendrá—contestó un chico de cabello miel que ingresaba al lugar— Derek se fue ya, por si preguntan y yo solo vine por algo que dejé, por cierto, suerte con su problema

—Izar... No es propio de ti hablar así

—No, no lo es... Pero la situación me lo permite... Así que... Tú Alexa cállate, tienes un hermano al cual no le has puesto ni el más mínimo interés y lo dejaste en la calle en vez de haberle ayudado, ¿No te diste cuenta como lloraba por que la persona que más aprecia lo corrió? ¿Acaso eres tan miedosa que ni puedes levantar la voz para defender a quienes te "importan"? 

La chica azabache quedó en un silencio incomodo por las palabras del chico, los demás veían con cierta vergüenza.

—se voltea con el chico del problema— Y tú, toma enserio mis palabras, por que créeme cuando te digo esto, habrá gente que quiera manipular a tú hijo o hija y aun que no lo parezca, en este templo ya hubo manipulaciones, a este punto ya no confiaría en nadie... En el pasado, alguien ya pagó por los errores y hoy corrieron a un niño que lo dio todo por ustedes...

Dijo el menor mientras se pasaba a un cuarto del templo del lugar, no tardó mucho para que saliera con una caja de cartón en sus manos, se podía ver unos papeles sobresalir, sin más que decir o hacer se retiró del lugar, despidiéndose con un pequeño ademan de mano.

Bajó las escaleras del templo con total calma, su trabajo estaba hecho, él solo se había encargado de advertirles de la tormenta que se avecinaba, ahora tenía que preocuparse por el mismo y su compañero, probablemente el castaño estaría en el parque durmiendo en alguna banca, era lo más lógico para el menor, lo conocía muy bien cuando se enojaba. Poco después el bolsillo de su pantalón vibraba, con una mano sacó el celular que guardaba ahí para revisar lo que ocurría, un simple mensaje del castaño en el que pensaba, solo le había enviado su ubicación, al leer donde se encontraba, su cara se alargó mostrando fastidio y cansancio, un bar, claro, el atolondrado, berrinchudo e infantil castaño se había ido a tomar como bendito a un bar, guardó de nuevo el aparato suspirando con total enojo, debió haberlo atado al suelo antes de perderlo de vista.

—Derek, Derek, Derek... No toda la vida voy a cuidarte, para empezar, debería ser al revés... Tú eres el mayor no yo...

Hablaba para si mismo el chico, quien fue interrumpido por una clara y tranquila voz femenina.

—¿Joven Izar?

—murmura— lo que me faltaba... Buenas noches, ¿En qué puedo ayudarle?

La joven hizo una leve reverencia como saludo y luego habló de la misma forma que al principio.

—Soy doncella al servicio de la sauna de la familia Tachibana, el señor encargado del lugar me ha enviado a buscarlo

—¿Encargado del lugar?

La mujer asintió, tomó con cuidado la caja de papeles que llevaba el menor y la cargó hasta un auto que les esperaba más adelante, el menor sin dudar o desconfiar, siguió a la chica. El vehículo efectivamente era de la residencia Tachibana, lo que le hizo estar más tranquilo, la única duda que tenía era "¿Quién era el encargado de la sauna?" Debía ser alguien muy cercano para que le conociera, pero las únicas personas que conocía eran Derek, su abuelo y dos personas más del extranjero.

Llegaron a la sauna entre las diez y once de la noche, una hora ya tarde para el menor, quien solo deseaba terminar con aquel día tan pesado, muchas emociones habían ocurrido para él; ingreso por la puerta principal, un edificio tradicional pero muy bien cuidado y equipado para lo necesario, la atención era totalmente profesional, las doncellas estaban preparas e incluso se podía distinguir que el lugar era muy notable entre las demás saunas del distrito, la doncella que había ido a recoger al chico, lo llevó hasta una de las habitaciones de hospedaje, parecía ser la zona más cara de todo el lugar y en cuanto abrieron la puerta, un hombre conocido para el chico lo recibió.

—¿Abuelo?—preguntó totalmente desubicado, sin embargo, entró a la habitación al ver como le daba una seña para que fuera— ¿Cómo puede pagar un lugar así?

