Capítulo LXIV


No puedo evitar explotar. No sé si estoy enfadada, asustada o ambas cosas.

— ¡¿Pero cómo se os ocurre?! Sé que queréis ayudarme pero, joder, si las consecuencias son muy graves pueden venir a por mí — camino de un lado a otro, estoy forzando mucho la pierna pero me da igual, no puedo quedarme quieta.

— Luna, tranquila, no va a pasar nada — intenta tranquilizarme Tom.

— ¿Cómo lo sabes? No les conocéis. Mary es más mala que un dolor y Luke es un aprendiz de violador. — Ambos me miran con los ojos muy abiertos, parece ser que Derek les contó todo, salvo eso. — Les oí en el baño, estaban haciéndolo y Luke amenazó con forzarla la próxima vez. Por eso quise ayudarla pero no salió como yo esperaba.

— Luna, cariño — dice Tom agarrando mis hombros para que me esté quieta —, tienes un corazón de oro, pero cada vez que intentas ayudar a esa chica sales perjudicada tú. Teníamos que hacer algo.

Le miro a los ojos y está muy preocupado. Aprieto la mandíbula y sin decir nada subo a mi habitación. De verdad espero que tengan razón y no ocurra nada, pero tengo un presentimiento muy malo. Me digo a mí misma que soy muy pesada, me tumbo en la cama y me pongo a jugar un rato al móvil. Recibo varios mensajes de mis amigos pero ahora mismo no me apetece contestarles.


Un par de horas después Olivia entra en mi habitación.

— Hola cariño, ¿Cómo estás?

— Bien, estoy mejor. Gracias por venir.

— No me las des — dice mientras me quita la venda. — Parece que lo tienes mejor, al menos tus moratones ya no son negros.

— ¿Te importa que me duche?

— Claro que no, dúchate así te limpias bien la herida.

Entro en la ducha y no puedo evitar echarme a llorar. Cuando parece que soy feliz, ocurre algo que lo complica todo. Soy una persona fuerte pero tengo que admitir que estoy asustada, mis hermanos van a irse pronto y no quiero darle problemas a Olivia. No puedo evitar pensar que mis hermanos en vez de ayudarme lo han complicado todo.

Lavo mi rodilla y me alivia ver que ha mejorado. Está menos hinchada.

Me seco el pelo, me pongo mi pijama corto y salgo del baño.

— Muy bien, me alegra ver que lo tienes mucho mejor, se nota que eres joven y cicatrizas bien — dice mientras me cura la herida. — Voy a vendarte de nuevo y te aconsejo que sigas usando la muleta unos días más. Al menos el fin de semana. A partir del lunes, si te duele menos, deja de tomar la pastilla, no es bueno abusar.

— Así lo haré.

— Cariño — dice mientras coloca la venda, — he hablado con tus hermanos. Me han contado lo de hoy. No te enfades con ellos sólo quieren ayudarte.

— Lo sé, claro que lo sé, pero no puedo evitar pensar que han hecho todo lo contrario.

— ¿Estás asustada?

— Un poco. No sólo por mí, sino porque pueden arremeter contra cualquiera de mis amigos y no quiero que eso pase.

— No vamos a dejar que te pase nada, ni a ti ni a nadie. Quiero que estés tranquila, ¿vale?

— Lo intentaré.

— Luna, eres una chica muy valiente, juntas saldremos de esto. Créeme cuando te digo que el bullying sólo se frena aceptando la ayuda de los demás, tú sola no puedes con ello — asiento con la cabeza y Olivia me abraza.

Su abrazo me transmite tanta paz y seguridad que me siento capaz de superar cualquier cosa, es un abrazo de madre que, hasta que no la conocí a ella, no sabía que necesitaba.

— ¿Te apetece tomar un café?

— Claro — responde mientras recoge sus cosas.

— Vamos abajo.

Me levanto y juntas bajamos poco a poco las escaleras.

Estamos tomando un café en la cocina con mis hermanos cuando llaman al timbre. Tom se levanta a abrir y, segundos más tarde, Katy y Derek entran en la cocina.

— ¡Hola chicos! — Les saludo. — ¿Queréis un café?

— Hola nena. No, gracias.

Derek se acerca y me da un beso. — Yo tampoco, no vamos a quedarnos mucho tiempo. Tengo partido pero quería acercarme a ver cómo estabas — coge una silla y se sienta a mi lado. — ¿Cómo estás?

