Jiyong y Yoongi aún seguían hablando de quién podía ser el posible traidor dentro de su círculo cercano, pero siendo honestos, le era algo muy difícil de procesar, porque eran las personas en quienes más confiaba y el hecho de saber que puede estar sufriendo de una traición le lastimaba, le hería profundamente que alguien que él considera amigo pudiera estar haciéndole daño.

—Mira, tengo una idea — Habló Kwon —Quien sea que entre a la bodega donde tenemos a Whalien tiene que poner un código, lo sabes — Yoongi asintió, él mismo había aprobado la idea —Conservamos un historial de quien ha entrado, cada quien tiene un código distinto, tal vez de esa manera podremos saber quién es quién borró los datos.

No le parecía mala idea, era bastante buena en realidad.

—Sí, eso tiene sentido — Su mente por el momento estaba hecha un caos, el solo hecho de pensar que ha estado confiando en las personas incorrectas le erizaba la piel, era algo con lo que no podía —Debemos mantener esto entre tú y yo.

Pero en medio de toda su paranoia, Yoongi no era tonto, no quería que alguien más que Jiyong y él supieran, por el hecho de que si alguien más se llegara a enterar, sabría quién es el traidor.

Kwon asintió y salió de la oficina de Yoongi, él personalmente revisaría los historiales de entrada, temiendo lo peor.

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Jin estaba concentrado en su trabajo, o al menos eso era lo que aparentaba, su mente estaba en otro lado.

—Has estado muy extraño, mucho más de lo normal — Seokjin dio un pequeño salto al escuchar la voz de Namjoon, no notó cuando entró.

—La verdad es que este asunto me está preocupando mucho — Suspiró.

— ¿Quieres hablar de ello? — Nam se sentó en la silla frente al escritorio del mayor de los Min.

La verdad era que Jin no sabía por dónde empezar, eran tantas cosas invadiendo su mente que le abrumaban, sentía un gran peso sobre sus hombros que pronto lo haría ceder.

—Tengo mucho miedo — Confesó —No solo por lo que pueda estar sucediendo con Jimin, sino por Yoongi.

—Él necesita todo nuestro apoyo ahora.

—No solo eso — Jin se levantó de su silla y volvió su mirada hacia la ventana —Le costó mucho dejar atrás la culpa que sintió después de todo lo que pasó, abandonó todo lo que fue para salir adelante y expiar sus culpas de alguna forma, él dejó quién era para avanzar y eso solo lo logró con la ayuda de Jimin — Dio un gran suspiro —Está volviendo a ser quien era antes, sin Jimin, la brújula de Yoongi pierde el norte.

Nam entendía la preocupación de Jin por su hermano pequeño, parecía un Deja Vú, ya había vivido algo así antes.

—Yoon sin duda está en una situación delicada, de eso no hay duda. — Confirmó Kim.

—No solo eso — Está vez, Seokjin se giró para mirar a Nam directamente —Me da miedo que Yoongi haga algo por la desesperación de querer saber dónde está Jimin.

—No creo que vaya a suicidarse — Era casi increíble, Yoongi se amaba demasiado como para llegar a ese extremo.

—No me refiero a eso — Namjoon miró al chico frente a él con completa confusión, no entendía a lo que se refería —Me da miedo que la mente de Yoongi, en su afán de encontrar a Jimin, cree algún artefacto peor que los portales.

Ambos sabían lo brillante que es la mente del menor de los Min, sin embargo, sabían perfectamente que Yoongi podía crear cosas siniestras si se lo proponía; porque a veces se parecía a él.

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Pasadas algunas horas revisando minuciosamente el historial en el sistema de entrada y salida del sótano, Jiyong ya tenía los resultados, los cuales hicieron que sintiera miedo.

En cuanto los tuvo en sus manos, salió de su despacho corriendo hacia donde estaba su amigo, no podía ser, su mente aún estaba tratando de procesar lo que los datos decían, simplemente imposible.

— ¡Yoongi! — Abrió la puerta sin siquiera anunciar su entrada antes —Aquí están los resultados — Levantó la hoja de papel que llevaba en su mano.

Rápido, Min cerró la puerta de su oficina con pestillo, para evitar que pudieran interrumpirlos.

— ¿Y bien? — La ansiedad que sentía no le dejaba estar quieto, así que estaba caminando por todo el lugar, no se sentía listo para escuchar el nombre del traidor, no sabría si lo creía en primer lugar, pero quién sea que fuera, sabría el paradero de su esposo.

Kwon titubeó un poco entre si decirle o no, pero la gravedad del asunto no le permitía quedarse callado. Respiro profundo y leyó el nombre en la hoja.

—El código de la única persona que entró y es sospechosa de alterar los portales de la mente es... — Yoongi cerró los ojos —Park Jimin.

Si Yoongi tenía que describir lo que sentía en ese preciso momento era la sensación de burla, como si se hubieran reído de él en su cara, como una bofetada.

— ¿Qué? — No, debía ser una jodida broma.

—Los códigos son los de Jimin, él los alteró.

—No, debe haber un error — Era una tontería. —Alguien debió usarlo y hacernos creer que fue Jimin.

—Sí, pero ¿Quién? — No había pistas —Estamos como en el principio, supongamos que, en efecto, usaron los códigos de Jimin para saborear los portales, ¿Quién y por qué lo hizo?

—No lo sé — Derrota. Yoongi se sentía derrotado y hastiado, cansado e irritado —Cuando todos lleguen, avísales que debemos reunirnos.

Luego de eso, salió del lugar, no podía, está situación lo estaba venciendo, ¿A qué rayos estaba jugando? No lo entendía.

Arrastrando los pies llegó a dónde había estado durmiendo esos últimos días, la cabeza le dolía, así que se recostó en la pequeña cama y ahí se entregó a los brazos de Morfeo.

Abrió los ojos y estaba en un lugar oscuro, sentado en medio de la nada, se puso de pie y se dispuso caminar para saber dónde se encontraba, sin embargo, se dio cuenta de que estaba encerrado en una jaula de cristal.

Comenzó a tratar de romper el vidrio, odiaba la sensación de encierro, no la soportaba, trató con todas sus fuerzas de hacerle aunque fuera una fisura al cristal, pero todos sus golpes fueron en vano.

— ¡Sáquenme de aquí! — Gritaba aun golpeando, pero nadie le escuchaba. Al darse la vuelta vio a una persona frente a él, del otro lado del cristal, vestía una túnica negra en su totalidad, su cara estaba cubierta por una máscara, en ella había detalles en dorado, sintió un escalofrío recorrerle al verlo.

Quería preguntarle quién era, no obstante las palabras no salían, no sabía porqué, pero el miedo lo tenía congelado.

Fue ahí cuando el tipo de la máscara mostró un bate de béisbol, lo empuñó con firmeza y con evidente fuerza lo levantó, dispuesto a quebrar el cristal que los separaba. Todo lo que Yoongi pudo hacer, fue taparse para evitar que el vidrio le lastimara, ahí fue cuando despertó de manera brusca.

No tenía ni la menor idea de lo que ese sueño significaba, pero tenía una gran sospecha de que tenía algo que ver con Jimin.

Ya volví a las clases en línea 🙃 llevo dos semanas y ya estoy destrozada jaja, aunque me han dado nuevas ideas

En fin, nos leemos la siguiente 🌚

Mare