Una persadilla en medio de la noche

NARRA HIKARI

Acabamos de llegar a la isla.

Hay un pueblo frente a nosotros, y un bosque muy denso al otro lado, por lo que creo que la mayoría de la isla está desierta.

Law nos ha dado dinero a cada uno para que compremos, y él se ha ido diciendo que tiene libros que mirar.

Les ha dado una lista a Sachi y a Penguin para que se encarguen de la despensa, ya que yo tengo que comprar cosas para la habitación.

Le he pedido a Bepo que venga conmigo, porque no quiero estar sola.

Los habitantes de este pueblo son muy amables, me han explicado que este pueblo se especializa en ropa, y por eso hay muchísimas tiendas de ropa.

La ropa no me interesa mucho, y no me entretengo mirándola, solo me compro un par de conjuntos en la primera tienda que veo.

Me detengo a preguntarle a una mujer por alguna tienda de muebles y cosas para decorar una casa. Voy animada al sitio que me ha indicado la señora.

Hay de todo en ese sitio, desde muebles hasta pinturas.

Compro un escritorio a muy buen precio que es perfecto para la habitación, un conjunto de sábanas para la cama, una lámpara pequeña y pintura, porque no me gusta el color actual de la habitación.

Me ha sobrado dinero y aprovecho para ir a una librería que me ha recomendado una anciana.

Bepo ha querido cargar con el escritorio y yo llevo lo demás.

-Bepo, ve a mirar cosas para ti, yo puedo sola a partir de ahora- le digo cuando estamos en la puerta de la librería.

Él se opone a dejarme sola, pero después de insistir accede a ir a mirar tiendas, y me dice que si necesito algo le busque por alguna tienda de navegación.

Entro en la librería, es enorme y tiene decenas de estanterías.

Sonrío entusiasmada y me acerco a la dependienta, una mujer bajita que anota algo en unos folios.

-Disculpe, ¿puede decirme dónde está la zona de biología?

Desde que le pedí a Law un libro y me dio uno de biología he descubierto que me encanta, me he leído todos los libros que tenía sobre este tema.

La dependienta me indica un pasillo y le agradezco para después ir allí.

No sé cuánto tiempo llevaré aquí, pero aún no he escogido un libro.

Intento alcanzar uno de un estante demasiado alto para mí. Siento que alguien se coloca detrás de mí y veo un brazo estirarse por encima de mi cabeza. Reconozco la mano llena de tatuajes. Alcanza el libro y me doy la vuelta para quedar cara a cara con Law, quien tiene una sonrisa de medio lado en la cara. Inflo los mofletes infantilmente cuando me tiende el libro y se lo quito bruscamente apartando la mirada.

-Gracias- digo a regañadientes.

No es justo que él sea una jirafa y yo una enana.

Escucho la risa de Law por primera vez en estas dos semanas. Eso me hace olvidar el enfado infantil y mirarlo fijamente.

Debería reir más, sus ojos se achinan de una manera tierna y su sonrisa es más grande, dándole un aspecto muy lindo.

Me sonrojo por lo que he pensado y vuelvo a apartar la mirada.

-¿Ya lo compraste todo?- pregunta señalando las bolsas.

Asiento y me las quita de las manos, junto con el escritorio.

-¿Cómo puedes cargar con esto sin inmutarte? Pesan un montón- se queja, y se las vuelvo a quitar.

Me encojo de hombros, a mí no me pesan.

Me doy la vuelta y empiezo a caminar hasta la dependienta para comprar el libro. Law me sigue de cerca.

Le pago a la dependienta y cuento el dinero que me ha sobrado, es suficiente para empezar a ahorrar un poco.

Veo cómo Law paga un par de libros y viene conmigo.

-Voy a buscar a Bepo- le digo.

-Voy contigo.

Y no me opongo, porque sería inútil y porque realmente quiero que me acompañe.

Lo encontramos en una tienda de navegación no muy lejos de la librería. Le saludamos desde fuera cuando nos ve y se apresura a pagar su compra para venir con nosotros.

-Me voy a ir al submarino para empezar con la habitación- informo para que no tengan que seguir acompañándome.

-Me voy a quedar un poco más por aquí, aún tengo que comprar, y que buscar a esos dos, que seguro se han metido en algún lío- dice Bepo.

-Yo voy contigo al submarino, te ayudaré.

Nos despedimos de Bepo y empezamos a caminar los dos hasta el submarino.

Por el camino voy saludando a todo el mundo y me paro a hablar con adultos, niños y ancianos. Law me espera pacientemente con su semblante serio pero con su particular sonrisa de medio lado, sin meterse en las conversaciones.

Cuando llegamos al submarino suelto todas las bolsas en mi habitación.

Primero pongo la ropa dentro del armario junto a las demás bolsas y recojo mi pelo en un moño.

-Ponte ropa vieja, vamos a empezar a pintar- le aviso.

Sale de la habitación y vuelve a los pocos minutos con unos pantalones gastados y una sudadera vieja, sin su sombrero.

Pocas veces lo veo sin su sombrero, es negro y algo largo, muy desordenado.

Colocamos plástico por todo el suelo y por los muebles para que no se manchen.

Le tiendo una brocha y destapo el bote de pintura. Elegí una lila muy bonita que se seca al minuto.

Empezamos a pintar en silencio, y después de una hora sin parar por fin terminamos.

Me he manchado bastante, me tendré que dar un buen baño.

Me giro para mirar a Law que está igual que yo, y no puedo evitar soltar una carcajada.

Law me mira enarcando una ceja.

-T- Tienes pintura en la nariz- no paro de reir, es absurdo, pero a mí me causa gracia.

