Gran Resúmen.

Gran Resúmen.

Los Círculos Del Inframundo son la mejor representación de la religión cristiana, algunos dirán que puede ser algo de festejar ya que es el peor infierno que hay en las religiones o tal vez... Es algo para temer.

Dante Alighieri en su obra La Divina Comedia, explica los conocidos Nueve Círculos Del Inframundo. A continuación, se explicarán cada uno de ellos y quiénes recaen en sus castigos.

-Primer Círculo: Limbo.
Se trata del Limbo: En él se encuentran las personas que no han recibido el bautismo y que nacieron privados de la fe, no pueden disfrutar de la visión de Dios, pero no son castigados por algún pecado. Su condición ultra terrena tiene muchos puntos de contacto con la concepción clásica de los Campos Elíseos.

-Segundo Círculo: Lujuria.
Aquí comienza el verdadero Infierno: de hecho encontramos a Minos que juzga a los condenados según el mito ya presente en Homero y Virgilio.

En el segundo círculo están castigados los pecadores incontinentes y en particular los lujuriosos: ellos son empujados por el aire, vencidos por la tormenta infernal, evidente contrapaso (Por analogía) de la pasión que los abrumó en vida.

-Tercer Círculo: Gula.
En el tercer círculo, Dante y Virgilio continúan encontrando pecados incontinentes, en particular golosos: ellos están inmersos en el fango, bajo una lluvia incesante de granizo y nieve, y atacados por Cerbero, guardián de todos los ínfernos según la mitología clásica. El contrapaso es más complejo respecto al anterior círculo pero se puede ver igual: en el fango en el cual están obligados a arrastrarse un antítesis del uso refinado que hicieron en vida en el sentido del gusto y, en la avidez del guardián que los maltrata, un reflejo de la avidez y la codicia.

-Cuarto Círculo: Avaricia.
Los pecadores de incontinencia del cuarto círculo son los avaros y los pródigos, condenados a empujar enormes pesos de oro, divididos en dos grupos que cuando se encuentran se injurian: la grandeza del peso que los oprime simboliza la cantidad de bienes terrenales que acumularon o gastaron, dedicándose enteramente a esto en vida.

-Quinto Círculo: Ira y Pereza.
Este círculo es el último en el cual se encuentran pecadores castigados por su incontinencia: aquí están los iracundos y los perezosos: los primeros, inmersos y los segundos, sumergidos en el pantano del Estigia. Los primeros estuvieron inmersos en el fango de su propia rabia, y ahora se golpean y se injurian eternamente, mientras los segundos gastaron su vida en la inmovilidad del espíritu, y por eso están hundidos, privados de aire y palabra así como en vida se privaron de las obras.

-Sexto Círculo: Herejía.
El sexto círculo está dentro de los muros de la ciudad de Dite, aquí son castigados los herejes (entre los cuales los epicúreos, que negaron la supervivencia del alma) en sepulcros en llamas: la idea probablemente está tomada de la pena a la cual estaban castigados los herejes en los tribunales terrenales, es decir la hoguera, en cuanto el fuego era considerado símbolo de purificación y correspondía a la luz que ellos pretendían expandir con sus doctrinas. En el Infierno los seguidores de cada secta están juntos, en contraste a la discordia y a la división que en cambio llevaron en la Iglesia, mientras que el sepulcro alude a la negación de la inmortalidad del alma.

-Septimo Círculo: Violencia.
Al séptimo círculo se accede después de haber superado los restos de una grieta, provocada por el terremoto que movió la tierra al morir Cristo. Esta marca una gran diferencia respecto a la parte superior del Infierno: de hecho los condenados de los últimos tres círculos son culpables de haber puesto malicia en sus respectivas acciones. Representa la «loca bestialidad», es decir, la violencia que equipara los hombres a las bestias. Aquí son castigados los violentos, divididos en tres grandes giros:

Primer giro:

Los violentos contra el prójimo, es decir, los homicidas, los criminales, los tiranos, los violadores y los bandidos se encuentran inmersos en el Flegetonte, un río de sangre hirviente que simboliza la que derramaron en vida, y son atormentados por los centauros armados de arcos y flechas, que también representan la violencia y la fuerza bestial. Los condenados están inmersos en el río en distintas proporciones según la gravedad de la culpa y son atravesados por las flechas disparadas por los susodichos centauros si intentan salir más de lo establecido.

