Tres
Canción: Runaway - Del Shanon
Aviso: Mención de asesinato y suicidio
Personajes:
- Todoroki
- Momo
- Inasa
Ship: TodoMomo
La lluvia parecía torrencial en aquel momento, martillaba con fuerza sus oídos y golpeaba insistente los vidrios.
No sabia cuanto tiempo había estado conduciendo, ni en que lugar podría encontrarse. Los nervios se apoderaban de su corazón, causándole una presión en el pecho que la hacia sentir peor.
El parabrisas se movía de un lado a otro, de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, con el sonido rechinante del vidrio al ser limpiado una y otra vez, siendo irritante. Sus dedos se habían moldeado al volante de lo fuerte que había mantenido el agarre, sus uñas alcanzaban a tocar la palma de su mano y las clavaba en su piel provocándose un ardor, seguramente por la rudeza y la piel lastimada.
Intentaba respirar con calma, controlar sus convulsiones mientras veía los pedales. La presión aumentaba más en su interior y se percato de que en realidad había aguantado la respiración.
Estaba temblando, no podía moverse, sus ojos ardían con fuerza y su espalda poseía un peso invisible que la hundía.
Fue cuando miro por el espejo retrovisor que todo volvió a ella. Su delineador corrido hacia ver sus ojos sucios, pero la sangre en su rostro con las marcas de las manos de Todoroki eran lo único que captaba. No su cabello desordenado, no sus ojos a punto de explotar, no su labio roto, solo la sangre ajena que cubría más partes en ellas que solo sus mejillas.
El temblor se volvía imparable, la sangre aumentaba queriendo alcanzarla, ahogarla.
Se asfixiaba.
Moriría. Iba a morir. Moriría y no habría salvación para ella en el infierno, ni siquiera en el limbo. Moriría, y su ultimo pensamiento sería el rostro de Todoroki siendo dejado atrás cuando subió al auto.
Ayúdenla. Alguien. Por favor. Quien sea. Por favor. Ayuda...
La humedad escurriendo por sus mejillas fue nula de atención por los gritos en su garganta. Sentía la carne estirarse y arder en su cavidad, las cuerdas romperse de lo fuerte que gritaba y el dolor emerger desde sus pulmones. Empezando a golpear el volante una y otra vez. Solo gritando y estrellando su cabeza contra donde estaban antes sus manos, sintiendo algún liquido cálido escurrir por su frente y con solo un pensamiento.
Todoroki, hijo de puta.
Sus gritos se veían obstruidos por la lluvia, y en el fondo solo esperaba que un camión la atropellara a mitad de la calle luego de haberse varado por falta de gasolina.
Así ya no pensaría en el mal nacido de su ex, ni en como aún seguía queriéndolo.
Él era un hombre de gustos simples. Vivía en un pequeño rancho que funcionaba para eventos o alquileres. Atendía a los invitados, comía, y luego de eso se iba a dormir. Todo eso un patrón en su vida, día a día sin falta.
Fumaba de vez en cuando. Le gustaba como sus nervios se disipaban cada que daba una calada al cigarrillo y quemaba su garganta, y su papá no le veía tanto problema al hacer el lo mismo.
No asistía a la escuela, la había finalizado hace un año, por lo que ahora solo se dedicaba a sus trabajos y encargos de medio tiempo. Variando en propósito comúnmente.
Esa noche era de verano, y sabia que su antigua escuela pediría el establo para celebrar el baile de graduación. Tendría que atender a algunos adolescentes, y luego podría irse cuando ya estuvieran en su mayoría borrachos.
Ese tarde tenia sed, y nada mejor que un refresco para calmar sus ansias de un liquido recorrer su garganta. Aprovechando el favor de un amigo de llevarlo, había bajado de la camioneta en dirección a la primera cafetería que había visto. Su estilo era como cualquier otra que hubiera visitado, con colores blanco, beige y rojo decorando como patrón de dulces, mesas en contra de la pared y una isla para pedir bebidas. Esperando por él.
Al momento de sentarse se había enfocado sólo en las paredes del lugar. No era muy sociable para hablar con los de al lado, y ni había necesidad de hacerse notar. Tarde o temprano alguien lo atendería.
— Hola cariño, ¿Qué se te ofrece?
Fue cuando levantó la mirada que encontró unos ojos maquillados, con delineador sutil y una sonrisa amable esperando por su respuesta.
Sintió que por un momento las nubes lo abrazaban, le daban un beso cálido y lo despertaban de una ensoñación de la que jamás se había percatado.
Ella era un ángel, y aún sin haberle respondido Todoroki ya había formado una vida con ella en su cabeza. Con su cabello azabache durmiendo a su lado y dos niños, una niña y un niño, abrazándolos como una familia feliz.
