capítulo ocho
Presionaste tus labios con fuerza, las cosas simplemente no estaban saliendo como tú esperabas. Lo que sucedió fue que una persona te había enviado un correo electrónico, alguien que recibió ayuda para encontrarte, y sabías posiblemente de quién podría tratarse.
Aquella persona se había tomado la molestia de citarte en un lugar público, para hablar de ciertos temas que incluían al Fifth Sector.
Lamentablemente no podrías darte el lujo de negar aquella invitación, lo que más querías ahora es dejar en claro que ya no eras la misma de antes y que ahora tus ideales habían cambiado por completo. Así que tomaste está oportunidad para dejar en claro que nadie más podría entrometerse en tus decisiones.
Solo tenías que hacer esto para evitar que nuevamente ellos vuelvan a buscarte y así, hacerles más daño, porque eso es lo que menos querías hacerles.
Simplemente tuviste que caminar sin dirección en específico, observando a cada persona hasta buscar a alguien que tuviera sus características. Aunque, la verdad es que no sabías cómo lucía ahora, ya que hace mucho tiempo que ambos no se veían en persona.
Cuando giraste la mirada hacia una esquina de una de las calles de Ciudad Inazuma, lograste observar una presencia de lo más familiar y más que nada porque reconocías ese mismo estilo de gogles. Él ya tenía su cabello más largo y solo parcialmente atado, en vestimenta el tenía un traje gris con pantalones del mismo color, una corbata roja y zapatos burdeos.
Una vez que observó tu presencia sabías que él también estaba por dirigirse hacia aquel lugar, así que al igual que él comenzaste a caminar en dirección hacia un pequeño restaurante el cual estaba cerca de allí.
Cuando hablaste con la recepcionista del restaurante ella explicó que ya tenía su mesa preparada para que ustedes la utilizarán, así que no perdiste más el tiempo y te acercarte hacia la mesa que estaba reservada, con el detrás de ti siguiendo cada uno de tus pasos.
Levantaste la mirada una vez que tomaste asiento frente a él, no estabas segura de lo que te esperaba está pequeña reunión de ex compañeros pero, presentías que no sería nada bueno y es que no podrías esperar algo bueno si ambos ahora estaban en diferentes bandos.
— Tiempo sin vernos (T/N)— saludó el acomodándose sus gogles.
— Siempre es un placer, Kidou— afirmaste con una media sonrisa—. Pero mi pregunta es ¿Por qué la invitación tan confidencial?
El correo electrónico que recibiste te había invitado a un restaurante para hablar del tema de Fifth Sector, por supuesto sabías que podría tratarse de Kidou aunque la persona no dejo ningún nombre, ya que él te había visto durante un partido de entrenamiento con el instituto Kidokawa Seishun.
— Estoy seguro de que no hubieras accedido si yo te la hubiera enviado.
Tu mirada bajó hacia sus manos donde allí lograste observar como es que él presionaba sus nudillos con fuerza.
— Yo no diría eso— regresaste nuevamente la mirada hacia su rostro—. Sólo se que tienes muchas preguntas.
— Pero se que tú tienes muy pocas respuestas— alzaste la mirada de manera complaciente.
— ¿Desean ordenar algo?— cuestionó el mesero una vez que dejó dos vasos de agua frente a cada uno.
Aunque una nueva persona apareció no dejabas de observarlo, ni el a ti, pensabas en que quizás de esa manera él se sentiría intimidado y el ambiente simplemente no estaba ayudando ya que estaba cambiando a uno más tenso.
— Yo estoy bien— formulaste después de un largo silencio.
— Igual yo— generó rápidamente Kidou.
— Entonces v-volveré más tarde si cambian de opinión— el mesero retiró las cartas de menú con las manos temblorosas.
— No me dejas otra opción más que comenzar— Kidou dejó el vaso de agua nuevamente en la mesa, después de beber un poco de agua—. La verdad es que me sorprendió saber que formabas parte de esto ¿Tienes alguna explicación?
— No necesito explicarle a nadie lo que yo haga— tus palabras salieron de tus labios lo bastante rápido, después de que él terminará—. Está decisión es mía.
— Yo se que no eres capaz de hacer algo como esto— afirmó Kudou colocando sus manos lo bastante cerca de sus labios—. Amas el fútbol como todos nosotros y sabes que esto puede perjudicar al futuro de este deporte.
Es por eso que te encontrabas allí, tenías que hacer algo para salvarlo después de todo este deporte te había enseñado muchas cosas pero, por supuesto que no podías decírselo.