Segundo giro:

Los violentos contra sí mismos están divididos en dos categorías netamente distintas por la diversidad de sus penas: los suicidas son transformados en árboles por haber querido voluntariamente renunciar a su naturaleza humana, y de hecho no podrán nunca recuperarla. En cambio los derrochadores, que en vida destruyeron y desgarraron su sustancia patrimonial, aquí son desgarrados por lebreles famélicos. Estos son distintos de los pródigos del cuarto círculo ya que no solo no tuvieron mesura a la hora de gestionar su patrimonio, sino que también tenían objetivos destructivos, y de esta manera destruían su propia sustancia.

Tercer Giro:

Los violentos contra Dios, la naturaleza y el arte son, de hecho, divididos en tres grupos: los blasfemos yacen inmóviles sobre la arena ardiente y bajo una incesante lluvia de fuego; los sodomitas en cambio corren incesantemente bajo el fuego, y, finalmente, los usureros ("violentos contra las artes" en cuanto violentos contra el derecho humano al trabajo) están sentados en la lluvia de fuego.

-Octavo Círculo: Fraude.
El octavo círculo aún castiga a los pecadores que usaron la malicia, pero esta vez en modo fraudulento contra los que no son de confianza. Tiene una forma muy peculiar que Dante describe con cuidado: está ubicado en un profundo foso en el medio del cual hay un pozo (la parte más profunda del Infierno). Entre el banco y los pozos se excavan diez zanjas inmensas conectadas por acantilados rocosos que actúan como puentes.

Primera fosa:

En la primera fosa se castiga a los proxenetas y a los seductores, es decir, aquellos que sedujeron en nombre de los demás y por cuenta propia: se dividen en dos formaciones que recorren la fosa, golpeados por latigazos por parte de "cornudos demonios".

Segunda fosa:

En la segunda fosa, tratada en el mismo canto precedente son castigados los aduladores, que se encuentran en excrementos humanos, digno contrapaso por la obscenidad moral de sus pecados.

Tercera fosa:

En el hoyo tercero son castigados los simoníacos, que hicieron mercimonio de los bienes espirituales y sobre todo de oficios eclesiásticos. Se encuentran del revés en los agujeros de los que solo aparecen los pies, rodeados por las llamas. Ellos que son tan grandes en bolsas que en vida llenaron de dinero, convirtiendo sus funciones en favor de los bienes puramente terrenales y no divinos.

Cuarta Fosa:

En la cuarta fosa se castiga a los adivinos y a los magos, quienes caminan con la cara distorsionada hacia atrás, en contraste con el pretexto de ver el futuro: mediante la arrogancia y el engaño de las personas se proclamaban tener las facultades reservadas exclusivamente a Dios.

Quinta Fosa:

La quinta fosa está compuesta por un lago de brea hirviente en el cual son inmersos los malversadores, aquellos que tomaron provechos ilícitos de sus cargos públicos. Como los diablos mismos se burlan del condenado, la inmersión en la brea alude a la vida que tuvieron, mientras que la sustancia será justificada por su viscosidad, que hace referencia al modo en el que engañaron a la gente en vida.

Sexta fosa:

En el hoyo sexto son castigados los hipócritas, que están vestidos con pesadas capas de plomo, doradas al exterior, con evidente alusión al contraste entre la aparición de "oro", agradable, que los hipócritas muestran al mundo exterior, y sus interioridad falsa, agobiada por los malos pensamientos.

Séptima fosa:

En la fosa séptima los ladrones son castigados, colocados entre las serpientes con sus manos atadas por serpientes, y transformados en estas: estos animales son el símbolo por excelencia del demonio, del engaño, como se lee en el Génesis, donde a engañar al Adán y Eva es Satanás en forma de serpiente. En este caso en particular el uso de este animal se justifica por la naturaleza insidiosa de los ladrones, cuyas manos están atadas porque estas cometieron el delito.

Octava fosa:

En el hoyo octavo se castiga a los consejeros fraudulentos, que andan encerrados en llamas: la lengua de fuego es la imagen de la lengua con la que pecaron, dando consejos engañosos, y de hecho también tienen dificultad para hablar, como lo vemos en el diálogo entre Dante y Ulises.

Novena fosa:

En el hoyo noveno se castiga a los sembradores de la discordia o la maldad, que pueden ser sembradores de la discordia religiosa, que es responsable de los cismas, política, responsable de las guerras civiles, o más generalmente para los hombres y las familias. Ellos están mutilados por un demonio espadachín que vuelve a abrir sus heridas tan pronto como se cierran, enfatizando con la separación de sus órganos las perennes divisiones que causaron en la Humanidad.

