《✿》16《✿》
Tal vez guardar un secreto es cosa sencilla, si te equivocas, puedes pedir perdón y buscar una forma de arreglar el problema, sin embargo, el guardar en secreto los sentimientos y sobre todo el amor, puede ser más difícil, es como si hubieras consumido una rosa, sus pétalos son suaves al contacto de los labios, pasa por la garganta y ahí es cuando te das cuenta que es una estupidez el comer una flor, es claro que no puedes comerla, te lastimas. Así es como cuando guardas tus sentimientos y te prohíbes el expresarlos, te auto provocas una sofocación en todo tu organismo, comienzas a sentirte pesado, inseguro, temeroso, quieres gritar a todo pulmón lo que sientes y aun que eso provoque el desgarrar tus cuerdas vocales, te sientes liberado. Por que esa es la emoción de enamorarse, querer gritar a los cuatro vientos lo mucho que te gusta esa persona para que todos escuchen como eres un idiota enamorado, un idiota que se endroga con una sola persona.
Pero que más da, él es un terco que no se atreverá a contar lo que siente, esta decidido a callarse. Es su mentalidad de ahora en adelante, aquel castaño que caminaba tranquilo por la entrada de la escuela, por primera vez en su vida de estudiante de preparatoria había puesto un pie temprano en el instituto, para ser sinceros, él mismo se preguntaba por que su necesidad de llegar temprano, la respuesta... Quería evitar llegar tarde y a la hora de entrar al salón el profesor lo exhibiera y el albino del que que tanto estaba enamorado lo viera. Si por él fuera, evitarlo de ahora en adelante, era mejor, no es que le cayera mal o se haya hartado de Hiro, joder él lo quería para siempre y a su lado, pero tenía esa pequeña cosa llamada "maldición", no se refería al hecho de que el albino al abrazar a su sexo opuesto se convirtiera en ratón, hablaba del hecho de que salir con un miembro del Zodiaco Chino estaba prohibido para él y su familia, incluso para cualquier persona.
Terminó de salir de sus pensamientos al escuchar la voz que lo traía loco, abrió los ojos y se encontró con los orbes rojizos del menor, oculto su rostro entre sus brazos y pidió fuerzas al universo, el albino volvió a picarlo en el hombro con un lapicero, insistiendo para que se levantara.
—¿Qué?—dijo cortante—.
—no es mi culpa que odies la escuela y tampoco es para que me hables en ese tono Rigel
—suspira—.
—tenemos un trabajo, los dos
—¿Desde cuándo?
—desde que inicio la clase, estabas dormido cuando llegue y llego el profesor y ni si quiera hiciste caso a lo que dijo
—¿Y eso fue...?
—que tenemos un proyecto, levántate que tenemos todo el día para hacerlo
Suspiró derrotado, ya era difícil el ignorarlo, pero que más daba, si la vida lo estaba poniendo junto a él, iba a hacer caso y aprovechar las oportunidades que le estaba siendo otorgadas. Se acomodo de mejor forma, así podía ponerle toda la atención al albino, claro, sino se desconcentra a mitad del trabajo por admirarlo.
[ .... ]
Toda la hora escolar la habían usado para el trabajo, el menor era el más centrado en todo el tema, se la pasaba explicando al contrario, regañándolo por no prestarle atención, subrayando el libro o bien, estar en silencio escribiendo. Por otro lado, el castaño se la pasaba observándolo, si le preguntaran sino se cansaba de ver al menor, el contestaría que no.
—escribiendo— estuviste muy callado
—asiente—.
—¿Algo en especial?
—niega— me gusta verte trabajar
El albino dejo de escribir por las palabras del mayor y levantó la vista para encontrarse con la mirada castaña, en sus ojos reflejaba un sentimiento que lo confundía, no percibía bien que es lo que trataba de transmitir el contrario, el primer sentimiento que vio, fue atracción. Pensó un buen rato en eso, ¿Acaso le gustaba al castaño? Es probable, él no era tonto, se había dado cuenta de todas las veces en que el mayor se le "insinuaba" si a eso se le podía llamar coqueteo. El segundo sentimiento que vio, fue desilusión, no entendía el por que de ese sentimiento, tal vez ¿Creía que no podían ser algo? Tenía que haber una razón del por que, de ese sentimiento.
Salió de sus pensamientos al escuchar como el más alto se levantaba de su lugar y salía del salón, prefirió no preguntarle a donde iba, quería ese momento a solas para él, tenía que acomodar su mente luego de haber visto los ojos del castaño y los sentimientos que le había provocado.