— Pues bien, no sé, enfadada — digo mirando a mis hermanos.

— Yo creo que ha sido lo mejor que han podido hacer — dice Katy. — Piénsalo Luna, por más que te has enfrentado a ella siempre acaba volviendo. Sé que quieres solucionarlo sola, pero esta vez tienes que reconocer que no puedes.

Suspiro y me recuesto en la silla. — Quizá tengáis razón. — Katy y Derek me miran. — Vuestra madre me ha dicho lo mismo.

— Mamá es muy sabia — sonríe Katy.

— Y tú eres un poco pelota — ríe Olivia.

Poco a poco la tensión va desapareciendo. Tom se disculpa y sale de la cocina, le llaman al móvil.

— ¿Cómo está tu pierna? — Pregunta Derek.

— Mejor, está mucho mejor.

— Este fin de semana te ordeno que guardes reposo, señorita — dice Olivia intentando poner tono autoritario.

Todos nos reímos, Olivia es una mujer muy divertida.

Tom regresa a la cocina y su cara es un poema.

— Me ha llamado el director — se apoya en la encimera y se cruza de brazos, — han expulsado dos semanas a Mary y a Luke.

— ¿Qué? — ¿En serio?

— Muy poco me parece para todo lo que han hecho — dice Olivia.

Por el rabillo del ojo veo que Derek recibe un mensaje y el móvil de Katy suena, ella sale de la cocina para contestar y Derek guarda su teléfono.

— Tengo que irme ya, después vuelvo a verte, ¿vale? — Me da un beso rápido y se marcha corriendo antes de que pueda preguntar.

Poco después, Katy regresa y se sienta a mi lado. — Ahora sí me gustaría tomar ese café — dice mirando a Tom.

— Claro — coge una taza y se lo sirve.

— ¿Qué pasa? — Le pregunto en voz baja.

— Nada, ¿por qué iba a pasar algo?

— Porque tu hermano se ha ido a jugar el partido que tú ibas a ver.

— Hoy no les veré jugar, prefiero quedarme contigo.

Me está mintiendo, ha puesto la misma cara que cuando me ocultaba lo de mi cumpleaños. ¿Por qué me miente? ¿Por qué todos me ocultan cosas? Está claro que el mensaje que ha recibido Derek no era bueno y justo llaman a Katy por teléfono. ¿Casualidad? No lo creo. Está pasando algo y no me lo quieren contar.

— Luna, nena, no te pierdas en tus pensamientos. Quédate aquí conmigo — dice Katy agarrándome la mano.

Difícil, pero lo intento.

Mis hermanos hablan con Olivia sobre su viaje y mi mudanza a su casa, lo que me recuerda la fiesta que hablé ayer con Anna.

— Oye Katy, ayer vino Anna a verme y se me ocurrió que podíamos hacer una fiesta de pijamas aquí el fin de semana que viene.

— ¡Genial! ¡Pijama Party! — Grita Katy, ha tenido la misma reacción que Anna.

— ¿Podemos? — Pregunto dirigiéndome a mis hermanos.

— Claro, mientras seáis vosotras tres no hay problema — dice Tom.

— ¡Gracias! Y, gracias, Olivia, por dejar que me quede con vosotros.

— Es un placer, cariño.

Una hora más tarde, llaman al timbre.

— Sí que tenemos jaleo hoy — le digo a Katy.

Ella se ríe, pero su expresión cambia cuando ve entrar a Derek, viene muy serio.

— ¿Qué ha pasado? — Le pregunto.

— Han suspendido el partido — responde serio mientras toma asiento.

Miro a Olivia y a mis hermanos, esto tiene mala pinta.

— ¿Qué ha ocurrido? — Pregunta Tom.

— Luke se ha presentado en el campo, ha cogido su equipo y quería jugar, pero el entrenador le ha dicho que como le han expulsado no puede jugar. Es más, le ha dicho que se iba a pensar dejarle jugar los próximos partidos, le ha dado a entender que se iba a quedar en el banquillo y no le ha sentado bien. — Deja de hablar y todos le miramos. Se está mordiendo el carrillo, algo más pasa que no quiere contar.

— Derek, ¿qué pasa? — Me mira y coge mi mano, — dilo de una vez — le suplico.

— Se ha cabreado, ha tirado el equipo de los compañeros, ha roto las vallas y ha querido agredir a los chicos.

