Capítulo LXXI
Olivia abre la puerta y lo primero que veo es una niña que entra corriendo. Se para cuando casi se choca con nosotros y la miro, es muy guapa, castaña con unos grandes ojos verdes.
Levanta su cabecita, nos mira y sonríe.
— Hola — dice un poco tímida.
— Hola preciosa, ¿cómo te llamas? — Le pregunto poniéndome a su altura.
— Emily, ¿y tú? — Pregunta señalándome con su dedito.
— Yo me llamo Luna, y él — señalo a mi chico —, se llama Derek.
— Luna, ¿cómo la del cielo?
— Sí — le respondo riendo — justo, como la del cielo.
— ¡Qué guay! — Me agarra mi mano con sus deditos y me lleva hasta Alan.
— Hermanito, se llama Luna, como la del cielo. — ¿Hermanito? ¿Alan tiene una hermana?
— ¡Vaya! ¿De verdad? ¿Te cuento un secreto?
Emily asiente sonriendo y pone la mano en sus orejitas para que la voz de Alan no se escuche, aunque se oye de todas formas.
— Es mi amiga — le dice susurrando.
— Es tan bonita como la luna del cielo — dice susurrando lo más bajito que puede ya que la emoción la embarga.
— Ya lo creo que sí — me susurra Derek al oído, cosa que me hace estremecer. Le miro y le sonrío.
— ¡Katy! — Grita Emily en cuanto la ve.
— ¡Hola cariño! — Le responde Katy muy contenta, la coge en brazos y la da vueltas, a Emily le encanta y se ríe a carcajadas.
— Chicos, os presento a mis padres, Mike y Lucy. Ella es Luna y sus hermanos, Tom y Sam.
— Es un placer conoceros — digo un poco atónita.
— Un placer — responden mis hermanos.
— Igualmente — la voz de Lucy es grave, autoritaria pero agradable a la vez.
La primera impresión ha sido un poco impactante. Van vestidos muy elegantes, tienen muy buen porte y sus trajes tienen pinta de ser muy, muy caros.
No sabía que Alan perteneciera a las familias ricas del pueblo.
Aunque sus padres no parecen como esas familias, y me lo demuestran en la cena, son súper simpáticos y familiares, se deshacen en cariños con Emily y alaban el gran talento de Alan y Derek, además han acogido muy bien a Katy y la tratan como una más de la familia.
Nos cuentan que Lucy es abogada y una de las mejores, Mike es cirujano plástico y trabaja en un hospital privado, aunque opera gratis en el hospital donde Olivia va de voluntaria.
Son una muy buena familia.
Cuando los mayores se ponen a hablar de sus cosas, aprovecho para hacerle un mini interrogatorio a Derek.
— ¿Por qué no me dijiste que la familia de Alan es rica? — Le pregunto en un susurro.
— Nunca preguntaste, además, no me correspondía a mí decirlo — responde en voz baja.
— Ya, en eso tienes razón. Espero que no se haya sentido ofendido por los comentarios que hice — le digo un poco agobiada. Últimamente me he metido mucho con la forma de actuar de las familias adineradas. Si hubiera sabido que Alan pertenecía a una de esas familias me habría cortado un poco.
— No me he ofendido en ningún momento — me tranquiliza Alan, están sentados él y Katy enfrente nuestra y nos han oído hablar —, sabía que en todo momento te referías a los padres de Luke y a la madre de Mary. Mis padres no son como ellos porque todo lo que tienen es gracias al trabajo duro. La posición de Luke le viene de familia y a Mary porque su madre se casó con un hombre adinerado.
— Ya, no sólo se hereda el dinero, también la soberbia — respondo sintiéndome más tranquila.
— Exacto. No dije nada porque no quería que me trataran de forma diferente. Cuando empezamos al instituto, nadie sabía mi posición social, hasta que conocí mejor a Derek y a Justin y, al ver que eran buenas personas, se lo confesé. Luke, por desgracia, sí lo sabía porque su madre se ha operado en la clínica de mi padre y han contratado los servicios de mi madre en algún momento.
