NARRA LAW

Los chicos querían hacer una fiesta para despedirse de nosotros antes de que vayamos a Punk Hazard, y estaban tan entusiasmados con la idea que no pude negarme.

No vamos a ir a la isla hasta mañana, por eso nos escondimos tras unas rocas para poder hacer la fiesta tranquilos, aunque la Marina ahora no nos perseguiría al ser un Shichibukai.

Antes de sumergirnos para ir al Nuevo Mundo se pusieron en contacto conmigo para enviarnos la recompensa, que voy a repartir mañana, una pequeña parte para mí y para Hikari y lo demás para el resto, para que puedan comprar provisiones hasta llegar a Zou.

Desde mi habitación puedo escuchar los gritos de Hikari riñendo a los demás por querer tocar la comida antes de tiempo y los de Aru peleando también porque han querido robar una botella de sake.

Hikari le pide a Dai que los saque a todos de la cocina pacíficamente o ella lo hará a patadas.

Alguien llama a mi puerta y la cabeza de Bepo se asoma por esta.

-Capitán... pronto estará lista la comida y la fiesta, ¿no deberías salir? Además creo que Hikari-chan va a perder la paciencia si no pones un poco de control en la cocina.

Cierro el libro y me pongo mi sombrero.

-Esos idiotas deberían estar preparando la cubierta, ¿la fiesta no fue idea de ellos?- salgo de la habitación seguido de Bepo y en la cocina veo el desastre que estaba escuchando desde mi habitación.

Dai intenta sin éxito echar a los idiotas ladrones y ahora Hikari está golpeando a Yuta en la cabeza con su puño.

Carraspeo con fuerza haciendo que todos dejen lo que están haciendo para mirarme.

-¿Por qué no deáis en paz a los cocineros y vais a preparar la cubierta?- pregunto recargándome en el marco de la puerta.

No tardan ni dos segundos en obedecerme, y Hikari me lanza una mirada de agradecimiento acompañada de una pequeña sonrisa.

Me siento en mi sitio habitual cruzándome de piernas y cerrando los ojos.

-¡Por fin!- el grito de Aru horas más tarde me despierta, me había quedado dormido en la mesa apoyado en mis brazos.

-Más les vale tener lista la cubierta- Hikari carga con un gran pastel que deposita en la mesa.

En la mesa frente a mí hay todo tipo de comidas que se ven deliciosas.

-Law, ¿nos ayudas a llevar todo esto a la cubierta?- me pide Hikari, y me levanto estirándome por la incómoda posición en la que he dormido, para después coger todo lo que puedo de la mesa y seguir a Hikari y a Aru.

Fuera han preparado una mesa baja para que podamos sentarnos en el suelo, con luces decorando la cubierta y globos por todas partes.

-Esto parece una fiesta de cumpleaños- murmuro dejando las cosas en la mesa y amenazando con la mirada a todos para que ninguno empiece a comer.

Doy unas vueltas más cargando cosas mientras Hikari se queda en la cubierta por si alguien intenta tocar la comida antes de tiempo.

-Gracias capitán- me dice Aru, y asiento como respuesta con una sonrisa.

La comida transcurre más animada que de costumbre, al fin y al cabo es una fiesta, y todos brindan con alcohol y comen, ríen y cuentan historias.

Yo disfruto de la fiesta, también comparto algunas risas con mis nakamas cuando Hikari cuenta alguna anécdota de sus hermanos.

Unas horas más tardes la mayoría están borrachos cantando y bailando, y el resto o siguen comiendo el pastel o están dormidos en el suelo demasiado borrachos.

Pronto todos caerán rendidos, hasta Hikari está borracha de lo mucho que ha bebido, o mejor dicho, que le han dado de beber, porque ella no quería beber.

Como placidamente otro pedazo de pastel apoyado en Bepo, quien duerme por ser poco tolerante con el alcohol.

-¡Torao!- grita Hikari a mi lado abrazándose a mi cuello.

-¿Torao?- repito, sin entender.

-Sip, Trafalgar Law da miedo, y Torao te hace ver más como un gatito fiero, así que te llamaré Torao.

Me entra un tic en el ojo. ¿Un gatito fiero? ¿Torao? ¿Qué clase de nombre es ese?

-No me llames así- ordeno seco.

-¿Por qué?- hace un lindo puchero y suelta un hipido- Torao es lindo, como tú.

Abro los ojos desmesuradamente. Por favor que no recuerde esto mañana, o me matará buscando cualquier razón para justificar el por qué de mi muerte.

Le arrebato la botella de sake de la mano viendo que está medio llena y la lanzo por la borda.

-¡Oye!- grita dándome un puñetazo en el hombro- Ya no eres más lindo Torao.

-Una señorita no debe beber tanto- bromeo sabiendo que eso la va a cabrear.

-Señorita mis cojones- gruñe volviendo a darme un puñetazo y soltando otro hipido- Voy a dormir.

Me rodea tambaleándose y se tumba encima de Bepo abrazándole.

-¡Duerme en tu habitación, no encima de Bepo!- le regaño.

-No quiero caminar, llévame- extiende sus brazos hacia mí y ruedo los ojos, pero accedo, la cargo en mis brazos y ella rodea mi cuello con los suyos soltando una carcajada.

Murmuro maldiciones hasta que llegamos a su habitación, y la suelto en su cama con toda la delicadeza que mi paciencia me aporta, que es mucha.

Hikari me mira con una sonrisa.

-Acércate Law- me dice acompañado de una risa.

Entrecierro los ojos preguntándome qué estará tramando ahora, pero obedezco para que no arme un berrinche.

-Acércate más- susurra, y no quiero hacerlo, pero no puedo negarme.

-¿Qué quieres?- pregunto cuando nuestras frentes casi se chocan.

-Mira a la izquierda- ruedo los ojos pero le hago caso, más bien por quitar esta cercanía que me está poniendo nervioso que por otra cosa.

Siento algo cálido en mi mejilla, y tardo tres segundos en darme cuenta de que son los labios de Hikari.

Se separa de mí, suelta otra carcajada, y apoya la cabeza en la almohada.

-Buenas noches Torao- murmura, y acto seguido puedo escuchar su respiración acompasada, señal de que está profundamente dormida.

Mis ojos están más abiertos que nunca y siento la garganta seca.

Sí, como se acuerde de esto mañana iba a morir con seguridad.

Pero... ¿por qué acaricio la zona donde me ha besado? ¿Y por qué estoy pensando que me ha gustado?

Niego para sacarme todos los pensamientos y olvidar lo que acaba de pasar, tapo a Hikari con las sábanas y voy a mi habitación a intentar dormir, cosa que será imposible, pero lo intentaré.

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