Si. Se había enamorado con solo una mirada de la joven camarera que jamás quito la sonrisa de su cara. Esperándolo.
Y más grande fue su sorpresa cuando en la noche en el establo la vio entrar con un bello vestido rosado, y su cabello suelto con rizos suaves cayendo por su espalda. Siendo acompañada por dos chicas más que se veían opacadas por la belleza de la azabache a su parecer.
La música no se había hecho esperar, haciendo que todos empezaran a seguir una coreografía ya aprendida de, quizás, alguno de los bailes que hubieran hecho en el pasado.
Él atendía la barra limpiando las mesas, y ella giraba junto a los demás riendo con alegría, aplaudiendo al aire, girando los pliegues de su falda y siendo admirada por él.
Aprovechó que aún no era lo demasiado viejo para que lo juzgaran, y dejo su puesto para empezar a unirse al baile, sacando cada diez segundos a cualquier chica al alcance con tal de alcanzar a la azabache.
Fue mágico cuando esta lo capturo con la mirada y le sonrió, acercándose aún bailando para tomar sus manos y empezar a dar vueltas juntos. Girando y girando, con la música tan alegre sonando de fondo y con su sonrisa a causa de la chica de deslumbrante belleza.
Le hubiera invitado otra pieza, o una bebida, pero en vez de eso la guio fuera del establo, ofreciéndole su chamarra en los hombros para que no pasará frío y empezando a caminar por la carretera desolada. Luego le explicaría al viejo su ausencia.
— No tienes que acompañarme — Su voz era dulce, angelical. Como el azúcar, o el vino. Lo embriagaba.
— Es un servició especial de parte del establo — La chica rio, y él contaba las veces en las que había sonreído ese día por ella.
De alguna forma, despidiéndose frente a la entrada del hogar de la azabache, ambos sintieron la euforia florecer. La adrenalina y la emoción.
De algún modo, esa noche en un trato silencioso prometieron pertenecerse.
Él sería de Yaoyorozu, y ella sería de él.
Las hojas viejas caían a sus pies, cediendo su lugar a las flores que empezaban a emerger en la primavera.
Las calles variaban su tonalidad de rosas; los ladrillos eran un color más fuerte que el de las ventanas, pero las nubes tomaban una apariencia pastel que dejaba a lo demás en ridículo. Con que eso se sentía estar enamorado... Era cálido.
Esa tarde se vería con Momo para ir de paseo al parque. Tenia guardado un collar de plata en uno de los bolsillos de su pantalón, el cual le había costado trabajo extra en el establo. Pero solo seria un reemplazo temporal a lo que seria un anillo de compromiso, cuando tuviera dinero suficiente para comprarlo.
Cuando la vio, Shoto solo pensó que seguía igual de hermosa desde el día que la conoció, cerca de hace un año.
Ella volteo a verlo, y mientras avanzaba la saludo con su brazo, aunque ella no correspondió al saludo, ni a la sonrisa.
— ¿Qué pasa? — Se sentó a su lado, y entrelazo su mano derecha con la izquierda de ella, esperando su respuesta.
Ella mantenía la vista al frente, y el apretón fuerte en su agarre le puso nervioso.
— Tenemos que hablar...
Un compromiso.
Fue un compromiso planeado fue lo que su ángel le dijo, eso junto a el final de su relación. Aquella decisión que ella había tomado.
— No... Por favor Momo... Amor, por favor, no digas eso. Se que podemos hacer algo. Puedo hablar con tus padres, trabajar más. Pero por favor, ángel, no me dejes. No me dejes — Su voz sonaba nerviosa, nunca la había escuchado así. Y la mirada de tristeza, de lastima, de aquellos ojos azabaches lo mataba.
— Perdóname... — Luego Momo soltó su mano, y salió del parque.
Y él se quedo ahí sentado, viendo las flores, y como el rosa del mundo empezaba a escurrirse, para dar paso a un tono grisáceo y triste. Feo de ver. Como él en esos momentos.
Oh, su ángel. ¿Por qué no lo esperó?
Inasa Yoarashi. El nombre del bastardo.
Era de esperarse; el hijo del alcalde comprometido con la hija de uno de los comerciantes de licores más importantes del estado, y no con el hijo de un simple hombre dueño de un granero.
No fue difícil enterarse, el compromiso se hizo publico, apenas una semana luego de que Momo le contara la situación, en todo el centro del parque frente a todo el mundo.
Muchos habían aplaudido de felicidad, todos menos él y su viejo que comprendía los sucesos y su decaída de animo. Todos felices, incluso el tal Yoarashi. Todos menos su ángel que hasta ese momento, seguía con la vista en el suelo.
