O11 ╏ peleas

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El día había comenzado como cualquier otro en el colegio. El sonido monótono de los estudiantes llenando los pasillos, los profesores dando las primeras instrucciones de la mañana, y el ligero nerviosismo que se colaba en los hombros de Hongjoong mientras caminaba junto a Seonghwa. Sin embargo, a medida que avanzaba la jornada, algo se sentía diferente en el aire. Un leve malestar que ninguno de los dos podría haber anticipado.

La relación de Hongjoong y Seonghwa había sido, hasta ese momento, sólida y llena de momentos de afecto mutuo. Todos en el colegio sabían que la pareja era inseparable, y su vínculo era evidente para quien los viera caminar juntos, reírse en la hora de descanso o compartir almuerzos con miradas cómplices. Pero hoy, había algo diferente, una tensión que surgía entre ellos, palpable aunque ninguno quisiera admitirlo.

Todo comenzó en la clase de matemáticas.

Una semana antes Hongjoong había logrado cambiar la mayoría de sus clases a las mismas de Seonghwa, de esa manera estarían más tiempo juntos, sin embargo no pensó a futuro que aquello atraería un par de problemas, como Hongjoong diría en ese momento.

—Tienes que prestar más atención a lo que te dicen los profesores —murmuró Seonghwa mientras Hongjoong miraba distraído por la ventana. Seonghwa había notado cómo su pareja se desentendía de las explicaciones, y aunque su comentario había sido con buena intención, no sonó así para Hongjoong.

—¿Y a ti qué te importa? —respondió Hongjoong, sin mirarlo siquiera.

Seonghwa frunció el ceño, sorprendido por el tono cortante. No era la primera vez que Hongjoong se mostraba algo distante, pero esa respuesta parecía venir con una carga de resentimiento que no esperaba.

—Solo trato de ayudarte. Sabes que si no entiendes la lección, luego te va a costar en el examen —insistió Seonghwa, con un tono más suave.

—Siempre tienes que estar diciéndome lo que hacer —murmuró Hongjoong entre dientes, volviendo su mirada hacia el frente sin más palabras.

Seonghwa, que había sido paciente hasta ese momento, sintió cómo una pequeña chispa de enojo comenzaba a prenderse dentro de él. No era justo que lo tratara de esa manera cuando solo estaba intentando ser un buen apoyo.

La hora del almuerzo no fue mejor. Aunque ambos solían sentarse juntos, esta vez había una distancia notable entre ellos. El grupo de amigos en común, que también se había dado cuenta de la incomodidad, trataba de suavizar el ambiente con conversaciones triviales, pero Hongjoong se mostraba más distante de lo habitual.

—¿Todo bien, Hwa? —preguntó San al ver la expresión confundida de Seonghwa.

—Sí, claro. Solo que... —Seonghwa miró de reojo a Hongjoong, esperando que él hiciera algún comentario, pero solo lo encontró jugueteando con la comida, visiblemente enfadado.

Finalmente, la gota que colmó el vaso llegó al final del día, cuando ambos se dirigían hacia la parada del tren, como lo hacían siempre.

—¿Vas a seguir ignorándome todo el día? —preguntó Seonghwa con un tono más serio. Para él, la paciencia se estaba agotando. No entendía por qué Hongjoong estaba actuando de esa manera.

Hongjoong se detuvo en seco y giró sobre sus talones, enfrentando a Seonghwa con el ceño fruncido.

—¡No te estoy ignorando, solo que no me gusta que siempre estés corrigiéndome todo el tiempo! —espetó, su voz elevándose más de lo que había planeado. Sabía que había otros estudiantes alrededor, pero en ese momento no le importaba.

Seonghwa lo miró, incrédulo. —Solo trato de ayudarte, Joong. No sé por qué tienes que reaccionar de esta manera cada vez que intento hacer algo por ti.

—¡Porque no necesito que estés encima de mí todo el tiempo! —respondió Hongjoong, dando un paso hacia atrás, su pequeño cuerpo lleno de frustración y orgullo herido. —¡A veces parece que piensas que no puedo hacer nada solo!

