Las grandes almas tienen voluntades; las débiles, tan solo deseos
Los sucesos narrados en este one-shot no siguen el hilo de los extras de la novela Scum Villain Self-saving System. En esta obra no están casados y tampoco han intimado, espero se pueda entender.
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Bajo las eternas inseguridades que rozaban su alma, y aquellas suaves hojas que flotaban sobre su rostro, suspiró. Sus húmedos ojos miraron con pesadez un pergamino que había guardado por muchos años, ya arrugado, ya ilegible.
Luo Binghe había decidido no verse afectado por el contenido de ese papel y, con un débil juramento, prometió no ser como un árbol que pierde las raíces y muere lentamente; pero por sobre todo, juró jamás volver a ver su nueva vida amenazada por un carta sin valor, de un pasado que no merecía ser recordado.
Sin embargo, fueron alrededor de cinco los días cuando una especie de sensación muy parecida a ser azotado por innumerables látigos inundó su ser. No podía confesarlo. El pequeño Binghe, con el corazón en su garganta, se mantuvo en silencio para evitar a toda costa ser una carga.
Pero por supuesto que su shizun se daría cuenta.
─ Luo, siéntate a mi lado ─ susurró Shen Qingqiu con mucha gentileza. Dos tazas de té de chá yè (茶树) [1] estaban servidas sobre una humilde mesita. El hombre cerca a ellas, calmado y hermoso, dejó soltar una suave respiración─ Bebe, te ves algo decaído.
Luo Binghe estaba atónito.
Desde que se unió a la secta Cang Qiong, podía contar con sus dedos las veces que fue atentido por su maestro. Definitivamente eso estaba fuera de los límites y, sin embargo, su tan amado shizun no le permitió rechazar la oferta, sujetando su brazo derecho para arrastrarlo a su lado.
No sabía si sonreír o llorar.
─ Shi-shizun. . . ─ tartamudeó, dejando que su rostro se volviera un cuadro de desorden total─ Tú. . . Eres muy bueno, shizun, ¿por qué haces esto?
Shen Qingqiu arqueó las cejas. Sus labios se abrieron tan rápido como escuchó a su menor preguntar sus razones, todavía sin creer que había tenido la osadía de cuestionarle. ¡Preguntar tales cosas!
─ Pequeño tonto, piensa un poco ─ dijo, frunciendo el ceño mientras daba ligeros pero repetidos golpes sobre la cabeza de su contrario.
Cuando el maltrato terminó, aunque no doliese, Luo frotó su frente; luego, ocultando su cabeza, comenzó a soltar pequeños balbuceos mientras llamaba a esa persona.
─ Shizun. . . ─ dijo, y una serie de lágrimas se escaparon de sus orbes. Frágiles gotas que habían permanecido en su ser por mucho tiempo.
Shen Qingqiu le miró estupefacto, sin terminar de entender por qué había comenzado a sollozar. . . Involuntariamente, llevo una de sus palmas al rostro de Luo Binghe sin estar muy seguro de lo que sucedía.
─ Oye. . . ¿Ahora por qué lloras? ─ cuestionó, suavemente acariciando las zonas donde los golpes habían caído ─ Binghe, está bien, deja de llorar. . . Binghe.
De repente, unas manos sujetaron las suyas con temor, temblando sin control alguno.
Shen Qingqiu temía que esta no fuera a ser una conversación sencilla.
─ Shizun, ¿cuánto daño te he hecho yo?─ inquirió, presionando sus labios sobre las delicadas manos que sostenía con recelo. Sus lágrimas enjuagaron la escena, cayendo con pena sobre la suave piel de aquel inmortal.
Aquel maestro estaba contrariado, sin saber exactamente qué decir o hacer, sin palabras; sus manos, prisioneras, quisieron apartarse por un momento. No estaba listo para escuchar más de ello. Ni siquiera había terminado de entender lo que había ocurrido en esos últimos años. Simplemente no era el momento.
─ Todas las cosas que Shizun ha aceptado. . .─dijo, sin siquiera tratar de armar un sentido en sus palabras─ ¿Eran realmente porque correspondes mis sentimientos?
Luego, silencio.
─ ¿Shizun realmente me ama?─Su voz quebrada, solo podía llamar a una persona, desear a una persona. Shen Yuan no era capaz de alcanzar esa voz, todavía, quizás, no lo sabía. . . Pero quería saber.