—¿Pagar?—soltó una pequeña risa— Hijo, este lugar es mio, soy el dueño

El chico abrió con sorpresa los ojos, no dudaba que su abuelo pudiera ser el dueño, pero eso solo significaba que el hombre estaba muy asociado con la familia Tachibana, ¿Qué habría hecho para llegar hasta ahí?" Dejó de pensar cuando el mayor se levanto del lugar dispuesto a salir.

—Descansa por hoy, luego arreglaremos todo, por cierto... ¿Y Derek?

—lo mira— enserio no quiere saber donde anda...

El mayor rodó los ojos con fastidio, por la forma cansada en la que le contestó el chico, ya se daba una idea de donde podía estar el castaño, prefirió cerrar la puerta y continuar con su trabajo.
El chico de cabellos cobrizos comenzó a explorar el lugar, viendo cada detalle, más no recordaba que la doncella que le acompañaba seguía ahí.

—¿Necesita algo?

—suelta un leve ruido de sorpresa por la repentina pregunta— no, gracias...

—Descuide, el señor Tomoki me pidió que cuidara de usted y también que podía pedirnos lo que desee

El chico volvió a asentir y despues de pensar por unos segundos, habló nuevamente.

—De hecho si tengo algo que pedirles...

[ . . . . ]

El olor a licor se podía percibir con facilidad en el aire, aquel bar nocturno atendía a todo tipo de personas, principalmente las que se dedicaban a realizar negocios, las personas aquí no tenían la mejor de las famas, tampoco es que fuera un bar público como los que había en las zonas especiales; El sonido de un celular sacó de su orbita de sueño a un castaño, quien descansaba su cabeza sobre la barra del bar, en su mano aún tenía una copa con vino, la botella se encontraba frente a él, era claro que ya llevaba un buen rato bebiendo, cuando escuchó el molesto sonido del aparato, lo tomó con pereza, apretando el botón de "aceptar llamada" y poniendo el alta voz.

—¿Hmm?

—"oye, ¿Dónde estas?"

Se esuchó la voz tranquila de un chico, también se podía percibir el sonido de una televisión de fondo.

—En un bar, ¿Qué no te dije?—contestó molesto y tirando el celular en la barra para seguir tomando— ¿Entonces me vas a estar jodiendo o qué? ¿Tú dònde estas?

—"En una sauna, es el negocio más de lujo que haya visto, es impresionante como puede dirigir este lugar..."

—Ajá... ¿Y cómo mierda piensas pagar eso? No tenemos ni dinero para vivir la semana y te la pasas en un negocio de lujo

—"por eso te llamaba baboso, ¿Sabías que mi abuelo es dueño de una posada tradicional en la zona más cara de Tokyo? Te llamaba para ir por ti"

—...Izar no necesito ayuda de él...—dijo el chico mientras tomaba directamente de la botella de vino y pedía otra— ahorita mismo quiero estar pensando que hacer

—"como por ejemplo..."

—Uhg, no lo sé... Pensaba en como joder a la familia, ¿Tendría chanse si mató a la criatura que nazca de Hiro?

Del otro lado de la línea, el chico de ojos miel había sentido un escalofrío por las palabras del mayor, pensó que por el alcohol decía alguna incoherencia, sin embargo, ya conocía como solía ponerse el chico cuando tomaba, si podía llegar a decir tonterías, algunas sin sentido y otras muy graciosas, pero había momentos en los que podía ser muy honesto, esta ocasión no pudo decifrar bien el mensaje. Iba a decir algo ante lo dicho pero la línea de llamada había sido cortada, el castaño le había colgado antes de poder seguir hablando.

—ojalá que nazca pronto para terminar mi trabajo...

