《✿》15《✿》
La noche se había sembrado en el lugar, era increíble como aquel día se había terminado tan rápido, el lugar donde se encontraba un grupo de jóvenes, era un gran templo, no era residencial, por lo que consistía en un solo edificio, el exterior era un patio simple pero muy bien cuidado, los jardines se alumbraban gracias a unos faroles que colgaban en el lugar y otros cuantos que había en unos árboles, al ser una temporada cálida con lluvias, el clima era agradable, incluso el cielo nocturno pintaba muy bien, tal vez era señal de que cosas buenas se acercaban, nadie lo sabia. Unas luciérnagas también decoraban el lugar, haciendo la visita muy relájate y digna de admirar, era un buen lugar para disfrutar, de no ser por los problemas que comenzarían.
A aquel lugar llegaba un grupo de chicos, seguían a su abuela que en ningún momento les dirigió la palabra, las dos chicas estaban más curiosas que sus hermanos, ya que ellos tenían un ligero presentimiento de que podía estar pasando, aun que las ideas eran diferentes. El castaño más alto pensaba en lo siguiente que podía pasar, pues para él, era muy secreto el hecho de estar enamorado del representante de la Rata de la familia Tachibana, cosa que lo ponía en peligro a él y el albino, pero si hubiera sido eso, su abuela ya lo hubiera "matado". El segundo castaño era el más nervioso, sabia ocultar ese sentimiento con una perfecta fachada de confianza, algo que se le daba muy bien era fingir, le estaba salvando de sus ideas en mente, pero no bajaría la guardia, en caso de ser él quien tuviera la culpa, tenía que idear diferentes formas de escapar, mentir e incluso historias que demostraran lo contrario, por que si, su único miedo en ese lugar, era que todo mundo se enterara que de sus crímenes pasados y como buscaba una forma de investigar al zodiaco Chino.
La mujer de ojos jade, se detuvo a la mitad del patio, se dio la vuelta y les sonrió cálidamente, una sonrisa que los calmo de gran manera, no estaba enojada, entonces no había problemas.
—mis niños, tengo que entregar un informe de la organización del Templo del ultimo mes, sin embargo los he traído para hacerme compañía, es muy tarde y no quería venir sola
Los cuatro castaños soltaron el aire que tenían retenido desde hace un buen rato, un chico de ojos miel los vio divertido, no estaba en posición de relajarse, pero tampoco veía el lado malo a las cosas. La mujer mayor soltó una pequeña risa por los menores y luego ingreso al lugar.
—se sienta en el suelo— maldición, estaba que moría del miedo
—su silencio da más miedo que sus palabras
—¿Realmente habrá sido por eso?
—solo ella sabe
Los demás asintieron a lo dicho, poco a poco se fueron relajando y tomando asiento en el suelo, cada quien en su propio mundo, las dos castañas obviamente se la pasaron hablando entre ellas, el chico de ojos miel y el chico de ojos marrón se levantaron para caminar mientras charlaban y el ultimo, simplemente se quedó sentado viendo al suelo, pensando en todo lo que le había pasado hasta ahora, sin duda tenía curiosidad sobre el futuro, específicamente, si ese futuro se trataba de él junto al albino, anhelaba mucho el poder ser algo más de aquel chico, sin embargo, aquellas reglas que se imponían las odiaba, sonaba como esa clásica novela de amor prohibido...
Sus pensamientos se vieron interrumpidos al sentir el aura ya conocida del chico por el que siempre pensaba, sin embargo se preocupo al sentirlo alterado, levantó la vista y ahí estaba, acompañado de sus demás primos y una señora mayor, supuso que era su abuela, se le veía tan calmado, pero su aura no lo estaba.
La mujer mayor que iba con los chicos del zodiaco, se aparto de ellos para ingresar al templo, pero antes de entrar se volteo para darles ultimas indicaciones.
—voltea a verlos— se van a quedar aquí y me dejaran a mi arreglar ese asunto y es mi ultima palabra
Dicho esto, ingreso al templo y los jóvenes se apartaron de ahí.
—solo queda confiar en ella
—ella sabe algo que nosotros no
—cuando nosotros vamos ella ya viene
—asiente—.
Los otros chicos que se encontraban sentados se levantaron para ir a saludar, aun que un castaño iba más con las intenciones de asustar al albino, ¿Por qué? Por que simplemente se le dio la gana. Grave error.
El chico se puso atrás y al saludar, el menor se sobresalto, soltando un golpe al mayor, este solo se sobo en donde le habían golpeado.
—¡¿Por qué fue eso?!
—quien te manda a hablar por detrás de las personas
El más alto hizo un puchero por la respuesta y siguió sobando el lugar donde le pego el albino, el contrario suspiro fastidiado, se acercó y puso su mano en el lugar donde le golpeo, una forma de disculpa pero sin palabras, el castaño se ruborizo ligeramente por la acción, sin duda le agrado ese momento, de no ser por el hermano mayor del albino que le interrumpió su paz.
—ah miren, es el tazo
—¿tazo?—confundido—.
—acercándose— Buenas noches, ¿Esta todo bien? o ¿Acaso se han metido en problemas?