─ Binghe, yo-
Quería decir algo, pero siempre conseguía detenerse a medio camino. No sabía si confesar esos sentimientos, que nunca había entendido, sería de utilidad. Hasta ahora, aunque lamentable, solo se había dejado llevar por lo que Luo Binghe decidiera. No era tan malo, no había creído jamás que lo fuera.
Quizás Luo tenía derecho a reclamar.
─ Yo no tengo ninguna autoridad sobre shizun, soy un simple discípulo, un horrible demonio. . .
Shen Qingqiu sentía que estaba en su límite. Exactamente como un corazón con cenizas muertas. [2] Si no decía o hacía algo en ese instante, ¿por cuánto tiempo podría Luo llorar?
─ No seas tan duro contigo mismo─ dijo, su voz melodiosa y calmada besaba las infinidades de su alma. Con cuidado, llevó una de sus manos a la mejilla derecha de su discípulo, acariciándolo con ternura. La calidez de sus caricias atravesaron ambos corazones.
─ Shizun. . . ─ Cada vez le era más difícil continuar─ ¿Todo este tiempo te has mantenido cerca a mí para proteger a otros? ¿Crees que me volveré loco si tú no estás?
En aquel momento, aquel caos y terror, todo estaba siendo causado por la influencia de Xin Mo. Siendo así, Shen Qingqiu no supo si lo mejor era responder su pregunta. Ante el silencio, Luo Binghe sintió su corazón ser arrancado de su pecho.
─ Shizun. . . Lamento haberte hecho tanto daño. . .─ expresó, sin atreverse a mirar a su mayor a los ojos─ No tienes por qué forzarte a quedarte conmigo, ser reconocido por ti me basta.
Sin embargo, ni el mismo Shen Qingqiu estaba listo para escucharle decir tales palabras.
─ Cállate─ imperó. Su expresión estaba sumergida en desconcierto, sus frágiles manos comenzaron a cosquillear.
Luo Binghe volvió a llamarlo, todavía sin darse cuenta de lo que había causado.
Le molestaba tanto.
Él no. . . No había un compromiso que lo atase a su discípulo, él solo estaba bien con eso, feliz con eso.
─ Tú. . .¿Te das cuenta de lo que dices?─Aunque molesto, Shen Qingqiu no dejó de mirarle. Bajo sus ojos, un sentimiento de tristeza─ ¿Es que acaso quieres. . . que me vaya de tu lado?
Al escuchar esto, inconscientemente, ambos dejaron caer un par de lágrimas. Luo Binghe se apresuró a negar todo lo que su persona amada había concluído mientras continuaba sumergido en llanto. Definitivamente, este no era el resultado adecuado, ¿acaso no lucía todo como otro nuevo malentendido?
Luo Binghe realmente sentía que solo empeoraba todo.
─ ¡No! Shizun siempre ha sido bueno, pero yo te he hecho mucho daño. . . Siempre he ido hacia ti sin pensar en lo que realmente quieres. . . Shizun no tiene la culpa. . .
─ Binghe. . .
— Shizun, tú eres bueno, yo solo puedo estar cerca de shizun. . .
Los pájaros pueden anhelar el sol, pero nunca acercarse demasiado a él. ¿Qué mierda? ShenQingqiu no se veía a sí mismo como una especie de dios.
Solo que a veces era difícil encontrar las palabras exactas para arreglar, entre tantas penas, los malos recuerdos que ambos habían guardado en sus corazones.
— Binghe, tú. . . ¿Por qué habrías de pensar así? Este maestro es un simple mortal, tan lleno de errores como pueda ser posible
Tantos que no terminaría de contar.
— ¡Eso no es cierto! Shizun, yo. . .— Su mirada buscaba una manera de confesar que, a pesar de todo lo que había sucedido entre ellos, jamás había pensado en culpar a Shen Qingqiu.
A pesar de eso, su maestro parecía dispuesto a aceptar esa responsabilidad.
─ En la conferencia de la alianza inmortal. . . Las veces que intenté escapar de ti, las veces que te dejé solo; todos esos fueron mis errores. Este maestro tiene una deuda de vida contigo, y estoy bien con eso.
─ ¡Shizun no me debe nada! Lo entiendo todo, fui yo quien actuó sin pensar. . .
Por un momento, sus miradas, convergiendo, desearon no apartarse. El océano se encontró finalmente con la suave arena en un día de invierno, ambos indispuestos. Shen Yuan dejó escapar un suspiro pesado.