— ¡¿Qué?!?— Exclamamos Katy y yo a la vez.

— Tranquilas, están todos bien. Los de seguridad le han cogido antes de que pegara a nadie. Pero... El entrenador no admite ese comportamiento y le ha echado del equipo. Luke se ha zafado de los guardias y se ha lanzado a por él. Le ha pegado un puñetazo.

Todos aguantamos la respiración. Sabía que algo malo iba a pasar. Me muerdo el labio, estoy nerviosa.

— El director estaba allí y ha llamado a la policía, se lo han llevado detenido.

— Sabía que Luke era malo pero no me imaginaba que pudiese llegar a esos extremos — digo pensando en voz alta.

— ¿Cómo está Alan? Dime que no le ha pasado nada, por favor. Y Justin, dios mío — Katy se levanta de la silla y empieza a caminar por la cocina, — ¿Cómo puede ser tan malo?

— Tranquila, Katy. Ellos están bien. No les ha pasado nada.

— ¿Y tú? ¿Te ha hecho algo a ti? — Le pregunto preocupada.

— No, no me ha hecho nada, estoy bien. Aunque si hubiera venido a por mí, ten claro que le habría respondido, le tengo muchas ganas.

— Derek no digas eso. Agradezcamos que no te ha pasado nada — dice Olivia llevándose la mano al pecho.

Mis hermanos no dicen nada, les miro y veo que me están observando a mí. Sabía que esto podía pasar, bueno, no algo como esto, pero sí algo malo, muy malo.

— Mamá, necesito ver a Alan.

— Claro cariño. ¿Vienes, Derek?

— No, puede quedarse aquí si quiere — responde Tom.

Derek le mira y asiente. — Me quedo aquí, mamá.

— Vale, ¿quieres que te traiga ropa?

— No, tengo de sobra en la mochila, ayer cogí ropa de repuesto.

Olivia asiente con la cabeza y me abraza. — Estate tranquila, ¿vale? — Me susurra. — Llamadme si necesitáis cualquier cosa.

Mis hermanos asienten y la acompañan a la puerta.

— Mañana hablamos nena — Katy me abraza y se marcha.

Oigo la puerta cerrarse y mis hermanos vuelven a la cocina.

— Vamos a ir a por algo de cenar. No os mováis de aquí.

Ambos asentimos.

— Voy a subir a ducharme, ¿necesitas algo?

— No, gracias — le respondo.

Sube las escaleras y yo me marcho al salón.

Estoy haciendo zapping sin fijarme realmente en los canales, pero algo me hace detenerme en uno. Es un canal de noticias, no suelo verlas pero el rótulo de la noticia me llama la atención.

''Agresión en el Instituto Cala''

Subo el volumen para oír a la reportera.

''Estamos en directo en el Instituto Cala, donde podemos ver el desastre que ha ocasionado uno de sus alumnos. Parece ser que le habían expulsado por causas que aún se desconocen y no le dejaban jugar el partido de esta noche. El alumno se ha vuelto loco y ha empezado a romper las vallas del campo, el equipo de sus compañeros y hasta ha agredido a su entrenador. Nos indican que está en el hospital, está estable y esta misma noche le darán el alta.

Uno de los alumnos ha grabado el momento y nos ha cedido las imágenes, aviso que no son agradables de ver.''

No dicen quién las ha cedido, imagino que el alumno no ha querido que su nombre salga por miedo a posibles consecuencias.

Ponen el vídeo y se ve a Luke destrozando el campo, los de seguridad intentan contenerle pero no pueden, está fuera de sí.

Se ve cómo va a por sus compañeros, veo a Derek, Justin y Alan que se alejan de él, menos mal. Y se ve claro el momento en que se lanza a por el entrenador, se ensaña con él, no le da sólo un puñetazo, le da varios.

Se me pone el vello de punta, tanta agresividad...

— ¡Luna, no! — Derek intenta quitarme el mando pero no le dejo. — Pequeña, no tenías que ver eso — dice poniéndose en mi campo de visión.

Le agarro y tiro de él para que se siente y se quite del medio.

Muestran el momento de la detención, tiene una mirada asesina, no le reconozco, es como si fuera otra persona. Toda su chulería se ha convertido en agresividad. Mira directamente a la cámara y un escalofrío recorre todo mi cuerpo, parece que me está mirando a mí.

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