Habló la menor mientras sus demás primos se acercaban con ellos, los chicos del zodiaco observaron al castaño más bajo y chico de cabellos cobrizos, las miradas no fueron desapercibidas y el amiente se torno algo extraño.
—¿Y bien?
—no—cortante—.
—mmm~ sus auras... Algo me dice que encontré a mis objetivos... Que maravilla —pensando para sus adentros y sin dejar de verlos— Akiyama... Derek Akiyama, un placer
—mucho gusto Derek-san, soy Hiroshi, Hiroshi Wakabashi y...—voltea con Suga—.
—Suga Kim—dijo frío—.
—yo soy el hermano menor de Hiroshi, Hiro Wakabashi, es un placer
—soy Wakabashi Lian... Pueden decirme Ali
—un placer conocerlos
El castaño sonrió de una forma ladina, acción que llamó la atención de los contrarios, sin embargo un chico de ojos miel los distrajo.
—me llamo Izar, es un placer conocer a los miembros del zodiaco
Los mencionados asintieron en forma d saludo, cuando voltearon a ver al otro chico de actitud extraña, este ya se retiraba de lugar.
—¿A dónde vas?
—que te importa
Dijo antes de perderse por el lugar, Izar que lo había visto irse, volteo con los demás para sonreírles y luego despedirse para así seguir a su compañero.
—¿Quiénes son?
—esa ternurita es el hermano de Panda y el otro chico, es... Bueno, realmente no se que relación tengan
—que asco, enserio que asco con mi hermano
—no sabíamos que tenías hermanos
—de hecho... Somos tres, Derek, yo y nuestra hermana mayor....—suspira— afortunadamente no se encuentra en el país o sería peor
—asiente— ¿Qué los trae por aquí?
—ocurrió algo en la residencia
—¿Fue algo grave?
—según los ancianos fue "muy grave" pero estoy seguro que solo lo están inventando
—lo normal con esa gente
—asiente— aun que esta vez se han excedido....
La menor comenzó a explicar lo poco que sabían pues no había información en si, que confirmaran los hechos, los demás solo escuchaban atentos y de vez en cuando interferían el albino o el pelinegro.
El chico más alto, en vez de prestar atención, observaba al albino, quien le devolvía la mirada con un poco de enojo por ser observado todo el tiempo, sin más, el mayor se fue apartando poco a poco, tomó al menor y lo hizo alejarse de los demás hasta un lugar apartado de la vista.
Aquel lugar a donde había llevado al albino, era un jardín del Templo, sin embargo nadie pasaba por ahí por estar un poco más oscuro, aun que si había una ligera luz por el reflejo de las linternas de los árboles de sakura y una que otra luciérnaga, un bonito escenario para conversar en privado.
—Rigel, ¿Qué necesitas? ¿Porqué me trajiste hasta acá?
—pues... No se como explicarme
El castaño se fue a sentar apenado, hace unos minutos atrás se había planteado la idea de declararse al menor, en su mente, se había dicho que se le confesaría y aun que entendía que iba a ser rechazado por obvias razones, no tenía por que dolerle, pero ya cayendo en la realidad, en verdad le dolía, iba a doler las palabras, por más cortantes, secas o incluso tranquilas, iban a terminar con su amor.
El menor suspiro y fue a sentarse a su lado, cosa que solo hizo que el castaño dudara aun más de sus planes.
—¿Qué tienes?
El más alto no aparto vista del suelo, estaba decidido, no iba a confesarse y mucho menos plantearse la idea de declararse en un futuro, iba a callarse y ocultar sus sentimientos, algo que se le daba muy bien.
—¿Vas a decirme o no?
—lo mira sonriendo— iba a jugarte una broma, pero no creo que sea buen momento
—¿Buen momento?
Asintió como respuesta y fijo su vista al frente. En su vida, había mentido muchas veces pero con ese chico, no podía hacerlo, era la única persona a la que no quería decirle ni una sola mentira, sin embargo, ocultar sus sentimientos ya contaban como una, sería una mentira blanca, así no le daría más problemas.
—te veías preocupado... Más bien, tu aura... No me gusta verte así
—ya entiendo... De hecho es por Selene, la lastimaron, aun que no creo que haya sido el gato
——le revuelve el cabello— solo no te dejes llevar, espero que ella se mejore
El albino agradeció, sin embargo, el castaño no había apartado su mano de su cabello, era un tacto suave y se podría decir que trasmitía un sentimiento de amor o cariño; un ligero rubor apareció en sus mejillas, acción que no paso desapercibida a la vista del mayor, quien se aparto rápidamente.
—¿Rigel?
—caminando a paso apresurado— ya se hace tarde, mañana hay escuela y aun que no me agrada mucho, quiero dormir
Se excusó tan infantilmente que el menor rio por aquella pésima mentira, suspiro y se levantó para seguir al contrario.
[ .... ]
En las afueras del templo, estaban dos mujeres despidiéndose, los menores hacían lo mismo, ya era muy tarde, por lo tanto tenían que retirarse lo más pronto posible a sus respectivas casas.
Aquella noche, no hubo ninguna novedad para ambas familias, lo más pesado ya se calmaba, aun que no tendría fin, tan fácilmente.
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