Murmuró para si mismo mientras retomaba el beber de aquel líquido que le hacía perderse.
Siendo más tarde, el local estaba cada vez más vació, el chico no tenía noción del tiempo e incluso podía ser de madrugada, tan lenta se iba la hora desde que ocurrió el problema con los Tachibana, seguro ellos ya tenían mejores cosas que hacer, como ayudar a la rata del zodiaco u algún otro asunto, a él realmente no le importaba el problema en el que se metió su primo, sino, en como arreglar su futuro. Se escuchó una discusión en una de las habitaciones privadas del bar y poco después vio salir a una persona del cuarto, su mala suerte lo perseguía hasta en sus desgracias.

—No se que pasa aquí pero...

El dueño de aquella voz lo hizo regresar a sus cinco sentidos, creyó que era una ilusión por el alcohol, pero no, realmente era esa persona; sintió como lo levantaban con fácilidad para cargarlo como dsi se tratara de un costal de papas, seguído se escuchó un disparó, el castaño no podía ver bien por la posiciób en la que estaba pero seguro el disparo fue a la persona que estuviera dentro del cuarto de donde salió el chico que lo cargaba. Salieron del local como si nada.

—bajame ahora—ordenó aún siendo cargado, no tenía la fuerza para bajarse por su cuenta—.

—luego...

Fue la respuesta del contrario, quien llegó hasta un auto, abrió la puerta y lo metió sin darle tiempo de protestar, el dueño del vehículo ingreso también, para seguido encender el auto y acelerar por la calle, comenzado el viaje a un destino desconocido.

—.... ¿No deberías estar en tú casa?

—¿Casa? Pinche lugar de mierda... Ni quería seguir viviendo ahí....—dijo de forma orgullosa como si no tuviera problemas— me corrieron—terminó hablando en un susurro lo último—.

El chico, quien era el portador de la serpiente en el zodiaco chino, terminó por conducir hasta una de las zonas más lujosas del país, llegó hasta una casa de gran tamaño y que realmente se veía costosa.

—....ni aun que vendiera mis órganos y los de mi familia... Podría pagar una casa así

Habló el chico mientras bajaba del auto con cuidado de no caerse, de por si estaba mareado, no quería tener que darle un abrazo al suelo.

—¿De qué hablas? Esta noche te quedaras en mi casa

El castaño volteó a ver incredulo al azabache, ¿Esa casa era su hogar? Vaya que se daba sus lujos, negó con la cabeza.

—no me quedare en ese lugar...

—¿Entonces ibas a esperar a que te echaran?—vio como el contrario veía avergonzado a otro lado—.... En fin, en la casa tengo un bar ahí, puedes tomar hasta que hartes

—me convenciste... Más bien el bar

El chico de ojos carmesí, lo llevó hasta adentro de la casa, el más bajo se quedó contemplando el lugar, realmente podía asegurar que había más que millones en cada objeto y decoración.

—claro, el rico humillando al pobre... Siempre demostrando lo humilde que es la gente, con su casa de un chingo de cuartos y que parece que te vas a perder en cualquier momento

—meh, solo es una casa

—¿Solo una casa? Ni vendiendo orgános podría pagar algo así...—comentó recorriendo como gato curioso el lugar— Igual, debe ser divertido estar solo todo el día, sin tener que escuchar quejas o reproches—comentó con un aura de tristeza—.

—la única que me hace compañía es mi Nana y un mayordomo

—voltea a verlo—....igual, mucha gente es mucho estorbo...

—vamos.... ¿Quieres jugar videojuegos?

—¿Jugar? ¿Aún juegas?—preguntó en un tono de burla—.

—¿Qué tiene? Me desestreso con eso...—comentó con total tranquilidad—.

—Esta bien

El más alto le indicó donde sentarse y fue por los controles para inciar con el juego.

—bueno, ya empecemos

El castaño asintió y juntos iniciaron el juego, para el menor, era algo nuevo lo que hacía, normalmente se la pasaba trabajando, saliendo de un lado a otro y nunca tenía tiempo de sobra, se notaba que el cjico a su lado si sabía como desestrezarse, entendía que la familia a la que pertencía el chico tenía muchas obligaciones, pero ahora veía que ellos mismos sabían controlar sus rutinas, vaya forma de vivir, si tan solo él hubiera tenido una vida así.
Luego de unas horas de juego, terminaron por apagar todo y quedarse ahí a conversar unos minutos más.