— ¿Cómo estás tan seguro de esto?— una pequeña sonrisa de autosuficiencia atacó tu rostro—. Hay cosas que no conoces de mi.
Una sonrisa había aparecido en el rostro de Kidou, y por un segundo reconocías aquella sonrisa de confianza, cosa que no hizo más que provocar un poco de pánico sobre ti, él tenía un as bajo la manga.
— Estoy seguro de que conoces a Akihiro Koizumi— tú rostro palideció cuando escuchaste aquel nombre, tus orbes se abrieron debido a la sorpresa.
Por supuesto que lo conocías, ese es el nombre de tu difunto padre.
— Al igual que Hideo Koizumi.
Frunciste el entrecejo, él te había tomado por sorpresa y es que no te habías imaginado que él conocía los integrantes de tu familia. Estaba utilizando tu información personal para atacarte donde más te dolía.
— ¿Qué hay de ellos?— cuestionó Kidou intentando provocarte—. Dos grandes leyendas del fútbol que disfrutaron de ese deporte en diferentes épocas, sin embargo estoy seguro de que ninguno de ellos compartiría tus mismos pensamientos.
Por supuesto que ellos adoraban ese deporte.
Si tú padre y abuelo estuvieran con vida, estarías segura de que ellos estarían muy decepcionados contigo debido a todo lo que estabas haciendo. Tu rostro cambio a uno más molesto, maldiciendo por lo bajo contra Kidou.
— Acabar con el fútbol que ellos alguna vez jugaron ¿Te hará sentir bien?— presionaste tu mandíbula con fuerza.
Por supuesto que no te hacía sentir bien, no querías desterrar el fútbol que ellos habían jugado alguna vez sino todo lo contrario. Lucharías por ellos y por los sentimientos que alguna vez sintieron estando en la cancha.
— No entiendo lo que dices Kidou, mi decisión sigue siendo la misma no importa lo que suceda— formulaste segura de tus palabras—. Hay que aceptar que el fútbol con el que nosotros jugábamos se había convertido en un deporte muy peligroso, ¿No recuerdas cuándo nos enfrentamos al instituto Zeus? Recuerdas que la mayoría de los jugadores había resultado herido por un deporte.
Ahora era el turno de Kidou para fruncir el entrecejo.
— ¿O qué tal el instituto Alien? Los jóvenes destruyeron muchos edificios escolares— le diste otros ejemplos—. Lo que trata de hacer Fifth Sector es manejar este deporte para que ningún jugador resulte herido durante el partido.
— Así no es como funciona— refutó con colera—. Lo que están tratando de hacer es controlar a todos para manipular los resultados.
— ¿Y eso no es lo mejor?— preguntaste con un toque de arrogancia—. Controlar un partido para evitar que todos se salga de control.
— Eso no es fútbol de verdad— ahora mismo Kidou sabía que su plan había fallado por completo.
Sabías que él no comprendería porque estabas allí, nadie más que Kudou sabía acerca de este plan y te halagaba que tus ex compañeros se preocuparan por ti pero, te dolía mucho más tener que romper con tus amistades por algo en lo que estabas en contra.
— Tienes dos opciones Kidou— con una pajilla comenzaste a menear los hielos que tenía tu agua—. Lo más sencillo es adaptarte a esta nueva reforma, pero si empiezas a dar problemas, no me quedará más opción que sacarte del camino.
— No eres capaz.
— Yo no soy la misma de antes— de un solo movimiento te levantaste de tu asiento apoyando tus manos sobre la mesa, observando directamente hacia Kidou de manera amenazadora—. Si crees que no sería capaz de quitarte de mi camino para que mis planes salgan como yo quiero. Estás muy equivocado.
Kidou tragó saliva en seco, no estaba atemorizado por tus palabras sino porque no sabía en que tipo de persona te habías convertido.
— Porque yo creo que sabes lo que sucedió con Kudou ¿No es así?— preguntaste con cinismo y orgullo.
Cualquiera sabía que tú padrastro había sido despedido de su cargo como entrenador, esta noticia se había expandido como una enorme ola entre los institutos. La mirada de Kidou se había sorprendido, no pensaba que fueras tan capaz de deshacerte incluso, de tu familia.
— No te tengo miedo— Kidou presionó su mandíbula, retandote con la mirada.
— Deberías— tomaste tu bolso de mano—. Me agradó volverte a ver, pero será mejor que me retiré.
Diste media vuelta saliendo del restaurante sin observar detrás de ti, dejando a Kidou con un mal sabor de boca.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top