XXXVI
— ¿Su papá te dió un condón?
— No, Rubius, es un caramelo, ¿No conoces un paquete de golosinas?
— Oh, tienes razón, lo siento, no leí la parte de "Mentolado".
Los dos chicos no dijeron nada, algo incómodos.
Rubius comenzó a reír, dejando el condón sobre la mesa, junto a Luzu, quien le dedicó una mirada molesta.
— Ahora que los jefecitos se fueron, Quackity, puedes abrir mi- dijo, el regalo de Luzu.
Quackity miró confundido a su novio, él ya le había dado su regalo, ¿Tendrá otro?
Luzu tardó un momento en recordar, comenzó a negar, intentando frenar a Rubius, pero el peliblanco dejó la caja, pintada de negro y con un moño del mismo color frente a Quackity.
— Oh, tu color favorito, Luzu— comentó Vegetta con gracia.
El pelinegro pasó su mirada del regalo a Luzu antes de abrirlo, ladeando un poco su cabeza al ver lo que había en su interior.
Tanto Rubius como Vegetta comenzaron a reír cuando Quackity tomó las orejitas de gato de encaje y se las acomodó sobre su cabeza, con una sonrisa.
— Lindo— dijo el cumpleañero, con toda la inocencia del mundo.
Luzu escondía el rostro entre sus manos, encogido en su silla, insultando a Rubius.
Sentía la inocencia de Quackity en peligro.
Escuchó a Quackity reír, con lo que pereció alegría, y abrió sus dedo un poco para ver, frunció el ceño cuando lo vió abrazar lo que parecía ser un pijama de patito, y suspiró con alivió.
— Ni te relajes, hay más— dijo Rubius, haciendo que Luzu se tensara de golpe, viendo al pelinegro sacar un pote del interior de la caja, mirándolo sin entender lo que era hasta leer la etiqueta.
— Va-se-lina— dijo con torpeza, se preguntó por qué sus amigos le regalarían algo así, sin notar que su novio volvía a esconder su rostro con vergüenza mientras sus dos amigos reían.
Encontró un par de cartas con palabras bonitas, firmadas de parte de Rubius y Vegetta, fue cuando comprendió que sólo estaban molestando a Luzu con el regalo, sonriendo mientras las leía, se levantó a abrazarlos como agradecimiento.
— Rubius— murmuró Luzu, apretando los dientes, haciendo que el peliblanco se le acercara para hablar sólo entre ellos dos—. No fue tan terrible como pensé, aunque no creí que lo harías... Sigues siendo un idiota.
Rubius sólo río.
— Lo iba a hacer en serio, Luzu, que poco me conoces— dijo, con una amplia sonrisa—. Pero todas las cosas que quería comprarles eran muy costosas, así que sólo le dí lo más importante.
— ¿Orejitas de gato y lubricante?
— Exacto— dijo—. Además Vegetta me hizo razonar, y si le regalaba todas esas cosas sería algo de ustedes dos, pero el cumpleaños es sólo de Quackity, así que no sería un regalo para él, por eso elegimos el pijama. Quizás para su aniversario les de esas cositas— el chico alzó las cejas varias veces, irritando a Luzu.
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