Secreto de Amigos

Vemos un coche cualquiera, uno que podríamos pasar por alto de no ser porque dentro de este se encontraba nuestra próxima protagonista, una niña que estaba regresando a la escuela después de unas largas vacaciones, cualquiera estaría ancioso de regresar y ver a sus amigos...bueno, talvez esta niña no tanto.

-Mamáaaa, por favor, no creo que sea necesario que los ocupe en la escuela. -hablaba una chica alta de tes morena, con un cabello largo negro y una ropa que consistía en una playera blanca y una falda negra acompañado de unos tenis.

-Lo siento mucho Stella, pero tus accidente son cada vez más comunes y ni ya no te das cuenta de ellos, creeme que será mejor que los ocupes a que tengas un accidente enfrente de todos. -respondió una señora parecida a la niña, solo que esta tenía su cabello amarrado y usaba unos lentes, sin mencionar que usaba una ropa más prosfesional.

-Pero no sé que hacer, que pasa si alguien nota mi...pañal. -dijo Stella avergonzada.

-Vamos hija, no se te nota tanto con la falda, con un pantalón sería otra cosa. Pero si te relaja un poco puedo hablar con la maestra para que te apoye.

-¡No!, lo que no quiero es que otros se den cuente, además capáz y alguien sospecha por como actuará la maestra.

-Bueno, ¿y que tal tus amigos?, apuesto a que ellos podrían hecharte una mano.

-Y arriesgarme a se burlen de mi o piensen que soy una rara, lo siento mamá pero me las apañaré sola.

-*suspira* De acuerdo hija, entonces ten cuidado, pero de preferencia busca al menos alguien en quien puedas confiar, no me gustaría que afrontes esto sola.

-De acuerdo mamá, veré que puedo hacer. -habló finalmente Stella observando por la ventada pensando en como sería su día de hoy.


Stella se encontraba caminando por los pasillos de su escuela, por suerte para ella todavía no habían muchos alumnos ya que había llegado temprano, y digo suerte porque estaba provando diferentes formas de caminar sin que se notara o escuchara mucho el pañal.

Se estaba hacercando a su salón cuando se llevó un ligera sorpresa al ver salir de este a su maestra, la profesora Agnes, junto a la mamá de Lincoln, Rita. Esta solo retocedio un poco para escuchar de que hablaban.

-De nuevo muchas gracias por su comprensión y apoyo, espero que no sea mucha molestia. -dijo Rita.

-Para nada señora Loud, como maestra mi deber aparte de enseñar es cuidar su bienestar y que se encuentren en un ambiente cómodo. -respondió Agnes.

-De acuerdo, si ocurre o falta algo no dude en llamarme. -terminó de hablar Rita mientras se retiraba del lugar y le daba un pequeño saludo a Stella de camino.

-¡Stella!, cuanto tiempo, adelante, esperemos a tus demás compañeros para empezar la clase. -dijo la profesora.

-Hola señorita Agnes, gracias.

Stella entró y vió a unos pocos compañeros suyos, pero de su grupo de amigos solo estaba Lincoln, quien no dudo en acercarse a el para saludarlo.

-Hola Lincoln, ¿cuanto tiempo, verdad?

-¡Stella!, si, mucho tiempo sin vernos, ya te extrañaba.

-Si...oye, vi a tu mamá afuera junto a la maestra Agnes, ¿está todo bien? -pregunto algo preocupada.

-O-oh, si, verás...es que lo que pasa es que...ammm, ¿te lo puedo decir en otro momento? -dijo Lincoln algo nervioso.

Stella le inquietó el comportamiento de Lincoln, dedujo que algo había pasado, pero al ver que realmente tenía la intención de contarle que pasa, esta solo asintió con una sonrisa y siguieron hablando hasta que llegaron el resto de alumnos y las clases empezaron.


A mitad de la clase, Stella se estaba aburriendo al igual que sus compañeros, tanto que casi se queda dormida. Su aburrimiento se vió interrumpido por una sensación de calides debajo de su falda, en ese momento Stella supuso lo peor y con algo de miedo bajo su mano sobre su falda sin que nadie se diera cuenta...y efectivamente, había mojado su pañal.

-Oh no no no no, esto no puede estar pasando, todavía ni es la mitad del día, necesito cambiarme y rápido, si tengo otro accidente se puede escurrir y hay estaré acabada. -pensaba Stella mientras que con un movimiento rápido, sacó un pañal de su mochila y la escondió debajo de su playera.

-Maestra, puedo ir al baño. -preguntó Stella levantando la mano.