Es muy confuso cuando te enamoras, por que realmente no entiendes el sentimiento hasta que lo vives, probablemente para entender debes darte una oportunidad con aquella persona de la que crees estar enamorado, también es probable que al intentar algo con esa persona haya muchas heridas y tropiezos, pero sin esos accidentes, no descubres la respuesta a la pregunta "¿Realmente estoy enamorado?"
[ .... ]
Un chico castaño caminaba por los pasillos de la escuela, observó que no había muchos alumnos, es posible que se hayan retirado más temprano, los horarios variaban dependiendo a la materia o el profesor correspondiente, en su grupo, aun había clases, pero aquel proyecto en el que supuestamente estaba trabajando y ayudando al albino, hizo que el resto de clases se cancelaran, para que se pudieran centrar solo en ese trabajo, de tal forma, que ahora todos los alumnos de su grupo y año escolar, trabajaban en aquel proyecto.
En su recorrido también podía observar como varios alumnos del mismo año que él, trabajaban afuera de sus salones, ya sea en el pasillo, jardineras, patio, etc. Él y Hiro habían decidido trabajar en el salón o más bien el albino, quien tuvo que adaptarse al lugar por que él no deseaba moverse de ahí, fue esa su razón por la cual decidió levantarse de su lugar e ir a buscar algo para los dos, ya sea comida o bebida, pero con algo debía agradecerle al menor por tolerarlo.
Luego de caminar por un rato, llego a la cafetería de la escuela, donde se encontró con su hermana, quien compraba apresuradamente.
—¿No es mucho lo que llevas?
—negando— tuve entrenamiento en el club, ya sabes que luego de hacer ejercicio termino con hambre... ¿Tu dónde has estado?
—con Hiro en el salón, hay un trabajo que hacer y es necesario terminar, en fin...
El chico pidió lo suyo, pagó y antes de irse volteo a ver a su hermana.
—ten cuidado, supongo que regresaras antes a casa, ¿Vas sola?
—no, ya me esperan afuera, te veo más tarde
Dicho esto, la castaña mostro una sonrisa y se despidió para seguido salir corriendo del lugar, el mayor suspiro por la actitud tan enérgica de su hermana, sin más, regresó a su salón a terminar.
[ .... ]
Ahí en el aula, estaba el albino con la cabeza recostada sobre sus brazos que apoyaba en la mesa, se le veía cansado y era claro, había estado trabajando toda la mañana, apenas había recibido ayuda del contrario, quien al verlo en esa posición solo pudo pensar en lo tierno que era, se acercó a este con cuidado de no hacer ruido para no levantarlo, se sentó frente a él y copio su postura, sin embargo él no cerro los ojos en ningún momento, solo se quedo contemplando al menor, tal y como lo hacía todos los días, todas las veces en que lo tenía cerca, incluso cuando lo veía a lo lejos, adoraba observar cada rasgo de este, expresiones e incluso escucharlo hablar, lo traía como idiota, de por si lo era, pero con el albino, era perder todos sus sentidos y dedicarse solo a él.
Estiró su mano hasta el cabello del menor, jugo con los mechones que caían sobre su rostro, sin duda era un chico muy bien dotado de belleza y no solo eso, también era inteligente, era todo lo que cualquiera deseaba, era afortunado al ser él quien tenía esta cercanía con el menor. Se podía notar como respiraba con tranquilidad, era una paz que lo inundaba por completo, su aura de serenidad era el complemento de todo el ser del chico, es lo que más le atraía, sin darse cuenta, el contrario ya había abierto los ojos, joder, eran tan preciosos sus orbes, podía perderse en la mirada de este, lo enloquecían sin duda.
Perdido en el tiempo que estaban teniendo en aquel salón, se olvido por completo de todo lo que le angustiaba, toda desilusión que tenía desapareció por un momento, quería permanecer ahí y no salir de ese "sueño". Le dedicó una sonrisa de inocencia para luego acomodarse en su lugar.
—no quería despertarte, te veías cansado
—te estaba esperando
—gracias... Fui por algo para los dos, despues de todo, tu hiciste la mayor parte del trabajo
—y aun falta, no creo que terminemos hoy
El mayor asintió a lo dicho para despues extenderle una botella de agua al menor, quien al acercarse para tomarla, fue sorprendido por el más alto. Este había aprovechado la cercanía del albino para jalarlo hacía él y besarlo, fue un momento para ellos dos, la primera vez que tuvieron un beso, fue por una simple broma o tal vez curiosidad, los pequeños acercamientos solo eran intentos de saber que sentían estar uno al lado del otro, pero esta vez, había sido totalmente distinto, se podía percibir en el ambiente los diferentes sentimientos que ocultaban, podía ser muy cliché el simple hecho de estar a solas en un salón teniendo su "primer beso", pero ese momento realmente se podía transmitir lo que en palabras no se podía decir, es esta la sensación que uno sueña al enamorarse de alguien, cuando crees que puedes desilusionarte, aparecen este tipo de casualidades, donde realmente estas viviendo esa ensoñación.