— Para tus padres eso era bueno, al menos hacían negocio.
— Eso era para ellos, negocios. Muchas veces han intentado entablar amistad pero mis padres no quieren. No les gusta su forma de vivir y mucho menos su forma de ser. Somos gente honrada y no queremos mezclarnos con ese tipo de gente.
— Hacéis muy bien, tus padres son encantadores.
Un rato después, Olivia se levanta al contestar el teléfono. Sonríe y se alegra al ver quién llama.
Al volver a la mesa nos desea buena noche de parte de Ellie.
— ¿Quién es Ellie? — Le pregunto curiosa a Derek.
— Una compañera de mi madre del hospital.
— ¿Del voluntariado?
— Sí.
— Qué simpática — respondo sonriendo. Si es amiga de Olivia seguro que es muy buena mujer.
Van a servir el postre y se levantan para hacer un poco de café. Me quedo con Katy en el salón y aprovecho para hacer mi segundo mini interrogatorio de la noche.
— ¿Por qué no me dijiste que tenías una cuñada?
— Lo siento nena, pero no podía. Alan me lo contó hace unas semanas.
— ¿Cómo que te lo contó? ¿No la conocías?
Niega con la cabeza. — Emily es adoptada. — Abro la boca sorprendida. — Sus padres iniciaron hace unos meses el proceso de adopción. Cuando él y yo empezamos a salir estaban en un momento crítico y no sabían si les iban a conceder la custodia o no, por eso no te conté nada.
— Lo entiendo, imagino que él tampoco querría que se supiera.
— Eso es. Y una vez que lo consiguieron y Emily llegó a sus vidas... No querían que se enterase nadie.
— Han hecho bien, dada la situación actual...
— Por eso. Emily aún está en proceso de adaptación y no va al colegio. Tiene 4 años y lo único que quiere Alan es protegerla.
— Lo entiendo.
— ¿Me guardas el secreto? — Dice Alan entrando en la sala.
— Pues claro que sí, no tienes que pedirlo.
— Estoy encantado con Emily, es una niña preciosa, aunque un poco traviesilla — dice cogiéndola y haciéndola cosquillas.
Emily se ríe, sale corriendo y busca cobijo detrás de mí. Alza los brazos y la cojo.
— ¿Pero qué tenemos aquí? ¡Si es una princesita! — Le dijo sonriendo.
Ella me devuelve la sonrisa, me da un abrazo y un besito en la mejilla.
— Oooh, ¿me la puedo comer? — Le pregunto a Alan. Me muero de amor por esta niña.
Me siento en el sofá con ella en brazos, le acaricio su cabecita y minutos más tarde se queda dormida. Derek se sienta a mi lado y le acaricia el pelo de forma cariñosa.
— ¿Cuándo me daréis un sobrino? — Pregunta Katy con guasa.
La miro y enarco una ceja, esta Katy...
— Mira Tom, qué imagen más bonita — dice Olivia cogiendo a mi hermano del brazo. Él sonríe y me guiña un ojo.
Un rato más tarde, Lucy la coge con cuidado de mis brazos y Emily no se despierta.
— Muchas gracias por tratarla tan bien — me dice con voz suave mientras le da un beso a la niña.
— Es un amor de niña, os felicito.
Nos despedimos de ellos y se marchan. Nosotros nos vamos ya también.
— ¿Quieres que mañana esté contigo? — Me pregunta Derek dándome un abrazo.
— Te lo agradezco, amor. Pero es algo que tengo que hacer sola.
— Lo entiendo, llámame cuando vuelvas, ¿vale?
Asiento con la cabeza y le abrazo más fuerte. Necesito fuerzas para lo que se avecina. Nos damos un suave pero largo beso en los labios y con un último apretón de manos, nos marchamos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top