— Binghe— llamó finalmente, sosteniendo sus hombros mientras sentía como si no existieran los suficientes vocablos. Una lluvia de fuego inundó su garganta, sin siquiera permitirle guardar su natural modo de ser.
Después de todo, Shen Qingqiu también sentía por su discípulo más de lo que él mismo creía. Solo, era tan difícil, muy difícil de decirlo. . .
Pero no importaba qué tan lento, nunca más llegaría tarde.
— Este maestro ha aprendido que amar es una cosa tan simple, y a la vez, tan complicada.
En el cielo seremos pájaros volando uno al lado del otro, y en la tierra seremos troncos gemelos que florecen en la misma rama. [3]
— El pasado y nuestros errores, todo eso ha quedado atrás— Juntaron sus rostros, un suave roze y la realidad parecía una ilusión─ Aceptemos lo que hubo, Binghe, es hora que pienses en lo que hay.
Luego, un gentil beso, un abrazo incontrolable, dos personas.
─ Shizun. . . ─lloró, sorbiendo el deseo de secuestrar a esa persona hasta los confines del mundo─Lo siento, en aquel momento, siempre creí que shizun me hacía a un lado. . . Nunca me di cuenta. . .
Claro, ese era el problema. Nunca se dieron cuenta.
— Lo has pensado demasiado— dijo, su tono, siempre como el más dulce de los postres.
— Todo este tiempo, mi única meta ha sido volverme más fuerte, para proteger a shizun, para que nada te suceda
— No tengas miedo de crecer con lentitud[4]
— Yo. . .— Todavía no estaba seguro.
— Binghe, mírame— Y mientras conectaban sus pulsos, un beso más prolongado invadió sus labios. El calor del contacto y las lágrimas, todas esas pequeñas cosas sostenidas en un único momento. Toda clase de preocupaciones se deshicieron deliciosamente, dejando dejando simples pensamientos libres.
De repente, el sonido del papel y la madera siendo atrapadas por el viento retumbó en la casa de bambú.
— ¿Qué es esto?— preguntó Shen Qingqiu, tristemente apartándose de Luo Binghe y alcanzando un pergamino lo suficientemente viejo como para decir que tenía cientos de años.
— Esto. . .— Antes que terminara, Shen Qingqiu comenzó a leer su contenido.
En aquel papel, letra más refinada que el volar de una grulla se dibujaba a través de las líneas; y sin embargo, el temblor y desesperación todavía podían ser vistos. Las palabras no se enlazaban correctamente, y la premura de la persona que lo había escrito era evidente. Como si escapara de alguien en el momento que escribía eso, o como si tuviera miedo de ser descubierta. Shen Qingqiu pareció entender algo mientras leía.
— Esta letra, el material y el contenido. . . ¿podría ser realmente tu madre?
A pesar de que ese tema estaba enterrado, ¿podría ser que verdaderamente fuera la madre de Luo Binghe?
— Mn, eso es lo que creo—respondió, llevando sus manos hacia el pergamino y buscando la calidez de su maestro. Shen Qingqiu se estremeció tan rápido como sintió las falanges de Luo tocarle.
— Así que es esto, eh. . . ¿Dónde lo obtuviste?— Mientras miraba a lo lejos, preguntándose si lo escrito en esa carta había sido el detonante de la confesión que su discípulo acaba de darle.
— Encontré esto en el tiempo que viví en el palacio Huan Hua, pero no pude abrirlo en ese momento.
Quizás también lo estaba pensando demasiado.
— ¿Qué te detuvo?
— Una vez que vi mi nombre ahí, supe que no debía
— ¿Cuál es la diferencia ahora?
— Ahora tengo a shizun a mi lado
Shen Qingqiu sonrió.
— Por supuesto
Este shizun no te dejará solo nunca más.
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[1] Camellia sinensis - chá shù (茶树) o chá yè (茶叶): Hierba medicinal para el cansancio.
[2] 心若死灰: Corazón como cenizas muertas. Estar desesperadamente infeliz.
[3] 在天愿作比翼鸟,在地愿为连理枝: Proverbio chino. Relacionado a la complementariedad de los amantes.
[4] 不怕慢, 就怕停: No tengas miedo de crecer despacio, ten miedo de quedarte estancado. Nos recuerda que aunque algunas cosas toman tiempo y dedicación, no debemos temer y por sobre todo, parar. Lo usé como una referencia a la relación del Bingqiu.
El fanart pertenece a @Honbae1 y la puedes encontrar en Twitter.
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