-Claro, pero no te demores o te distraigas con otras cosas. -dijo la maestra dejando salir a Stella.

Stella había salido con mucha rapidez y finalmente llego al baño de niñas, para fortuna de ella no había nadie más, asique entro a uno de los baños y con un poco de dificultad consiguió cambiarse el pañal.

-Bueno, ahora estoy limpia, pero donde ahora debo de desacerme del pañal sin que nadie se de cuenta, mmm, oh, ¡ya sé!, en los abotes de basura de afuera, solo tiran la basura sin importarles lo que haya dentro.

Y así la chica consiguió encontrar una ventana que estuviera cerca de los contenedores, y hay tiró el pañal húmedo.

-¡JA!, y mamá que decía que necesitaría ayuda o decirles a alguien. A este paso podre aguantar el resto del día.

Su confianza se vió interrumpida cuando sono la campaña de la escuela, anunciando que ya era hora del receso, porque lo que rápidamente se fue de regreso a su salón. Esta iba a abrir la puerta cuando se percató que el salón estaba cerrado.

-Que extraño, no suelen cerrar los salones durante el receso, ¿habrá pasado algo?

Repentinamente se abré la puerta del otro lado de la cual salió la maestra acompañado de Lincoln, todo se quedó en un breve silencio incómodo hasta que la maestra habló.

-Creí haberle dicho que no se demorara mucho señorita.

-Amm, es que realmente me sentía mal, pero no se preocupe ya estoy mejor. -respondió Stella mostrando una sonrisa nerviosa.

-Mmmm, de acuerdo. Vaya por su mochila y nos vemos más al rato. -dijo para finalmente retirarse.

-Oye Lincoln, ¿pasó algo adentro?, ¿por qué estaban los dos encerrados en el salón?

-Esque...tiene que ver con lo que te iba a contar. -dijo desviando la mirada algo cabizbajo.

-Bueno, en ese caso vamos a almorzar y hay me cuentas todo esta bien. Digo, obviamente si estas de acuerdo claro.

-Si...suena bien, pero talvez pienses que es raro.

-No te preocupes, somos amigos y nos apoyamos en todo. -respondió la niña, pero sintiendose un poco mal en el fondo.

-Si, creo que tienes razón, vamos antes de que se terminen la comida. -dijo un Lincoln más alegre mientras se iba camino al comedor.

-Quien soy yo para decir que confiemos entre nosotros. -se dijo a si misma algo triste mientras entraba por su mochila y seguía a su amigo.


Ya en el comedor, en una de las mesas, se encontraban Lincoln y Stella comiendo sus respectivos almuerzos.

-Entonces...¿esta todo bien? -preguntó Stella iniciando la conversación.

-Si, pues verás...esto te sonará raro, pero creo que te tengo la confianza suficiente para decirte que yo...-lamentablemente Lincoln no pudo terminar de hablar pues sus otros amigos se habían acercado a sentar con ellos.

-Hola chicos, ¿pensaban que comerían solos sin toda la banda? -habló Liam.

-¿Interrumpimos algo? -preguntó Clyde.

-Oh, n-no para nada, jajaja, solo hablando de lo que hicimos en nuestras vacaciones, ¿verdad Stella?

-.....Si, nada del otro mundo. -continuó la chica siguiendole la corriente a su amigo.

-Oh, en ese caso esperen a que les cuente todo lo que me ocurrió. -habló un entusiasmado Rusty.

La conversión entre los amigos siguió con normalidad, aunque Lincoln se le notaba una cara algo apagado, y Stella seguía intrigada por lo que les iba a decir el albino. Lamentablemente esa confesión tendrá que esperar, pues de nuevo sonó la campana anunciando la siguiente clase.

-Supongo que tendremos que irnos a la siguiente clase, ammm, ¿alguien recuerda cual era? -preguntó Stella.

-Es educación física. Espero que todabía me quede mi uniforme. -respondió Clyde.

-Uni...forme. -dijó Stella con notoria preocupación, pero esta no notó que Lincoln también tenía esa preocupación.


Vemos a Stella dentro de cambiador de chicas usando su playera deportiva y su short, que para poca fortuna de ella, si se notaba en parte su pañal.

-Oh no, esto es malo, si salgo y me muevo mucho todos se terminarán dando cuenta del pañal, ¿que puedo hacer ahora? -Stella estaba pensando en que hacer cuando de repente un ligero dolor llegó a su estómago.

-Auu, creo que la comida de la escuela no estuvo muy buena el día de hoy, espera, ¡eso me da una idea!

