Capítulo VII

No puedo creerlo, Derek Jones, Katy Jones... ¿Cómo no he caído antes? Bueno claro, no podía caer porque no conocía el apellido de Derek.

Katy se disculpa con la mirada y cuando abro la boca para decir algo su madre nos llama para cenar.

Derek va a coger unos cuantos platos y los lleva a la mesa.

Ted y Olivia se sientan juntos en la mesa, Derek en la esquina y Katy y yo juntas.

— Gracias por invitarme a cenar — les digo, educación ante todo.

— De nada Luna, es un placer — me contesta Olivia.

Ted y Derek empiezan a hablar de deportes, la temporada de fútbol está a punto de empezar y dentro de poco tendrá lugar el primer partido. Juegan en casa así que Ted le dice que si pueden irán a verle al instituto.

Katy habla con su madre sobre el nuevo catálogo de ropa, lo ha bautizado ''veroño'' porque tiene aún prendas cortas de verano y otras largas de otoño. Yo les escucho a todos pero no participo en la conversación. No paro de darle vueltas a lo que le dije a Katy en el aparcamiento, ahora lo entiendo todo.

— Luna, ¿qué te gustaría estudiar cuando termines el instituto? — Espera, ¿qué? Levanto la cabeza y veo a Olivia mirándome. — ¿Has pensado ya a qué quieres dedicarte?

— Aún no lo tengo decidido, me gustan varias áreas, me gustaría ser editora, adoro la lectura. Aunque mi sueño es ser paleontóloga. Lo sé, parece una tontería, una locura, pero me encantaría viajar, desenterrar fósiles, estudiar los huesos, hacer algún descubrimiento. Y quizá estudiar y prepararme también para explorar las pirámides y descubrir nuevas salas y sarcófagos.

— ¡Eso es genial! Veo que lo tienes muy claro. Mucho ánimo, seguro que lo consigues. — Olivia aplaude ante mi entusiasmo.

— Ahora entiendo por qué Literatura e Historia son tus asignaturas favoritas. Yo quiero ser psiquiatra. Los manicomios dan un poco de grima, lo sé, pero las enfermedades mentales tienen algo que me atrae, estudiar la mente humana es algo maravilloso.

— Más bien tendrías que estudiar tu propia mente, hermanita — dice Derek riendo. Tiene una sonrisa muy bonita.

— Nah, mi mente es maravillosa. Además, te vamos a tener a ti, hermanito. Cuando a mí me ataque algún paciente o a Luna quiera asesinarla alguna momia tu acudirás a rescatarnos.

— ¿Rescatarnos? ¿Quieres ser policía o bombero?

— No, Derek quiere ser médico o fisioterapeuta. — Me contesta Ted al ver que su hijo no abre la boca.

— ¿De verdad? — Sueno sorprendida. Yo pensé que iba a ser deportista, como, no sé, todos los deportistas del instituto.

— Sí, que juegue al fútbol no quiere decir que quiera dedicarme a ello. Me gusta el deporte pero quiero ser algo más. — Nadie dice nada. — Además, si eres bueno en algún deporte es más fácil que vengan ojeadores y nos concedan becas para la universidad. Una vez allí puedo seguir jugando y cuando el estudio se complique simplemente lo dejo, mantengo la beca sacando buenas notas y ya está.

— Lo tienes todo planeado — sueno más irónica de lo que quería.

— Bueno, será mejor que recojamos, se está haciendo tarde — dice Olivia.

Lo tomo como una invitación para irme ya, aunque primero ayudo a recoger la mesa. Ted se va al baño y entre Katy y yo recogemos los platos. Cuando volvemos al salón a por los vasos Derek ha desaparecido. Ella se queda limpiando la mesa y yo voy a la cocina a ayudar a Olivia.

Me detiene antes de coger el estropajo y me señala el lavavajillas, menos mal, no me apetece nada ponerme a fregar.

— Muchas gracias por la cena, ha sido un detalle invitarme.

— Gracias a ti por aceptar. Me alegra haberte conocido al fin, Katy habla maravillas de ti. Al principio tenía miedo, pensé que ibas a ser igual que el grupo en el que se mueven Derek y ella, pero veo que no y estoy encantada.

— Para nada, ni de lejos me gustaría ser como ellos. Le estoy muy agradecida a Katy por haberse acercado a mí. Por el trabajo de mis hermanos viajamos mucho y al final decidí no implicarme con la gente.

— ¿Tienes hermanos? — Me pregunta mientras terminamos de llenar el lavavajillas.

— Sí, dos hermanos mayores.

— ¿A qué se dedican, si me permites la pregunta? — Siente curiosidad, es normal.