Décima fosa:

En la última zanja del octavo círculo se castiga a los falsificadores, a los que en vida falsificaron metales, personas, dinero o palabras. Están sufriendo de enfermedades horribles que les deforman: los falsificadores de las metales tienen lepra, los de personas rabia, los de monedas hidropesía acompañada de una sed incesante y los de palabras fiebre. Estas enfermedades los desfiguran, así como en vida ellos desfiguraron la realidad.

-Noveno Círculo: Traición.
El noveno y último círculo del Infierno castiga todavía a los culpables de malicia y fraude, pero esta vez contra quienes se fiaron. El último círculo está constituido por un inmenso lago de hielo, llamado Cocito, formado así gracias al movimiento de las alas de Lucifer. Están aquí castigados los traidores de quienes se fiaron, simbolizado por la frialdad del hielo, así como fueron fríos sus corazones y sus mentes en pecar, en contraposición a la caridad, tradicionalmente simbolizada por el fuego, además el Cocito está dividido en cuatro zonas, sin embargo, en contraste con la gran variedad de culpas y penas en Malebolge y en general en los círculos precedentes, es sustancialmente uniforme.

Primera zona:

La primera zona del noveno círculo es la Caina, llamada así por Caín, quien mató a su hermano Abel. Justamente aquí están los traidores a los allegados, sumergidos en hielo hasta la cabeza con la cara hacia abajo.

Segunda zona:

La segunda zona del noveno círculo es la Antenora, que debe su nombre al troyano Antenor que traicionó a su ciudad: aquí están, de hecho, los traidores al partido sumergidos con la cara hacia arriba, o con hielo que cubre la mitad de la cabeza.

Tercera zona:
El tercer lugar del noveno círculo es la Tolomea que lleva su nombre en honor al rey egipcio Ptolomeo que traicionó al huésped Sexto Pompeyo. De hecho aquí están los traidores de los huéspedes, sumergidos en el hielo con la cabeza echada hacia atrás, para que se les congelen las lágrimas en los ojos, evitando dar rienda suelta a la pena en lágrimas.

Cuarta zona:

La cuarta área del noveno círculo es la Judeca, llamado así por Judas, que traicionó a Jesús, benefactor de la humanidad. Aquí están los traidores de los benefactores, plenamente inmersos en el hielo, pero en diferentes posiciones, "Unas están yacientes; otras erectas, / ésta cabeza abajo, aquella de pie, / otra, como un arco, el rostro al pie devuelve". En el infierno más profundo, castigados por el mismo Lucifer, el primer gran traidor, están los traidores de las más altas instituciones, creadas bajo la voluntad de Dios para el bien de la humanidad: ellas son tres, y por lo tanto son tres las bocas de Lucifer en el que son masticados, en analogía evidente con el concepto de unidad y la Trinidad de Dios. Lucifer, el principio de todo mal, tiene en la boca central a Judas Iscariote, el traidor de Cristo, que desciende de él la autoridad espiritual, desgarrado su cuerpo con los dientes. En las bocas laterales, con la cabeza hacia afuera, están Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino, que conspiraron contra César y, por lo tanto, traidores del imperio.

En Los Círculos Del Inframundo se habló sobre los llamados Recintos qué son en pocas palabras, lugares donde los pecadores con son castigos de maneras más leves, recaen aquí por un largo tiempo, cada círculo posee estos sitios, sin embargo, el noveno no posee recintos debido al intenso y grave frío que se vive constantemente. Estos lugares son un apoyo fundamental para evitar la sobrepoblación.

Todas las almas de los Humanos traspasan la llamada Línea Del Vacío, como su propio nombre lo indica, es un vacío del cosmo donde hay un hilo infinito de color blanco donde las almas caídas de cualquier forma pasan como gotas de agua, son escaneados para ver qué tipo de pecados poseen y cometieron en vida. Si sus pecados fueron graves y terribles, son enviados directamente a los círculos, por otro lado, si los pecados son muy leves, incluso para los recintos, sus almas no son castigadas como los seres que no poseen ningún tipo de pecado, aunque eso se ha visto muy poco, los afortunados vuelven a la Tierra y reencarnan para tener una nueva oportunidad. Nadie es enviado a los cielos, los Dioses dejaron en claro que no hay ser digno para estar en el paraíso como ellos lo llaman.

Todo pecado tiene una cierta cantidad de tiempo, almas pasan millones o incluso billones de años para reencarnar, otras afortunadas solamente unos miles de años, pero nadie pasará la eternidad en Los Círculos Del Inframundo.

Con esto, finaliza la explicación del Infierno de Dante y los Recintos junto por como son elegidos los pecadores por medio de la información ofrecida por Love At War.

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