Sus respiraciones eran agitadas, se habían separado hace unos segundos atrás, por la falta de aire, en cualquier otra ocasión el castaño hubiera corrido o cortado el momento por no saber como reaccionar por su acto, esta vez, fue todo lo contrario a lo que pudo haber hecho, ya no era deseo lo que sentía, era necesidad, necesidad de abrazar al albino contra él y no soltarlo, quería demostrarle lo mucho que lo necesitaba y lo dependiente que se había vuelto por él, dependía de su presencia, de su ser, se había vuelto un obsesivo por él.
No estaba abrazado al menor, estaba aferrado, como si al soltarlo su mundo se fuera a romper y no habría forma de como reparar el daño, en ningún momento volvió a verlo a los ojos, si lo hacía, no iba a poder contenerse en decirle todo lo que sentía, lo muy enamorado que estaba, iba a romper en emociones que serían difíciles de controlar, para alguien que no sabia nada sobre el tema, por que si, él también tenía sus secretos y eso provocaba el descontrol de algunos sentimientos.
El albino por su parte, correspondía el abrazo, era extraño que hace unos minutos atrás el castaño tuviera dos sentimientos muy negativos, ahora se encontraba en un revoloteo de sentimientos, esto lo podía sentir no solo por el movimiento acelerado del corazón del más alto, lo sentía por aquella aura que desde el primer día que percibió era todo un misterio. Si bien él estaba enternecido por la acción del mayor y que pudo desaparecer esas emociones negativas de un principio, aun necesitaba explorar más con respecto a un futuro juntos.
[ .... ]
Un cuarto estaba totalmente en silencio, la ligera brisa entraba por la ventana, removiendo las cortinas delgadas que la decoraban, la habitación estaba totalmente hecha para una pequeña niña de cinco años, los juguetes estaban en todas partes, algunos mejor acomodados, había incluso muchos dibujos, botes de pintura y lápices de colores en una zona especial, libros en un mueble y en el centro de toda la habitación, había una chica de aproximadamente doce años, su cabello castaño caía sobre sus hombros, se mantenía muy entretenida en el suelo jugando con unas muñecas de tela especiales, una en forma de gato y dos muñecas normales.
—Y el gato a su presa ¡Atacó!
La muñeca en forma de gato que tenía en su mano derecha hizo que se abalanzara a las muñecas de su mano izquierda.
—Gatito no tuvo la culpa, él quería cuidar a su pequeña y a su pequeño
Esta vez la niña volteo a ver a dos muñecas de apariencia distinta, una asimilaba a una niña rubia y la otra era un muñeco, un chico rubio muy parecido a la otra pero en versión hombre.
—ustedes se portan muy mal con gatito, él solo quiere cuidarlos, ustedes están castigadas
Dicho esto, la niña aventó las dos muñecas que tenía en su mano izquierda, ambas mulecas acabaron en el suelo a los pies de una persona que recién ingresaba a la habitación y al ver los juguetes en el suelo, los levantó con cuidado, se aproximó a la chica y se sentó a su lado, la menor lo abrazó con ternura y alegría.
—Tomoe, Tomoe, ¡Gatito castigo a esas dos muñecas!
—acariciando su cabello— ¿Enserio? ¿Se portaron mal?
La niña asintió, formo un puchero en su rostro y luego se separo.
—son malas, lastimaron a gatito
—¿De verdad? ¿Qué le hicieron a gatito? Maya
—la muñeca la quería lastimar a ella—señala a la muñeca de cabello rubio— ella solo quería saludar a gatito en la noche y cuando la vieron, la lastimaron
Tomoe: entiendo, ¿Pero por qué la lastimaron?—dijo tomando la muñeca rubia entre sus manos—.
—por que Selene se acerco mucho a la casa de gatito
El chico albino dejo caer la muñeca al suelo, la contraria la recogió y continuó jugando con sus muñecas, sin embargo el mayor estaba en un estado total de sorpresa, él era doctor de Maya, una chica que tenía autismo, la menor tenía muchas muñecas a las cuales nunca nombraba, sin embargo, esta vez nombro a la muñeca Selene, podía ser un nombre común para cualquiera que lo llegase a escuchar, pero no para él, Selene, era el nombre de su familiar, quien hace unas noches atrás había sido lastimada, precisamente por el gato o eso creyó, hasta que escucho a la menor contar su historia, como doctor, entendía que los pacientes con autismo podían ser no tomados enserio, pero no siempre hay que guiarse por lo científico o médico, también podía haber mucha verdad y razón en las palabras de personas menos esperadas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top