— Tienen una agencia de viajes. La abrieron hace unos años, al principio era una agencia online. Viajan mucho para descubrir nuevos lugares y hacer paquetes de viaje chulos pero como no les gusta dejarme tanto tiempo sola decidieron mudarse cada año a un país y explorarlo durante el año escolar. Como es el último año, han decidido abrir una agencia física aquí, en Gig Habor, para que pueda centrarme en conseguir una beca y cuando vaya a la universidad ellos continuarán su trabajo.

» De momento están con formaciones sobre marketing, publicidad, posicionamiento SEO, etc... Aún así de vez en cuando tienen que viajar.

— Antes en El Grill dijiste que ibas a escribir a tus hermanos, intuyo que ahora están aquí, no se han ido de viaje. — Es observadora, me gusta. Veo en su mirada que quiere preguntarme por mis padres pero no lo hace, se lo agradezco, es un tema muy delicado.

— Sí, ahora están aquí, pero en unos días tendrán que salir de viaje.

— Tengo una idea, ¿por qué no te quedas aquí mientras tus hermanos están de viaje? A nosotros no nos importa y así no estás sola. — La miro sorprendida — Seguro que tus hermanos se quedan más tranquilos si saben que estás con alguien. Organiza un encuentro si lo deseas y nos conocemos todos.

— ¿Lo dices en serio? — Dice Katy, no sé cuánto tiempo lleva escuchando pero su cara refleja mucha felicidad. Y yo de repente tengo ganas de pasar más tiempo por aquí.

— Claro que sí, es más, ¿por qué no duermes aquí esta noche? Al final se ha hecho tarde y no quiero que vayas caminando ni que Katy saque el coche. La carretera de noche es peligrosa.

— ¡Di que sí por favor por favor! — Katy vuelve a suplicarme con las manos. Olivia se ríe.

— ¡Claro! Voy a avisar a mis hermanos, aunque... Necesitaría recoger algunas cosas de casa. No tengo pijama y creo que es evidente que los de Katy no me valen...

— No hay problema, esperad aquí. — Sale de la cocina y la oigo subir las escaleras.

Katy y yo nos miramos con curiosidad. Nos quedamos en silencio en la cocina hasta que momentos después aparecen Olivia y Derek en la cocina.

— Arreglado, Derek os lleva a tu casa para que recojas lo que necesites — dice Olivia con una sonrisa.

— Vámonos ya, he quedado para echar una partida en la Play. — Qué borde.

Katy le da un abrazo a su madre y sale de la cocina. Yo la miro, le doy las gracias de corazón por portarse tan bien conmigo y ella me responde dándome un abrazo. Un abrazo de madre, siempre quise saber lo que se sentía. Las lágrimas se agolpan en mis ojos cuando me despido y salgo a la calle. Ya están montados en el coche, es negro y grande, al acercarme veo que es un Chevrolet. Respiro hondo para alejar las lágrimas y me siento detrás.

De camino escribo a mis hermanos por el grupo que tenemos.

Luna

Chicos, estoy de camino a recoger unas cosas. Olivia, la madre de Katy, me ha invitado a quedarme a dormir esta noche. Mañana tengo que hablar con vosotros de una cosa. ¿Podríais prepararme una bolsa con algo de ropa y mis libros de mañana?

Tom

Hola preciosa, ¡Qué bien! Que mujer más maja, ya nos la presentarás. Claro que sí, ¿quieres algo de ropa en especial?

Luna

Mmmm... Mete mi vaquero azul claro con la camiseta blanca de tirantes, la que tiene dibujos negros. A parte de... Ya sabes.... Bragas, calcetines... ¡Ah! Y el paquete de compresas, tiene que bajarme la regla.

Tom

A sus órdenes. Enseguida lo preparo.

Luna

Gracias precioso.

No me he dado cuenta de que ni siquiera le he dicho la dirección a Derek. Imagino que Katy le habrá guiado. No es muy hablador y yo la verdad que estoy cansada así que paso el viaje escuchando tararear a Katy las canciones que ponen en la radio.

Cuando llegamos a mi casa, mi hermano está esperando en la puerta con mi bolsa de deporte.

Katy no lo duda y salta del coche en cuanto paramos. Está como loca por conocer a mis hermanos así que no se lo impido. Al contrario, invito a Derek a bajar y conocerle también.

— No gracias, prefiero quedarme aquí.

— Vale. Oye... muchas gracias por traerme, siento haberte fastidiado la partida.

— No te preocupes, no ha sido nada. Os habría traído de todas formas, la noche es peligrosa.

— Cierto, pero no tenemos de qué preocuparnos, ¿no? ¡Médico/fisioterapeuta al rescate! — Vale, admito que ahí me he pasado.

Derek no contesta pero sí me mira con curiosidad y veo un atisbo de sonrisa. Al final menea la cabeza.

— Mejor me bajo antes de que tu hermana se coma a mi hermano — me mira con curiosidad.