Dios santo. ¿Qué le habían hecho a su amada? ¿Qué no veían que la mataban? La extinguían, quebraban su luz.
Ver como aquel prometido tomaba la mano de su luz solo empeoro el torbellino de su interior.
No paro de verla, de cuidarla, ni un solo minuto. En las noches velaba por su sueño y bienestar, y en las tardes y mañanas le permitía dominar su mente a su antojo solo si la hacía feliz. Y en su corazón, más de miles de palabras de amor se resguardaban solo para ella, para cuando volviera y estuvieran juntos.
El viento era fuerte, y la mirada sorprendida de Momo solo le hizo saber cuanto la había extrañado.
— ¿Todoroki? — Su voz era transmitida a través de un susurro, quizás por lo tarde de la noche, y pronto madrugada — ¿Qué haces aquí?
— Vine por ti amor
— ¿Por mi? ¿A que te refieres a por mi?
— Vine a salvarte. A estar juntos. Vamos querida, podemos irnos
— Todoroki, han pasado meses...
— Podríamos tomar el carro del viejo-
— Ya ha pasado un año-
— Ir a la costa. Siempre quisiste ir a la costa-
— Mis padres van a despertar-
— Una cabaña seria un buen lugar para quedarnos. Tengo el dinero-
— No, no lo tienes-
— Lo tendremos
— ¿Como?
— Tomaras lo de la caja fuerte de tus padres. Aquella de la que me hablaste en una ocasión
— ¿Estas loco? Todoroki me mataran si se-
— Por favor mi amor, no me digas Todoroki. No ahora por favor...
— ¿Por que vienes? ¿Por que ahora?
— Porque te amo, y se que me amas
— Yo-
— Se que no eres feliz
— ...
— Puedo hacerte feliz. Serás feliz mi amor, seremos felices solo si estamos juntos
— Shoto-
— No sabes lo mucho que te he extrañado. La primavera esta en su punto culmine, podrías decir que iras a visitar el campo y yo te esperaría para irnos juntos
— Pero-
— Te amo Momo. Te amo, y te amare mi ángel. ¿Tu me amas?
— Sho-
— ¿Me amas?
— ...
— ...
— Si...
Y ya estaba hecho.
El plan debía ser simple.
Los padres de Momo debían ir de viaje por una semana, debido a un nuevo negocio que había surgido en el extranjero, y gracias a que su ángel fingió estar enferma pudo quedarse en casa en lo que ellos volvían. Él iría a su casa al segundo día de ausencia, y Momo ya con el dinero subiría junto a él a la camioneta del viejo con la llave ya puesta. Pero las cosas no estaban saliendo tan de acuerdo al plan.
Lo primero fue que su ángel le dijo que aquella caja fuerte la habían transferido con uno de los agentes de fiar de la familia, por lo que tendría que ir para allá y tomar lo que pudiera. No le dio tiempo siquiera para hablar cuando ya había salido de la casa, dejándolo parado en medio de la sala. A lo que aprovecho para ir al cuarto de su amada y ayudarle a empacar sus cosas.
Pero el sonido de un auto llegar, luego de diez minutos, fue lo que lo alerto del peligro.
La puerta se abrió, y de ella emergió Inasa, entrando como si fuera su propio hogar. Menudo imbe-
— ¿Hm? ¿Tú quien eres? — El calvo le miraba de arriba a abajo analizándole, y solo pudo atinar a sentirse sucio.
— Un amigo de Yaoyorozu — Se sintió peor al decir la palabra amigo.
— ¿En serio? ¿Dónde esta ella? — Como un idiota, el gorila miro de lado a lado como si su amada fuera parecer de la nada solo porque ese tipo la pregunto.
— Salió. Dijo algo de revisar un asunto de sus padres
— Ya veo... Oye, mientras esperamos, ¿No quieres un trago?
No lo quería — Con gusto
En lo que llevaba hablando, para Todoroki, Inasa era un triste frasco vacío disfrazado de una poco convincente alegría y compañerismo. Solo dos botellas de whisky y la lo trataba como su mejor amigo. Incluso empezaba a sentir pena por el.
— Asi que... ¿Erehs amigo de Momo? — Sin mencionar a su nula resistencia al alcohol.
— Si
— ¿Desde cuando?
— Estudiamos juntos en la preparatoria
— Yah veo... — El aliento de el otro choco contra su rostro, por lo que decidió caminar por los alrededores viendo las botellas de licor exhibidas en las paredes — Es linda...
— ¿Quien?
— Momitoh... Ella es muy linda jejeh — ¿Momito? — Si te soy sincero... Me siento aliviado de que me casare con ella...