—burlón— ¿Qué te pasó pollo? No lograste ganar en ninguna...

—perdón, ¿Si? Para alguien nunca ha jugado...

El contrario soltó una pequeña risa divertido por la actitud infantil que le mostraba el castaño, se acercó a él para comenzar a mimar al chico.

—lo hiciste bien...

Tres palabras, solo fueron tres palabras las que hicieron que el chico se sintiera bien por primera vez en toda la noche, podía asegurar incluso, que el azabache era la primera persona que conocía, que le daba un cumplido aún después de haber fallado en algo, no estaba acostumbrado a los cumplidos, menos si se equivocaba.

—¿Por qué haces eso?

Preguntó tratando de ocultar la tristeza que sintió en ese momento, las caricias sobre su cabello no pararon.

—dígamos que solo me preocupan las personas que aprecio y quiero proteger

—...¿Y por qué quisieras proteger a alguien como yo?

Regresó con una pregunta al azabache, él se sentía mal por tener que ser ayudado, toda su vida había hecho las cosas por su cuenta, sobrevivía sin la necesidad de que alguien lo cuidara, siempre tuvo la idea de que no necesitaba ayuda y ahora, había un chico a su lado dándole algo más que solo palabras.

—por que me gustas

El ojicastaño se quedó en total silencio, viendo al piso en total sorpresa, ¿Había escuchado mal? ¿Cómo podía gustarle a una persona? Su mente comenzó a traerle recuerdos de su pasado, escenas que prefería ocultar por lo asquerosas que eran. Comenzó con una pequeña risa que poco a poco se fue haciendo más fuerte.

—¿Gustarte? Bromeas ¿No?—dijo viendo divertido al azabache—.

El contrario al ver como era tomado como una burla, miro seriamente al chico que aún reía, su mirada de seridad hizo congelar al castaño, quien dejó de reír al ver que el chico no estaba jugando.

—no me gusta bromear con esos temas

El chico al ver la seridad del momento se apartó del contrario, sin verlo a los ojos habló de forma seria.

—Escucha, realmente se nota que no bromeas, pero ya escuche muchas veces esas palabras y siempre es lo mismo, solo quieren pasar la noche conmigo... Lo entiendo, si eso quieres, no me niego

Contestó casi de forma enojada, era verdad, si algo tenía en su historial, eran las aventuras nocturnas que tuvo en su pasado, escuchó muchas versiones de "me gustas", "te amo", "eres el único" y ninguna había ido enserio.

—¿Eh?

Suspiró el chico al escuchar la respuesta contraria, la forma en que lo dijo y como había cambiado de actitud le hizo comprender la situación en la que estaba el menor.

—no haré eso... Eres una persona y tienes sentimientos...

El castaño al escuchar esa respuesta, volteó a ver de reojo al chico, él era muy diferente a sus demás "amoríos" tal vez si...

—... Una... Solo una oportunidad...

—Está bien pero... Si prometes algo también...

Y ahí estaba, ya sabía que de eso se trataba, rodó los ojos con fastidio, le hizo una seña de que lo escuchaba.

—promete que comerás más... Estás demasiado flaco...

Su "enojo" y seriedad se derrumbaron de un solo golpe, ¿Le había dicho que se cuidara? Lo volteó a ver avergonzado.

—.... ¿Demasiado flaco? Yo me alimento lo suficiente—dijo casi en un berrinche—.

—le pica el abdomen— si, claro—mencionó sarcástico—.

El castaño se ruborizo de golpe y se sujeto en donde la había picado el mayor.

—te digo que si me alimento bien

Contestó avergonzado y cerrando los ojos de la pena que sentía, lo siguiente que ocurrió, fue al mayor besando suavemente su mejilla, sus emociones se desbordaron con ese simple gesto, aquel pelinegro sabía como dejarlo en mal estado, donde se quitaba esa capa de hielo y se hacía tan sencible e indefenso como niño. La risa burlona del contrario lo hizo quedarse indefenso, esa madrugada fue mejor que la noche y minutos más tarde se encontraría durmiendo cómodo en aquella casa.

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