Law sonríe con diversión y pasa la brocha por mi mejilla.

Ahora es él el que ríe a carcajada limpia y yo entrecierro los ojos.

Esto es la guerra.

Meto una mano en el bote de pintura y Law deja de reir para poner una mueca graciosa, echando a correr por la habitación.

Le sigo riendo y cuando se gira veo mi oportunidad y le planto mi mano en su frente, manchándosela entera.

Los dos no podemos dejar de reir viéndonos el uno al otro. Hemos acabado con más pintura que la pared, hemos puesto todo el plástico perdido de pintura lila.

Me recuesto en la cama exhausta y Law se sienta en el suelo apoyado en la pared.

-¿Nos merecemos una recompensa?- pregunto.

-Por supuesto.

-Bien, ¿qué quieres comer hoy?

-Onigiris.

Asiento cogiendo uno de mis nuevos conjuntos y le digo que espere mientras me baño.

Termino de bañarme en unos minutos y me visto dejándome el pelo mojado suelto.

Voy a la habitación de Law para avisarle de que ya he acabado y me lo encuentro sin la sudadera y con una toalla detrás del suelo.

Creo que llevo mucho tiempo mirándole, porque su sonrisa burlona aparece y un carraspeo me hace reaccionar.

-Voy a ducharme, espérame para hacer la comida- me pide y pasa por mi lado en dirección al baño.

Espero no haber estado mirándole con la boca abierta.

Me doy cuenta de que aún estoy en el mismo sitio y obligo a mis piernas a ir a mi habitación.

Cierro la puerta y me apoyo en ella, mi cara está ardiendo y seguramente estará roja.

Pongo las sábanas de la cama para distraerme y pasan solo unos minutos cuando llaman a mi puerta.

Law está apoyado en la pared de en frente ya completamente vestido. Suelto un suspiro sin darme cuenta y camino a paso rápido hasta la cocina, escondiendo mi sonrojo.

Él se sienta en su silla y yo empiezo a hacer los onigiris tarareando la canción que siempre está en mi cabeza.

-Gracias, Hikari-ya- sonríe Law cuando pongo los onigiris en la mesa.

-Te he dicho ya que me llames Hikari solo.

Asiente sin dejar de comer.

Un silencio cómodo nos envuelve.

Siempre es bueno pasar un rato con Law, disfrutamos de la compañía del otro.

-Hikari- me llama Law.

-Dime.

-He estado hablando con toda la tripulación sobre la opción de que seas nuestra nakama de ahora en adelante.

Abro los ojos sorprendida y casi escupo el bocado de onigiri.

-A todos nos gustaría que aceptaras ser nuestra nakama y te convitieras en pirata con nosotros.

-¿D- De verdad?- pregunto aún sorprendida.

-Claro, aunque cuando recuperes la memoria si quieres seguir haciendo lo que tenías que hacer no te detendremos.

-¡Claro que me gustaría!- grito emocionada.

Law sonríe aliviado.

-Bienvenida a la tripulación, Hikari, esta vez oficialmente.

*****

Ya es muy tarde, el resto de la tripulación ha llegado y se han ido directamente a su camarote. Parecían aterrados y balbuceaban cosas como, "Jamás volveré a pisar ese bosque" o cosas así.

Me froto los ojos con cansancio cerrando el libro que compré.

Estoy agotada por el día tan largo y me duelen todas las heridas, pero ha merecido la pena.

Salgo de mi habitación a por algo de agua y veo luz salir de la habitación de Law.

¿Otra vez se ha desvelado? Son cerca de las tres de la madrugada, no me extraña que luego tenga esas ojeras.

Le regañaré por la mañana.

Por el cansancio y por lo cómoda que es mi cama no tardo en caer en los brazos de Morfeo.

*****

NARRA LAW

No sé qué hora puede ser, pero me han despertado unos gritos en la habitación de Hikari, me había vuelto a dormir sobre el libro.

Salgo cogiendo mi katana.

Los gritos no cesan y no veo a nadie en el pasillo.

Doy un paso hasta la habitación de Hikari cuando los chicos salen de su camarote, apresurados y asustados.

Indico silencio por si hay algún enemigo y entro abriendo la puerta de una patada.

En la habitación solo está Hikari aparentemente dormida y removiéndose en su cama, gritando aún y llorando.

-Está teniendo una pesadilla- tranquilizo a los chicos que se relajan y vuelven a su habitación siguiendo mis órdenes.

Me acerco en silencio hasta su cama y la zarandeó intentando despertarla.

Está arañando su espalda, más específicamente la zona del parche.

Abre sus ojos bruscamente cogiéndome fuerte del brazo y tirándome al suelo.

Tiene una fuerza descomunal.

Sus ojos están orcuros, no parece ella misma.

Me levanto con la espalda adolorida por el golpe y miro a Hikari, que ha vuelto a la normalidad y ahora me mira con expresión de horror.

-Oh Law, lo siento muchísimo, creí que eras...- se cubre la boca con las manos negando con la cabeza y suelta un sollozo.

-Ya está, ya está, solo ha sido una pesadilla- intento tranquilizarla.

Abre la boca pero otro sollozo hace que más lágrimas comiencen a descender por sus mejillas.

-Por favor... ahora mismo no me encuentro muy bien, déjame sola- me pide sin parar de llorar.

Dudo unos instantes antes de asentir apretando la mandíbula.

Me marcho de allí y en vez de volver a mi cuarto salgo a la cubierta.

La noche está cubierta de nubes que impiden a las estrellas salir.

Pienso en lo de hace unos instantes, ¿qué le ha pasado a Hikari?

*****

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