Vemos a todos los alumnos corriendo unas vueltas alrededor de la cancha por orden del entrenador como calentamiento, pero había alguien que se encontraba hasta atrás, y esa era Stella, quien parecía aflojar el paso a propósito.

-¡Stella, tienes que ponerle más ganas, te estas quedando muy atrás! -le recriminó el entrenador.

-Lo lamento entrenador, es que desde que terminamos el almuerzo, no me eh sentido muy bien, tengo dolor de estómago.

-Mmm, te entiendo, yo tampoco creo que la comida de hoy estuviera muy bien. De acuerdo, ve a la enfermería para que te revisen.

-Gracias entrenador. -dijo mientras se "dirigía a la enfermeria", pero sus amigos la interceptaron para saber como estaba.

-¿Te encuentras bien Stella?, escuchamos lo que le digiste al entrenador.

-S-si, solo necesito ir a la enfermería...oigan, ¿dónde está Lincoln? -preguntó la joven al percatarse de la ausencia de su amigo peliblanco.

-La maestra Agnes vino por él para que la ayudara a cargar y acomodar algunos libros, o algo así.

-De nuevo Lincoln y la mestra Agnes, seguramente ella también esta involucrada en ese secreto, me pregunto si...-Los pensamientos de Stella se vieron interrumpidos por otro dolor de estómago, pero esta vez siendo aun más fuerte, tanto que a obligó a ponerse de cuclillas un poco.

-¡Wow Stella!, realmente te sientes mal, dejanos acompañarte a la enfermería. -dijo Clyde intentando ayudarla.

-¡No!, digo, no hace falta, aun puedo moverme sola, estaré bien. -dijo mientras componía su postura y salia de la cancha de entrenamiento, dejando a los demás un poco preocupados pero creyendo en su palabra.

-¿Tan mal estaba la comidad de hoy? -preguntó Rusty.

-Pues si la sentí algo diferente...*snif*snif*...oigan, ¿no le llega un olor raro?

Los demás se enfocaron en el aroma y coincidero en que había un ligero olor fétido en el ambiente, que rápidamente se fue dejando a todos confundidos pero ignorandolo por completo cuando el entrenador los regaño por no seguir corriendo, por lo que se dispusieron a seguir con sus compañeros.

-Fium, creo que el dolor finalmente se fue. Bueno, no creo que vuelva a educación física, pero tengo que esperar a que todos se vayan para volver por mi ropa, supongo que iré al salón ah esperar que el tiempo pase.

Stella caminaba hacia salón, pero justo cuando iba a entrar, la maestra Agnes salió de este con su bolsa.

-¿Stella?, ¿qué haces aquí?, deberías estar en tu clase de educación fisíca.

-Amm...es que...me sentía un poco mal por la comida de hoy, y fuí a la enfermería para que me revisaran, pero solo me dieron unas pastillas y ya estoy mejor.

-¿Fuiste a la enfermería? -preguntó la maestra sospechosa.

-Si, pero todo fue normal, solo yo y la enfermera viendo mi dolor y curandome jaja. -dijo con notorio nervios.

-Mmm, si tu lo dices, *snif*snif*, ammm, Stella, ¿podrías darte la vuelta por favor?

-Ammm, claro. -dijo la niña mietras obedecía y se daba la vuelta, cuando de repente sintió una fea sensación en su parte trasera; una sensación cálida que solo pudo relacionarlo con algo...algo de lo que ella no se había dado cuenta.

-Cariño...creo que tuviste un pequeño accidente, ¿no es así? -dijo la maestra algo seria mientras levantaba ligeramente el pañal de la niña dejando ver no solo el pañal, si no un bulto que este tenía del cual salía el mal olor.

-Yo...yo...yo lo siento. -fué lo único que dijo la jovén mientras unas lágrimas empezaban a salir de sus ojos deseando profundamente que el suelo se lo tragara.

-Oye, tranquila, estos accidentes le puede pasar a cualquiera, porque no mejor nos calmamos y me cuentas que pasó, ¿de acuerdo? -dijo la maestra en un tono más maternal.

Stella se tranquilizó, y empezó a contarle todo a la maestra, desde sus accidentes durante las vacaciones, a como ahora estaba usando pañal, y de lo que hizo el día de hoy. La maestra comprendió todo y le dió su apoyo.

-Oh cariño, si tenías estos problemas me los hubieras contado. Aunque si te hace sentir mejor, no eres la única que esta pasando por un problema similar.

-¿En serio? -preguntó Stella algo atónita.

-Sigueme, necesito hacer una entrega.