— ¿A si? — Sus manos empezaban a volverse puños, aun caminando por los estantes.
— Seeh... Es tan linda... Tan amable...
— ¿En serio? — Había una botella de cerveza.
— Y listah...
— Es cierto — Una de vino.
— Tiene un lindoh cuerpo... Y lindos ojohs...
— Parece modelo — Aguardiente.
— Jajajah... si... Ella es... Ella es...
— ¿Si?...
— Como un ángel — Y el vodka fue su decisión.
Escuchar el vidrio romperse contra la cabeza de Inasa había sido una sensación tan... satisfactoria. Verlo gritar en el suelo, sosteniendo su cráneo y retorcerse, era placentero.
Se ubico encima de el de manera parsimoniosa, y con la botella, ahora por la mitad, lo miro desde la cima como el insecto que Yoarashi era.
— Así que es linda eh... — Un golpe — Si es linda... — Golpe — Dime imbécil, ¿Qué más dijiste? ¿Lindo cuerpo? — A los ojos — ¿Te acostaste con ella? — A los pómulos — ¡¿Te acostaste con ella hijo de puta?! — A la boca — ¡¿LO HICISTE ESTUPIDO DE MIERDA?! ¡¿LO HICISTE HIJO DE PUTA?! ¡¿LO HICISTE?! — Y otro, y otro, y otro. Apuñaladas, por la cara, el hombro, el cuello, en su pecho. Sentía sus manos cálidas ante el tacto de la sangre, figuras carmesí proyectándose en piso decorando a Inasa que miraba la mano, y adornando su rostro en forma de pequeñas gotas.
Se sentía tan feliz.
— ¿Qué...
Pero su felicidad nunca duraba demasiado.
Ver el rostro pálido de Momo le hizo volver a la realidad, una realidad en la que su ángel estaba asustada y él debía ayudarla.
— Mi amor esta bien, esta bien. Estoy aquí cielo. Oh me alegra que lle-
— ¡¿QUÉ PUTAS TODOROKI?! ¡¿QUE HICISTE?! ¡¿QUE MIERDA HICISTE?! ¡DIOS! — El cabello de Momo, siempre perfecto amarrado en una coleta alta, se veía destrozado, halado por las manos de su dueña y siendo arrancado de sus raíces, mientras la chica solo parecía caer poco a poco en la desesperación con el llanto en su rostro.
— Amor tranquila. Estoy aquí, estoy aquí — A su amada siempre le había gustado cuando juntaban sus frentes, y eso hizo en esa ocasión para calmarla sosteniendo sus mejillas, acariciándolas — Shh. Ya, ya paso-
— ¡SUELTAME ¡SUELTAME!
— Amor-
— ¡DEJAME IR!
— Ángel-
— ¡MUERETE! ¡DEJAME IMBECIL! ¡NO ME TOQUES! ¡NO ME TOQUES!
— Cie-
— ¡NO ME TOQUES!
— ¡CALLATE! — A diferencia con Inasa, un agujero se instalo en su pecho al ver a Momo tendida en el suelo luego del puño que le había dado. Ella solo levanto la mirada, y el temor que vio en sus ojos lo hizo temblar — Nonononono... Momo... No... Yo no... Yo... — Y su amada salió de la casa, dejándolo solo.
El motor del auto fue lo que lo despertó de su shock y, dejando el cuerpo de Inasa atrás, salió de la casa empapándose de la lluvia de la cual no se había percatado, quedando de pie observando el auto avanzar con su amada en el. Lejos de él.
¿Por qué no lo espero?...
¿Por qué no esta caminando a su lado bajo la lluvia?
¿Por qué no lo esta acompañando a la avenida?
Se suponía que Momo lo amaba. Él lo hace después de todo.
¿Por qué no lo acompaña al borde del puente?
¿Por qué lo abandonó?
¿Por qué no salta con él?
Al final, él solo cerro los ojos pudiendo ver a Momo en su vestido de graduación. Y sintió un corto golpe que le permitió sumergirse en la oscuridad.
Solo esperaba, que donde sea que estuviera su amada, él pudiera encontrarla.
Buenas buenas gente del mundo
Lo se, estaba algo olvidada esta historia. Pero un reto es un reto, y deseo cumplirlo >:D
Con respecto a este capitulo pues... No lo se la verdad xd. A decir verdad la primera vez que escuche esta canción me imagine algo de este estilo, y así las siguientes veces que seguí escuchándola.
Me gusto experimentar con el TodoMomo, fue interesante hacerlos pareja :3 En caso de que deseen una pareja especifica o canción solo digan y con gusto lo hago ;v
Muchas gracias por leer, y sin nada mas que decir se despide CrowBlast
Adiooos <3
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