Seonghwa parpadeó, claramente herido por las palabras. —Eso no es lo que quiero decir... No creo que seas incapaz, solo...

—¡Solo qué, Hwa! —Hongjoong lo interrumpió, cruzando los brazos. —A veces siento que no confías en mí.

Seonghwa quedó en silencio. No era así en absoluto, pero las palabras de Hongjoong le hicieron pensar. ¿Realmente estaba siendo demasiado protector? ¿Demasiado insistente? Pero todo lo que hacía, lo hacía porque se preocupaba.

Hongjoong, sin esperar una respuesta, dio media vuelta y comenzó a caminar hacia el tren, dejando a Seonghwa parado, aún procesando lo que acababa de suceder.

El viaje en tren fue incómodo. A pesar de que el vagón estaba lleno de gente, la distancia entre ellos dos era más grande que nunca. Hongjoong, de pie cerca de la puerta, no levantaba la mirada del suelo, mientras que Seonghwa lo observaba en silencio, sin saber cómo arreglar las cosas.

El enfado de Hongjoong no era realmente por las pequeñas correcciones que Seonghwa hacía. Era más profundo que eso. En el fondo, sentía que Seonghwa, al ser más alto, más capaz en muchas cosas y siempre tan protector, lo hacía sentir pequeño e insuficiente. Hongjoong odiaba sentirse así, como si nunca fuera lo suficientemente bueno.

Seonghwa, por otro lado, estaba luchando consigo mismo. No quería presionar a Hongjoong, pero al mismo tiempo no sabía cómo dejar de hacerlo. Quería lo mejor para él, pero ahora se daba cuenta de que tal vez estaba sofocando a su pareja sin querer.

Cuando llegaron a su parada, Hongjoong fue el primero en salir, apurando el paso para llegar antes a la salida. Seonghwa lo siguió, pero a una distancia considerable. No había hablado desde su discusión, y cada vez que intentaba acercarse a Hongjoong, este parecía alejarse más.

—Joong... —llamó finalmente, con una voz baja pero clara, después de varios minutos de caminar en silencio. —Lo siento.

Hongjoong se detuvo de nuevo, pero esta vez no giró de inmediato. Se quedó mirando al suelo, los puños apretados, mientras respiraba con fuerza. El orgullo luchaba contra las emociones que estaban burbujeando en su interior.

—No quiero que pienses que no confío en ti —continuó Seonghwa, dando un paso más cerca. —Es solo que... a veces olvido que no necesitas que esté siempre encima de ti. Lo siento si te he hecho sentir así.

Hongjoong no respondió de inmediato. Las palabras de Seonghwa lo golpearon en el lugar exacto donde más le dolía. Sabía que Seonghwa no lo hacía con malas intenciones, pero a veces, la inseguridad le ganaba.

Finalmente, se dio la vuelta lentamente, pero sin mirar a los ojos a Seonghwa.

—No es solo eso —dijo en voz baja, casi un susurro. —A veces... siento que nunca voy a ser lo suficientemente bueno para ti.

Esa confesión dejó a Seonghwa sin aliento. No esperaba escuchar algo tan profundo salir de la boca de Hongjoong, y su corazón se encogió al darse cuenta de lo mucho que había estado afectando a su pareja sin querer.

—Joong, eso no es cierto... —comenzó Seonghwa, acercándose aún más. —Para mí, eres más que suficiente. Siempre lo has sido.

Pero Hongjoong, aún con el orgullo herido, solo asintió levemente antes de retomar su camino, dejando a Seonghwa con las palabras colgando en el aire. Sabía que las cosas no se arreglarían con una simple disculpa. Ambos necesitarían tiempo para procesar lo sucedido, y aunque Seonghwa quisiera abrazarlo y borrar todo el malestar, entendía que a veces era mejor dejar que el tiempo hiciera su trabajo.

Mientras ambos caminaban hacia sus respectivos hogares, separados por una distancia emocional más que física, una cosa era segura: la reconciliación no tardaría en llegar, pero para ello, ambos tendrían que enfrentar sus propios miedos e inseguridades.

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