La mestra y Stella caminaron rumbo a la enfermería, aunque esta última algo incómodo debído al accidente con el que cargaba. Pero a unos pocos minutos habían llegado, y cuando abrieron la puerta, Stella se llevó una gran sorpresa, vio a Lincoln recostado en una camilla, pero en lugar de sus pantalones normales traía puesto un pañal, y no solo eso, si no que tambien se podía notar que al igual que Stella, este se encontraba igual de sucio.

-Oh, hasta que al fin llega, ya me iba a asfixiar por el olor de este pequeño. -dijo la enfermera a la maestra.

-Lo siento, tuve un imprevisto, aquí tienes. -dijo Agnes mientras sacaba unos pañal de su bolso y se los entregaba a la enfermera.

-¿Lincoln? -preguntó Stella un poco en shock.

-¡Stella!, ¿qu-qué haces aquí? -preguntó un Lincoln nervioso intentando esconder su pañal con sus manos.

-Lo que pasa es que...yo...también necesito un cambió. -fue lo único que dijo la chica.

-¿Qué?

Stella se bajo su short dejando ver su pañal, el cual dejó sorprendido a Lincoln.

-Muy bien niña, solo deja que termine de cambiar a Lincoln y luego te cambio a tí.

-Okey, agh, pero no traje un pañal conmigo.

-Puedes usar uno de los mios...digo...supongo que te debe quedar, además, no me gustaría que regresaras y te arriesgaras a que alguien te vea. -dijo Lincoln con una sonrisa.

-¿Estas seguro Lincoln? -preguntó Stella.

-Claro, para eso estamos los amigos. -respondió Lincoln con una sonrisa, cosa que tambien hicieron tanto a Stella como Agnes.


Pasados unos minutos, ambos jóvenes se encontraban cambiados y como nuevos. Mientras los cambiaban la maestra fue por la ropa de Stella para que se pusiera su conjunto habitual.

-Muchas gracias profesora Agnes, no sé como agradecerle. -dijo Stella.

-No es nada, todo sea por mis alumnos. Pero para la próxima tenos un poco más de confianza ¿de acuerdo?

-Si, ententido.

-Bien, ya no debe faltar mucho para la última clase, los veré alla. -dijo finalmente la profesora para pasarse a retirar dejando solos al par de niños.

-Asi que...¿esto era lo que me ibas a contar? -preguntó Stella más calmada.

-Asi es, al principio tenía mis nervios, pero como tu eres de mis mayores amigas de confianza pensé en decirtelo.

-Al menos pensabas hacerlo, yo por otro lado lo escondí de todos, incluso de tí. Lamento dudar de tu confianza.

-No tienes porque disculparte, era entendible tu situación, pero me alegra que todo terminara bien, y me alegra más encontrar a alguien que le guste usar pañales igual que a mi.

-¿Gustar?, yo los uso por necesidad no tanto porque me gusten.

-...En serio, jajaja. que cosas jajaja. -dijo Lincoln algo nervioso.

-Espera, acaso a ti, te gusta usar pañales de ¿verdad? -preguntó Stella con una sonrisa pícara.

-Uy, ya viste la hora creo que mejor debemos irnos. -dijo Lincoln mientras se volteba apunto de irse, pero Stella rápidamente le sujetó del brazo.

-Ah no Lincoln, parece que no me has dicho todo verdad. Porque no me lo cuentas. -dijo Stella con una sonrisa.

-Bueno, solo digamos que vivir como un bebé no es tan raro como suena jaja.

-Jijiji, talvez debería probrarlo, a ver si a si me acostumbro a los pañales.

-Te apuesto a que te terminaran gustando...oye, ¿y se los diremos a los demás chicos?

-Mmm, no. Mejor que sea un secreto entre tu y yo, ¿que te parece?

-Bueno, si tu incistes. ¿Secreto de Amigo? -preguntó Lincoln mostrando su meñique.

-Secreto de Amigos. -dijo Stella sujetando su meñique con el de él.-Y...¿también tomás de biberón?

-...Solo diré que me ayuda a dormir.

Ambos amigos se fueron riendo y contando anecdotas de sus experiencias.

Desde ese día la relación entre ambos amigos se hizo más fuerte. Stella ya no se sentía tan mal usando pañales, no solo porque contaba con el apoyo de su maestra, si no por tener un gran amigo, que comparte lo mismo que ella y que podrá contar con el para todo. A decir verdad, cada vez que recuerda cuando lo vió en pañales por primera vez, piensa que se veía adorable, incluso se atrevería a decir, que lindo...pero siempre se sonroja cuando piensa eso.

EL FIN

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