— Pensé que era tu padre — desde la carretera no se le ve bien, podría pasar por mi padre aunque cuando le ves de cerca es mucho más joven. Le habrá confundido el traje, aún lo lleva puesto.

Debe percatarse de que mi expresión ha cambiado. La suya cambia también, eso que veo es... ¿preocupación? Agacho la cabeza y antes de darle la oportunidad de hablar me bajo del coche.

Cuando llego al porche, Katy y Tom están riéndose a carcajadas.

— Vaya, veo que me has sustituido — pongo cara de dolor.

— Para nada preciosa, siempre serás la única mujer en mi vida — me da un abrazo de oso, adoro sus abrazos aunque a veces se pasa de fuerza. — Toma tu bolsa. Tu amiga me cae muy bien, puedes venir cuando quieras Katy, y dale las gracias a tu madre de mi parte. Aún así me gustaría conocerla, si te ha educado tan bien es porque debe ser maravillosa.

— Sí, es una mujer increíble. Por cierto, aquel que está en el coche es mi hermano Derek, muy educado él por lo que ves.

— No te preocupes, suelo imponer a los chavales — dice riendo. —Venga iros ya. Avísame cuando lleguéis y no os durmáis tarde, que ya os veo venir.

— ¡Sí papá! — Contestamos las dos a la vez y nos miramos. ¿Tenemos telepatía? Los tres nos reímos. Le doy un último abrazo y volvemos al coche.

Tom se despide con la mano y entra en casa.

Estamos en silencio hasta que Katy no aguanta más.

— Chica, tu hermano es un auténtico bombonazo, ¿el otro es igual de guapo?

— ¿Sam? Sí, la verdad es que los dos son muy guapos, aunque Tom el que más. Belleza e inteligencia juntos en un mismo ser, parece que le ha moldeado dios al muy capullo.

— ¡Pues igual que a ti! Te infravaloras y no debes. Eres inteligente y muy guapa. No hagas caso a la idiota de Mary. — Se nota que Katy le tiene asco. Vaya, ahora caigo, ya entiendo por qué dijo que con ella debía llevarse bien por obligación.

— Tampoco te pases, soy normal. Eso sí, más inteligente que Mary seguro. — Me callo de repente, Mary es la novia de Derek. — Lo siento, no quería faltarle el respeto, no me he dado cuenta.

— Tranquila, Katy tiene razón, no te infravalores. — ¿...Gracias...? Me lo tomaré como un cumplido.

Katy me mira sorprendida por el retrovisor, le devuelvo la mirada y encojo los hombros en señal de que no entiendo nada. Al mirar de nuevo al frente veo que Derek me observa a través del espejo interno del coche. Nuestras miradas se cruzan unos segundos y siento algo en mi interior, no sé qué es y no sé si me gusta.

Devuelve la mirada a la carretera y en silencio volvemos a su casa.

Una vez dentro le doy las gracias de nuevo y Katy me lleva arriba a su habitación. Olivia ha preparado otra cama en el cuarto, es bastante grande así que caben las dos camas de sobra.

Nos lavamos los dientes, nos ponemos el pijama y nos metemos en las camas.

Estamos ya a oscuras cuando Katy se disculpa por no haberme contado lo de su hermano.

— No te preocupes, entiendo que no hayas querido. Viste lo que pasó cuando le conocí y viendo que el otro día en el parking te dije, literalmente, que no quería conocerlo ni tratar con él pues... lo entiendo. Siento haber hablado así de él.

— No te disculpes, si es que él no es así. Bueno, ahora sí pero antes no era así. Mira nuestros padres se conocieron cuando él y yo éramos pequeños. Olivia es mi madre biológica y Ted es el padre de Derek. Ambos están divorciados. Nos llevábamos muy bien y disfrutamos mucho cuando se casaron, éramos inseparables. Hasta que empezamos el instituto y quiso meterse en el equipo de fútbol. Allí conoció a Luke y empezó a cambiar. Alan y Justin son buena gente pero Luke influye demasiado en los demás. Y ya cuando empezó con Mary... todo fue a peor.

— Vaya, lo siento. Bueno ahora entiendo por qué tenéis la misma edad pero sois tan distintos. Al ver que sois hermanos pensé que alguno de los dos era adoptado. Vale, parece un buen chico, le daré una oportunidad pero no prometo nada.

— Gracias Luna, significa mucho para mí.

— Además si voy a pasar aquí tanto tiempo como creo no me queda más remedio que intentar llevarme bien con él. — Aunque estamos a oscuras veo la sonrisa de Katy — Pero no te emociones, poco a poco. — Las dos nos reímos.

Al final nos damos las buenas noches y al poco rato me quedo dormida, soñando con una sonrisa encantadora y unos ojos azules.

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